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Aleck ayudó en lo que pudo, pero la mayoría se asustaba cuando lo veían llegar, así que prefirió sentarse en el comedor con los brazos cruzados y las rodillas sobre la silla mientras los demás trataban de regresar a la normalidad.
La Alpha pelirroja y el Alpha de la manada de Sebastián estaban alterados y aunque Aleck pudo haber escuchado lo que decían en su reunión, prefirió no hacerlo.
Vanya le había prometido que, si los ayudaba lo dejarían libre, y aunque pudo huir en cuanto destruyó el helicóptero, le pareció más sensatos quedarse, el doctor Saúl Quiroz también lo estaría buscando, o al menos sí que quería pegarlo en la pared como un alfiler y extraerle toda la sangre.
La reunión de los alphas se acabó y él vio con terror como el rubio y alto se dirigía a él y no pudo evitar tener la sensación de salir huyendo. Víctor se sentó a su lado y le apoyó la mano en el hombro.
—Gracias —le dijo y él lo miró, los ojos oscuros del hombre parecían sonreír un poco.
—No sirvió de nada, de igual forma se llevaron a Kerr y a Vanya —dijo Aleck y Víctor le apretó el hombro aun con más fuerza.
—Los rescataremos, pero si no hubiera sido por ti, nadie estuviera vivo en estos momentos, no sé qué es lo que desees hacer ahora, pero eres bienvenido en nuestra manada, y también en la de Karina —Aleck asintió con agradecimiento, y aunque le pareció una idea mala, porque Jábico ya sabía cómo encontrarlos, le pareció que quedarse sería la única forma de mantenerse a salvo. Pero no podía dejar sola a su madre.
—Gracias, Víctor —le dijo —pero debo volver con mi madre —el Alpha levantó la cabeza, como si hubiera escuchado su nombre y Aleck entendió que hablaba con alguien por su mente, e irremediablemente se preguntó qué se sentiría poder compartir sus palabras en la mente de alguien más.
—Parece que no va a haber mucho problema con eso —le dijo Víctor y le señaló hacia la puerta y Aleck vio con sorpresa como su madre entraba sosteniendo a un desnudo Sebastián y él se puso de pie de golpe y corrió hacia ella y cuando la mujer lo vio su expresión se transformó a una mueca de alegría inconfundible.
—Mi niño —le dijo ella y se abalanzó para atraparlo entre sus brazos y Aleck la abrazó de vuelta —qué bueno que estas bien —Aleck se apartó para mirarla a la cara.
—¿Qué haces aquí? —le preguntó él y ella señaló hacia atrás, Sebastián se estaba comenzando a vestir, se veía que le dolía algo y cuando la mirada de los dos hombres se encontraron Aleck no pudo evitar agradecerle con una sonrisa honesta.
—Él y su amiga fueron por mí justo a tiempo, unos hombres armados nos atacaron —le comentó la mujer y Aleck miró a Víctor.
—¿Jábico la encontró? —le preguntó el Alpha a Sebastián y el lobo asintió con la cabeza —que bueno que estén bien — mucha gente se reunía en el comedor y Aleck se acomodó junto a Sebastián. Víctor se subió a una de las mesas.
—Esta fábrica ha sido nuestro hogar por mucho tiempo —dijo el Alpha —pero ya no es un lugar seguro, Jábico ya nos encontró y tenemos que huir ahora antes de que regresen. Por todas las personas pasó una expresión de miedo y desazón — el Alpha Rodolfo ya nos admitió en las inmediaciones del lago, así que tomen sus pertenencias, nos vamos en dos horas. Sé que todos están cansados de estar con miedo, pero ya hay tres manadas dispuestas a pelear y vamos a morir intentando conseguir nuestra libertad, ahora vayan —las personas se alejaron con las cabezas bajas y Aleck se volvió hacia Sebastián.
—¿Cómo sabías que mi mamá estaba en riesgo? —le preguntó y el lobo se encogió de hombros.
—La verdad no sabíamos, fuimos por… bueno, creemos que podemos curar a tu madre —Aleck abrió los ojos.
— ¿Cómo? —preguntó el vampiro y luego abrió los ojos —¿con su esperma? Preguntó y Sebastián recordó que en los aquelarres los construían de otras especies —pero dijeron que era un mito —Sebastián negó.
