Kerr se arrancó el dardo que tenía calvado en la espalda, se le habían ido las fuerzas del cuerpo y había caído al suelo al lado de su hermano, pero las fuerzas habían regresado sin sus poderes y le costó un poco ponerse de pie.
Víctor estaba sobre su madre intentando asfixiarla, y la mujer ya tenía el rostro morado cuando él perdió las fuerzas y la dejó, tenía los ojos llenos de lágrimas y la voz rota.
— Te fuiste — le dijo — te fuiste y ahora te atreves a volver así — la mujer tosió, Luana no parecía bien, tenía los ojos abiertos como si estuviera loca, tal vez así lo estuviera.
Kerr abrió la tienda de golpe y se encontró con Lina y los niños que estaban acorrucados en el rincón, el pequeño Benjamín estaba desnudo y lloroso, de seguro le habían lanzado también un dardo. Cuando la mujer vio a Kerr se le lanzó encima y lo abrazó.
— Sabía que vendrían — dijo — tengan cuidado, está armada — Kerr tomó a su pequeño sobrino en brazos, estaba pálido y él se quitó la camisa para cubrirlo.
— Me dolió, tío — le dijo y Kerr le besó varias veces la frente.
— Todo va a estar bien, te lo prometo — le dijo y los sacó de la tienda. Víctor estaba de pie frente a la mujer que lo miraba con una expresión indescifrable. El Alpha caminó hasta su familia y y los abrazó a los cuatro, incluyendo a Kerr y él con la mano que tenía libre lo rodeó por los hombros, pero no perdió ni por un segundo de vista a la mujer.
— Yo también soy parte de tu familia — le dijo Luana y Víctor besó en los labios a su esposa.
— Ve a la jauría, ahora — ella asintió con la cabeza y Kerr dejó a Benjamín para que caminara, se tambaleó un poco, pero al final lo logró y los tres desaparecieron en el bosque.
— Tú dejaste de ser parte de mi familia cuando me dejaste hace tantos años — le dijo el Alpha, Kerr trató de transformarse o usar sus habilidades mentales, pero no pudo. Temió que el suero le quitara los poderes por mucho tiempo y no pudiera estar en la pelea.
— Eso no fue mi culpa — le dijo la mujer con rabia y luego miró a Kerr — fue culpa de la puta de su madre — Kerr quiso correr y golpearla, pero se quedó inmóvil — pero la vida me llevó hasta el doctor Saúl Quiroz, él me enseñó como crear un suero que quitaba los poderes a los lobos, y después de hacer que tu madre lo inhalara fue más fácil hacer que su auto chocara con ese poste. Lo último que vio fue mi rostro, y lo último que escuchó fue mi voz al decirle que te mataría — Kerr pasó saliva, el corazón le palpitó con fuerza, quiso correr y matarla , pero la serenidad con la que estaba Víctor se le contagió.
— Estará feliz al ver desde el cielo que no pudiste hacerlo — le dijo Víctor y ella ladeó la cabeza, sacó una pistola que tenía tras el pantalón y le apuntó a Kerr.
— ¿Estás seguro? — con calma, Víctor dio dos pasos frente a Kerr y se interpuso entre él y el arma.
— Si lo vas a matar, tienes que matarme a mí, aunque no creo que te importe mucho — los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas.
— Claro que me importas — dijo — pero no pude llevarte conmigo cuando me fui, tu papá no lo permitió.
— ¿Y te impidió visitarme? ¿incluso después de que muriera? — ella enfatizó con el arma que tenía en la mano apuntándole.
— Quitate — le dijo y Víctor negó.
— No dejaré que mates a mi hermanito — Kerr sintió un nudo en el pecho — me tardé para verlo ¿sabes? pero él sí estuvo a mi lado, era como una espina en mi trasero, pero sí estuvo ahí, y ahora me arrepiento de todo el tiempo que me dejé manipular por Lair, pero ya no más. Él es mi sangre, mi vida y pasaré lo que me quede de la existencia protegiéndolo como le prometí a a papá.
— ¡Quitate, Víctor! — le gritó la mujer, pero él permaneció imperturbable.
— Así es la venganza, mamá, siempre se lleva todo lo que amamos — Kerr entendió que la mujer ya estaba dispuesta a morir, Jábico lo necesitaba vivo, y ella quería matarlo, si lo hacía, eso le costaría la vida, pero él pudo ver que no le importaba mucho.
