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Sebastián disfrutó sentir el cuerpo del vampiro sobre él, corrió por el bosque a toda velocidad metiéndose entre los demás que parecían cansados y deprimidos y Aleck soltó varias carcajadas, a pesar del mal momento por el que estaban pasando ellos jugaron un rato y Sebastián se sintió tan bien como hacía mucho.
Cuando llegaron a la orilla el lago observó que el campamento era tan grande y bien organizado.
Regresó a su forma humana y Aleck cayó de cabezas al suelo y de una voltereta hábil se puso de pie.
—Avisa la próxima —le dijo y le tendió la ropa para que él comenzara a vestirse —fue divertido —dijo y cuando Sebastián se puso los pantalones le señaló el lago.
—espero que no nos quedemos mucho, odio ir al baño en el bosque —Aleck se encogió de hombros.
—Puedes transformarte y hacer en cualquier parte —Sebastián lo empujó por el hombro y el vampiro perdió el equilibrio y cayó sentado.
—Lo siento —le dijo Sebastián y lo ayudó a poner de pie —necesitas sangre —Aleck negó.
—Estoy bien, solo tengo que comer, comida normal —Sebastián estiró la mano y le tomó el mentón para que él levantara el rostro y lo mirara.
—No te ves muy bien —le dijo y Aleck le sonrió con timidez —prometo que te conseguiré sangre, la que necesites, sé que alguien de la manada se ofrecerá, nos salvaste la vida —con el pulgar le acarició la mejilla y luego retiró la mano.
—Clarisa dijo que es muy probable que la prueba sí funcione para curar a mamá, pero se necesita la esperma de un lobo fuerte, y bueno, Víctor no está disponible —Sebastián dejó escapar aire , él podría donarlo lo suficiente para sanar a la mujer, pero por alguna razón le pareció incómodo. Dio un paso al frente para estar cerca del vampiro, era una técnica que siempre le había funcionado, ser súper directo.
—Bueno, yo podría hacerlo, pero me resulta incómodo, ya sabes, yo quisiera que estuviera, pero dentro de ti —las mejillas del Aleck se enrojecieron como dos brazas enrojecidas al aire y se apartó.
—No eres el único lobo fuerte que hay —le dijo el vampiro y Sebastián se rió, pero cuando observó lo lejos que la juraría comenzaba llegar cayó sobre él la cruda realidad, tal vez ni sobrevivieran a esa guerra.
—Aleck, le dijo el lobo y el muchacho lo miró —Vanya fue la que tuvo la idea de traer a tu madre — él asintió.
—Lo imaginé, pero la acompañaste y la protegiste, así que gracias —él asintió.
—Pero ella… es una muchacha complicada, y no da puntada sin dedal —se terminó de vestir y Aleck se lo quedó mirando.
—Quiere algo de mí —el lobo asintió.
—Ella pretendía que trataras de convencer a tu aquelarre para que se una a la pelea —Aleck blanqueó los ojos.
—Eso es imposible —Sebastián caminó hacia él y lo tomó por los hombros.
—No entendía las razones de Vanya, pero mira lo que pasó hoy, ese ruido solo afectaba a los lobos, y si tú no hubieras estado los humanos de la manda no hubieran podido hacer nada, necesitamos a los vampiros en esta guerra y tú puedes ayudarnos —Aleck negó.
—Nunca me escucharán, son arrogantes y testarudos — apoyó las manos sobre las muñecas de Sebastián —no lo harán a menos de que vean que les afectará directamente.
—Pues entonces hay que demostrarles que sí les afectará.
—claro que es una buena idea —les dijo Karina, la Alpha estaba alrededor de la fogata que habían hecho para la reunión de los líderes para hablar sobre el tema —cuando peleamos con Moira los aquelarres fueron de mucha ayuda, y aunque sí que es difícil convencerlos cederán si les mostramos que también serán afectados por esto.
—pero no tenemos cómo demostrarlo —le dijo Rodolfo, ser el Alpha de su manada le había sentado bien, se veía fuerte y altivo. Aleck estaba al lado de Sebastián, él estaría ahí sin la insistencia del lobo y por haber destruido el helicóptero en vez de huir.
—¿Los aquelarres no han perdido miembros? —preguntó Víctor —todas las manadas han perdido parte de su gente.
—Con los vampiros es peor —dijo Aleck y todos lo miraron —el gen lobo es fuerte, el más fuerte de todos, pero para que nazca un lobo hay que embarazar a una mujer, y esperar todo este proceso, pero díganme, qué es mejor, ¿Crear un ejército que ya esté entrenado o esperar décadas a que uno esté listo?
—¿Te refieres a los transformistas? —le preguntó Víctor y él asintió. La Alpha pelirroja tomó la palabra.
—El niño bonito tiene razón —dijo ella —el veneno de un transformista lo utilizan para transformar soldados humanos y convertirlos en armas de guerra, y asumo que Saúl Quiroz aún no tiene uno o ya estuviéramos muertos.
