—¿Cómo que casi te atropella? —pregunta Alessandro sorprendido.
—Fue un accidente, la señorita no sabe conducir muy bien que digamos…—responde el arrogante, ruedo mis ojos y chasqueo mi lengua.
—No es mi culpa que no sepas reconocer las luces direccionales—me defiendo y mi tía me mira horrorizada. —, ¿Qué hace este aquí? No me han contestado esa pregunta.
—Annie, él es Archie, mi sobrino—lo presenta y abro mucho mis ojos, ¿Su qué? ¡Esto no puede estar pasándome! —, Se quedará un tiempo con nosotros, mi hermana me lo pidió y no pude negarme. Estudiara en tu universidad, podrían llevarse muy bien—responde sonriente, ruedo mis ojos, por segunda vez, a este paso quedare bizca.
—Ni en sus mejores sueños, odio a los de su clase, son tan arrogantes…—respondo en voz baja y mi tía me da una mirada de advertencia, bufo en su dirección. —, Le pediré a Rosa que me lleve la cena a mi estudio, tengo un encargo para un empresario.
—Annie, espera, no te vayas—pide Alessandro—, Estoy seguro que mi sobrino tiene algo que decirte.
—¿Qué? No tengo nada que decirle, es una maleducada—responde con cinismo, ruedo mis ojos y le doy una mirada furiosa. ¿A quién ha llamado maleducada?
—Tus modales son mucho peor que los míos, te recuerdo que ni siquiera te disculpaste —respondo mirándolo con desigualdad—, Con permiso adorable familia, pero tengo cosas que hacer y mucho mas importantes que soportar la presencia de este pesado.
Sali del comedor y busque a rosa, le pedí que llevara mi cena al estudio y continúe mi camino topándome con un torbellino de cabello negro azabache, igual a Alessandro y su odioso primo. Alessia, era una ternurita, venia corriendo de Amelia su niñera, me reí cuando se escondió detrás de mis rodillas.
—¿Por qué estas escondiéndote de Amelia? —le pregunto, dándome la vuelta y dejándola descubierta.
—¡No quiedo peinarme! —responde haciendo pataleta, me rio y niego con la cabeza.
Continuo mi camino hasta mi estudio, salgo de la casa y cruzo el jardín hasta el pequeño anexo. Saco mis llaves de mi jean y abro la cerradura, la cierro con llave al entrar nuevamente, para evitar molestias o interrupciones. Me coloco mi overol manchado de tanta pintura como es posible, me quito mis zapatos y quedo descalza sintiendo el frio de la alfombra, coloco un plástico protector para no manchar la moqueta y busco el lienzo a medio hacer. Es un retrato familiar, busco la fotografía que estoy pintando y tomo mi juego de pinceles por medida, tomo el mas angosto y fino. Delineo con suavidad el mentón del empresario, dándole la cuadratura que tiene y pintando ese singular lunar en forma de media luna. Me dejo envolver por la maravillosa sensación de paz que me da el pintar, el volverme una con mi arte. Decido encender la estéreo, me gusta pintar con mas arte, si, me encanta la música clásica o el jazz. Siento el sonido del saxofón inundar mis oídos y comienzo a bailar mientras pinto, termino el retrato del personaje principal y continuo con el de sus hijos. Dos gemelos preciosos, me divierto dibujando la nariz del mas pequeño y el cabello ondulado de su esposa.
—¡Wow! Si que sabes como recrear una fotografía, tu trabajo es increíblemente maravilloso—escucho a mis espaldas y brinco del susto, estaba sola y ahora estaba él aquí. Ruedo mis ojos. ¿Cómo es que entro ese idiota?
—¿Cómo carajo entraste? —le pregunto acusatoria, dándome la vuelta.
—La ventana estaba abierta—responde encogiéndose de hombros y señalando la ventana que efectivamente estaba abierta. Suspire con cansancio. —, ¿Qué técnica usaste? Porque puedo ver que usaste el contraste de grises.
—No es tu asunto, fuera de mi estudio—respondo cruzándome de brazos—, Vete, odio que entren a mi estudio y estas con zapatos. Lo cual lo agrava todo aún más, ensucias mi alfombra.
—Calma fiera, solo preguntaba—responde—, ¿Siempre eres así de borde? Imposible entablar una conversación contigo.
—¿Qué mas te da? No me interesa llevarme bien contigo—respondo—, Desde el momento que me chocaste, te ganaste mi odio. ¿Sabes cuánto me costó la magulladura de mi moto?
—¿Me odias por haber chocado tu moto? —pregunta entre risas—, Te comprare una nueva si gustas…
—¿Ves? Típico, de los de tu clase—respondo, cruzándome de brazos. ¿En serio se ofreció a comprarme una nueva? ¡Ni siquiera quiso hacerse cargo de los gastos!
—¿De mi clase? Me temo que no me conoces, pero presumes hacerlo. —responde, me esta tuteando. ¿Por qué es tan intenso? No puede dejarlo ser y ya, debería irse a dormir, que se yo. —, Me disculpo por lo ocurrido en la tarde, pero no me gustaría que tengamos conflictos. Después de todo viviremos bajo el mismo techo.
