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Vanya estaba sobre Sebastián, el lobo corría a toda velocidad por el bosque y ella no podía hacer más que agacharse sobre su pelaje para evitar que una rama en el camino la lanzara al suelo.
El pelaje de Sebastián era diferente al de Kerr y también al de Víctor, entonces entendió que cada lobo era diferente, el trote de Víctor era más fuerte y rudo, el de Sebastián era armonioso, como si flotara en una nube esponjosa, en cambio, el trote de Kerr era como una mezcla de ambos, era fuerte y firme y también bastante fluido.
Le molestó descubrirse a sí misma comparando a todos y a todo lo que tenía en su día a día con Kerr, y le molestaba aún más que él ni siquiera le diera oportunidad de hablar, aunque, ¿qué era lo que ella podía decirle? Él tenía razón hasta cierto punto, sí que Vanya había comenzado a seducirlo para poder intentar escapar, pero ni siquiera se había dado cuenta de lo que estaba pasando con sus propios sentimientos hasta que vio en su rostro esos ojitos tristes la noche en que le dijo que huyeran, ¿debió haberlo hecho? ¿debió de haber huido con Kerr? ¿A dónde hubieran ido?
Una rama le despeinó el cabello y se tuvo que aferrar con más fuerza al lomo de Sebastián. el bolso donde tenía la ropa de él casi es arrancado de su cuerpo y aunque Vanya lo golpeó para que se detuviera el lobo no paró hasta que estuvieron cerca de la entrada de la ciudad y Vanya se lanzó desde arriba y cuando cayó, sus pies entumecidos no le permitieron sostener el peso de su cuerpo y cayó con la cara al suelo y Sebastián lanzó un gruñido raro, y aunque Vanya aún no sabía todo sobre hombres lobo, estaba muy segura de que era una clara carcajada.
Se puso de pie y se sacudió la tierra de la cara, luego lanzó el bolso a los pies de Sebastián y él regresó a su forma humana. Vanya se sentó en una roca mientras contemplaba al hombre vestirse.
—¿Siempre han sido así de tranquilos con la desnudez —le preguntó ella y él asintió con la cabeza?
—Veras, no es fácil conservar la ropa después de transformarnos, y después de tantos años la desnudes es algo tan normal como andar vestido, la de todos, creeme, he visto el amiguito de Kerr más veces de lo que tú lo verás aunque te cases con él —la sonrisa de Vanya se desvaneció lentamente y Sebastián se terminó de vestir en silencio —¿no has hablado con él? —ella negó.
—No he podido, él no quiere —Sebastián le tendió la mano para ayudarla a levantar y luego caminaron juntos por el bosque.
—Kerr es de las personas más testarudas que conozco, casi como Víctor, pero sé que lo que siente por ti es real, solo que está dolido.
—Y tiene razón de estarlo —le dijo ella —pero merezco una oportunidad de decírselo, de decirle que…
—¿Qué jugaste a estar enamorada de él al final te enredaste en tu propia telaraña? —Vanya se encogió de hombros.
—Eso parece —siguieron hasta que salieron a la ciudad por una cerca que tenía la alambrada que separaba el bosque y a Vanya le sorprendió lo bien que se desenvolvía en hombre en el lugar, luego recordó que ellos no siempre habían sido una manada de bosque —¿Que tuviste que dejar cuando se fueron para la fábrica? —le preguntó ella y Sebastián ladeó la cabeza.
—Tenía un buen trabajo de arquitecto, y todos los chicos que pudiera tener… Pero supongo que alejarme un poco me hizo bien, llevaba una vida un poco excesiva, y ni siquiera era capaz de recordar los hombres con los que me iba a la cama —Vanya caminó a su lado y lo miró con una gran sonrisa.
—Supongo que por eso te gusta Aleck, ¿no? —el hombre se atragantó con la saliva.
—¿De qué hablas? —Vanya se rio.
—Es muy atractivo, y también supongo que es muy diferente a los chicos con los que has estado —Sebastián asintió.
—Si, ellos no beben sangre — siguieron caminando un rato hasta que llegaron a una esquina y Sebastián le mostró una casa color rosa —es ahí.
—¿Cómo supiste dónde era? —le preguntó ella.
—Aleck tenía la dirección de esta casa en su bolso, así que supongo que es acá —avanzaron muy juntos y cuando tocaron en la puerta tuvieron que esperar que la puerta se abriera un buen rato.
Cuando la mujer apareció Vanya no pudo evitar notar de inmediato el enorme parecido que tenía con su hijo, los ojos almendrados y el cabello castaño.