La mano con el arma comenzó a temblar, el dedo en el gatillo se apretó un poco y Kerr vio como la mano de Víctor, por detrás de su espalda, le señaló el lado derecho, así que saltó hacia ahí. Víctor saltó hacia la izquierda y la bala pasó por en medio de ellos.
Tan raído como cayó, Víctor se puso de pie y corrió hacia la mujer que trató de dispararle, pero el hombre fue más rápido. De una patada la pistola salió volando a un par de metros y Kerr corrió hacia ella, la agarró y le apuntó, pero, los dos estaban enfrascados en una pelea en la que él no podía apuntarle bien a la mujer.
Víctor peleó con su madre, intentaba someterla mientras ella tiraba a matar y eso asusto a Kerr. La mujer sacó un cuchillo e intentó apuñalarlo un par de veces, pero Víctor levantó el pie y pateó el abdomen. La mujer retrocedió varios pasos y sus pies se hundieron en el suelo hasta las rodillas, donde se quedó atrapada.
— ¡Sacame! — le gritó a su hijo, pero él la miró con la respiración agitada y luego dio la espalda, Kerr sabía que la arena movediza la mataría, Víctor igual — ¿lo escogerás a él por encima de tu madre? — le preguntó ella con la voz rota y Víctor se volvió para mirarla una última vez.
— Siempre — le dijo, cuando llegó hasta donde estaba Kerr, lo abrazó con fuerza y enterró los dedos en la piel desnuda de su espada, luego le dio un beso en la mejilla, y cuando se apartó lo miró a los ojos, con la mirada más clara y pura que Kerr le había visto en su vida — vamos, hermano, nos espera la batalla.
Cuando Kerr miró a la mujer por última vez, ya estaba hundida hasta el pecho y seguía luchando por salir, gritaba y maldecía, y ellos se alejaron caminando hacia la jauría, y en apenas unos minutos los gritos cesaron, y no porque ellos estuvieran demasiado lejos.
— Lo siento — le dijo Kerr y Víctor negó con la cabeza.
— Ella nunca fue mi familia, mi familia está aquí ahora, y tengo que protegerla — alcanzaron a Lina y a los niños y Kerr sintió como sus poderes regresaban poco a poco. El suero tenía efecto corto al igual que el de Víctor.
Cuando llegaron hasta la entrada de piedra el ejército ya estaba formado, habían dado un espacio en el plan para la gente del bosque y Kerr llegó con Vanya que estaba en primera fila al lado de Aleck con su cuchillo de hueso.
— Imagino que no me permitirás decirte que no — ella negó y luego se colgó de su cuello dándole un beso enorme. Un grupo llegó cargando la armadura que Karina había mandado a hacer para Kerr y él dudó un poco, pero todos lo convencieron de ponérsela, y ya transformado esperó, todos esperaron.
A lo lejos se logró escuchar el sonido de los pasos del ejército de Jábico, se acercaban como un terremoto. Karina estaba cubierta con su abrigo de pieles en primera fila y alzó la voz, las cientos de personas que estaban tras ellos estaban tan cayados que su voz se escuchó hasta el otro lado del bosque.
— Puede que mueran hoy — dijo — pero la pelea que libraremos es la pelea más grande de la historia de la humanidad, la más importante, en nosotros está el destino de este pedazo de roca flotando en el espacio. No peleen por ustedes, peleen por sus hijos, por sus nietos y lo que vamos a heredarles. Jábico desaparecerá hoy de una vez por todas y lo hará con sangre y dolor — levantó la mano en el aire y todo el ejercito se alzó en gritos, luego en aullidos cuando todos se transformaron.
A Kerr se le espantó el miedo, como una sobra ahuyentada por la luz, estaba a punto de pelear la batalla más importante de la humanidad y eso lo llenó de una energía total.
Cuando sintió que el ejercito estaba en el punto indicado, le dio la señal a Karina que dejó su abrigo de pieles y saltó hacia el frente, y cuando su loba gris emergió, aulló hacia la parte alta de la montaña.
Los humanos que estaban ahí arriba protegidos tenían la misión de hacer el primer ataque, e hicieron rodar piedras desde la parte alta, tan grandes que arrasaban con cientos de arboles a su paso.
