Sin el remitente controlando los drones, el ejército de Jábico había perdido el noventa por ciento. Kerr vio como los lobos se quedaron paralizados por un momento, como si algo dentro de sus cabezas hubiera dejado de funcionar, luego regresaron poco a poco a su forma humana y los puros que peleaban con los laboratorios huyeron hacia el bosque y fueros perseguidos y cazados uno por uno.
En medio de la conmoción Víctor regresó a su forma humana y señaló a Kerr hacia atrás, y ahí, apretados unos con otros sin saber qué pasaba, estaban todos los miembros de su manada, los que habían desaparecido antes de que se escondieran en la fabrica y tanto él como el Alpha corrieron hacia ellos. Sebastián los acompañó y se unieron todos en un abrazo fuerte, muy fuerte.
La manada de Bosque Oscura también recuperó decenas de sus soldados y a Víctor le faltaron brazos y besos para recibir a todos los miembros de su manada que volvían a casa. Por ellos había comenzado esa gran y compleja historia y Kerr se sintió bendecido y afortunado. Solo Stiven había pagado un alto precio, y según Clarisa, el muchacho se quedaría así por siempre. Kerr abrazó y se dejó abrazar, ya podrían descolgar los cuadros de las paredes con los rostros de los suyos.
El hada que se había llevado a Vanya y Aleck llegó con ellos y Kerr recibió a su mujer en el aire antes de que tocara el suelo, notó en su rostro una tristeza oscura, pero también felicidad, y paz.
— Tuve que hacerlo — le dijo ella y él la abrazó.
— Nos salvaste a todos — le dijo él y se agachó para besar el vientre de Vanya — salvaste a nuestro hijo.
— Lo hicimos — él asintió.
— Lo hicimos.
Klemiska voló hasta donde estaba Aleck aferrado al cuello de Sebastián con fuerza y le tocó el hombro para que la mirara. Su ejército ya estaba en el aire, llevaban a sus muertos y a sus heridos.
— No está demás decir que son bienvenidos en la aldea cuando quieran, solo nosotros sabemos cuánto nos ayudaron. Sin el rey cuervo la vida será más fácil — Aleck asintió y le tendió la mano, el hada la tomó y le dio un casto beso en la mejilla antes de despegar y desaparecer por la copa de los árboles con los suyos.
Kerr se unió a Sebastián y Aleck, no les importó su desnudez, a nadie le importó, había regocijo, alegría. Todo había terminado, más fácil de lo que imaginaron, aunque el camino fue difícil.
Los cuatro se quedaron mirando hacia el cielo, por donde la gente del bosque había desaparecido.
— ¿Y ahora qué? — preguntó el vampiro. Kerr estiró las manos para abarcar a sus amigos. Víctor llegó, los miró con una expresión de orgullo y nostalgia.
— Ahora hay que proteger a todas las manadas del mundo — dijo Kerr y todos lo miraron, era la primera vez que hablaría con alguien de eso — cuando mi lobo superior emergió, pensé… pensé que no pertenecía a ningún lado, que ya no tenía nada — Vanya le acarició la espalda — pero no era así… yo, yo pertenezco a todos, y a todos lados. Le pregunté a Moira qué haría con todo este poder y ella me dijo que lo descubriría, y así fue — sintió de nuevo esa epifanía, esa revelación que le llenó el hueco en el pecho — el lobo más fuerte en mil años llegó a este mundo para proteger a su especie, a todos — acarició el vientre de Vanya.
— No esperaba menos de ti — le dijo Víctor, caminó hacia él y le agarró el rostro con las manos — mi hermanito cambiará el mundo, lo sé, más.
Las cosas comenzaron a llegar a su lugar, Kerr se mudó con Vanya a la casa vieja y estrecha que era de su madre, y nunca le había parecido tan acogedora y hermosa como en aquel momento.
Toda la manada regresó a la ciudad, Sebastián regresó también a su trabajo de arquitectura y se mudó con Aleck a un apartamento amplio de dos pisos junto con su madre. Kerr los visitaba de vez en cuando, hacían una pareja perfecta.
Karina regresó a las montañas con su ejército, y después de darle un fuerte abrazo le dio un beso de medio lado que alteró los nervios volátiles de la embarazada Vanya, pero la pelirroja desapareció con su ejercito y sus muertos.
Sus tíos Irán y Belice se quedaron en la ciudad, y cuando visitaron la tumba de su madre el hombre lloró arrodillado sobre el césped y le prometió que cuidaría de Kerr como había cuidado de ella. Fue un momento íntimo y crudo y Kerr se sintió bendecido por tenerlos.
— Creo que aún hay algo que debo hacer — le dijo a Vanya una mañana y ella tomó su mano para ponerla sobre su incipiente barriga.
— Sabes que te apoyo en lo que sea — le dijo. Ese mismo día abordaron un vuelo para Medellín, en Colombia, aun tenía algo muy importante que creía que debía hacer, y cuando conoció a la encantadora Ana Avendaño y su esposo Emanuel Tcherassi, supo que hacía lo correcto. Ellos habían arriesgado su vida para desenmascarar a los laboratorios Jábico y Kerr pensaba dar la última y final estocada.