—No lo es, lo hemos utilizado en esta manada por mucho tiempo —los ojos de Aleck se llenaron de lágrimas, volteó a mirar a su madre que estaba de pie un metro más allá mirando todo con curiosidad y luego se volvió hacia Sebastián, recortó la distancia que los separaba y se colgó del cuello el hombre dándole un amplio abrazo. Sebastián sintió que el cuerpo se le llenó de un calor extraño y apretó las angostas caderas del vampiro contra su cuerpo devolviéndole el abrazo y los pies de Aleck quedaron colgando un poco.
Víctor los miró desde lejos y negó con la cabeza y una sonrisa en el rostro.
Aleck se alejó como si le hubiera atravesado una corriente eléctrica y la cara se le enrojeció hasta la punta de las orejas.
—Gracias —Sebastián negó con la cabeza y metió las manos en los bolsillos del pantalón.
—Bueno, aun no estamos seguros que funcione…
—Pero la intención es lo que cuenta —le interrumpió el vampiro y dio la vuelta hacía su madre. Una conciencia llegó a la cabeza de sebastian y supo que sería Víctor.
—No digas una sola palabra —Le dijo Sebastián, y logró sentir en la conciencia del lobo la preocupación que tenía por Kerr y Vanya, pero también un sentimiento agradable.
—Aleck parece un buen chico —Le dijo Víctor —Ya deberías sentar cabeza, a ver si así dejas de ser tan malgeniado —Sebastián blanqueó los ojos mientras caminaba hacia su catre a recoger sus cosas.
—Ya verás que Kerr estará bien, él es muy fuerte y Vanya es la mujer más ruda que he conocido — Víctor bufó mentalmente.
—Querrás decir terca y testaruda, pero sí… No sé qué hacer, Sebastián — Le dijo y él se sentó en el borde del catre —Por primera vez en mi mandato no sé qué hacer.
—Ya verás que todo saldrá bien, iremos al lago y desde allá las tres manadas idearemos un plan para rescatar a Kerr y a Vanya y luego acabaremos con Jábico —Le dijo Sebastián y la conciencia de Víctor se llenó de una pesada amargura.
—¿Y si nunca lo vuelvo a ver? —
Le dijo —¿y si no logro ganarme su perdón? – Sebastián no era muy bueno para consolar.—Kerr es como una cucaracha, entre mas la aplastas mas corre, te prometo que estará bien, pero no negarás que tienes un trabajo duro por delante, fuiste un idiota.
—Qué bueno que también estés bien —Le dijo Víctor y luego se fue.
Sebastián desde el segundo piso observó a Aleck, estaba al lado de su madre mientras hablaban con Clarisa y tenía una brillante sonrisa en el rostro, pero a pesar de todo se veía un poco débil, la sangre de Vanya había sido apenas suficiente para mantenerlo sano, pero sí que le faltaba otra ración.
Dos horas después estaba toda la manada frente a la fábrica y la miraba con nostalgia, había sido el hogar, donde estaba la familia y los había protegido de la inclemencia del clima, de un ataque de otra manada y bajo su techo la esperanza de un futuro mejor, pero era momento de dejarla partir.
A lomos de miembros de la manada de Karina fueron acarreados todos los humanos y ya cuando estaban casi solos Sebastián llegó donde estaba Aleck.
—¿Quieres que te lleve? —El vampiro lo miró ofendido.
—Sabes que soy más rápido que tú —Sebastián asintió con la cabeza, estiró la mano y acarició la mejilla del muchacho que sonrió.
—Lo sé, pero no has tomado suficiente sangre, estás débil —Aleck ladeó la cabeza.
—Creo que un aventón no me sentaría mal —Sebastián comenzó a desnudarse y a pasarle sus prendas al vampiro que apartó la mirada —Haces ejercicio —dijo para disimular la incomodidad y Sebastián se irguió desnudo.
—Tranquilo, luego podrás verme con mucha paciencia —saltó hacia al frente y cayó transformado y Aleck subió a su lomo con la cara roja.
Antes de partir Sebastián le dio una última mirada a la fábrica y luego corrió hacia el bosque y se unió a la jauría.
El doctor Saúl Quiroz se quejó cuando la mujer retiró el bisturí de su cuello e hizo presión para que la sangre estancara. El hombre se sintió terriblemente decepcionado, tenía la esperanza de que su hija lograra comprender la visión de su mundo, pero no era así, estaba enceguecida por esas bajas especies, y no pudo sentirse más decepcionado.
Volteó a mirar hacia donde su compañero lo observaba y él apretó los labios.
—Dejaste huir al espécimen más importante que hemos capturado en nuestra historia — le dijo y Saúl quiso negar con la cabeza, pero la mujer lo tenía bien agarrado.
