La brisa azotaba mi rostro con furia; y no era para menos, iba a 200k/h, no quería frenar, esquivaba a la perfección cualquier auto u obstáculo, mi mente estaba nublada, mi corazón consternado y mi consciencia me reprochaba el no haber salvado a Abby, pude haberla llevado a casa, estaba segura que si mi orgullo no me hubiese cegado tanto, ella estaría aquí, viva y ayudándome a buscar respuestas, otra amiga que perdía y por mi culpa, otra vez. ¿Acaso era tan horrible persona? ¿En qué me había convertido? Sentía que me ahogaba, mis manos estaban entumecidas y mojadas, me detuve en seco, casi chocando con un enorme árbol. Respire profundo, anochecía y era hora de enfrentar mi realidad, necesitaba decirle a Mia todo lo que había descubierto y preguntarle si ya lo sabia y por eso me sobreprotegía tanto, mi teléfono me sacó de mis pensamientos, lo rebusque en mi chaqueta y vi el nombre de Archie en la pantalla.—¿Qué quieres? —inquiero deslizando mi dedo por la pantalla, escuchó su respirac
El sol resplandecía como nunca, brillando tanto hasta encandilar a cualquiera que se atreviese a mirarlo por mucho tiempo, los rayos que habían entrado por mi ventana, me hicieron despertar sin siquiera escuchar mi alarma. Tome una ducha y me vestí con lo primero que encontré, mis emociones seguían a flor de piel, había sido mucho para un día, visite a Hannah, me enteré de las verdaderas intenciones de “mi familia”, la muerte de Abby, la visita al cementerio, el ingreso de Mia al hospital, era mucho para procesar, ahora me sentía un poco menos abrumada, respire profundo y me observe en el espejo, mi cabello estaba reseco, debajo de mis ojos había bolsas oscuras, mi rostro estaba pálido sin color, lucía fatal. Decidí hacer algo por mí, tomándome el tiempo necesario para maquillarme un poco y arreglar mi cabello, luego de conseguirlo baje a desayunar con todos, ayer en la noche había decidido que no le contaría nada a Mia, todos habíamos llegado de la clínica bastante cansados como para
La pelea entre ambos trogloditas me estaba desesperando, se estaban lastimando y me sentía muy culpable, nadie parecía querer interferir, a lo lejos observé a Mar parqueando su presuntuoso auto negro, corrí despavorida hasta ella, al verme me sonrío y la tomé del brazo con fuerza llevándola a rastras hasta el gran ring que se había formado, me reprochaba que estaba siendo “grotesca”, pero ignorándola la seguí arrastrando, al verlos se quedo paralizada.—¿Qué está ocurriendo? ¿Se pelean por ti? ¿A que sí? —divierte y la miro mal.—¡Usa tu encantamiento! —exclamó con zarandeando sus hombros. —, Detenlos o se matarán, por favor. —pido y ella asiente repetidas veces, musita sus palabras en otro idioma y ambos quedan totalmente paralizados, respiro profundo. —, gracias, hadita.Todos bufan diciendo que “somos aguafiestas y arruinamos la diversión”, los miro con mis ojos entrecerrados y todos se dispersan para ir a sus clases, la pelea ha terminado o eso quería creer, Mar los desencanta cua
Mi corazón latía muy rápido, no podía ni siquiera mirarlo a los ojos, él estaba aquí declarándome su amor y yo solo estaba usándolo a mi favor. Me moría de remordimiento, mis manos estaban sudando y no paraba de pensar en que haría, llene mis pulmones de aire y pensé muy bien en una respuesta que me diera más tiempo, tampoco quise herir a Archie, no se lo merecía. Pero ¿Cómo le hacia entender que no tenía cabeza para otra cosa que no fuera resolver toda la locura que se había desatado en mi vida? Dante clavó sus ojos en los míos, no los apartaba y entonces me tomó de las manos, abrió espacio y me abrazo con fuerza, repose mi mejilla en su pecho.—Vale, hasta yo me he asustado, tranquila…—alarga, deja un beso en mi cabello. —, sé que tengo que ser paciente contigo, principesa… es solo que te miró y me envuelven las ansias.—Dante, yo… solo necesito esperar a mi cumpleaños, creo que es la única pieza del rompecabezas que se volvió mi vida, ¿entiendes? —digo ahogando un suspiro, él asien