— ¿Esto lo verá todo el planeta? — les preguntó Kerr mientras Ana encendía la cámara frente a él.
— Sole imprimiere es el periódico digital más leído en la historia de la humanidad — le dijo ella con una encantadora sonrisa — y hoy presentaremos una muy interesante historia de sacrificio y fuerza, así que sí, todos lo verán — Kerr miró a Vanya detrás de la escenografía, sus ojos verdes brillaron mientras se acariciaba la barriga y eso lo llenó de energía — cundo quieras, Kerr — él asintió con la cabeza y miró a la cámara. El mundo tenía qué saber quien era él y lo que era, era la única forma de salvaguardar a su especie, hacerles ver a los gobiernos que estaban ahí y que necesitaban protección igual que cualquier especie del mundo. Se aclaró la garganta.
— Hola, mi nombre es Kerr Dow, soy un hombre lobo de raza superior, el más fuerte en mil años, y esta es mi historia…
Fin
Se acabó ☹ si quieren leer las historias que preceden a esta van en este orden:
Hechicero de sirenas, en Fizz0
La Alpha (la historia de Moira) en Dre4m3
Cruzando destinos, acá en buenovela.
Destinada a ti (La historia de Ana) y por último Un lobo en tentación, ambas en buenovela.
Cada una se puede leer de manera independiente. Gracias por leer mi historia.
DiegoAlmary.
Una vez más, el fin de una historia. Quiero dar las gracias a mi amiga Karina peña por siempre apoyarme, y también a mi editora Lorena, por confiar siempre en mi. Dos leemos pronto y gracias por leer mi historia. DiegoAlmary
La observó desde las sombras, cubierto por la oscuridad y el silencio. La ciudad entera dormía bajo el más profundo y pesado sueño y él respiró profundo el aire fresco que le llenó los pulmones.No quería hacerlo, de verdad que no quería, su manada nunca se había metido en esos tipos de problemas, pero los tiempos habían cambiado.Será solo una mujer, a ver si eres capaz de hacer algo bien. Por órdenes del alfa, tuvo que seguir a una mujer indefensa que bajaba las cosas de su auto lista para entrar a su casa, Kerr la observó de lejos metido entre la oscuridad del bosque que rodeaba la ciudad.El viento cambió, y el aroma de la muchacha le llegó, era una mezcla extraña que Kerr no logró identificar de inmediato, como algo detrás del sudor, fresco y por alguna razón sintió remordimiento.Sacó la fotografía que su Alpha, Víctor, le había dado y comprobó entre las sombras si era la misma. Efectivamente era ella, con la piel pálida y la mandíbula definida, el cuerpo escultural y firme y
Kerr iba descalzo, cubierto únicamente por el pantalón, llevaba la chaqueta de cuero en la mano y sobre el hombro el cuerpo inconsciente de Vanya. El cabello negro le entorpeció la visión cuando empujó la puerta de la fábrica abandonada donde Víctor los obligó a esconderse. Kerr tenía una vida relativamente normal, pero cuando miembros comenzaron a desaparecer y el mundo se enteró de su existencia, le fue imposible ignorar el llamado de su Alpha y ahora sus días estaban entre tratar de sobrevivir a la manada mientras encontraba su lugar en ella.El lugar estaba vacío, la mayoría debería estar durmiendo a esas horas de la noche y los vigilantes de turno llegaron corriendo a él.—No puedo creer —le dijo uno, era muy alto y delgado y su lobo era igual de flacucho, pero era un genio para las computadoras, eso ya lo ponía por encima de él que solo le aportaba a la manada su cara bonita.—¿Pensabas que no sería capaz? —le preguntó Kerr y dejó a la muchacha sobre una mesa metálica y amplía
Vanya levantó el mentón, el hombre frente a ella la miró fijamente, como si quisiera arrancar de su rostro los pensamientos, tenía unos ojos azules que le sorprendieron de momento y se vio obligada a apartarle la mirada.—¿Esto es por mi padre? —se atrevió a preguntar y el hombre respiró profundo —pues no sé nada de él, ya le dije todo a la policía cuando los laboratorios donde él trabajaba se desmantelaron por hacer experimentos con humanos y personas de tu especie.El hombre chasqueó la lengua, se puso de pie y caminó por la habitación, traía una chaqueta de cuero ajustada que dejaba ver su ancha espalda y cuando llegó a la pequeña ventana se quedó mirando hacia afuera, hacia el cielo, luego volteó a mirar a Vanya que lo observaba detenidamente.—A tu cuenta de ahorros llegan constantemente pagos misteriosos provenientes de diferentes lugares de la ciudad —le dijo él —es nuestra investigación hemos descubierto que no haces ningún otro tipo de trabajo aparte de la cantina en donde si