—No por mucho, niño bonito—respondo, sonriéndole sin gracia—, ¿Ya te puedes ir?
—¿Crees que soy bonito? —pregunta con esa sonrisa llena de arrogancia, resoplo—, ¿Irme? ¿Adonde?
—Si te vas a quedar, mantente en silencio—respondo, dándome por vencida.
Asiente y decido ignorar su presencia, diga lo que le diga no se ira. Parece que no solo es arrogante, si no también terco. Respiro profundo y retomo donde quede, una pincelada me sale mal y cierro mis ojos con fuerza. Me frustra cuando me sucede, soy muy perfeccionista y obstinada, pero me gusta hacer mi trabajo bien. Lo corrijo con pintura color piel y suspiro con tranquilidad al observar que se ve bien, no se nota que me fallo el pulso y eso es lo importante. Archie permanece en silencio, observándome con admiración. No me gusta ser presumida, pero el arte es lo mío. Sonrío con satisfacción al ver mi obra terminada, el retrato quedo exactamente idéntico a la fotografía.
—Vaya, que talento el que tienes, mujer—admira Archie, le doy un asentimiento en respuesta—, Si no fueras malgeniada, serias perfecta…—comenta divertido y ruedo mis ojos.
—Que gracioso eres, ¿Por qué no entras al circo de la ciudad? estaban buscando a un payaso—le respondo con diversión.
—¿En serio? Creo que me postulare, soy muy bueno—responde y suspiro con fastidio. —, ¿Por qué odias tanto al mundo? Toda tu irradia odio.
—No es tu problema, cara bonita—respondo suspirando, entonces recuerdo lo de esta tarde—, ¿Por qué carajo esta tarde te acercaste tan extrañamente a mí?
—Porque parece que la diosa luna nos odia a los dos y nos unió—responde con diversión y lo miro mal—, Estoy casi seguro de que eres mi mate. Tu olor es exquisito para mí.
—¡Puff! ¡Que buen chiste! Deberías estudiar comedia—respondo con sarcasmo, me da una mirada seria—, Créeme que no necesito a un mate, peor si eres tú.
—¿Cómo? ¿Acaso sabes lo importante que son los mates? —pregunta sorprendido—, Igual, no estoy seguro de que lo seas, solo fue una corazonada.
—Tampoco es como que me importe, no quiero un mate. El amor es una estúpida ilusión—respondo encogiendo mis hombros.
—¿Hueles eso? —pregunta y lo miro desconcertada, olfatea como si de un perro se tratase—, Huele a un corazón roto, parece que es el tuyo.
—Idiota—farfullo y me doy media vuelta.
Después de deshacerme de ese idiota entrometido de Archie, salgo de mi estudio y voy a mi habitación, moría de hambre y rosa nunca apareció con mi cena. Pero no quiero ir a la cocina y encontrarme con ese insolente o con mis tíos, necesito un respiro. Tomo una ducha y voy a mi armario a buscar algo de ropa, me detengo a escasos centímetros del espejo y me observo con detenimiento. Delgada, con curvas, cabello cobrizo, pálida y mis ojos se detienen justo en esa fea cicatriz. La repaso con la yema de mis dedos y me percato que no es solo una marca plasmada en mi pecho, si no también un terrible recuerdo que me acompaña desde hace 3 años. Si ella estuviera aquí, todo probablemente sería diferente…—¿Por qué te observas tanto? Eres hermosa—escucho a mis espaldas y doy un respingo. Ese idiota de nuevo, pudo matarme de un paro cardiaco.—&i
Llegamos al depósito de bodegas donde se llevan a cabo las peleas clandestinas, el cual consiste en una especie de jaula. Literalmente, es un ring encerrado por unas rejas en el medio. Alrededor hay gradas donde puedes sentarte para admirar como dos idiotas se pelean hasta el cansancio o hasta que se noqueen. Tome asiento en la primera fila en conjunto de Abby, Hunter se fue al camerino de mala muerte. Tenia que arreglar la pelea, por lo que compraría al otro boxeador. Camine hasta el lado opuesto de donde nos encontrábamos, pasando por algunas personas, odiaba este lugar, siempre había personas tomando, drogadas y de muy mala pinta. Opte por entrar al camerino del oponente de mi amigo y busque con mi mirada al que seria el manager o lo que sea del peleador. Un chico alto y de porte se seguridad me dio una mirada inquietante.—¿Qué se te ofrece, bombón? —pregunto haciéndome estremecer.&m
Muchas veces he tentado a la suerte y hoy no sería la excepción, volvería a enfrentar a Lui y esta vez la situación no pintaba nada bien. ¿En que estaba pensando Abby cuando decidió robarle drogas a ese matón? Acelero el manubrio de mi moto y el rugido del motor me hace vibrar, tengo la adrenalina a mil y Hunter se abraza con fuerza a mi cintura. Para nuestra suerte, se mejoró bastante rápido de la paliza que le dio Archie en la pelea de hace días. Mis manos sudan un poco y las limpio con mi pantalón, al llegar a las bodegas que Lui usa para almacenar sus porquerías, me estaciono a distancia. Bajo con cautela de la moto y Hunter me sigue, caminamos a paso rápido y escuchamos un grito despavorido de Abby, mi corazón se achica y siento que esta apunto de paralizarse por el miedo. Suspiro y tragando saliva le tiendo una de las armas que le robe a Alessandro de su despacho, tomo la otra con