Me gusta sentir la brisa azotar mi cabello, chocar con mi rostro y sentir las partículas heladas por la lluvia. Desde que Alessandro me regaló una motocicleta ducati de motor 250 en un potente color rojo rubí, he sido la chica mas feliz del mundo. Bueno sin romantizar el tema, me ha salvado de grandes apuros y me demostró de lo que era capaz, maniobrar tan perfectamente como una piloto de carreras y claro que luego de conocer a Hunter y Abby, me adentre en el mundo de las carreras ilegales. Amo sentir la adrenalina adueñarse de todo mi ser, cuando aceleró el manubrio. Escuchar la ovación cuando cruzo la meta y les gano a todos esos idiotas que creen que, por ser hombres, son mejores al volante. Estúpidos machistas, mas de una vez les he enseñado quien es Annie.Por otro lado, Hunter y Abby han sido mi salvación del perfecto mundo que vivo en casa. Luego de que naciera Alessia, mi tía y Alessandro for
—¿Cómo que casi te atropella? —pregunta Alessandro sorprendido.—Fue un accidente, la señorita no sabe conducir muy bien que digamos…—responde el arrogante, ruedo mis ojos y chasqueo mi lengua.—No es mi culpa que no sepas reconocer las luces direccionales—me defiendo y mi tía me mira horrorizada. —, ¿Qué hace este aquí? No me han contestado esa pregunta.—Annie, él es Archie, mi sobrino—lo presenta y abro mucho mis ojos, ¿Su qué? ¡Esto no puede estar pasándome! —, Se quedará un tiempo con nosotros, mi hermana me lo pidió y no pude negarme. Estudiara en tu universidad, podrían llevarse muy bien—responde sonriente, ruedo mis ojos, por segunda vez, a este paso quedare bizca.—Ni en sus mejores sueños, odio a los de su clase, son tan arrogantes…&mdash
Después de deshacerme de ese idiota entrometido de Archie, salgo de mi estudio y voy a mi habitación, moría de hambre y rosa nunca apareció con mi cena. Pero no quiero ir a la cocina y encontrarme con ese insolente o con mis tíos, necesito un respiro. Tomo una ducha y voy a mi armario a buscar algo de ropa, me detengo a escasos centímetros del espejo y me observo con detenimiento. Delgada, con curvas, cabello cobrizo, pálida y mis ojos se detienen justo en esa fea cicatriz. La repaso con la yema de mis dedos y me percato que no es solo una marca plasmada en mi pecho, si no también un terrible recuerdo que me acompaña desde hace 3 años. Si ella estuviera aquí, todo probablemente sería diferente…—¿Por qué te observas tanto? Eres hermosa—escucho a mis espaldas y doy un respingo. Ese idiota de nuevo, pudo matarme de un paro cardiaco.—&i
Llegamos al depósito de bodegas donde se llevan a cabo las peleas clandestinas, el cual consiste en una especie de jaula. Literalmente, es un ring encerrado por unas rejas en el medio. Alrededor hay gradas donde puedes sentarte para admirar como dos idiotas se pelean hasta el cansancio o hasta que se noqueen. Tome asiento en la primera fila en conjunto de Abby, Hunter se fue al camerino de mala muerte. Tenia que arreglar la pelea, por lo que compraría al otro boxeador. Camine hasta el lado opuesto de donde nos encontrábamos, pasando por algunas personas, odiaba este lugar, siempre había personas tomando, drogadas y de muy mala pinta. Opte por entrar al camerino del oponente de mi amigo y busque con mi mirada al que seria el manager o lo que sea del peleador. Un chico alto y de porte se seguridad me dio una mirada inquietante.—¿Qué se te ofrece, bombón? —pregunto haciéndome estremecer.&m