Kerr apretó los puños, el lobo seguía corriendo hacia él y no tuvo tiempo para pedir ayuda, así que se deshizo de la chaqueta de cuero y saltó hacia el frente. El cuerpo creció, los huesos se alargaron y su lobo, negro como las alas de un cuervo, cayó hundiendo la tierra bajo sus patas.Trató de hablarle de nuevo a Stiven, pero, no encontró ninguna conciencia a la cual aferrarse, era como si el lobo no tuviera el don, peor aún, era como si no hubiera nadie. Era un mero cascarón vació y eso asustó a Kerr.Cuando el lobo llegó hasta él trató de morderle el cuello, pero Kerr agachó la cabeza y aprovechando la velocidad con la que el otro venía metió la cabeza bajo su estómago y de un levantamiento fuerte lo lanzó hacia la columna que él había golpeado hacía unos minutos y Stiven lanzó un chillido. Cuando cayó se lanzó sobre Kerr con fuerza, como si el dolor en el cuerpo no lo hubiera enceguecido ni por un momento.Kerr se preparó para el golpe, el lobo pardo lo envistió como un toro s
Kerr recuperó la estabilidad apenas un segundo después, se puso de pie como un relámpago y miró a la muchacha que estaba observándolo desde la esquina, había arrancado la pata de la cama y lo golpeó con ella.—Necesitarás más que eso para huir de mí —le dijo y un segundo después sintió como un hilo de cálida sangre se deslizaba por su frente. Con la yema de los dedos la tanteó y luego los miró, ¿cómo era posible que hubiera logrado herirlo? Volteó a mirarla, la pata de la cama tenía un clavo salido y él le apuntó con el dedo —tuviste que golpearme con mucha fuerza para que eso entrara en mi piel —le dijo — si hubiera sido un humano el que hubiera entrado lo hubieras matado —Vanya miró la punta del clavo ensangrentada y la dejó caer.—Yo no sabía que aquí había humanos —dijo como única excusa —además, ustedes me tienen secuestrada, ¿Qué quieres? ¿Qué les de la vivienda cada vez que entran? —Kerr avanzó hacia ella, la tomó por la muñeca y la lanzó con fuerza sobre la cama.—Vas a deci
Kerr dio un salto tremendo desde el segundo piso y creyó hacer un agujero en el suelo al caer, pero no se detuvo a observar, corrió por los pasillos y cuando abrió la puerta de la celda de Vanya de una patada comprobó que no había nadie dentro. Las varillas metálicas de la ventana estaban dobladas y el agujero lo suficientemente amplio como para que la muchacha cupiera por él.Sebastián se asomó por sobre el hombro de Kerr y lanzó un silbido.—Víctor te va a matar —Kerr lo empujó para que lo dejara salir, se quitó la chaqueta de cuero y se la lanzó al hombre para que la cuidara.—No si la atrapo primero —se lanzó hacia el frente. El aire se hizo más espeso cuando el cuerpo se agrandó y los huesos se alargaron. Cayó completamente transformado y observó solo por un segundo su ropa rasgada en el suelo antes de correr por los pasillos y salir al exterior.Mientras corría, elevó la mirada al cielo y olfateó, cientos de olores le llenaron la nariz alargada, olía a más miembros de la manad
Kerr sintió como se le hacía un tremendo vació en el pecho mientras caía, Vanya gritó y se aferró al cuerpo del lobo con tanta fuerza que él pensó que lo rompería.Los demás miembros de la manada del bosque no se atrevieron a seguirlos, así que Kerr aprovechó. De un movimiento agarró la ropa de Vanya y la quitó de encima de su lomo para protegerla del golpe, poniéndola sobre su estómago y volteandose para recibir todo el impacto. La sintió gritar, y quiso extender la conciencia hacia ella para calmarla, pero en medio de la caída no fue capaz de encontrar la concentración para hacerlo, y cuando su cuerpo chocó con el agua fría el impacto lo llevó a la oscuridad.Tuvo un sueño extraño donde se sintió arrastrado por el agua, donde la oscuridad se hacía espesa como petróleo y no era capaz de pensar con claridad. Unas manos lo arrastraron, lo sintió, el frio lo invadió, y cuando abrió los ojos vio entre la bruma borrosa el cabello negro de Vanya y los ojos verdes que lo miraban desde arrib
Cuando Kerr despertó, lo primero que sintió fue la cálida presencia de Vanya a su lado, no había perdido la forma de lobo durante la noche y la muchacha estaba acurrucada, con la cara metida entre el suave y oscuro pelaje de él. Cuando se puso de pie, la cabeza de ella cayó al césped rebotando y abrió los ojos verdes asustada, por un segundo pareció nerviosa y no reconoció el lugar, pero en cuanto vio a Kerr pareció más tranquila. La madrugada dejaba de lado la oscuridad y la luz del sol despuntaba por sobre las copas de los árboles. —¿Ya es hora de irnos? —preguntó ella y Kerr asintió con la cabeza. No le apetecía volverse humano, estaba cálido con el pelaje y no tenía ropa para cubrirse así que se agachó para que Vanya subiera sobre su lomo y la muchacha se lo quedó mirando —¿volveré a la celda fea llena de cucarachas? —preguntó y él ladeó la cabeza, no podía prometerle unas mejores condiciones, Víctor debería estar furioso con ella por escapar y con Kerr por dejarla escapar, así q