—¿Es posible hacerlo? —preguntó uno de los ancianos del consejo de la manada del lago y Aleck asintió.
—Por eso el sonido no me afectó, está hecho solo para los lobos y así ellos poder atacar con su ejército de vampiros puros. Entonces eso es lo que hay que hacerles ver, que no estarán a salvo si hay transformistas en su aquelarre.
—Opino que debería intentarlo —dijo Víctor — no sabemos que otras clases de armas hayan desarrollado en contra de los lobos, si Aleck no hubiera estado en la manda hoy hubiéramos muerto —Karina asintió.
—Claro que los necesitamos, pero necesitamos una prueba de que ellos también están en riesgo —Aleck se aclaró la garganta.
—Pues yo sé donde conseguir una —dijo y todos lo miraron de nuevo —cuando Saúl me contrató para traer a Sebastián logré percibir a varios vampiros en las instalaciones, si logramos rescatar uno le mostraremos a los aquelarres que sí están en peligro.
—Entonces lo haremos —dijo Víctor, habrá que entrar a las instalaciones de Jábico, podríamos armar un pequeño ejército...
—No —le interrumpió Aleck —lo haré solo —Sebastián lo volteó a mirar —sin ofender, pero, soy más rápido y silencioso que cualquier lobo, soy capaz de entrar y salir sin que me vean.
—No te dejaré ir solo —le dijo Sebastián y Aleck lo miró, notó en sus ojos una determinación absoluta y asintió con la cabeza.
—Tal vez necesite ayuda —Víctor se acercó a ellos.
—Bien, ¿Qué necesitan? —Aleck sonrió incómodo.
—Yo —dijo —Un poquitito de sangre para recupererme —el Alpha asintió y Aleck alzó la voz para que todos lo oyeran —nos vamos esta noche —Sebastián estiró la mano y tomó la del vampiro que sonrió irremediablemente.
Por la alcantarilla se escuchó el sonido de los pasos de las personas que venían por ellos y Vanya agarró a Kerr por la muñeca y lo jaló, pero él la tiró hacia él y la apoyó en su pecho y con delicadeza le tapó la boca y estiró la conciencia hacia ella e ignoró todos los sentimientos que ella estaba sintiendo en ese instante.—No te muevas —le dijo en la mente —No hables, no respires —Los poderes de Kerr eran suficientes como para poder esconderlos por completo, pero lo que le habían inyectado aún no se eliminaba de su sistema y le estaba costando recuperarlos por completo.Kerr se alejó de Vanya y conectó con el grupo de hombres que venían por los túneles, eran cuatro y Kerr tuvo que concentrarse al máximo para poder hacerlos invisibles, y cuando la luz de las linternas iluminaron el área donde ellos estaban Kerr la memorizó rápidamente para poder proyectarla, pero hubo algo con lo que no contó, uno de los hombre que venía con ellos eran un vampiro y los ojos rojos le brillaron refle
Kerr sintió los músculos entumecidos cuando el agua fría le golpeó el cuerpo, pero sus poderes ya habían regresado y recuperó el control de su él en solo un instante. La fuerte corriente había alejado el cuerpo de Vanya de él y la buscó con la conciencia. Estaba a unos metro más allá. Nadó de bajo del agua, y el sorprendió la facilidad con la que podía hacerlo, como si hubiera nacido para ello. Se metió debajo de la muchacha que luchaba con un pequeño remolino que la succionaba hacia abajo y cuando salió ella quedó sobre su lomo. —¿Estás bien? —Le preguntó él en la mente y Vanya recostó la cara en el pelaje húmedo de su espalda, al parecer solo estaba asustada. Kerr miró hacia donde las aguas residuales de la ciudad desembocaban en una cascada enorme y olorosa y había varias luces al final del túnel. Incluso pudo ver los ojos brillantes del trasformista que los miraba con el mentón levantado. Pero ya estaban lo suficientemente lejos. Kerr nadó hacia la orilla y cuando Vanya bajó d
Aleck se sintió físicamente bien como hacía mucho no se sentía, los alphas le habían conseguido una buena y fresca ración de sangre saludable de un par de hombres y eso lo puso rocinante como un toro.No le gustaba mucho el sabor de la sangre, y aunque la consumía una vez a la semana desde que que tenía memoria, no le resultaba demasiado atractiva. Se imaginó como vivían los puros y los transformistas para vivir exclusivamente de ella.Sebastián caminaba a su lado por el bosque, estaban cerca del hotel en donde se habían hospedado y se lo quedó mirando.—Te ves bien —le dijo el hombre y Aleck sonrió de lado.—Si, es que tú me estabas matando de hambre, yo al menos te compré una hamburguesa —el lobo soltó una carcajada que resonó por el bosque y Aleck estiró la mano para que se callara, se suponía que él no iba trasformado para no llamar la atención, así que tampoco podían hacer mucho ruido.—Lo siento —le dijo Sebastián y Aleck negó, ya se había disculpado lo suficiente el uno con el
