Me gusta sentir la brisa azotar mi cabello, chocar con mi rostro y sentir las partículas heladas por la lluvia. Desde que Alessandro me regaló una motocicleta ducati de motor 250 en un potente color rojo rubí, he sido la chica mas feliz del mundo. Bueno sin romantizar el tema, me ha salvado de grandes apuros y me demostró de lo que era capaz, maniobrar tan perfectamente como una piloto de carreras y claro que luego de conocer a Hunter y Abby, me adentre en el mundo de las carreras ilegales. Amo sentir la adrenalina adueñarse de todo mi ser, cuando aceleró el manubrio. Escuchar la ovación cuando cruzo la meta y les gano a todos esos idiotas que creen que, por ser hombres, son mejores al volante. Estúpidos machistas, mas de una vez les he enseñado quien es Annie.
Por otro lado, Hunter y Abby han sido mi salvación del perfecto mundo que vivo en casa. Luego de que naciera Alessia, mi tía y Alessandro formaron el hogar mas integro y perfecto de toda la ciudad, son tan herméticos y poco ortodoxos, que me aburren de sobremanera. ¿A dónde se fue la diversión? No lo sé, quizá es parte de la vida adulta. Pero con los chicos, todo es diferente, las fiestas se disfrutan más, las carreras me dejan buena suma de dinero, ya que mi tía es estricta con mi mesada mensual. Pero no podría quejarme, se ha esforzado mucho en sacarme adelante, en ser una buena figura materna para mí. No como la mugrosa de Hannah, quien siempre me dejo a mi suerte y ahora estaba por salir de prisión. Le quedaba un año, habían reducido su pena por buen comportamiento y una apelación de su abogado. ¿Para que quieren dejarla libre? ¿Para que se siga drogando? ¿Para que sea cómplice de mas delitos? Me avergüenza tanto, por suerte la mayoría cree que Mia es mi madre.
Suspirando, subo a mi ducati, tengo algunos documentos que llevar para la matrícula inicial. Las clases no tardan en comenzar y estoy ansiosa. Amo pintar y crear, la sensación que me embriaga cuando tengo un lienzo blanco delante de mí y un pincel con toda una gama de colores a mi alcance, me llena de un placer exquisito. Es mi lugar feliz, mi tía por mis diecisiete años, me obsequió mi propio estudio de arte. Claro que quedaba dentro de la misma mansión, pero era mi lugar, mi privacidad y lo adoraba. Pronto esperaba mudarme, quería vivir la vida desde otra perspectiva, claro que mi tía se niega totalmente a dejarme ir de su casa, pero al cumplir los dieciocho su custodia queda absuelta.
Llegó al estacionamiento de la universidad y estaciono mi moto en un lugar libre, bajo y camino a paso rápido hasta la oficina de secretaria, hablo con la encargada y le entrego los documentos que faltaban y el recibo del banco. Los recibe y archiva en mi expediente, me entrega una llave y mis horarios de clases. Le agradezco y salgo de la oficina, estoy por regresar al estacionamiento, cuando choco con alguien.
—¡Fíjate por donde caminas! —reto en voz alta, me detengo a mirar el causante del impacto.
—¡Lo siento mucho! venia distraída escuchando música—responde la chica, es bajita y su cabello verde me causa gracia, parece un moco enorme. —, ¿Annie? ¿Annie Boland? ¿Eres tú?
—Ten mas cuidado, puedes ocasionar un accidente por tu distracción—regaño—, Si soy yo, ¿Nos conocemos?
—Bueno tu no me conoces, pero yo sí. ¡Te sigo en I*******m! —responde admirada—, ¡Soy mega fan de tu trabajo! ¡La obra que hiciste para Artur Bonard fue increíble!
—Ah, gracias, supongo—me encojo de hombros y continuo mi camino, después de alcanzar los cien mil seguidores en I*******m, me volví algo famosa, no digo que me desagrade, pero no es de mi gusto ser conocida, prefiero mantener mi perfil bajo.