—Si no lo hacía Vanya me mataría.
—Eres su padre —le dijo el hombre y el doctor se rio.
—Pues precisamente por eso —apartó a la mujer y él mismo hizo presión en la herida —tengo a toda la ciudad en mi poder, los dejé ir por que no podrán pasar la noche bajo un puente sin que yo me entere, esta misma noche volverán y no cometeré de nuevo el error de subestimar a mi hija.
—¿Y las manadas del bosque? —le preguntó su compañero y Saúl se miró la palma de la mano manchada de sangre, ¿Qué más daba ensuciarlas más?
—Despierta los drones, a todos ellos —dijo —veamos qué tan efectivos son peleando a muerte con su propia familia.
60Kerr se sentía débil, tanto que los pasos se le hacían pesados y por más que lo intentó, no pudo transformarse, era como si le hubieran inyectado una especie de suero similar al púrpura que le habían aplicado antes pero más fuerte. Vanya corría adelante y al verlo rezagado lo tomó de la mano y lo jaló.—No estamos a salvo —le dijo ella y lo jaló más —mi papá nunca nos hubiera dejado ir si no tuviera un plan de reserva para poder atraparnos nuevamente.Kerr trató de seguirle el ritmo, pero tenía unos pantalones delgados, estaba sin camisa y no tenía zapatos y las piedras se le clavaban en las plantas de los pies.Las calles estaban tremendamente vacías, parecía que fuera una ciudad fantasma y eso lo asustó. Cada vez que doblaban una esquina pensó que encontraría a algún guardia de Jábico y tenía el corazón acelerado.Kerr no recordaba mucho, después de que el helicóptero llegó con el sonido los pensamientos se le hicieron pesados, el dolor era tan fuerte que no pudo defenderse ni si
61Sebastián disfrutó sentir el cuerpo del vampiro sobre él, corrió por el bosque a toda velocidad metiéndose entre los demás que parecían cansados y deprimidos y Aleck soltó varias carcajadas, a pesar del mal momento por el que estaban pasando ellos jugaron un rato y Sebastián se sintió tan bien como hacía mucho.Cuando llegaron a la orilla el lago observó que el campamento era tan grande y bien organizado.Regresó a su forma humana y Aleck cayó de cabezas al suelo y de una voltereta hábil se puso de pie.—Avisa la próxima —le dijo y le tendió la ropa para que él comenzara a vestirse —fue divertido —dijo y cuando Sebastián se puso los pantalones le señaló el lago.—espero que no nos quedemos mucho, odio ir al baño en el bosque —Aleck se encogió de hombros.—Puedes transformarte y hacer en cualquier parte —Sebastián lo empujó por el hombro y el vampiro perdió el equilibrio y cayó sentado.—Lo siento —le dijo Sebastián y lo ayudó a poner de pie —necesitas sangre —Aleck negó.—Estoy bie
Por la alcantarilla se escuchó el sonido de los pasos de las personas que venían por ellos y Vanya agarró a Kerr por la muñeca y lo jaló, pero él la tiró hacia él y la apoyó en su pecho y con delicadeza le tapó la boca y estiró la conciencia hacia ella e ignoró todos los sentimientos que ella estaba sintiendo en ese instante.—No te muevas —le dijo en la mente —No hables, no respires —Los poderes de Kerr eran suficientes como para poder esconderlos por completo, pero lo que le habían inyectado aún no se eliminaba de su sistema y le estaba costando recuperarlos por completo.Kerr se alejó de Vanya y conectó con el grupo de hombres que venían por los túneles, eran cuatro y Kerr tuvo que concentrarse al máximo para poder hacerlos invisibles, y cuando la luz de las linternas iluminaron el área donde ellos estaban Kerr la memorizó rápidamente para poder proyectarla, pero hubo algo con lo que no contó, uno de los hombre que venía con ellos eran un vampiro y los ojos rojos le brillaron refle
Kerr sintió los músculos entumecidos cuando el agua fría le golpeó el cuerpo, pero sus poderes ya habían regresado y recuperó el control de su él en solo un instante. La fuerte corriente había alejado el cuerpo de Vanya de él y la buscó con la conciencia. Estaba a unos metro más allá. Nadó de bajo del agua, y el sorprendió la facilidad con la que podía hacerlo, como si hubiera nacido para ello. Se metió debajo de la muchacha que luchaba con un pequeño remolino que la succionaba hacia abajo y cuando salió ella quedó sobre su lomo. —¿Estás bien? —Le preguntó él en la mente y Vanya recostó la cara en el pelaje húmedo de su espalda, al parecer solo estaba asustada. Kerr miró hacia donde las aguas residuales de la ciudad desembocaban en una cascada enorme y olorosa y había varias luces al final del túnel. Incluso pudo ver los ojos brillantes del trasformista que los miraba con el mentón levantado. Pero ya estaban lo suficientemente lejos. Kerr nadó hacia la orilla y cuando Vanya bajó d