—¿Qué quieren? —preguntó la mujer y Sebastián dio un paso al frente.
—Somos amigos de Aleck, venimos a…
—Ya les dije a los otros que no sé donde está él —dijo la mujer y trató de cerrar la puerta, pero Vanya metió el pie para impedirlo.
—¿Alguien más vino a preguntar por él? —la mujer sintió.
—Unos hombres —Vanya miró a Sebastián.
—Como no ha regresado vinieron a buscarlo y…—volteó a mirar alrededor, lo más probable es que estuvieran aún ahí por si el vampiro regresaba, y cuando dos hombres bajaron de un auto Vanya notó de inmediato que tenían la pinta perfecta para ser unos asesinos a sueldo, y lo comprobaron cuando sacaron dos armas de fuego y les apuntaron, de seguro la habían reconocido —Tenemos que irnos — dijo Vanya y tomó de la mano a la mamá de Aleck y la sacó de la casa de un tirón.
—¡Suélteme! —gritó la mujer, pero Vanya no se detuvo.
—Su hijo nos envió a recogerla porque está en riesgo —dijo Vanya y corrió con ella seguidas de Sebastián. Un par de disparos desprendieron el cemento cuando doblaron la esquina y Sebastián saltó hacia el frente y cayó transformado, luego le indicó a Vanya que subieran.
La mamá de Aleck no se sorprendió mucho después de ver que un lobo de dos metros había aparecido de repente, pero se negó a subir, así que Vanya utilizó todo su entrenamiento para someter a la mujer y lanzarla a los lomos del lobo que salió corriendo con ellas a toda velocidad por la calle abajo.
Las personas huían despavoridas de Sebastián, la mayoría de ellas nunca había visto un hombre lobo en persona y él resultaba particularmente imponente.
Más disparos se escucharon y Sebastián chilló, de seguro le habían logrado disparar, pero las balas no entraban en su grueso pelaje.
Cuando llegaron a la cerca que separaba la calle del bosque Sebastián corrió a toda velocidad y saltó sobre ella, tan alto que Vanya sintió un nudo en el estómago mientras el lobo caía y luego desaparecieron por el bosque.
Vanya tomó la cabeza de la mujer y la metió dentro el pelaje del lobo para que las ramas no le hicieran daño, pero a ella sí que lograron golpearla.
Los disparos siguieron, pero cada vez se hacían más lentos hasta que Sebastián tomó un galope más suave.
—¿Qué está pasando? —preguntó la mujer, estaba pálida y despeinada. Vanya no quería explicarle las cosas en esas circunstancias, pero temió que la mujer saltara.
—Su hijo está en problemas —le dijo Vanya —tenía un trabajo y como no lo hizo pues esos hombres lo buscan para… la verdad no sé, pero será mejor no averiguarlo —la mujer golpeó el lomo de Sebastián.
—Ya le había dicho que no volviera a vender esas drogas de vampiros —dijo la mujer y Vanya dejó escapar aire, todo era más complicado que eso.
Unos minutos después Vanya reconoció el bosque alrededor de la fábrica, pero Sebastián se detuvo de golpe, tan rápido que las dos mujeres salieron disparadas hacia el frente y cayeron estrepitosamente al suelo.
Vanya se puso de pie y corrió hacia donde estaba Sebastián, el hombre había vuelto a su forma humana y se revolcaba en el suelo.
—¡Qué sucede! —le gritó ella.
—¡EL ruido! —gritó él y Vanya levantó la cabeza, en el ambiente había un zumbido molesto, pero ella y la mamá de Aleck estaban bien, así que Vanya analizó que solo afectaba a los lobos.
—Kerr —dijo, si Jábico los estaba atacando era por él, él estaba en riesgo, corrió hacia la mujer que estaba pálida y sorprendida.
—Necesito que lo cuide —le dijo y ella asintió, luego Vanya salió corriendo hacia la fábrica.
Entre más se acercaba más fuerte se hacia el zumbido, pero a ella solo le parecía molesto. Llegó por la parte del bosque donde estaba la manada de Karina, y todos estaban tirados en el suelo gritando de dolor, había muchos gritos.
Vanya salió del bosque y observó como un grupo de hombres vestidos de negro como militares que estaban intentando subir a Kerr en una especie de maya que estaba conectada a un helicóptero, pero él estaba trasformado y el enorme tamaño que tenía les dificultaba el trabajo.
Otro helicóptero estaba más allá y tenía una especie de parlante que producía el sonido, así que Vanya cerró los ojos y pensó, y una idea le llegó a la cabeza.
