42
Kerr permaneció sentado a solas en la cabaña mientras la Alpha se retiró. Si era honesto consigo mismo, le asustaba hablar con Moira, apenas hacía una hora que se enteró que él pertenecía a una raza superior de hombres lobo y ya estaba a punto de hablar con una de las primeras que ha existido desde hace siglos.
—Es menor que tú —le había dicho la pelirroja — pero su despertar fue mucho antes, tal vez te sirva para aclarar algunas cosas, no lo sé —y se había retirado a buscarla.
Las manos de Kerr sudaban, la cabaña era amplia y cálida y aunque no lo fuera, le pareció que su nuevo cuerpo le ayudaba a conservar mejor el calor, ya que a esas alturas de la montaña el frío era bastante intenso.
Mientras esperaba miró la silla que tenía Karina a modo de trono y le pareció graciosos, se imaginó que en el momento en que Rak se diera cuenta de ese querría una para sí mismo. La broma interna que se hizo le amargó la boca, le fue imposible no preguntarse qué estaba pasando en la manada. ¿Víctor los llevaría a la guerra de igual forma? ¿ya estarían muertos? Tal vez ya lo estuvieran y Benjamín bajo las garras del Alpha oscuro.
Alejó esos pensamientos mientras esperaba pacientemente a la Alpha, y cuando ella regresó después de una media hora, entró y se sentó con las piernas cruzadas sobre el “Trono”
—¿Hablará conmigo? —le preguntó Kerr ansioso y la mujer asintió.
—¿Qué edad tienes, Kerr? —le preguntó y él se aclaró la garganta.
—En unos días cumplo veintiséis —le comentó y la mujer abrió los ojos.
—Mira, tenemos la misma edad —Kerr sintió que la mirada que le lanzó la mujer fue bastante evidente y trató de evitar que la cara se le enrojeciera.
Le dio una disimulada mirada al cuerpo de la mujer, era exageradamente atractiva, con la piel tersa y los pechos redondeados debajo de la tela blanca, la cintura bien marcada y los labios carnosos
«¿por qué no?»
Se preguntó Kerr, estaba soltero y solitario y la mujer le demostró una muy clara mirada lasciva, pero cuando él estaba a punto de abrir la boca para lanzar un comentario alagandola, un ruido chillón resonó por toda la cabaña. La mujer sacó un pequeño teléfono y se lo tendió a Kerr.—¿Será así? —le preguntó él y ella asintió, luego se alejó contoneando las caderas. Hacía mucho que Kerr no sostenía un celular, desde que Víctor le obligó a tirar el suyo para evitar ser rastreados. Contestó la llamada y le temblaron las manos — hola —dijo y la persona al otro lado se hizo esperar.
—¿Kerr? —dijo la voz, era una mujer, sonaba joven y agradable.
—¿Moira?
—Soy yo, ¿Cómo estás? —Kerr abrió la boca para contestar.
—Creo que… creo que bien, aun no logro entender qué me pasó —Moira respiró al otro lado de la línea.
—Te entiendo, todas las percepciones y lo que cambia en solo un segundo, puede llegar a ser abrumador, pero te prometo que todo mejorará —Kerr ladeó la cabeza.
—Soy… recién me enteré de esto, ¿Cómo es posible? ¿por qué crearon este rumor? —Tenía tantas preguntas y no sabía si la muchacha podía ayudarlo.
—Hace siglos las manadas de lobos se apareaban entre ellos, y su hijos superiores con otros superiores —le comentó Moira —no somos como los vampiros en que su estado de sangre más pura es un transformista y ahí se detiene, no, entre más pura sea nuestra sangre más grandes y fuertes somos. ¿te imaginas? Los tataranietos de sangre pura de un lobo superior eran tan morbosamente grandes que no eran capaces de mover el cuerpo tan pesado que tenían, cien, ciento cincuenta metros de altura…
—¿Por eso el periódico In Premiere no lo reveló? —Moira asintió con la voz.
—Soy buena amiga de Ana Avendaño, y entre todos decidimos que era mejor que las manadas siguieran procreando con humanos, ¿te imaginas un ejército de lobos como nosotros? —Kerr imaginó a Rak con ese poder y sintió escalofríos.
—La manada de Karina y la mía hemos decidido no pasar de más de un superior, y también guardar el secreto, ¿prometes que tu manada también lo hará? —Kerr bufó.
—No tengo manda, me expulsaron por estar en desacuerdo —Moira guardó silencio un momento.