La espera había terminado, hoy finalmente después de esperar meses, entraría a la universidad. Mi amado sueño de ser una artista profesional comenzaba. Me desperté con energía y tomé una larga ducha, cantaba mis canciones favoritas, mientras pensaba que ponerme. Al salir del baño enrolle mi cuerpo en una toalla suave y camine hasta el armario, busque entre los colgadores, me detuve al mirar la chaqueta de cuero color rojo que me había obsequiado Abby en mi cumpleaños el año anterior. No sabia nada de ellos desde el lunes que sucedió todo en las bodegas de Lui. ¿Por qué me traicionaron? Jamás hubiese hecho algo así, no a ellos. Con algo de nostalgia la tome en manos y la saque, también tome una camiseta sin mangas de unas de mis bandas favoritas de rock en color blanco, termine colocándome un vaquero azul celeste, la camiseta, la chaqueta de cuero roja y mis t
Mi primera clase resulto ser tan aburrida, como escuchar a mi tío hablando de negocios. ¿Por qué en una carrera tan hermosa como el arte tenia que aprender historia clásica? No lo comprendo, un pésimo comienzo, sin mencionar el secuestro de ese vampiro por la mañana. Y pensar que lo creí atrayente, pero como siempre termino siendo un psicópata. Claro que sé que oculta algo, hay un semblante de misterio que lo emana desde que habla y eso tengo que descubrirlo. Suspirando recojo mis utensilios y ajusto mi bolso en mi hombro, camino con rapidez a la puerta evitando la acusatoria mirada de una compañera que no guardo apariencias. Me ha estado lanzando miradas fulminantes y desconozco la razón, no podría imaginar quien es. —¿Acaso te gustaría una fotografía? Creo que duraría mucho más—pregunto en su dirección y rueda los ojos con fastidio
Regresamos a la universidad y nos separamos para ir a nuestras respectivas clases, Mag era estudiante de literatura. Solo coincidíamos en una o dos clases. Suspirando camine hasta mi casillero nuevamente, guarde los libros anteriores y saque los nuevos. Me sentía inquieta y bastante pensativa, el tema de Dante era serio, sabía que la hadita no me mentiría con algo de ese calibre, además que era notorio en su semblante. Lo cual me mantenía alerta, era difícil creer que un chico tan guapo tuviera una mente tan macabra. Mag había aceptado mi propuesta de venganza, me entrometería en la vida de ese idiota y tenía claro que las consecuencias podrían ser graves. Arrastre mis pies por los pasillos atestados de estudiantes, mientras maquinaba mentalmente como acercarme al vampiro, ya que fue obvio mi rechazo hacia él y podría ser sospechoso que ahora fuera amable.—¿Pensando en m&i
Cuelgo la llamada y golpeo con fuerza la mesa, Mar me mira con preocupación y confusión, la pobre no tiene ni idea de lo que esta sucediendo y lo mucho que necesitare su ayuda. ¿Qué más daba? No podía permitir que los matará, no al menos si yo lo sabía. Esa llamada1 podría meterme en serios problemas, parecería que soy su cómplice y claro que Lui tiene jugadas muy sucias. Resoplo y me llevo las manos a mi cabeza, no quiero entrometer a la hadita en esto, no merece oscuridad en su vida.—¿Qué ocurre Annie? ¿A quién matarán? ¿Qué carajos fue esa llamada? —inquiere con una mirada cargada de susto en su puesto, mientras se remueve con impaciencia.—Mar, hay muchas cosas que no sabes de mí, me he codeado de personas muy peligrosas y mis amistades no eran exactamente buenas, están en problemas y si n
Siendo apretujada por el pelirrojo, sus palabras resuenan en lo más profundo de mi mente. ¿En realidad es mi hermano? ¿Cómo es eso posible? ¿Acaso él es hijo de mi padre biológico? No suena tan descabellado si lo pienso bien, parece mi mellizo, es decir, somos tan idénticos que da miedo. Sintiéndome extraña y como si me encontrara en la escena de juego de gemelas, me aleje lentamente del sujeto que no parecía querer soltarme. Lo mire estupefacta y analice cada facción suya, centrándome en sus ojos y lo increíblemente identificada que me sentía al mirarlo.—¿Quién eres? ¿Y qué es eso de “hermana”? —pregunte, citando sus palabras. Él me miro con curiosidad y en seguida me fije en la mirada nerviosa de mi tía, Mia.—¡Cariño! No te escuchamos llegar, ¿Qué tal tu prim