Los aquelarres estaban en una perfecta distancia entre la ciudad y la parte mas oscura del bosque. Aleck recordaba perfectamente el camino, lo había recorrido cientos de veces cuando era niño y le sorprendió ver que no había cambiado mucho.Sebastián caminaba a su lado en silencio mientras el transformista que habían rescatado caminaba un poco rezagado. El lobo había estado cabizbajo desde el encuentro con los suyos en la sede de los laboratorios.Aleck recostó el hombro con el de él y Sebastián apenas le dio un vistazo, de verdad parecía triste, toda la historia que habían tenido desde el secuestro de Vanya había sido por ellos, por lo que estaban metidos en esa celda, con los que habían nacido y criado y él había estado tan cerca como nunca de poder hacer algo al respecto, pero aunque había entendido que no podía rescatarlos no logró evitar que la tristeza lo invadiera.—¿Cómo estás? — le preguntó Aleck después de un rato y Sebastián levantó la cabeza y olisqueó el aire.—Mejor, per
Sebastián no tenía que leer la mente de Aleck para saber que regresar al aquelarre le afectaba en sobre manera. Lo vio dudar en una que otra puerta de las que aparecían de vez en cuando en el enorme pasillo de cueva.—Recuerda los colores —le dijo el muchacho y Sebastián le apoyó la mano en el hombro. Sebastián los recordaba, pero el muchacho se los repitió —entre más oscuro más pura la sangre, el transformista tuene un traje como el petróleo, brillante, los demás son de tela, negro para puros, gris para mestizos…—Ya lo entiendo —le dijo Sebastián, venían acompañados por un séquito de personas que lo hicieron sentir más que un invitado, un prisionero —calma —Aleck respiró profundo, y aunque Sebastián se moría de ganas por escuchar el motivo del nerviosismo del vampiro, prefirió solo darle apoyo moral.Siguieron caminando por el pasillo hasta que el vampiro que les había abierto la puerta los detuvo frente a un par de puertas.A Sebastián lo hicieron entrar por otra puerta mientras qu
Vanya no quería salir del agua, aunque sabía que entre más tiempo pasaran allí había más posibilidades de que los encontraran, aunque con las habilidades de Kerr era bastante obvio que tenían la ventaja, no estaban exentos de que volvieran a utilizar el sonido.Estaba recostada en el suelo del pequeño lago de agua termal y Kerr estaba sobre ella acostado sobre su pecho, las manos de Vanya le acariciaban la espalda delicadamente, llevaban ahí por lo menos una hora.— ¿Si traen el sonido que te produce dolor? — le preguntó ella después de un rato y Kerr se encogió de hombros.— Tengo los sentidos extendidos — le dijo él — los vería venir desde un kilómetro a la redonda, así que creo que estamos a salvo por el momento.Vanya se dejó llevar por la somnolienta sensación del agua caliente, tenía el cuerpo molido y el reciente orgasmo le había arrebatado un poco más las fuerzas, así que cerró los ojos. Estaban ya ante una nueva guerra, y presintió que ese sería el último momento en paz que t
Vanya observó con horror como el cuerpo de Kerr se desvanecía frente a ella. Lanzó un grito de horro y logró atraparlo antes de que cayera al suelo. la mujer seguía apuntándole con el arma y avanzo hacia ellos diciendo algo que Vanya no logró entender.Con ella había llevado el arma corta que tenía Kerr, había logrado rescatarla de la caída al rio y no le importó que estuviera húmeda.— Dejalo ir — le dijo desesperada apuntándole con el arma, Kerr se revolcaba en el suelo, pero la mujer la miró con una frialdad que a Vanya le heló la sangre.— No creas que por ser hija de tu padre tendrás un trato especial — le dijo — Ahora eres enemiga del mundo que él quiere formar y así se te tratará — sacó de la parte de atás del pantalón un radio y presionó el botón para hablar, pero Vanya salto hacia el frente, sabía que el arma no dispararía, y no permitiría que vinieran por Kerr, así que agarró a la mujer por la cintura y empujó hacia atrás con todas sus fuerzas apoyando el hombro en su estóma
Pretendían llevar a Aleck y a Sebastián a dos habitaciones diferentes, pero el menor insistió rotundamente en que no quería perder al lobo de vista y Sebastián no objetó nada, le parecía que el aquelarre no era un lugar muy seguro que digamos y el joven vampiro sabia eso, así que terminaron metiéndolos en una habitación estrecha con dos camas a un más estrechas.Las cosas con el trasformista líder de ese aquelarre no habían salido bien, él estaba seguro que bajo la tierra Jábico no sería capaz de entrar, pero según lo que le había comentado Aleck, el veneno de los transformistas que convertía a humanos en vampiros tenia un limite de diez o quince expulsiones diarias, así que necesitaban a más de uno para poder formar un ejercito lo suficiente mente grande como para enfrentar a las manadas, a menos de que ya hubieran podido implantar en el cerebro de Kerr ese aparato que podía controlarlo, de ser así, estaban perdidos ya.— Tenemos que convencerlo de algún modo — dijo Aleck, cada uno