Corrió rodeando la fábrica y entró por la puerta trasera , los lobos que estaban adentro estaban igual que los demás, y los humanos estaban desesperados tratando de hacer algo, pero Vanya corrió, bajó las escaleras y tomó un mazo que había junto con unas herramientas más allá.
Luego se asomó en la celda de Aleck y golpeó la cerradura con el mazo hasta que la puerta se abrió, los guardias estaban también en el suelo y el vampiro parecía asustado. Sin los lobos, Aleck era la única criatura más fuerte que un humano que estaba en el lugar y ella le tendió la mano para que saliera.
—Llegó la hora de que demuestres de qué lado estás —le dijo ella y el vampiro le tomó la mano.
57Vanya tomó la mano del vampiro y lo arrastró hacia afuera, le sorprendió que tuviera la mano cálida a diferencia de lo que ella pensaba que era un vampiro, pero ya había entendido que las criaturas del submundo no eran lo que ella imaginaba.—¿Qué debo hacer? —le preguntó Aleck mientras salían corriendo por las escaleras y Vanya se lo quedó mirando cuando terminaron de subir.—No sé exactamente —le dijo —hay dos helicópteros, uno tiene una especie de parlante que hace que los lobos estén así —señaló al lobo más cercano que se revolcaba en el suelo desesperadamente y un poco más allá Vanya vio a Lina, gritaba desesperadamente mientras sostenía entre los brazos su bebé.Vanya corrió hacia ella seguida por Aleck que parecía medio traumado y se arrodilló a su lado, el bebé lloraba intensamente y ella recordó que también era un hombre lobo y el sonido le afectaba.—Vanya —le dijo la mujer y ella miró a Aleck que asintió con la cabeza y salió corriendo de la fábrica.Vanya trató de cons
58Vanya sintió el aire en el rostro y se preguntó si aún seguía colgada del helicóptero sobre el cuerpo de Kerr. Quiso respirar, pero le ardió la garganta con tanta fuerza que le fue imposible no toser, pero por más que intentó abrir los ojos no lo logró, era como si una capa espesa estuviera pegada a su cuerpo y le impidiera moverse.Poco a poco y después de mucho esfuerzo comenzó a abrir los párpados y lo primero que notó fue un color blanco que se extendió hacia todas partes, cuando logró ver bien se encontró en una silla reclinada que le impedía moverse ya que estaba bastante acostada y su cuerpo no obedecía.—Ya pasará —le dijo una voz y Vanya no la reconoció al principio —inhalaste el gas para dormir a un lobo, así que a tu cuerpo le tomará un par de minutos retomar el control — Vanya volteó a mirar hacia atrás, de donde venía la voz, y logró ver el anguloso rostro de su padre, con los iris fríos puestos sobre ella.Una cantidad inmensa de sensaciones la invadieron, llevaba añ
59Aleck ayudó en lo que pudo, pero la mayoría se asustaba cuando lo veían llegar, así que prefirió sentarse en el comedor con los brazos cruzados y las rodillas sobre la silla mientras los demás trataban de regresar a la normalidad.La Alpha pelirroja y el Alpha de la manada de Sebastián estaban alterados y aunque Aleck pudo haber escuchado lo que decían en su reunión, prefirió no hacerlo.Vanya le había prometido que, si los ayudaba lo dejarían libre, y aunque pudo huir en cuanto destruyó el helicóptero, le pareció más sensatos quedarse, el doctor Saúl Quiroz también lo estaría buscando, o al menos sí que quería pegarlo en la pared como un alfiler y extraerle toda la sangre.La reunión de los alphas se acabó y él vio con terror como el rubio y alto se dirigía a él y no pudo evitar tener la sensación de salir huyendo. Víctor se sentó a su lado y le apoyó la mano en el hombro.—Gracias —le dijo y él lo miró, los ojos oscuros del hombre parecían sonreír un poco.—No sirvió de nada, de
60Kerr se sentía débil, tanto que los pasos se le hacían pesados y por más que lo intentó, no pudo transformarse, era como si le hubieran inyectado una especie de suero similar al púrpura que le habían aplicado antes pero más fuerte. Vanya corría adelante y al verlo rezagado lo tomó de la mano y lo jaló.—No estamos a salvo —le dijo ella y lo jaló más —mi papá nunca nos hubiera dejado ir si no tuviera un plan de reserva para poder atraparnos nuevamente.Kerr trató de seguirle el ritmo, pero tenía unos pantalones delgados, estaba sin camisa y no tenía zapatos y las piedras se le clavaban en las plantas de los pies.Las calles estaban tremendamente vacías, parecía que fuera una ciudad fantasma y eso lo asustó. Cada vez que doblaban una esquina pensó que encontraría a algún guardia de Jábico y tenía el corazón acelerado.Kerr no recordaba mucho, después de que el helicóptero llegó con el sonido los pensamientos se le hicieron pesados, el dolor era tan fuerte que no pudo defenderse ni si