El aire se llenó de un ruido aterrador, chillidos de lobos y gritos de vampiros que eran aplastados por las rocas en un juego duro y firme. Así era la guerra, la gente moría.
Cuando las piedras se detuvieron la jauría a tacó, y todos los lobos se unieron a la mente colectiva. Era una de las razones por las que los lobos eran tan difíciles de vencer en el campo de batalla, todos unían sus mentes en una sola y formaban una telaraña de señales e y órdenes.
Kerr sintió como la adrenalina saltó por todo el lugar, cientos de ojos vieron al ejercito aplastado bajo las rocas y la tierra, el olor a sangre inundó las fosas nasales de todos y todos olieron lo mismo, sintieron lo mismo, como uno solo.
Vanya corría al lado de Kerr, su hijo le daba fuerza y habilidad y sostenía el arma que Kerr le había quitado a Luana.
Cuando se encontraron con el ejército fue muy fácil deshacerse de los heridos, y más allá, los que no habían sido afectados por la avalancha, corrieron a su encuentro.
Los lobos más fuertes iban en primera fila, y cuando chocaron contra el ejercito se formó una carnicería sangrienta de gritos y sangre, el ejército de Jábico peleaba con habilidad, los puros con instinto y los lobos de una manera robótica y poco natural. Pero la jauría tenía una mente sola y peleaban como un solo ser.
Si uno estaba en riesgo, otro lo sabía, las fuerzas se equilibraban y todo fluía, pero por el bosque cada vez aparecían más y más drones de lobos acompañados con cientos de puros más.
— Son demasiados — Dijo Víctor, Kerr sintió como le arrancó la cabeza a un puro. Él inmovilizó con dolor por lo menos a una docena mientras eran ejecutados. Estaba al pendiente de Vanya, pero ella sabía defenderse bien y Aleck con su cuchillo de hueso la mantenía bien a salvo. Hasta que sintió que su mano se aferró al pelaje que salía por entre los bordes de la armadura y él la miró.
— Tengo que ir — le dijo ella y él no tuvo que entrar en su mente para saber a qué se refería.
— No — Le dijo él — Es muy peligroso — Vanya sacudió la cabeza.
— Si la mayoría de este ejercito está controlado por el tal remitente, ahí estará mi padre controlándolos, si logro detenerlo, el ejército…
— No — Aleck se acercó a ellos.
— Yo la protegeré — le dijo, tenía el cuchillo lleno de sangre — es la única forma, son muchos drones, es necesario… Kerr — Kerr sintió un vacío en el pecho, miró los verdes ojos de la mujer y no lloró por que su lobo no lloraba.
— Lograré hacerlo — le dijo ella y lo abrazó por el hocico. Él sabía que ella podría, claro que sí, ella podía hacer cualquier cosa, como enamorar al lobo más fuerte en mil años y acabar una guerra.
— Te amo — le dijo y ella le besó la punta de la nariz.
— Yo también te amo.
Una muchacha de alas de libélula llegó hasta ellos y tomó a Vanya y a Aleck que se despedía de Sebastián con un abrazo fuerte, luego se los llevó volando por sobre las copas de los árboles. Kerr se unió a Sebastián y juntos emprendieron de nuevo la batalla. Los haces de Luz de la gente del bosque explotaban creando ráfagas de viento, y entonces fue ahí cuando aparecieron los helicópteros, el bosque se llenó del sonido brutal y todos los lobos cayeron al suelo, incluso los de Jábico, en medio de convulsiones de dolor.
Kerr cerró su oído y se puso de pie, miró a la reina Klemiska que entendió la mirada que le dejó el lobo y con un silbido agudo voló junto con su ejercito hacia los dos helicópteros que tenían los parlantes.
Las ametralladoras comenzaron a derribar a las hadas como cazadores a patos y mientras ellos luchaban con eso, Kerr utilizaba su poderosa mente para mantener alejados a los puros que intentaban matar a los lobos que estaban doloridos en el suelo, los puros y el transformista del aquelarre de la cascada los ejecutaban con habilidad, y luego una fuerte explosión llenó el aire, uno de los helicópteros cayó al suelo hecho cenizas y luego, en medio de haces de luz, el segundo también cayó.
