Kerr no supo cómo sentirse al respecto, las personas que se reunieron alrededor de él comenzaron a tocarlo y abrazarlo como si fuera parte de ellos de toda la vida y regresara después de un largo viaje, tal vez así había sido.
Después de un rato, cuando casi todo el mundo le había estrechado la mano o dado un fugaz abrazo acompañado de un “bienvenido” Kerr se dirigió al hombre de cabello negro que tenía sus ojos y le habló.
—No… no entiendo —le dijo, emotivo, y él se acercó, lo abrazó de nuevo y comenzó a arrastrarlo por el bosque.
—¿Qué sabes? —le preguntó el hombre —parece que no mucho —Kerr negó con la cabeza.
—Hace apenas un par de días me enteré que mamá era de acá —el hombre lo siguió arrastrando, se veía feliz y emocionado, como si hubiera recibido el juguete de navidad que había esperado toda la vida.
Cuando llegaron a una tienda de campaña alta y hecha de una tela gruesa e impermeable el hombre lo metió de un tirón y Kerr se quedó asombrado.
La tienda de campaña parecía ser permanente, ya que estaba perfectamente apostada en el suelo, con repisas alrededor y un tapete de piel de oso que pensó sería muy suave.
La luz del sol se colaba a traves de la tela amarillenta inundando todo de un cálido color mostaza y el hombre se arrodilló al lado de una cama baja que se veía cómoda, sacó de debajo de ella un cofrecito y esculcó hasta que sacó una fotografía que extendió hacia Kerr.
—Esto me lo envió tu madre cuando eras un niño —Kerr miró la foto, era una imagen de él sentado sobre una pequeña silla y tenía un pollito entre las piernas acunándolo entre las manos y con una amplia sonrisa en los labios. Aunque era más pequeño, Kerr no pudo evitar compararse con Benjamín, y en efecto, eran terriblemente parecidos, por eso Vanya le había preguntado si era su hijo.
—¿Ella lo envió? —le preguntó Kerr y el hombre asintió.
—Como seis años después de que se fue con Eduardo —le dijo el hombre —estiró la mano y para que Kerr volteara a ver la parte de atrás. Leyó: “Es tu sobrino, Kerr. Le puse así por nuestro padre Kerrison, pronto iré a visitarlos”
—Pero nunca vino —le dijo Kerr y el hombre negó.
—Parece que ni siquiera te habló de que tenían un tío, por cierto, me llamo Irán —Kerr le sonrió —me quedé esperando su llegada, lamentablemente no pude ir yo, tengo muchas responsabilidades con la manada, pero dime, ¿cómo está tu madre? —la sonrisa de Kerr se borró lentamente y miró la foto que tenía entre las manos.
—Creo que no vinimos porque mamá murió cuando tenía diez —le dijo y vio como la cara del hombre palideció —lo siento — Kerr le apartó la mirada, no pudo ver en esos ojos azules el dolor que vio.
El hombre dio un paso al frente y lo abrazó, con tanta fuerza que Kerr se sintió abrazado por primera vez en su vida y le devolvió el abrazo, apretando la espalda del hombre que sollozó en su hombro.
—No puede ser —dijo el hombre después de un rato —¿qué le sucedió? —Kerr se aclaró la garganta, temía que la voz le saliera rota, pero cuando habló, eso fue lo que pasó.
—La verdad no lo sé muy bien, pero me dijeron que fue un accidente de tránsito —el hombre se apartó de Kerr y lo miró a los ojos.
—Pero, ¿cómo pudo morir en un accidente? Los lobos somos mucho más fuertes que un humano —Kerr abrió los ojos y trató de alejarse del hombre, pero él lo tenía bien sujeto y lo miró con curiosidad.
—¿Qué dices? —preguntó, esta vez sí que le tembló la voz — ¿mi mamá era una loba? —Irán pasó saliva mientras Kerr negaba con la cabeza —eso es imposible, mi papá también era lobo, y yo… — recordó la historia de la vieja Liliana que había engendrado con otro lobo y su hijo la devoró en cuanto nació —la leyenda… —Irán le indicó que se sentará en la cama —yo soy normal.
—¿Estás seguro? —le preguntó su tío y Kerr se lo quedó mirando.
—Si dos lobos engendran, los hijos que nazcan de ahí serán lobos salvajes, comunes, solo animales sin conciencia humana y yo…
—Es mentira —le dijo Irán —así como dos vampiros que engendran tienen hijos más fuertes, así mismo cuando dos lobos lo hacen su hijo es más fuerte… mucho, los llamamos raza superior —Kerr sintió que le dio mareo —cuando me enteré que Victoria estaba embarazada, temí mucho, ella lo hizo, Eduardo y toda su manada también, pero ella no quiso interrumpir el embarazo y cuando naciste normal pensamos que tuviste suerte.