Salgo de la universidad y camino hasta dónde está mi moto, subo en ella, me coloco mi casco y hago rugir el motor, los pocos estudiantes que hay a mi alrededor me miran fascinados. ¿En serio? ¿Tan clichés son? Estúpidos adolescentes, muevo mis pies para dar la vuelta y cuando estoy por arrancar, un auto impacta su tapo contra el lateral de mi moto, haciéndome caer al suelo en conjunto de la moto. Aturdida por el golpe, pero agradeciéndole a la diosa luna por haberme puesto el caso, me levanto enojada. ¿Qué clase de imbécil me choco? Me saco el casco y agito un poco mi cabello para desenredarlo.
—¿Qué carajo sucede contigo? ¿Acaso no sabes conducir? ¿No viste mis luces de reversa? ¡Animal! —despotrico en contra del conductor, quien se baja con indiferencia de su auto. Es un joven, demasiado guapo, que me hace abrir la boca por la sorpresa, su cabello negro azabache me recuerda a mi tío, Alessandro. Viste como un adulto, de traje de diseñador. —, ¿Te vas a quedar ahí parado como idiota? ¡Me echaste a perder mi ducati! ¡Bestia!
—¿Como una señorita tan sensual y elegante, puede expresarse de semejante forma? —responde con tono formal, lo fulmino con la mirada.
—¡Vete al carajo, niño bonito! —refuto—, Necesito el id de tu aseguradora, todos los costos de daños los pagaras.
—¿Qué? No pienso pagar nada, no ha sido mi culpa, si no suya—responde con indiferencia, entonces se acerca de una manera extraña hacia mí.
—¿Qué ocurre contigo? ¡Fue tu maldita culpa! ¡Yo tenia encendida las luces direccionales! —respondo con rabia—, ¿Por qué carajo te acercas de esa forma? ¿Perdiste la cordura? ¡Necesito que me pagues!
—Mía—responde, dejándome petrificada. Faltaba poco para mi cumpleaños numero de dieciocho y con eso mi transformación como loba. Sé todo ese cuento de los mates, pero oh sorpresa. ¡No quiero un mate! —, Lo siento, me hare cargo de todo lo que sea necesario, si me das tu nombre y donde puedo encontrarte—responde respirando con serenidad y con una sonrisa arrogante, ¿Qué sucede con este tipo?
—Mi segundo nombre es a la m****a, el primero es vete—respondo con enojo.
Se carcajea como si le hubiese contado el mejor chiste del mundo, ruedo mis ojos, estoy acostumbrada a este tipo de hombres. Fingen ser “mi mate” para acercarse a mi y luego terminan diciéndome la verdad, es por ello que ya no caigo en sus mentiras. Además, no quiero un estúpido mate, no creo en el amor y mucho menos en esa extraña conexión o vinculo, como sea. Recojo mi moto, esta un poco magullada por el golpe del tapo del auto, resoplo y paso la llave por el contacto, el motor ruge y me siento tranquila. Al menos sigue funcionando, subo en ella y antes de irme le enseño mi dedo del medio al idiota ese. Su sonrisa burlona me saca de mis cávales, ¿Qué sucede con estos hombres? Condujo por las calles de la ciudad, admirando los paisajes, necesito pintar para relajarme del mal rato que acabo de pasar. Pero antes debo asegurarme de arreglar mi moto, si mi tía o Alessandro la ven así, se preocuparían y podrían quitármela.
Voy al taller de Jerry, un amigo de Hunter, lo saludo y le enseño la abolladura de mi bebé. Dice que no se demora nada en arreglarlo pero que la enderezada me costara, suspirando acepto y se pone manos a la obra. Luego de casi dos horas y treinta minutos, finalmente me la entrega como nueva y con ese brillo que tanto me gusta. Le agradezco y pago la cantidad dicha, condujo con dirección a la mansión, dejo mi moto en la cochera bajo techo, no me gusta dejarla expuesta al sol. Entró y escucho voces en el comedor, al parecer tendremos visita. Camino a paso rápido hasta el salón, no sin antes pasar por la cocina y tomar una manzana verde, mi fruta favorita.
—¡Annie, cielo! Llegas justo a tiempo, tenemos un nuevo miembro en la casa—saluda mi tía, camino con cautela, la visita se encuentra a mis espaldas. Cuando estoy por llegar hasta ellos, se da la vuelta. Esto no puede estar sucediéndome, no puedo creerlo.