Aleck les había conseguido la ventaja y tenían que aprovecharla. Cuando el sonido y el dolor se fue, todos se pusieron de pie y Kerr entró a la conciencia colectiva.
— Peleen — dijo y la batalla comenzó nuevamente
El viento ondeaba el cabello oscuro de Vanya, el nudo que tenia en el estómago nunca lo había sentido en su vida. Sintió la fuerza que el hijo que llevaba en su vientre le otorgaba y se unió a ella cerrando los ojos y respirando.Si su padre estaba controlando al ejército, no creyó ser capaz de convencerlo de que detuviera esa locura. Recordó cuando era niña, y las miles de horas que él pasaba en su laboratorio, ignorando todo a su alrededor, a su esposa, a su hija, todo por fundar los laboratorios que tanto daño habían hecho.Le pareció poético que fuera justo ella la que intentara detenerlo, él le había dicho una vez que todo aquello lo había hecho por ella, para darle un mundo mejor, y ahora era ella la que estaba volando por sobre las copas de los árboles apretando un arma con fuerza dispuesta a lo que fuera.Si Saúl y Jábico ganaba perdería todo en la vida, el submundo le había dado algo que la policía y su padre nunca le había dado, amigos de verdad, alguien a quien amar y un hi
Sin el remitente controlando los drones, el ejército de Jábico había perdido el noventa por ciento. Kerr vio como los lobos se quedaron paralizados por un momento, como si algo dentro de sus cabezas hubiera dejado de funcionar, luego regresaron poco a poco a su forma humana y los puros que peleaban con los laboratorios huyeron hacia el bosque y fueros perseguidos y cazados uno por uno. En medio de la conmoción Víctor regresó a su forma humana y señaló a Kerr hacia atrás, y ahí, apretados unos con otros sin saber qué pasaba, estaban todos los miembros de su manada, los que habían desaparecido antes de que se escondieran en la fabrica y tanto él como el Alpha corrieron hacia ellos. Sebastián los acompañó y se unieron todos en un abrazo fuerte, muy fuerte. La manada de Bosque Oscura también recuperó decenas de sus soldados y a Víctor le faltaron brazos y besos para recibir a todos los miembros de su manada que volvían a casa. Por ellos había comenzado esa gran y compleja historia y Kerr
La observó desde las sombras, cubierto por la oscuridad y el silencio. La ciudad entera dormía bajo el más profundo y pesado sueño y él respiró profundo el aire fresco que le llenó los pulmones.No quería hacerlo, de verdad que no quería, su manada nunca se había metido en esos tipos de problemas, pero los tiempos habían cambiado.Será solo una mujer, a ver si eres capaz de hacer algo bien. Por órdenes del alfa, tuvo que seguir a una mujer indefensa que bajaba las cosas de su auto lista para entrar a su casa, Kerr la observó de lejos metido entre la oscuridad del bosque que rodeaba la ciudad.El viento cambió, y el aroma de la muchacha le llegó, era una mezcla extraña que Kerr no logró identificar de inmediato, como algo detrás del sudor, fresco y por alguna razón sintió remordimiento.Sacó la fotografía que su Alpha, Víctor, le había dado y comprobó entre las sombras si era la misma. Efectivamente era ella, con la piel pálida y la mandíbula definida, el cuerpo escultural y firme y
Kerr iba descalzo, cubierto únicamente por el pantalón, llevaba la chaqueta de cuero en la mano y sobre el hombro el cuerpo inconsciente de Vanya. El cabello negro le entorpeció la visión cuando empujó la puerta de la fábrica abandonada donde Víctor los obligó a esconderse. Kerr tenía una vida relativamente normal, pero cuando miembros comenzaron a desaparecer y el mundo se enteró de su existencia, le fue imposible ignorar el llamado de su Alpha y ahora sus días estaban entre tratar de sobrevivir a la manada mientras encontraba su lugar en ella.El lugar estaba vacío, la mayoría debería estar durmiendo a esas horas de la noche y los vigilantes de turno llegaron corriendo a él.—No puedo creer —le dijo uno, era muy alto y delgado y su lobo era igual de flacucho, pero era un genio para las computadoras, eso ya lo ponía por encima de él que solo le aportaba a la manada su cara bonita.—¿Pensabas que no sería capaz? —le preguntó Kerr y dejó a la muchacha sobre una mesa metálica y amplía
