Después de perder a su padre y a su pequeña hermana en un trágico accidente, Diego Ragno se encierra en si mismo y en su trabajo. Se dedica por completo a ejercer su trabajo como abogado siendo el mejor del país. Pero aquella dedicación le cuesta años de su vida volviéndolo más frío y carente de sentimientos, hasta que llega a su vida una pequeña niña que pone su oficina, su casa y su mundo de pies. Alba es tan solo una niña de 8 años, es la hija de la secretaria de Diego, Gisela es una habilidosa asistente que sabe bien como manejar el mal genio de su jefe, sin embargo, esta eficiente trabajadora tiene una vida bastante complicada con su hija. Su pequeña sufre de una enfermedad que provoca que tenga ataques respiratorios, por ende, la cabeza de Gisela vive en dos mundos diferentes. Sin embargo, los días que su hija está bien debe llevársela a su trabajo a escondidas de su jefe. Pero este secreto dura poco cuando Alba y su felino se aventuran en una travesura y terminan conociendo a Diego precisamente en su oficina, el CEO impresionado por ver a una niña y su gato en su bufet no haya que decir. Desde ese momento la vida de Diego, Alba y Gisela se unen sin siquiera saberlo…
Leer más—Se que estas por aquí, no puedes esconderte de mí bola de pelos destructora.Diego estaba bastante enojado con esa bola de pelos, mira que venir a destruir la silla de su despacho. Sin duda alguna ese felino la tenía agarrada con él. Camina con cuidado dentro de su despacho para tratar de no poner en alerta al gato.—Nube, ¿dónde estás? Tengo para ti una rica comida.Muerde sus labios al mismo tiempo que se asoma por debajo de la mesa, pero no estaba, frunce el ceño afinando la mirada al mismo tiempo.—Bola de pelos.—¿Qué haces, papi? —la voz de su hija lo sobresalta y alza la mirada por encima del escritorio.Al ver a su hija parada bajo el marco de la puerta con el gato en sus manos, el CEO afina la mirada al mirar a aquella bola de pelos naranja. Lo estaba observando como si en los brazos de su hija estuviera seguro.—¿Qué haces allí?—Buscando a esa bola de pelos —en ese momento el gato le muestra los dientes y este frunce los labios.Desde que Albany creció el gato se hizo un fi
La pareja se separa y sonríe al ver a Henri ingresar en la habitación.—¿Por qué estoy en una habitación de niño?—No hubo tiempo de trasladarte a mi clínica, era mejor aquí que en otro lugar.—¿Cómo has hecho todo esto, Henri? Lo de Alba, lo de…—calla sus palabras puesto que le dolía pensar en ella.—Ella hablo conmigo, me pregunto muchas cosas sobre tu enfermedad y la de ella, y termino por decirme que si le sucedía algo que te donara el órgano que necesitabas.Diego baja la mirada, era una niña astuta, siempre lo pensó desde el primer momento que la conoció. Pero nunca se imaginó que llegara a tanto.—Cuando el momento llego, supe lo que tenía que hacer. Gisela debía autorizarlo, y lo hizo… era la voluntad de Alba, no era la ninguno de ustedes dos.La pareja asiente entendiendo que Henri como doctor estaba en su obligación de cumplir con la voluntad de un paciente.—Alba no era tu paciente.—Pero era mía —aparece Walker —. Henri me contó la idea de mi paciente y yo le practique todo
A Gisela le tiembla todo el cuerpo cuando oye a su hija hablar, era como si estuviera despidiéndose. La madre mira a su doctor y este mantiene una seriedad que la aterroriza.—Walker…—pero el doctor no le responde —. Alba, Diego…—Mami, Diego ¿pueden darse un beso?Los adultos se miran y luego a la niña, aunque en esos momentos aquello era inapropiado, era necesario.Diego rodea la cama para tomar a Gisela por la cintura y propinarle un beso en los labios que ella recibe con gusto.—¡Es un beso de amor! —musita la niña sonriente —. Doctor, ¿sabe porque es de amor?—No lo sé, Alba.—Porque es en la boca —sonríe con dulzura mientras que mira a su madre y al que consideraba su padre —. Me hace feliz ver a mi madre y a… mi papá enamorado.Y luego de esas palabras Alba comienza a reaccionar y a tener otro ataque respiratorio. En ese momento Henri entra en el cuarto para asistir a su hermano.Diego sujeta a Gisela para alejarla de la cama mientras que los doctores comienzan a ayudarla a res
Ese maldito hijo de puta.—Alba está enferma, esa impresión puede… puede…Diego no la deja terminar hablar cuando ya la está abrazando para hacerla olvidar esos pensamientos que él mismo estaba teniendo. Sin embargo, bate aquellas ideas absurdas para reemplazarlas por la posibilidad de que Alba este bien.—Si te ha pedido dinero es porque Alba está bien, quizás no ha sufrido ningún ataque —Gisela asiente, más no se siente tranquila.—Tengo que encontrarla.—Yo la encontrare, te lo prometo.Se aleja un poco de ella para besar sus labios con ternura, mira los llorosos ojos de Gisela y siente mucho pesar en su corazón. Muerde levemente sus labios para luego acunar las mejillas de Gisela.—Voy a dar con ella y la traeré a casa, por favor, necesito que te calmes.—Pero él quiere mucho dinero.—Le daré todo el dinero que quiera, pero traeré a Alba a casa.Se pone en pie para luego sacar su móvil y empezar a hacer algunas llamadas, era un abogado reconocido y respetado, sus clientes no eran
