Buscando aliados.

61

Sebastián disfrutó sentir el cuerpo del vampiro sobre él, corrió por el bosque a toda velocidad metiéndose entre los demás que parecían cansados y deprimidos y Aleck soltó varias carcajadas, a pesar del mal momento por el que estaban pasando ellos jugaron un rato y Sebastián se sintió tan bien como hacía mucho.

Cuando llegaron a la orilla el lago observó que el campamento era tan grande y bien organizado.

Regresó a su forma humana y Aleck cayó de cabezas al suelo y de una voltereta hábil se puso de pie.

—Avisa la próxima —le dijo y le tendió la ropa para que él comenzara a vestirse —fue divertido —dijo y cuando Sebastián se puso los pantalones le señaló el lago.

—espero que no nos quedemos mucho, odio ir al baño en el bosque —Aleck se encogió de hombros.

—Puedes transformarte y hacer en cualquier parte —Sebastián lo empujó por el hombro y el vampiro perdió el equilibrio y cayó sentado.

—Lo siento —le dijo Sebastián y lo ayudó a poner de pie —necesitas sangre —Aleck negó.

—Estoy bien, solo tengo que comer, comida normal —Sebastián estiró la mano y le tomó el mentón para que él levantara el rostro y lo mirara.

—No te ves muy bien —le dijo y Aleck le sonrió con timidez —prometo que te conseguiré sangre, la que necesites, sé que alguien de la manada se ofrecerá, nos salvaste la vida —con el pulgar le acarició la mejilla y luego retiró la mano.

—Clarisa dijo que es muy probable que la prueba sí funcione para curar a mamá, pero se necesita la esperma de un lobo fuerte, y bueno, Víctor no está disponible —Sebastián dejó escapar aire , él podría donarlo lo suficiente para sanar a la mujer, pero por alguna razón le pareció incómodo. Dio un paso al frente para estar cerca del vampiro, era una técnica que siempre le había funcionado, ser súper directo.

—Bueno, yo podría hacerlo, pero me resulta incómodo, ya sabes, yo quisiera que estuviera, pero dentro de ti —las mejillas del Aleck se enrojecieron como dos brazas enrojecidas al aire y se apartó.

—No eres el único lobo fuerte que hay —le dijo el vampiro y Sebastián se rió, pero cuando observó lo lejos que la juraría comenzaba llegar cayó sobre él la cruda realidad, tal vez ni sobrevivieran a esa guerra.

—Aleck, le dijo el lobo y el muchacho lo miró —Vanya fue la que tuvo la idea de traer a tu madre — él asintió.

—Lo imaginé, pero la acompañaste y la protegiste, así que gracias —él asintió.

—Pero ella… es una muchacha complicada, y no da puntada sin dedal —se terminó de vestir y Aleck se lo quedó mirando.

—Quiere algo de mí —el lobo asintió.

—Ella pretendía que trataras de convencer a tu aquelarre para que se una a la pelea —Aleck blanqueó los ojos.

—Eso es imposible —Sebastián caminó hacia él y lo tomó por los hombros.

—No entendía las razones de Vanya, pero mira lo que pasó hoy, ese ruido solo afectaba a los lobos, y si tú no hubieras estado los humanos de la manda no hubieran podido hacer nada, necesitamos a los vampiros en esta guerra y tú puedes ayudarnos —Aleck negó.

—Nunca me escucharán, son arrogantes y testarudos — apoyó las manos sobre las muñecas de Sebastián —no lo harán a menos de que vean que les afectará directamente.

—Pues entonces hay que demostrarles que sí les afectará.

—claro que es una buena idea —les dijo Karina, la Alpha estaba alrededor de la fogata que habían hecho para la reunión de los líderes para hablar sobre el tema —cuando peleamos con Moira los aquelarres fueron de mucha ayuda, y aunque sí que es difícil convencerlos cederán si les mostramos que también serán afectados por esto.

—pero no tenemos cómo demostrarlo —le dijo Rodolfo, ser el Alpha de su manada le había sentado bien, se veía fuerte y altivo. Aleck estaba al lado de Sebastián, él estaría ahí sin la insistencia del lobo y por haber destruido el helicóptero en vez de huir.

—¿Los aquelarres no han perdido miembros? —preguntó Víctor —todas las manadas han perdido parte de su gente.

—Con los vampiros es peor —dijo Aleck y todos lo miraron —el gen lobo es fuerte, el más fuerte de todos, pero para que nazca un lobo hay que embarazar a una mujer, y esperar todo este proceso, pero díganme, qué es mejor, ¿Crear un ejército que ya esté entrenado o esperar décadas a que uno esté listo?

—¿Te refieres a los transformistas? —le preguntó Víctor y él asintió. La Alpha pelirroja tomó la palabra.

—El niño bonito tiene razón —dijo ella —el veneno de un transformista lo utilizan para transformar soldados humanos y convertirlos en armas de guerra, y asumo que Saúl Quiroz aún no tiene uno o ya estuviéramos muertos.

—¿Es posible hacerlo? —preguntó uno de los ancianos del consejo de la manada del lago y Aleck asintió.

—Por eso el sonido no me afectó, está hecho solo para los lobos y así ellos poder atacar con su ejército de vampiros puros. Entonces eso es lo que hay que hacerles ver, que no estarán a salvo si hay transformistas en su aquelarre.

—Opino que debería intentarlo —dijo Víctor — no sabemos que otras clases de armas hayan desarrollado en contra de los lobos, si Aleck no hubiera estado en la manda hoy hubiéramos muerto —Karina asintió.

—Claro que los necesitamos, pero necesitamos una prueba de que ellos también están en riesgo —Aleck se aclaró la garganta.

—Pues yo sé donde conseguir una —dijo y todos lo miraron de nuevo —cuando Saúl me contrató para traer a Sebastián logré percibir a varios vampiros en las instalaciones, si logramos rescatar uno le mostraremos a los aquelarres que sí están en peligro.

—Entonces lo haremos —dijo Víctor, habrá que entrar a las instalaciones de Jábico, podríamos armar un pequeño ejército...

—No —le interrumpió Aleck —lo haré solo —Sebastián lo volteó a mirar —sin ofender, pero, soy más rápido y silencioso que cualquier lobo, soy capaz de entrar y salir sin que me vean.

—No te dejaré ir solo —le dijo Sebastián y Aleck lo miró, notó en sus ojos una determinación absoluta y asintió con la cabeza.

—Tal vez necesite ayuda —Víctor se acercó a ellos.

—Bien, ¿Qué necesitan? —Aleck sonrió incómodo.

—Yo —dijo —Un poquitito de sangre para recupererme —el Alpha asintió y Aleck alzó la voz para que todos lo oyeran —nos vamos esta noche —Sebastián estiró la mano y tomó la del vampiro que sonrió irremediablemente.   

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