« No quisimos que nadie se enterara, acá en la manada no lo supieron hasta hace unos años que llegó Moira —Kerr miró en todas direcciones confundido, parecía que tenía el cerebro entumecido.
—¿Quién es Moira? —preguntó y el hombre rio.
—Ella, una Loba superior, la principal encargada de que los laboratorios Jábico dejaran de existir, también es hija de dos lobos y llegó a esta manada hace un par de años reuniendo fuerzas para pelear contra ellos, y nuestra Alpha ayudó, todos lo hicimos.
—Lobo superior —susurró Kerr mas bien para sí mismo —¿es lo que soy? —Irán asintió y Kerr dejó escapar el aliento. Había viajado hasta ahí por información y la había obtenido más fácil de lo que imaginó, y la respuesta no supo si lo inquietó más.
—¿Por qué nunca me lo dijeron? —se preguntó —¿si toda la manada sabía por qué nunca me lo dijeron? —Irán le acarició la espalda.
—La gente siempre le teme a lo que no puede entender —le dijo y a Kerr le llegaron miles de momentos en los que sintió ese rechazo por parte de todos. Era por eso, el niño hijo de dos lobos, por eso le temían y lo trataban diferente y saberlo no solo no le trajo paz, le llenó el cuerpo de una ira incontrolable.
—Moira, ¿puedo hablar con ella? —preguntó e Irán ladeó la cabeza.
—Hace mucho no sabemos de ella, su manada está en San Narciso bien protegida de los residuos que dejó Jábico, debemos protegerte también a ti, si vieras todo lo que hicieron por capturarla para experimentar con ella, incluso antes del florecimiento de su loba superior —apretó el hombro de Kerr —¿Tu lobo superior ya floreció? —Kerr asintió con la cabeza. Florecer le parecía una palabra demasiado cursi para todo el infierno que tuvo que pasar con la fuerza intentando salir de su interior.
—Fue horrible, luché contra él por varios días, pero cuando Víctor me expulsó de la manda y… no pude pelear más y lo dejé salir.
—¿Víctor te expulsó? —preguntó asombrado Irán y Kerr le apartó la mirada.
—Es una larga historia.
—Pues tendremos tiempo, porque estás en casa —Kerr le sonrió, el hombre desprendía un cariño sin igual que lo hizo sentir cómodo, como si la sangre en su cuerpo supiera que el hombre era su familia. Se preguntó si eso era lo que Benjamín sentía estando con él.
Kerr sintió que alguien se acercaba, y en un segundo un muchacho metió la cabeza por la entrada de la tienda.
—Señor Irán, la Alpha Karina quiere ver a su sobrino y a usted —el hombre ladeó la cabeza.
—Creo que estoy en problemas —dijo el hombre —nunca le dije nada, incluso después de que apareciera Moira y entendiéramos todo, nadie comentó al respecto. Después de lo que tuvo que vivir Moira los pocos que sabíamos de tu existencia decidimos callar —se levantó y tomó a Kerr del antebrazo —vamos, no te dejes intimidar por ella, aparenta ser muy brutal por la manada pero le gustan los gatos y el agua caliente —Kerr sonrió dejándose arrastrar por su tío.
Las personas de la manada con las que se cruzaban le daban una amplia sonrisa a Kerr, y varios se amontonaban para verlo, era como una celebridad, y aunque no le gustaba llamar la atención, no se pudo negar así mismo que aquello le gustó.
Cuando cruzaron la puerta de la cabaña Kerr se quedó de nuevo asombrado.
El lugar era amplio, con un enorme tragaluz y un asiento al final a modo de trono donde la hermosa mujer pelirroja estaba sentada bien erguida.
—Le presento a mi sobrino, Kerr —le dijo Irán cuando estuvieron frente a ella y Karina se lo quedó mirando.
—Kerr, te presento a nuestra Alpha Karina, ganó el mandato por fuerza —Kerr extendió la mano hacia ella. En las manadas de lobos había dos formas de elegir un Alpha, fuerza y elección, cuando era la hora de escoger, los miembros del concejo proponen a los lobos más fuertes de la manada, si alguno obtiene mayoría será el Alpha por elección, como Víctor, pero si no, los elegidos pelearan entre ellos hasta que solo quede uno, no necesariamente hay que matar a los demás, solo someterlos, y que la mujer se hubiera alzado ganadora en una manada con tantos miembros a Kerr le pareció admirable.
—Es un gusto —le dijo y estrechó la mano de la mujer, era fría y fuerte.
—Sabía que tenías una hermana —le dijo ella a Irán sin apartar la vista de Kerr —¿por qué nunca me dijiste que tenías un sobrino…tan guapo —las mejillas de Kerr enrojecieron y eso la hizo sonreír con superioridad.