61Sebastián disfrutó sentir el cuerpo del vampiro sobre él, corrió por el bosque a toda velocidad metiéndose entre los demás que parecían cansados y deprimidos y Aleck soltó varias carcajadas, a pesar del mal momento por el que estaban pasando ellos jugaron un rato y Sebastián se sintió tan bien como hacía mucho.Cuando llegaron a la orilla el lago observó que el campamento era tan grande y bien organizado.Regresó a su forma humana y Aleck cayó de cabezas al suelo y de una voltereta hábil se puso de pie.—Avisa la próxima —le dijo y le tendió la ropa para que él comenzara a vestirse —fue divertido —dijo y cuando Sebastián se puso los pantalones le señaló el lago.—espero que no nos quedemos mucho, odio ir al baño en el bosque —Aleck se encogió de hombros.—Puedes transformarte y hacer en cualquier parte —Sebastián lo empujó por el hombro y el vampiro perdió el equilibrio y cayó sentado.—Lo siento —le dijo Sebastián y lo ayudó a poner de pie —necesitas sangre —Aleck negó.—Estoy bie
Por la alcantarilla se escuchó el sonido de los pasos de las personas que venían por ellos y Vanya agarró a Kerr por la muñeca y lo jaló, pero él la tiró hacia él y la apoyó en su pecho y con delicadeza le tapó la boca y estiró la conciencia hacia ella e ignoró todos los sentimientos que ella estaba sintiendo en ese instante.—No te muevas —le dijo en la mente —No hables, no respires —Los poderes de Kerr eran suficientes como para poder esconderlos por completo, pero lo que le habían inyectado aún no se eliminaba de su sistema y le estaba costando recuperarlos por completo.Kerr se alejó de Vanya y conectó con el grupo de hombres que venían por los túneles, eran cuatro y Kerr tuvo que concentrarse al máximo para poder hacerlos invisibles, y cuando la luz de las linternas iluminaron el área donde ellos estaban Kerr la memorizó rápidamente para poder proyectarla, pero hubo algo con lo que no contó, uno de los hombre que venía con ellos eran un vampiro y los ojos rojos le brillaron refle
Kerr sintió los músculos entumecidos cuando el agua fría le golpeó el cuerpo, pero sus poderes ya habían regresado y recuperó el control de su él en solo un instante. La fuerte corriente había alejado el cuerpo de Vanya de él y la buscó con la conciencia. Estaba a unos metro más allá. Nadó de bajo del agua, y el sorprendió la facilidad con la que podía hacerlo, como si hubiera nacido para ello. Se metió debajo de la muchacha que luchaba con un pequeño remolino que la succionaba hacia abajo y cuando salió ella quedó sobre su lomo. —¿Estás bien? —Le preguntó él en la mente y Vanya recostó la cara en el pelaje húmedo de su espalda, al parecer solo estaba asustada. Kerr miró hacia donde las aguas residuales de la ciudad desembocaban en una cascada enorme y olorosa y había varias luces al final del túnel. Incluso pudo ver los ojos brillantes del trasformista que los miraba con el mentón levantado. Pero ya estaban lo suficientemente lejos. Kerr nadó hacia la orilla y cuando Vanya bajó d
Aleck se sintió físicamente bien como hacía mucho no se sentía, los alphas le habían conseguido una buena y fresca ración de sangre saludable de un par de hombres y eso lo puso rocinante como un toro.No le gustaba mucho el sabor de la sangre, y aunque la consumía una vez a la semana desde que que tenía memoria, no le resultaba demasiado atractiva. Se imaginó como vivían los puros y los transformistas para vivir exclusivamente de ella.Sebastián caminaba a su lado por el bosque, estaban cerca del hotel en donde se habían hospedado y se lo quedó mirando.—Te ves bien —le dijo el hombre y Aleck sonrió de lado.—Si, es que tú me estabas matando de hambre, yo al menos te compré una hamburguesa —el lobo soltó una carcajada que resonó por el bosque y Aleck estiró la mano para que se callara, se suponía que él no iba trasformado para no llamar la atención, así que tampoco podían hacer mucho ruido.—Lo siento —le dijo Sebastián y Aleck negó, ya se había disculpado lo suficiente el uno con el