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Kerr corrió tan rápido como sus nuevas habilidades le permitieron, pero aun así estaba bastante lejos de la fábrica y le tomó al menos un par de horas estar ya en las inmediaciones del bosque que rodeaba el lugar.
El ambiente olía a lobos y a sangre y temió no haber llegado a tiempo. A lo lejos una bengala de luz roja iluminó el bosque como una luna de sangre y él extendió la conciencia, tan lejos como nunca lo había hecho y percibió a las decenas de lobos que estaban intentando entrar a la fábrica, pero estaba demasiado lejos como para proyectarles dolor o algo, así que lanzó un fuerte suspiro. Corrió dando enormes zancadas que rompían las ramas y los árboles a su alrededor.
Los minutos que tardó en llegar le alteraron los nervios, ¿y si no llegaba a tiempo? Se preguntaba una y otra vez ¿y si la encontraba muerta? Todos los pensamientos se fueron cuando salió del bosque y las patas se le hundieron en la suave tierra que separaba el bosque de la fábrica.
Contactó con todos los lobos que había, eran demasiados, muchos, ¿podría con todos? En la mente de los lobos de la manada de Rak Kerr logró dar un vistazo rápido, la mayoría no quería estar ahí, tenían miedo y pensaban que no era lo correcto. Una idea fugaz le cruzó la cabeza, no tenía qué pelear con todos, solo con uno.
Cuando se posicionó frente a la puerta vio a Rak, el lobo tenía una maya de hierro que le cubría el pelaje, Vanya estaba frente a él y Kerr sintió un espasmo en el cuerpo cuando la vio, y luego la sorpresa se transformó en rabia cuando notó las intenciones de él, así que aceleró tan rápido como nunca había corrido y entró por la puerta agachando la cabeza, aunque la fábrica era alta, no cabía completamente erguido, y con la misma velocidad que traía empujó el cuerpo de Rak que se estrelló contra la pared del fondo, sintió como varios huesos se fracturaron.
Kerr extendió la conciencia y paralizó a todos los lobos que había dentro, no quería iniciar de nuevo una batalla y todos estaban conmocionados por el repentino ataque.
Vanya estaba en el suelo y cuando se puso de pie lo miró, y solo le bastó un segundo para notar en su rostro un gesto de reconocimiento, sonrió, como se estuviera viendo a un ser querido que ha regresado de la tumba y susurró:
—Kerr — él sintió un vacío en el estómago al escuchar su voz, pero no supo distinguir qué sentimiento fue más fuerte, si la alegría o el rechazo.
Algo lo golpeó por detrás, un golpe que apenas y logró moverlo, y cuando se volvió se encontró con Rak el Alpha lo miraba con los dientes expuestos y llenos de sangre y mientras le gruñía Kerr leyó en sus pensamientos que estaba buscando la oportunidad perfecta para huir, pero para poder hacerlo tenía que enfrentar al lobo oscuro que casi le triplicaba el tamaño.
El pequeño lobo se lanzó contra Kerr, quería pasar por su lado, pero él lo agarró del lomo y lo lanzó de nuevo contra la pared, luego lo sometió en el suelo apenas con una mano y luego con sus poderosas fauces lo despojó de toda la armadura mientras el lobo trataba de liberarse en medio de chillidos.
A Kerr le pareció que acabar con su vida sería tan fácil como aplastar una hormiga, pero pensó en todas las consecuencias que podría traerle aquello, si lo mataba él sería el nuevo Alpha de la manada de Bosque Oscuro, ¿quería ser el Alpha de una manada? ¿Eso era a lo que estaba destinado?
Con la mano apoyada en Rak para inmovilizarlo levantó la cabeza y observó a los lobos que lo miraban petrificados, todos de dos manadas diferentes que lo miraban anhelantes cada uno con distintos miedo y recordó la frase que le dijo Moira: “El lobo más fuerte en mil años” Si eso era él, el lobo más fuerte que tenía el mundo en esos momentos, ¿por qué debería limitarse a una sola manada?
Una enorme epifanía le llenó el cuerpo “¿Por qué nosotros?” Le había preguntado Moira y Kerr lo entendió, Moira había protegido a los lobos cuando eliminó gran parte de los laboratorios Jábico, era el turno de él de proteger a su especie. Eso era lo que él era, el protector de cada lobo que existía en el mundo y lo aceptó como un acto de predestinación que le llenó un poco el alma, gran parte del vacío que tenía en el cuerpo se disolvió como azúcar en agua y un nuevo propósito le embargó los sentidos.