Aleck se sintió físicamente bien como hacía mucho no se sentía, los alphas le habían conseguido una buena y fresca ración de sangre saludable de un par de hombres y eso lo puso rocinante como un toro.No le gustaba mucho el sabor de la sangre, y aunque la consumía una vez a la semana desde que que tenía memoria, no le resultaba demasiado atractiva. Se imaginó como vivían los puros y los transformistas para vivir exclusivamente de ella.Sebastián caminaba a su lado por el bosque, estaban cerca del hotel en donde se habían hospedado y se lo quedó mirando.—Te ves bien —le dijo el hombre y Aleck sonrió de lado.—Si, es que tú me estabas matando de hambre, yo al menos te compré una hamburguesa —el lobo soltó una carcajada que resonó por el bosque y Aleck estiró la mano para que se callara, se suponía que él no iba trasformado para no llamar la atención, así que tampoco podían hacer mucho ruido.—Lo siento —le dijo Sebastián y Aleck negó, ya se había disculpado lo suficiente el uno con el
Los aquelarres estaban en una perfecta distancia entre la ciudad y la parte mas oscura del bosque. Aleck recordaba perfectamente el camino, lo había recorrido cientos de veces cuando era niño y le sorprendió ver que no había cambiado mucho.Sebastián caminaba a su lado en silencio mientras el transformista que habían rescatado caminaba un poco rezagado. El lobo había estado cabizbajo desde el encuentro con los suyos en la sede de los laboratorios.Aleck recostó el hombro con el de él y Sebastián apenas le dio un vistazo, de verdad parecía triste, toda la historia que habían tenido desde el secuestro de Vanya había sido por ellos, por lo que estaban metidos en esa celda, con los que habían nacido y criado y él había estado tan cerca como nunca de poder hacer algo al respecto, pero aunque había entendido que no podía rescatarlos no logró evitar que la tristeza lo invadiera.—¿Cómo estás? — le preguntó Aleck después de un rato y Sebastián levantó la cabeza y olisqueó el aire.—Mejor, per
Sebastián no tenía que leer la mente de Aleck para saber que regresar al aquelarre le afectaba en sobre manera. Lo vio dudar en una que otra puerta de las que aparecían de vez en cuando en el enorme pasillo de cueva.—Recuerda los colores —le dijo el muchacho y Sebastián le apoyó la mano en el hombro. Sebastián los recordaba, pero el muchacho se los repitió —entre más oscuro más pura la sangre, el transformista tuene un traje como el petróleo, brillante, los demás son de tela, negro para puros, gris para mestizos…—Ya lo entiendo —le dijo Sebastián, venían acompañados por un séquito de personas que lo hicieron sentir más que un invitado, un prisionero —calma —Aleck respiró profundo, y aunque Sebastián se moría de ganas por escuchar el motivo del nerviosismo del vampiro, prefirió solo darle apoyo moral.Siguieron caminando por el pasillo hasta que el vampiro que les había abierto la puerta los detuvo frente a un par de puertas.A Sebastián lo hicieron entrar por otra puerta mientras qu
Vanya no quería salir del agua, aunque sabía que entre más tiempo pasaran allí había más posibilidades de que los encontraran, aunque con las habilidades de Kerr era bastante obvio que tenían la ventaja, no estaban exentos de que volvieran a utilizar el sonido.Estaba recostada en el suelo del pequeño lago de agua termal y Kerr estaba sobre ella acostado sobre su pecho, las manos de Vanya le acariciaban la espalda delicadamente, llevaban ahí por lo menos una hora.— ¿Si traen el sonido que te produce dolor? — le preguntó ella después de un rato y Kerr se encogió de hombros.— Tengo los sentidos extendidos — le dijo él — los vería venir desde un kilómetro a la redonda, así que creo que estamos a salvo por el momento.Vanya se dejó llevar por la somnolienta sensación del agua caliente, tenía el cuerpo molido y el reciente orgasmo le había arrebatado un poco más las fuerzas, así que cerró los ojos. Estaban ya ante una nueva guerra, y presintió que ese sería el último momento en paz que t