—Bien, San Narciso está cerca de ahí, más o menos. Si no quieres estar solo sé que Karina o yo te recibiremos con gusto, no podría incluirte a aquí, pero serías un invitado—Kerr negó, aunque sabía que la muchacha no podía verlo.
—No sé qué hacer aún… yo, yo no sé —Moira respiró profundo.
—El lobo superior sale después de un evento de estrés máximo, por ejemplo, alguien estaba a punto de matar al hombre que amo, y mi loba salió en ese momento. ¿Por qué siento que el desencadenante de tu estrés aún lo llevas contigo? —Kerr apretó el celular con fuerza.
—Porque así es, yo… peleé con la fuerza por muchos días, sin entender qué era lo que quería escapar y entendiendo la nueva habilidad telepática.
—¿Tú habilidad mental mejoró? —le preguntó ella asombrada y Kerr se asustó.
—¿La tuya no? —le preguntó en un hilo de voz, lo último que le faltaba era que ni la única persona en el mundo que podía explicarle qué era él no lo supiera.
—No, yo no, pero mi esposo sí. Al parecer es una habilidad que pueden desarrollar todos los lobos. Creo que no tiene nada que ver con tu gen superior, pero sí será más fuerte. Dime, Kerr, ¿luchaste con esta fuerza mucho tiempo?
— Muchos días, siempre era cuando me estresaba o me enojaba. Al principio era solo una sensación, pero luego se hizo tan fuerte como… no lo sé, dolía intentar dejarla dentro, pero temía dejarlo salir, y cuando me expulsaron, fue… Fue fuerte y no logré contenerlo.
—No te preocupes, Kerr, es un mundo nuevo para nosotros, tal vez tus padres eran más fuertes que los míos, y eso se hereda, no me sorprendería que fueras más fuerte que yo… el lobo más fuerte en mil años —Kerr dejó escapar el aliento.
—¿Eso es bueno? —preguntó y Moira respiró.
—Creo que todo depende de ti, ¿Crees que sea bueno? —Kerr no supo contestar.
—Yo estoy confundido, ¿qué haré con tanta fuerza, Moira?
—Eso no lo puedo decir yo, solo tú sabrás por qué valdrá la pena vivir. Yo encontré motivación en mi hijo y mi esposo, también en destruir a los laboratorios Jábico y proteger a los míos.
—Pues yo ya no tengo a nadie —le dijo Kerr y apretó el puño de la mano que descansaba sobre su regazo.
—¿Estás seguro de eso? —le preguntó Moira. Kerr no contestó —tomate el tiempo que necesites para entender lo que te pasó y lo que eres, pero recuerda de dónde vienes y las personas que de verdad te importan. Yo pienso que fuimos escogidos por algo, tu y yo, y mi hijo. Hace siglos que dejamos de creer en la diosa luna, pero a veces pienso que hay algo más grande que todos nosotros que mueve los hilos. Piensa, ¿por qué tu? ¿por qué en tu manada? —Kerr apretó los dientes, sentía un rencor por dentro que aun no era capaz de dejar ir y eso le incomodó.
—¿Y qué pasa si no soy tan bueno? ¿Si utilizo esta fuerza para hacer el mal? —Moira rio, una risa calmada y muy alejada de la burla.
—Si fueras eso, no estuvieras ahora hablando conmigo tratando de entender qué eres, pero no puede responder esa pregunta, solo tú puedes saber quien eres o en quién te convertirás, pero no tienes qué saberlo ahora, las respuestas llegarán a su debido tiempo —Kerr metió las manos entre las piernas y se hizo un ovillo en la banca.
—Yo no sé nada.
—Y no tienes que saberlo, estar confundidos es tan normal como respirar, la mejor forma de encontrar quién eres es buscarte.
—¿Y cómo hago eso? —le preguntó Kerr, los ojos se le llenaron de lágrimas.
—Karina me contó que tu manada está en guerra —Kerr se irguió.
—Ellos no me quieren, nunca lo han hecho —le dijo y Moira se quedó cayada.
—¿Estás seguro? —preguntó y Kerr no supo qué contestar, ¿de verdad no lo querían o solo le temían porque sabían que era hijo de dos lobos? ¿o porque Víctor sí lo odiaba y no quería llevarle la contraria? ¿Merecían que él los abandonara en el momento en que más lo necesitaban? —me tengo que ir ahora, Kerr —le dijo Moira —pero este es mi número y podrás llamarme en cualquier momento, para lo que necesites. Espero verte pronto, sé que todo saldrá bien.