—Lo siento, Karina, no sabíamos nada de los lobos superiores, y después de que llegó Moira temí revelar la ubicación de Kerr porque…
—Jábico aún vive. Aunque es casi inexistente, no está en nuestro país —le interrumpió la mujer y el hombre asintió — tranquilo, lo importante es que nuestra manada ahora tiene un lobo superior — kerr quiso mencionarle que el doctor sí que estaba cerca de ellos, pero la otra frase le robó más la atención.
—Lo siento — le dijo Kerr —Pero no pertenezco aquí —Karina se inclinó hacia él.
—Por ley y por sangre —le dijo la mujer — puedes elegir la manada que quieras si procedes de ella, si de verdad quieres, serás parte de nosotros y créeme, serás más que bienvenido —Kerr bajó la mirada, él ya no tenía nada.
—¿Qué tanto sabes sobre los lobos superiores? —le preguntó Kerr y ella meneó la cabeza.
—Soy buena amiga de Moira.
—Genial, porque tengo muchas preguntas — La mujer asintió con seguridad y le sonrió seductoramente.
—Pues, sé cómo puedes preguntarle tú mismo.
Si quieren conocer la historia de Moira, la encuentras en Sueñ0 Vela como La Alpha por Diego Almary
A Aleck le sorprendió la fuerza con la que Sebastián lo había golpeado, no era ni un cuarto de lo que podía soportar, pero para el lobo, que tenía cegado los poderes, le pareció que fue un buen golpe. Corrió siguiendo el rastro oloroso del lobo con la maleta al hombro, parecía que a pesar de estar atado de manos era bastante rápido. Lo encontró unos metros más allá de pie junto a un árbol, lo miraba fijamente, como si lo estuviera retando y Aleck avanzó con paso firme, dejó caer el bolso al suelo y avanzó con paso firme. —¿Qué pretendías con esto? —le preguntó y Sebastián se lo quedó mirando con una medio sonrisa en la boca —sabes que sin poderes será imposible que huyas de mi —Aleck siguió avanzando y cuando estaba a solo dos metros del lobo, el suelo bajo sus pies se abrió con fuerza y en seco, como un golpe fuerte y cayó al vacío. Era un pozo hondo, bastante, y por suerte los poderes de Aleck le ayudaron a girar en el aire como un gato y voltear los pies hacia el suelo. El fond
42Kerr permaneció sentado a solas en la cabaña mientras la Alpha se retiró. Si era honesto consigo mismo, le asustaba hablar con Moira, apenas hacía una hora que se enteró que él pertenecía a una raza superior de hombres lobo y ya estaba a punto de hablar con una de las primeras que ha existido desde hace siglos.—Es menor que tú —le había dicho la pelirroja — pero su despertar fue mucho antes, tal vez te sirva para aclarar algunas cosas, no lo sé —y se había retirado a buscarla.Las manos de Kerr sudaban, la cabaña era amplia y cálida y aunque no lo fuera, le pareció que su nuevo cuerpo le ayudaba a conservar mejor el calor, ya que a esas alturas de la montaña el frío era bastante intenso.Mientras esperaba miró la silla que tenía Karina a modo de trono y le pareció graciosos, se imaginó que en el momento en que Rak se diera cuenta de ese querría una para sí mismo. La broma interna que se hizo le amargó la boca, le fue imposible no preguntarse qué estaba pasando en la manada. ¿Vícto
43Cuando Kerr salió de la cabaña tenía en el cuerpo una extraña sensación. La conversación con Moira le había ayudado al menos a entender que lo que le había pasado era meramente un acto evolutivo y que no iba a explotar en cualquier momento, pero el qué hacer con eso le dejó un gran vacío.Las antiguas leyes decían que, si un lobo era expulsado no podía regresar jamás a la manada, a menos de que se posesionara un nuevo Alpha y le permitiera regresar, pero las antiguas leyes ya no aplicaban, las manadas dejaron de creer en cuentos fantásticos y actuaban con más libertad, él podía volver si quisiera a la manada, estaba seguro que si ayudaba en la guerra a Víctor no le quedaría más opción que aceptarlo de vuelta si le juraba de nuevo lealtad, pero ¿quería en realidad?Todas las personas, lobos o humanos, que pertenecían a allí lo habían tratado como si nunca hubiera existido, no supo si acreditarles el hecho de que era el hijo de dos lobos o que simplemente eran desagradables por natur