Miró a Rak que trataba de salir de la enorme mano que le aprisionaba el pecho y Kerr le habló.
—Te prometo que protegeré a toda tu manada como si fuera mi propia gente… ahora todos lo son —El lobo intentó gritarle un millón de insultos, pero Kerr se alejó, con sus fauces lo tomó del lomo clavando las garras bajo la piel y le levantó como si apenas fuera un peluche de felpa.
Con su conciencia buscó la de Rodolfo y lo encontró junto a la ventana y caminó hacia él, en su conciencia notó que más que, sorprendido por el nuevo aspecto de Kerr, estaba agradecido, vio en el futuro de la manada un nuevo y próspero futuro sin el Alpha oscuro guiándolos.
Kerr lanzó a Rak frente al lobo pardo y este no dudó un instante en enfrascarse con él en una potente pelea, Kerr se alejó para darles espacio y tal como lo imaginaba, aunque rak era más fuerte, era un pésimo peleador, parecía que toda la vida había sido un consentido por ser el heredero al mandato, leyó en las conciencias de su manada que no era más que un mantenido que siempre tenía quien hiciera por él el trabajo sucio.
Un lobo escapó de la fábrica, era el que le faltaba un ojo y mano derecha de rak y Kerr lo dejó huir.
Rodolfo peleó contra su Alpha de una forma brutal, pero tal como Kerr intuyó, de un movimiento hábil Rod lo tomó del cuello y lo sacudió con tanta fuerza que los huesos crujieron y él cayó el suelo inerte, y con ese movimiento se dio fin al reinado de Rak, el Alpha oscuro. La conciencia de Rodolfo se extendió hacia toda la multitud.
—Rak ha caído —Dijo —Y por las leyes que rigen nuestra manada hago el reclamo al mandato como su nuevo Alpha —Los demás no tardaron un minuto en inclinarse hacia su nuevo dirigente.
Kerr regresó a su forma humana, estaba cansado, a pesar de ser más fuerte que antes, había corrido por mucho tiempo y comenzaba a pasarle factura. Ignoró las miradas de curiosidad de los que estaban ahí y volteó a mirar a Vanya. La mujer lo miraba con los ojos aguados y dio un paso al frente, Kerr retrocedió, no quería enfrentarla, sabía que era débil y terminaría cayendo a sus pies y no, no podía ser así, él tenía dignidad y no la perdería nuevamente, así que le miró con una triste sonrisa en los labios. Alguien le palmeó el trasero desnudo y se encontró con Sebastián, el hombre, denudo también, miró a Kerr de los pies a la cabeza.
—Mira quien regresó después de consumir esteroides —le tendió la mano y Kerr la tomó con alegría.
—¿Cómo regresaste? —le preguntó, de verdad que le alegraba mucho verlo y el hombre ladeó la cabeza.
—Es una larga historia, la verdad —Vanya avanzó hacia ellos, del suelo recogió algo de ropa y cuando le tendió unos pantalones a Kerr le tembló la mano y él los recibió sin mirarla.
—¡Tío! —gritó Benjamín unos metros más allá que luchó para ponerse unos pantalones grandes que encontró por ahí, luego corrió hacia Kerr y saltó sobre él.
Kerr lo abrazó con fuerza, la piel del niño estaba fría y sucia pero a Kerr no le importó, lo abrazó y le acarició el cabello.
La puerta de la enfermería se abrió y de ella salió Víctor, estaba muy pálido y tenía una enorme sonrisa en el rostro, detrás de él se escuchaba el llanto de un bebé. Cuando vio a Kerr la sonrisa se le borró, y luego fue reemplazada por una menos grande pero no por eso menos emotiva.
—Pues ya eres tío otra vez — le dijo y Kerr sintió una extraña calidez en el estómago. Los demás miembros de la manada comenzaron a acercarse a Kerr, lo miraban con una mezcla de orgullo y agradecimiento que le arrugó el alma. Todos lo rodearon intentando tocarlo y formaron una enorme red y Kerr se sintió bienvenido por primera vez en su vida.
Vanya estaba unos metros más allá, observaba todo y caminó hacia la enfermería, había notado en los ojos de Kerr un frío enorme y no creyó ser capaz de salvar el vacío que los había separado, el que ella misma había formado.