—¡Tú! ¿Qué demonios hace él aquí, tía? —me quejo, ella me mira confundida y desconcertada. Mientras Alessandro parece divertido con la situación.
—Es un gusto, ahora se que su nombre es Annie—responde victorioso, con esa sonrisa arrogante que tanto odie en la tarde. —, ¿Por qué no se sienta y nos acompaña en la cena?
—¿Ustedes ya se conocían? —pregunta Alessandro, rompiendo la tensión de miradas que teníamos ambos.
—Para mí mala suerte, sí. Este idiota casi me atropella hoy en el estacionamiento de la universidad—respondo sentándome en la mesa de mala gana.
—¡Annie ese vocabulario! —regaña Mia y ruedo los ojos, dándole un mordisco a mi manzana. Me esperaba una cena muy larga…
—¿Cómo que casi te atropella? —pregunta Alessandro sorprendido.—Fue un accidente, la señorita no sabe conducir muy bien que digamos…—responde el arrogante, ruedo mis ojos y chasqueo mi lengua.—No es mi culpa que no sepas reconocer las luces direccionales—me defiendo y mi tía me mira horrorizada. —, ¿Qué hace este aquí? No me han contestado esa pregunta.—Annie, él es Archie, mi sobrino—lo presenta y abro mucho mis ojos, ¿Su qué? ¡Esto no puede estar pasándome! —, Se quedará un tiempo con nosotros, mi hermana me lo pidió y no pude negarme. Estudiara en tu universidad, podrían llevarse muy bien—responde sonriente, ruedo mis ojos, por segunda vez, a este paso quedare bizca.—Ni en sus mejores sueños, odio a los de su clase, son tan arrogantes…&mdash
Después de deshacerme de ese idiota entrometido de Archie, salgo de mi estudio y voy a mi habitación, moría de hambre y rosa nunca apareció con mi cena. Pero no quiero ir a la cocina y encontrarme con ese insolente o con mis tíos, necesito un respiro. Tomo una ducha y voy a mi armario a buscar algo de ropa, me detengo a escasos centímetros del espejo y me observo con detenimiento. Delgada, con curvas, cabello cobrizo, pálida y mis ojos se detienen justo en esa fea cicatriz. La repaso con la yema de mis dedos y me percato que no es solo una marca plasmada en mi pecho, si no también un terrible recuerdo que me acompaña desde hace 3 años. Si ella estuviera aquí, todo probablemente sería diferente…—¿Por qué te observas tanto? Eres hermosa—escucho a mis espaldas y doy un respingo. Ese idiota de nuevo, pudo matarme de un paro cardiaco.—&i
Llegamos al depósito de bodegas donde se llevan a cabo las peleas clandestinas, el cual consiste en una especie de jaula. Literalmente, es un ring encerrado por unas rejas en el medio. Alrededor hay gradas donde puedes sentarte para admirar como dos idiotas se pelean hasta el cansancio o hasta que se noqueen. Tome asiento en la primera fila en conjunto de Abby, Hunter se fue al camerino de mala muerte. Tenia que arreglar la pelea, por lo que compraría al otro boxeador. Camine hasta el lado opuesto de donde nos encontrábamos, pasando por algunas personas, odiaba este lugar, siempre había personas tomando, drogadas y de muy mala pinta. Opte por entrar al camerino del oponente de mi amigo y busque con mi mirada al que seria el manager o lo que sea del peleador. Un chico alto y de porte se seguridad me dio una mirada inquietante.—¿Qué se te ofrece, bombón? —pregunto haciéndome estremecer.&m
Muchas veces he tentado a la suerte y hoy no sería la excepción, volvería a enfrentar a Lui y esta vez la situación no pintaba nada bien. ¿En que estaba pensando Abby cuando decidió robarle drogas a ese matón? Acelero el manubrio de mi moto y el rugido del motor me hace vibrar, tengo la adrenalina a mil y Hunter se abraza con fuerza a mi cintura. Para nuestra suerte, se mejoró bastante rápido de la paliza que le dio Archie en la pelea de hace días. Mis manos sudan un poco y las limpio con mi pantalón, al llegar a las bodegas que Lui usa para almacenar sus porquerías, me estaciono a distancia. Bajo con cautela de la moto y Hunter me sigue, caminamos a paso rápido y escuchamos un grito despavorido de Abby, mi corazón se achica y siento que esta apunto de paralizarse por el miedo. Suspiro y tragando saliva le tiendo una de las armas que le robe a Alessandro de su despacho, tomo la otra con