—Gracias, Moira —le dije Kerr y la llamada se cortó.
Kerr miró el cielo azul por el tragaluz y se quedó ahí un rato, se sentía peculiarmente más tranquilo, pero no por eso menos confundido.
Cuando Karina entró Kerr le tendió el celular y le rozó deliberadamente los dedos.
—¿Qué harás? —le preguntó la Alpha y Kerr ladeó la cabeza.
—Me quedaré aquí un poco más — le contestó —Necesito distraerme —Karina sonrió ampliamente.
43Cuando Kerr salió de la cabaña tenía en el cuerpo una extraña sensación. La conversación con Moira le había ayudado al menos a entender que lo que le había pasado era meramente un acto evolutivo y que no iba a explotar en cualquier momento, pero el qué hacer con eso le dejó un gran vacío.Las antiguas leyes decían que, si un lobo era expulsado no podía regresar jamás a la manada, a menos de que se posesionara un nuevo Alpha y le permitiera regresar, pero las antiguas leyes ya no aplicaban, las manadas dejaron de creer en cuentos fantásticos y actuaban con más libertad, él podía volver si quisiera a la manada, estaba seguro que si ayudaba en la guerra a Víctor no le quedaría más opción que aceptarlo de vuelta si le juraba de nuevo lealtad, pero ¿quería en realidad?Todas las personas, lobos o humanos, que pertenecían a allí lo habían tratado como si nunca hubiera existido, no supo si acreditarles el hecho de que era el hijo de dos lobos o que simplemente eran desagradables por natur
44Cuando Sebastián despertó, la noche comenzaba a caer sobre el bosque y lo inundaba todo con sombras alrededor fantasmagóricas y espesas. Tenía el cuerpo entumecido y dolorido, le recordó la noche después de que despertara cuando le habían disparado el dardo y lo habían llevado a las pequeñas instalaciones del papa de Vanya.Respiró profundo, y los olores estaban un poco más intensos, como si sus habilidades comenzaran a reaparecer. Alguien bajo él se movió y Sebastián se percató de que estaba acostado sobre alguien y cuando volteó la cabeza se encontró con Aleck, el vampiro tenía el entrecejo apretado mientras dormía, era como si estuviera batallando con algún demonio en una pesadilla.Lo tenía abrazado desde atrás, como si lo estuviera protegiendo de algo y Sebastián recordó las convulsiones que le produjo el líquido que él mismo le había tirado. Ese había sido un dolor diferente, como una especie de punzada en la cabeza y su cuerpo comenzó a moverse sin su consentimiento. Intentó
45Kerr se vistió con rapidez, tenía el corazón acelerado por todo lo que había pasado en menos de diez minutos y no entendió la reacción de Karina.La alarma resonó con fuerza por todo el lugar, parecía una corneta fuerte soplada por alguien y Kerr extendió la conciencia y encontró en las mentes de los demás que la alarma era para una reunión extraordinaria del consejo.Guardó sus cosas dentro del bolso y contempló a Alphita con un nudo en el estómago, como si con verlo a él estuviera viendo a Vanya que le reclamara por acostarse con Karina.—Yo no fui el que traicionó primero —dijo y lanzó el peluche contra las paredes de la tienda y rebotó de bajo de la cama, luego se agachó, lo recogió y lo guardó en el bolso junto con sus demás cosas.Cuando salió de la tienda comprobó que las personas de la manada estaban relativamente intranquilas, en sus conciencias Kerr leyó que hacía mucho no sonaba la alarma del concejo, pero esperaban con ansias el que no fuera nada importante.Kerr buscó
46Víctor no quería enfrentar la situación, cuando Sebastián entró por las puertas de la fábrica con el vampiro en brazos él mismo envió a un par de muchachos para adecuar una de las celdas para la criatura de la noche, aunque tenía superfuerza, le tomaría un par de minutos liberarse y apostó allí varios guardias armados con dardos por si el vampiro intentaba huir.Se encerró en su habitación y aunque Sebastián tocó la puerta un par de veces él lo despachó con un: “estoy ocupado” pero lo cierto era que estaba sentado en la orilla de la cama con la mirada perdida por la minúscula ventana que daba al bosque. observó la habitación, que no era más que una bodega con una cama y un par de cuadros con fotos que a la fuerza Lina había traído de su antigua casa, por lo demás, las paredes estaban mohosas y en mal estado de un color gris cemento. La puerta se abrió y Lina entró meneando la enorme barriga por todas partes y se quedó mirándolo con los brazos cruzados sobre el pecho. Víctor le a