Recordó a su padre, habían ganado una batalla esa noche, pero aún quedaba ganar la guerra o perecer en el intento.
Kerr observó como Vanya desapareció dentro de la enfermería y pasó en silencio junto a Víctor que miraba a Kerr con una expresión indescifrable. El Alpha dio un paso al frente y luego se detuvo al ver la expresión fría con la que Kerr lo miraba y retrocedió, cerrando la puerta detrás de sí.Kerr bajó a Benjamín que aún seguía colgado de su cuello y le dio un beso en el cabello.—Logré someter a ese lobo de allá —le dijo el niño y señaló hacia donde había otro lobo, también era menor, pero considerablemente más grande que él, se veía nervioso y un poco aporreado y contemplaba a su nuevo Alpha que comenzaba a reunir a los miembros de la manada del bosque.—Bueno, me alegra que no le hubieras hecho mucho daño —le dijo Kerr, el comedor parecía una morgue, había varios cadáveres regados por todas partes y él intentó que Benjamín no los viera, así que se coló por entre la multitud que lo había rodeado seguido de Sebastián y entraron a la cocina.—¿Ahora me explicarás qué fue eso? — le preg
52Kerr estaba frente a la antigua celda de Vanya, en la pared, colgaban los retratos de los miembros de la manada que habían desaparecido y que estaban ahí colgados por orden de Víctor para recordarles a todos por qué en esa habitación tenían secuestrada a una mujer inocente.Recordó que había dicho que, si era necesario perder la humanidad para recuperar a los suyos él lo haría, y ese fue el principio de todo.Kerr estiró la mano y acarició uno de los papeles descoloridos donde un muchacho de unos veinte le devolvía la mirada con una sonrisa.—¿Crees que aún estén vivos? —le preguntó él a Clarisa, la doctora se acercaba desde atrás en silencio, pero Kerr la sintió desde que salió de su habitación.—No lo sabemos —contestó la mujer —espero que sí —traía una jeringa en la mano y toda la intención de escurrir a Kerr para poder analizar qué había cambiado en él. Kerr vio dentro de la mujer una curiosidad sana por comprender su nueva anatomía y todo lo que representaba para los hombres l
53Kerr estaba afuera esperando la llegada de la manda de Karina, podía sentir las conciencias de la juraría que se acercaba a toda velocidad.Los miembros de la manda de Víctor se reunieron en la entrada de la fábrica con mucha curiosidad y Víctor se paró al lado de Kerr.—¿Crees que sea buena idea? —le preguntó el Alpha a Kerr y él se encogió de hombros.—Mejor que las tuyas, sí —en tiempos del pasado Víctor lo hubiera reñido por ser tan grosero, pero en ese momento únicamente lo miró con una tristeza extraña y Kerr prefirió ignorarlo, no le apetecía pensar en ese momento el cambio de actitud que el hombre tenía, quería seguir estar enojado con él, le era más fácil que entender que tal vez él tenía razones, malas, pero al fin razones para haber sido así con él y que ahora quería enmendar las cosas. Kerr no quería enfrentar eso.—¿Entonces ahora es tu manada? —le preguntó el Alpha y Kerr carraspeó la garganta.—Yo no pertenezco a ninguna manda —le dijo Kerr y Víctor estiró la mano y
54Vanya no pudo entrar a la reunión del consejo, así que bajó las escaleras hacia las habitaciones de abajo y cuando llegó a donde estaba Aleck se sentó frente a la celda.El vampiro había recobrado el color de las mejillas, se veía de nuevo robusto y saludable y Vanya comprobó que era bastante atractivo.Se quedaron mirando un rato el uno al otro sin decir una palabra hasta que Vanya le indicó al guardia que podía descansar.—Yo también estuve presa en esa celda —le comentó Vanya y Aleck apenas pestañeó.—Luego pudiste escapar y preferiste quédate con ellos —ella ladeó la cabeza.—Es más complicado que eso —Aleck se acurrucó en la cama —¿Cómo es que tu madre está enferma? Pensé que los vampiros no se enfermaban al igual que los lobos —él se tomó un tiempo en contestar, como si decidiera si valiera la pena o no entablar conversación con ella.—No lo hacemos, pero mi mamá es humana —Vanya apretó el entrecejo confundida —mamá humana papá vampiro puro, por eso soy mestizo.—O sea que er