Luego de que Alba subiera al coche, la maestra noto que el chófer no se había bajado como lo hacía siempre, y justo cuando intento avanzar hacia el auto este arranco tan rápido que la asusto y se sorprendió por la velocidad que empleo para mover el coche.De inmediato corrió al interior del colegio para notificarle a su madre de lo sucedido, no era normal que un chófer corriera tanto con un cliente y más si este era un niño.Entre tanto Mauricio acelera el coche para llevar a la niña lo más lejos posible.—¿No piensas decir nada? —la mira por el retrovisor notando que ella lo estaba viendo con los ojos bien abiertos —. ¿no sabes quién soy verdad? Estoy seguro de que tu madre no te ha dado muchos detalles de mí.Mauricio niega mientras sigue conduciendo el coche, le había resultado muy difícil deshacerse del maldito chófer, necesitaba alejarse lo más que podía del centro si no quería perder la oportunidad de estar con esa pequeña.—¿Quieres saber quién soy? —Alba niega mientras que mir
Entre tanto Alba y su maestra comenzaban a impacientase, hasta que la niña observa que de un coche se baja su doctor y sonríe.—¡Es mi doctor!—¿Segura? —la maestra frunce el ceño cuando ve a aquel hombre con ropa de hospital acercarse a ellas.—Disculpen la demora, soy Henri, amigo de Diego y Gisela, ellos no pueden retirar a Alba en esto momentos.—¿Alba? ¿Tu doctor no se llama Walker?—Él es su hermano gemelo maestra, yo pensé que era mi doctor.La mujer ensancha la mirada y asiente al mismo tiempo. Termina por entregarle la niña a ese sujeto y los ve subir al coche para luego irse.—¿Qué ha pasado con Diego? Quedo en venir a buscarme, ¿Por qué no ha venido? —Henri guarda silencio —. ¿le paso algo? —iba a tener que llevar a Alba al hospital ya que la casa de Diego estaba muy lejos.—Vamos hacer una parada antes, Diego está en mi oficina resolviendo unos asuntos legales del hospital, él se encargará de llevarte a casa, ¿está bien?La niña mira al doctor con ojos llorosos, algo dentr
Al día siguiente Alba ya estaba de regreso a casa y lo primero que hizo fue ir a por nube, el felino al verla corre a sus pies y empieza a maullar como loco.—Yo también te extrañe mucho, nube —Diego ve la escena y frunce el ceño puesto que ese gato parecía que lo odiaba únicamente a él.—Por estos días no regresaras al colegio, te tomaras unos días y la próxima semana regresas. Pero no quiero más discusiones con tus compañeros de clases.—Ellos siempre me molestan diciendo que no tengo papá, no es mi culpa mami.Gisela se tensa cuando oye a su hija, no sabe que responderle, a decir verdad. Lo único que podía hacer era hablar con la maestra para que ese problema no volviera a suceder.—Y no quiero ir la otra semana, quiero regresar mañana.—¡Alba! ¿no te alegras de quedarte en casa sin hacer nada? —pregunta su madre extrañada.—No.—Bien, si quieres ir, yo mismo te llevo mañana.Alba mira a Diego y sonríe abiertamente, mientras que Gisela no dice una sola palabra puesto que si su hija
—Quiero que intentemos tener una relación —rápidamente, el cuerpo de Gisela se congela a pesar de que el agua era tibia.—Diego… —baja la mirada —. ¿Qué pasara con Alba?—¿Qué hay con ella? —el CEO frunce la mirada.—Que pensara ella de esto, no sé cómo pueda tomarlo.Diego sonríe de medio lado, acuna las mejillas de Gisela y la hace levantar la mirada.—No creo que se oponga a nada —planta un beso tierno en los labios de ella para intentar tranquilizarla, luego ambos se abrazan con fuerza.—Esto es una locura, yo soy tu empleada.—Ya no más de eso…Gisela asiente sintiéndose maravillada, pero con temo al mismo tiempo. Desde hace mucho que no mantenía una relación con un hombre, le daba un poco de pavor sus sentimientos hacia Diego. Pero sinceramente, deseaba intentar algo con él.[…]—Esos dos han llegado solos a casa, y la pequeña mocosa no asistió al colegio hoy. ¿Qué diablos estará pasando? ¿En donde han dejado a la esa niña?Mauricio frunce el ceño mientras que mira la cada de aq
Diego se arrepiente mucho de no haber atendido aquellas llamadas, ahora comprendía la urgencia de Henri por llamarlo. Cuando su secretaria le contó lo que estaba pasando su corazón se paralizo de inmediato hasta el punto de sentirse verdaderamente mal.Pero con todo y eso, fue al hospital para ver el estado de salud de Alba.El CEO levanta la mirada para ver al doctor de Alba, era idéntico a su amigo Henri.—Ella estará bien, necesita descansar un poco, luego vendré a verla para ver si ya le puedo retirar el aparato respirador.Diego asiente y es cuando el doctor se aleja dejándolo solo con Gisela, quien aún seguía en sus brazos.—Lamento no haber venido antes, yo…—Está bien —Gisela lo separa un poco —. No te preocupes, se que estas ocupado en la empresa y…—¡No! Yo debí venir en seguida, nada es más importante que Alba.Gisela medio sonríe luego de escucharlo, sin duda alguna la conexión que existía entre ellos era muy grande e inexplicable.—Ella pregunto por ti, al no verte se pre