Vanya levantó el mentón, el hombre frente a ella la miró fijamente, como si quisiera arrancar de su rostro los pensamientos, tenía unos ojos azules que le sorprendieron de momento y se vio obligada a apartarle la mirada.—¿Esto es por mi padre? —se atrevió a preguntar y el hombre respiró profundo —pues no sé nada de él, ya le dije todo a la policía cuando los laboratorios donde él trabajaba se desmantelaron por hacer experimentos con humanos y personas de tu especie.El hombre chasqueó la lengua, se puso de pie y caminó por la habitación, traía una chaqueta de cuero ajustada que dejaba ver su ancha espalda y cuando llegó a la pequeña ventana se quedó mirando hacia afuera, hacia el cielo, luego volteó a mirar a Vanya que lo observaba detenidamente.—A tu cuenta de ahorros llegan constantemente pagos misteriosos provenientes de diferentes lugares de la ciudad —le dijo él —es nuestra investigación hemos descubierto que no haces ningún otro tipo de trabajo aparte de la cantina en donde si
Kerr apretó los puños, el lobo seguía corriendo hacia él y no tuvo tiempo para pedir ayuda, así que se deshizo de la chaqueta de cuero y saltó hacia el frente. El cuerpo creció, los huesos se alargaron y su lobo, negro como las alas de un cuervo, cayó hundiendo la tierra bajo sus patas.Trató de hablarle de nuevo a Stiven, pero, no encontró ninguna conciencia a la cual aferrarse, era como si el lobo no tuviera el don, peor aún, era como si no hubiera nadie. Era un mero cascarón vació y eso asustó a Kerr.Cuando el lobo llegó hasta él trató de morderle el cuello, pero Kerr agachó la cabeza y aprovechando la velocidad con la que el otro venía metió la cabeza bajo su estómago y de un levantamiento fuerte lo lanzó hacia la columna que él había golpeado hacía unos minutos y Stiven lanzó un chillido. Cuando cayó se lanzó sobre Kerr con fuerza, como si el dolor en el cuerpo no lo hubiera enceguecido ni por un momento.Kerr se preparó para el golpe, el lobo pardo lo envistió como un toro s
Kerr recuperó la estabilidad apenas un segundo después, se puso de pie como un relámpago y miró a la muchacha que estaba observándolo desde la esquina, había arrancado la pata de la cama y lo golpeó con ella.—Necesitarás más que eso para huir de mí —le dijo y un segundo después sintió como un hilo de cálida sangre se deslizaba por su frente. Con la yema de los dedos la tanteó y luego los miró, ¿cómo era posible que hubiera logrado herirlo? Volteó a mirarla, la pata de la cama tenía un clavo salido y él le apuntó con el dedo —tuviste que golpearme con mucha fuerza para que eso entrara en mi piel —le dijo — si hubiera sido un humano el que hubiera entrado lo hubieras matado —Vanya miró la punta del clavo ensangrentada y la dejó caer.—Yo no sabía que aquí había humanos —dijo como única excusa —además, ustedes me tienen secuestrada, ¿Qué quieres? ¿Qué les de la vivienda cada vez que entran? —Kerr avanzó hacia ella, la tomó por la muñeca y la lanzó con fuerza sobre la cama.—Vas a deci
Kerr dio un salto tremendo desde el segundo piso y creyó hacer un agujero en el suelo al caer, pero no se detuvo a observar, corrió por los pasillos y cuando abrió la puerta de la celda de Vanya de una patada comprobó que no había nadie dentro. Las varillas metálicas de la ventana estaban dobladas y el agujero lo suficientemente amplio como para que la muchacha cupiera por él.Sebastián se asomó por sobre el hombro de Kerr y lanzó un silbido.—Víctor te va a matar —Kerr lo empujó para que lo dejara salir, se quitó la chaqueta de cuero y se la lanzó al hombre para que la cuidara.—No si la atrapo primero —se lanzó hacia el frente. El aire se hizo más espeso cuando el cuerpo se agrandó y los huesos se alargaron. Cayó completamente transformado y observó solo por un segundo su ropa rasgada en el suelo antes de correr por los pasillos y salir al exterior.Mientras corría, elevó la mirada al cielo y olfateó, cientos de olores le llenaron la nariz alargada, olía a más miembros de la manad