Kerr entró a la tienda que le habían asignado y la miró con decepción, por alguna razón se hizo a la idea de que pasaría al menos unos cuantos días en la manda y que no tendría que enfrentar sus problemas tan rápido, pero ahí estaba, empacando sus cosas listo para regresar a enfrentarlo todo, pero claro que no estaba preparado, si lo estuviera se hubiera dejado llevar por Karina y hubiera tenido una buena noche de sexo, pero el maldito Alphita de peluche tenía que haber aparecido para recordarle lo miserable que tenía que seguir siendo.Se acostó en la cama a pensar, afuera había cierta conmoción de todas las personas que estaban empacando sus cosas y Kerr creyó que debería salir a ayudar, pero no lo hizo, no quería salir de la cama.Se quitó los zapatos y se cubrió con las sábanas y cerró los ojos con fuerza, recordó la humedad de Vanya y lo que sintió en el cuerpo cuando se hundió dentro de ella, lo que sintió cuando la miró a los ojos verdes dilatados y como terminó dentro de ell
48Sobrevivir a la nocheVanya terminó de subir las escaleras con el corazón en la mano, en el comedor estaba ya reunida toda la manada, los humanos y los jóvenes, mientras que los lobos adultos se dispersaron por todo el lugar.De una rápida mirada comprobó alrededor, las ventanas estaban bien selladas con gruesos palos de madera y la puerta principal había sido soldada con enormes vigas de metal que Vanya no sabía de dónde había sacado Víctor.Estaban bien fortificados dentro de la fábrica y Vanya se sintió un poco segura, solo tenían que sobrevivir la noche, si así lo hacían, tal vez Rak se alejara para buscar otra forma de abordarlos.Se unió a los demás que estaban amontonados en el comedor, la mayoría armados con armas artesanales llenas de dardos listos para disparar a cuanto un lobo se le atravesara y Vanya agarró la mano de Lina, la esposa del Alpha, que se veía sudorosa y pálida.—Ya verás que todo va a salir como lo planeado —le comentó ella y Lina apenas la miró cuando asi
Vanya vio como Clarisa se agachó entre las piernas de Lina y tanteó con los dedos la entrada, a lo lejos, se podía escuchar el ruido que hacía la manda acercándose.—Estás muy dilatada, ¿desde hace cuanto estás en trabajo de parto? —le preguntó la doctora y Lina ladeó la cabeza y se mordió el labio cuando la acometió una nueva contracción.—Desde esta mañana, pero pensé que era otra cosa, o estrés —contestó, Lina miró a Vanya y ella notó en sus ojos una preocupación absoluta —¿Por qué ahora mi amor? —le dijo la mujer al bebé y se acarició la enorme barriga.Clarisa la tomó de la mano y comenzó a llevar a Lina hacia la enfermería, un par de ancianas se metieron con ella y Vanya tuvo que ayudarla a llevar. Lina estaba pálida y sudorosa y cuando una contracción le llegó casi se le escapa de las manos a Vanya. La dejaron sobre la camilla y Clarisa comenzó a desinfectar los instrumentos que utilizaría.—¿Qué hago? —preguntó Vanya, tenía el control remoto aferrado a la mano con fuerza y Cla
50Kerr corrió tan rápido como sus nuevas habilidades le permitieron, pero aun así estaba bastante lejos de la fábrica y le tomó al menos un par de horas estar ya en las inmediaciones del bosque que rodeaba el lugar.El ambiente olía a lobos y a sangre y temió no haber llegado a tiempo. A lo lejos una bengala de luz roja iluminó el bosque como una luna de sangre y él extendió la conciencia, tan lejos como nunca lo había hecho y percibió a las decenas de lobos que estaban intentando entrar a la fábrica, pero estaba demasiado lejos como para proyectarles dolor o algo, así que lanzó un fuerte suspiro. Corrió dando enormes zancadas que rompían las ramas y los árboles a su alrededor.Los minutos que tardó en llegar le alteraron los nervios, ¿y si no llegaba a tiempo? Se preguntaba una y otra vez ¿y si la encontraba muerta? Todos los pensamientos se fueron cuando salió del bosque y las patas se le hundieron en la suave tierra que separaba el bosque de la fábrica.Contactó con todos los lob