La espera había terminado, hoy finalmente después de esperar meses, entraría a la universidad. Mi amado sueño de ser una artista profesional comenzaba. Me desperté con energía y tomé una larga ducha, cantaba mis canciones favoritas, mientras pensaba que ponerme. Al salir del baño enrolle mi cuerpo en una toalla suave y camine hasta el armario, busque entre los colgadores, me detuve al mirar la chaqueta de cuero color rojo que me había obsequiado Abby en mi cumpleaños el año anterior. No sabia nada de ellos desde el lunes que sucedió todo en las bodegas de Lui. ¿Por qué me traicionaron? Jamás hubiese hecho algo así, no a ellos. Con algo de nostalgia la tome en manos y la saque, también tome una camiseta sin mangas de unas de mis bandas favoritas de rock en color blanco, termine colocándome un vaquero azul celeste, la camiseta, la chaqueta de cuero roja y mis t
Mi primera clase resulto ser tan aburrida, como escuchar a mi tío hablando de negocios. ¿Por qué en una carrera tan hermosa como el arte tenia que aprender historia clásica? No lo comprendo, un pésimo comienzo, sin mencionar el secuestro de ese vampiro por la mañana. Y pensar que lo creí atrayente, pero como siempre termino siendo un psicópata. Claro que sé que oculta algo, hay un semblante de misterio que lo emana desde que habla y eso tengo que descubrirlo. Suspirando recojo mis utensilios y ajusto mi bolso en mi hombro, camino con rapidez a la puerta evitando la acusatoria mirada de una compañera que no guardo apariencias. Me ha estado lanzando miradas fulminantes y desconozco la razón, no podría imaginar quien es. —¿Acaso te gustaría una fotografía? Creo que duraría mucho más—pregunto en su dirección y rueda los ojos con fastidio
Regresamos a la universidad y nos separamos para ir a nuestras respectivas clases, Mag era estudiante de literatura. Solo coincidíamos en una o dos clases. Suspirando camine hasta mi casillero nuevamente, guarde los libros anteriores y saque los nuevos. Me sentía inquieta y bastante pensativa, el tema de Dante era serio, sabía que la hadita no me mentiría con algo de ese calibre, además que era notorio en su semblante. Lo cual me mantenía alerta, era difícil creer que un chico tan guapo tuviera una mente tan macabra. Mag había aceptado mi propuesta de venganza, me entrometería en la vida de ese idiota y tenía claro que las consecuencias podrían ser graves. Arrastre mis pies por los pasillos atestados de estudiantes, mientras maquinaba mentalmente como acercarme al vampiro, ya que fue obvio mi rechazo hacia él y podría ser sospechoso que ahora fuera amable.—¿Pensando en m&i
Cuelgo la llamada y golpeo con fuerza la mesa, Mar me mira con preocupación y confusión, la pobre no tiene ni idea de lo que esta sucediendo y lo mucho que necesitare su ayuda. ¿Qué más daba? No podía permitir que los matará, no al menos si yo lo sabía. Esa llamada1 podría meterme en serios problemas, parecería que soy su cómplice y claro que Lui tiene jugadas muy sucias. Resoplo y me llevo las manos a mi cabeza, no quiero entrometer a la hadita en esto, no merece oscuridad en su vida.—¿Qué ocurre Annie? ¿A quién matarán? ¿Qué carajos fue esa llamada? —inquiere con una mirada cargada de susto en su puesto, mientras se remueve con impaciencia.—Mar, hay muchas cosas que no sabes de mí, me he codeado de personas muy peligrosas y mis amistades no eran exactamente buenas, están en problemas y si n