44Cuando Sebastián despertó, la noche comenzaba a caer sobre el bosque y lo inundaba todo con sombras alrededor fantasmagóricas y espesas. Tenía el cuerpo entumecido y dolorido, le recordó la noche después de que despertara cuando le habían disparado el dardo y lo habían llevado a las pequeñas instalaciones del papa de Vanya.Respiró profundo, y los olores estaban un poco más intensos, como si sus habilidades comenzaran a reaparecer. Alguien bajo él se movió y Sebastián se percató de que estaba acostado sobre alguien y cuando volteó la cabeza se encontró con Aleck, el vampiro tenía el entrecejo apretado mientras dormía, era como si estuviera batallando con algún demonio en una pesadilla.Lo tenía abrazado desde atrás, como si lo estuviera protegiendo de algo y Sebastián recordó las convulsiones que le produjo el líquido que él mismo le había tirado. Ese había sido un dolor diferente, como una especie de punzada en la cabeza y su cuerpo comenzó a moverse sin su consentimiento. Intentó
45Kerr se vistió con rapidez, tenía el corazón acelerado por todo lo que había pasado en menos de diez minutos y no entendió la reacción de Karina.La alarma resonó con fuerza por todo el lugar, parecía una corneta fuerte soplada por alguien y Kerr extendió la conciencia y encontró en las mentes de los demás que la alarma era para una reunión extraordinaria del consejo.Guardó sus cosas dentro del bolso y contempló a Alphita con un nudo en el estómago, como si con verlo a él estuviera viendo a Vanya que le reclamara por acostarse con Karina.—Yo no fui el que traicionó primero —dijo y lanzó el peluche contra las paredes de la tienda y rebotó de bajo de la cama, luego se agachó, lo recogió y lo guardó en el bolso junto con sus demás cosas.Cuando salió de la tienda comprobó que las personas de la manada estaban relativamente intranquilas, en sus conciencias Kerr leyó que hacía mucho no sonaba la alarma del concejo, pero esperaban con ansias el que no fuera nada importante.Kerr buscó
46Víctor no quería enfrentar la situación, cuando Sebastián entró por las puertas de la fábrica con el vampiro en brazos él mismo envió a un par de muchachos para adecuar una de las celdas para la criatura de la noche, aunque tenía superfuerza, le tomaría un par de minutos liberarse y apostó allí varios guardias armados con dardos por si el vampiro intentaba huir.Se encerró en su habitación y aunque Sebastián tocó la puerta un par de veces él lo despachó con un: “estoy ocupado” pero lo cierto era que estaba sentado en la orilla de la cama con la mirada perdida por la minúscula ventana que daba al bosque. observó la habitación, que no era más que una bodega con una cama y un par de cuadros con fotos que a la fuerza Lina había traído de su antigua casa, por lo demás, las paredes estaban mohosas y en mal estado de un color gris cemento. La puerta se abrió y Lina entró meneando la enorme barriga por todas partes y se quedó mirándolo con los brazos cruzados sobre el pecho. Víctor le a
Kerr entró a la tienda que le habían asignado y la miró con decepción, por alguna razón se hizo a la idea de que pasaría al menos unos cuantos días en la manda y que no tendría que enfrentar sus problemas tan rápido, pero ahí estaba, empacando sus cosas listo para regresar a enfrentarlo todo, pero claro que no estaba preparado, si lo estuviera se hubiera dejado llevar por Karina y hubiera tenido una buena noche de sexo, pero el maldito Alphita de peluche tenía que haber aparecido para recordarle lo miserable que tenía que seguir siendo.Se acostó en la cama a pensar, afuera había cierta conmoción de todas las personas que estaban empacando sus cosas y Kerr creyó que debería salir a ayudar, pero no lo hizo, no quería salir de la cama.Se quitó los zapatos y se cubrió con las sábanas y cerró los ojos con fuerza, recordó la humedad de Vanya y lo que sintió en el cuerpo cuando se hundió dentro de ella, lo que sintió cuando la miró a los ojos verdes dilatados y como terminó dentro de ell
48Sobrevivir a la nocheVanya terminó de subir las escaleras con el corazón en la mano, en el comedor estaba ya reunida toda la manada, los humanos y los jóvenes, mientras que los lobos adultos se dispersaron por todo el lugar.De una rápida mirada comprobó alrededor, las ventanas estaban bien selladas con gruesos palos de madera y la puerta principal había sido soldada con enormes vigas de metal que Vanya no sabía de dónde había sacado Víctor.Estaban bien fortificados dentro de la fábrica y Vanya se sintió un poco segura, solo tenían que sobrevivir la noche, si así lo hacían, tal vez Rak se alejara para buscar otra forma de abordarlos.Se unió a los demás que estaban amontonados en el comedor, la mayoría armados con armas artesanales llenas de dardos listos para disparar a cuanto un lobo se le atravesara y Vanya agarró la mano de Lina, la esposa del Alpha, que se veía sudorosa y pálida.—Ya verás que todo va a salir como lo planeado —le comentó ella y Lina apenas la miró cuando asi