55Kerr entró a la fábrica con paso decidido, la verdad sentía en el cuerpo un nerviosismo extraño, como si estuviera a punto de enfrentarse en una batalla mortal.El comedor estaba casi vacío, y cuando buscó con la mirada a Vanya no la encontró, pero no la quiso buscar con la conciencia, quería escuchar de ella misma las palabras, quería ver qué tan honesta podía llegar a ser.La conciencia de Víctor le llegó y Kerr le permitió entrar.—¿Por qué no estuviste en la reunión? —le preguntó el Alpha y Kerr le escondió las emociones que Lair, el anciano del concejo, le había hecho sentir.—Tenía que hacer otra cosa —Le contestó Kerr y caminó por el comedor —Tengo qué hablar con Vanya, ¿Sabes dónde está?—Creo que se fue con Sebastián, salieron a toda velocidad por el bosque, ni me pidieron permiso —Kerr se sintió terriblemente decepcionado, de repente, toda la fuerza interior que había acumulado para hablar con la muchacha se le fue del cuerpo.—Ven aquí ahora, estamos despertando del coma
56Vanya estaba sobre Sebastián, el lobo corría a toda velocidad por el bosque y ella no podía hacer más que agacharse sobre su pelaje para evitar que una rama en el camino la lanzara al suelo.El pelaje de Sebastián era diferente al de Kerr y también al de Víctor, entonces entendió que cada lobo era diferente, el trote de Víctor era más fuerte y rudo, el de Sebastián era armonioso, como si flotara en una nube esponjosa, en cambio, el trote de Kerr era como una mezcla de ambos, era fuerte y firme y también bastante fluido.Le molestó descubrirse a sí misma comparando a todos y a todo lo que tenía en su día a día con Kerr, y le molestaba aún más que él ni siquiera le diera oportunidad de hablar, aunque, ¿qué era lo que ella podía decirle? Él tenía razón hasta cierto punto, sí que Vanya había comenzado a seducirlo para poder intentar escapar, pero ni siquiera se había dado cuenta de lo que estaba pasando con sus propios sentimientos hasta que vio en su rostro esos ojitos tristes la noch
57Vanya tomó la mano del vampiro y lo arrastró hacia afuera, le sorprendió que tuviera la mano cálida a diferencia de lo que ella pensaba que era un vampiro, pero ya había entendido que las criaturas del submundo no eran lo que ella imaginaba.—¿Qué debo hacer? —le preguntó Aleck mientras salían corriendo por las escaleras y Vanya se lo quedó mirando cuando terminaron de subir.—No sé exactamente —le dijo —hay dos helicópteros, uno tiene una especie de parlante que hace que los lobos estén así —señaló al lobo más cercano que se revolcaba en el suelo desesperadamente y un poco más allá Vanya vio a Lina, gritaba desesperadamente mientras sostenía entre los brazos su bebé.Vanya corrió hacia ella seguida por Aleck que parecía medio traumado y se arrodilló a su lado, el bebé lloraba intensamente y ella recordó que también era un hombre lobo y el sonido le afectaba.—Vanya —le dijo la mujer y ella miró a Aleck que asintió con la cabeza y salió corriendo de la fábrica.Vanya trató de cons
58Vanya sintió el aire en el rostro y se preguntó si aún seguía colgada del helicóptero sobre el cuerpo de Kerr. Quiso respirar, pero le ardió la garganta con tanta fuerza que le fue imposible no toser, pero por más que intentó abrir los ojos no lo logró, era como si una capa espesa estuviera pegada a su cuerpo y le impidiera moverse.Poco a poco y después de mucho esfuerzo comenzó a abrir los párpados y lo primero que notó fue un color blanco que se extendió hacia todas partes, cuando logró ver bien se encontró en una silla reclinada que le impedía moverse ya que estaba bastante acostada y su cuerpo no obedecía.—Ya pasará —le dijo una voz y Vanya no la reconoció al principio —inhalaste el gas para dormir a un lobo, así que a tu cuerpo le tomará un par de minutos retomar el control — Vanya volteó a mirar hacia atrás, de donde venía la voz, y logró ver el anguloso rostro de su padre, con los iris fríos puestos sobre ella.Una cantidad inmensa de sensaciones la invadieron, llevaba añ