A Gisela le tiembla todo el cuerpo cuando oye a su hija hablar, era como si estuviera despidiéndose. La madre mira a su doctor y este mantiene una seriedad que la aterroriza.—Walker…—pero el doctor no le responde —. Alba, Diego…—Mami, Diego ¿pueden darse un beso?Los adultos se miran y luego a la niña, aunque en esos momentos aquello era inapropiado, era necesario.Diego rodea la cama para tomar a Gisela por la cintura y propinarle un beso en los labios que ella recibe con gusto.—¡Es un beso de amor! —musita la niña sonriente —. Doctor, ¿sabe porque es de amor?—No lo sé, Alba.—Porque es en la boca —sonríe con dulzura mientras que mira a su madre y al que consideraba su padre —. Me hace feliz ver a mi madre y a… mi papá enamorado.Y luego de esas palabras Alba comienza a reaccionar y a tener otro ataque respiratorio. En ese momento Henri entra en el cuarto para asistir a su hermano.Diego sujeta a Gisela para alejarla de la cama mientras que los doctores comienzan a ayudarla a res
La pareja se separa y sonríe al ver a Henri ingresar en la habitación.—¿Por qué estoy en una habitación de niño?—No hubo tiempo de trasladarte a mi clínica, era mejor aquí que en otro lugar.—¿Cómo has hecho todo esto, Henri? Lo de Alba, lo de…—calla sus palabras puesto que le dolía pensar en ella.—Ella hablo conmigo, me pregunto muchas cosas sobre tu enfermedad y la de ella, y termino por decirme que si le sucedía algo que te donara el órgano que necesitabas.Diego baja la mirada, era una niña astuta, siempre lo pensó desde el primer momento que la conoció. Pero nunca se imaginó que llegara a tanto.—Cuando el momento llego, supe lo que tenía que hacer. Gisela debía autorizarlo, y lo hizo… era la voluntad de Alba, no era la ninguno de ustedes dos.La pareja asiente entendiendo que Henri como doctor estaba en su obligación de cumplir con la voluntad de un paciente.—Alba no era tu paciente.—Pero era mía —aparece Walker —. Henri me contó la idea de mi paciente y yo le practique todo
—Se que estas por aquí, no puedes esconderte de mí bola de pelos destructora.Diego estaba bastante enojado con esa bola de pelos, mira que venir a destruir la silla de su despacho. Sin duda alguna ese felino la tenía agarrada con él. Camina con cuidado dentro de su despacho para tratar de no poner en alerta al gato.—Nube, ¿dónde estás? Tengo para ti una rica comida.Muerde sus labios al mismo tiempo que se asoma por debajo de la mesa, pero no estaba, frunce el ceño afinando la mirada al mismo tiempo.—Bola de pelos.—¿Qué haces, papi? —la voz de su hija lo sobresalta y alza la mirada por encima del escritorio.Al ver a su hija parada bajo el marco de la puerta con el gato en sus manos, el CEO afina la mirada al mirar a aquella bola de pelos naranja. Lo estaba observando como si en los brazos de su hija estuviera seguro.—¿Qué haces allí?—Buscando a esa bola de pelos —en ese momento el gato le muestra los dientes y este frunce los labios.Desde que Albany creció el gato se hizo un fi
—Gisela, debes estar tranquila. Sabes que este comportamiento es perfectamente normal en Alba.La castaña siente luego de escuchar las palabras de Walker, sin embargo, no se sentía para nada tranquila cuando su pequeña hija sufría ciertos ataques que la dejaban mal. No soportaba ver a su hija sufriendo.—Debes esperar que Alba sea atendida, estará bien, te lo prometo.—Esta vez ha sido más fuerte que las otras veces.—Sabes que estos episodios son distintos, no podemos predecir como será el siguiente Gisela. No ganas nada con ponerte nerviosa.—Ne me pidas que me tranquilice, mi hija esta allí dentro luchando por su vida, es tan solo una bebé Walker —levanta la mirada para ver al doctor ante ella.—Te he dicho que ya la estabilicé, debes calmarte.La mujer baja la mirada una vez más, no entendía porque le tenía que pasar una cosa como esa a una pequeña niña.—Yo debería de estar en su lugar, ella no tiene por qué pasar por esto, no se lo merece —añade soltando lagrimas sin poder deten
—No lo has hecho, sin embargo, pienso que no debes de actuar de esta manera tan altanera, ¿Qué ganas con eso?—Quiero que te largues, ahora mismo.—Diego, ¿Qué es lo que te pasa? —el CEO mantiene la mirada fija hacia la puerta y Henri lo pilla de inmediato —. Está bien, me voy a ir, pero sabes que si necesitas hablar yo estaré al pendiente de ti.Diego permanece callado, luego ve a su amigo salir de su oficina y es cuando él cierra los ojos y suelta el aliento contenido.Al segundo vuelve abrirlos para mirar su ordenador, necesitaba concentrase en su trabajo y nada más.[…]—¿De verdad tenemos que ir, mami?—Si, debemos hacerlo hija. Solo será unos pocos minutos y nada más, luego podemos regresar a casa —Gisela trata de convencer a su hija mientras la abriga un poco.—Pero no quiero ir.—Alba, no me hagas esto más difícil, solo será poco tiempo —la niña frunce los labios.—¿Puedo llevar a nube?Gisela ensancha la mirada al escuchar que su hija pretendía salir con su gato, la mujer mir
Al día siguiente ya por la tarde, Alba llega al trabajo de su madre y con ayuda de sus colegas logran meter a la niña sin que nadie se diera cuenta.—Bien hija, te quedaras aquí todo el tiempo posible, no quiero que camines por ninguna parte y tampoco que te metas en líos. Recuerda tu condición.—Ya lo se mami, aquí me quedaré—cruza los dedos mientras responde. —Regresare cuando haya terminado. Dibuja algo bonito.En cuanto la niña ve que su madre se pierde por las escaleras sonríe, la joven baja de la silla y camina hacia el ascensor secundario. Muy sigilosa oprime el botón del piso de su madre y espera que el aparato metálico la lleve.La otra amiga de su mamá no estaba, lo que le daba ventaja de poder escabullirse en la oficina del gruñón. La niña se asoma por la ventana parándose de puntitas y es cuando lo ve sentado escribiendo algunas cosas.Diego firma muy concentrado unos documentos importantes, pero de la nada siente que es observado y eso lo hace detenerse. Levanta la mirad
Gisela se encuentra al lado de su jefe mientras que esté conversa con los familiares de uno de sus clientes que esta por defender.La castaña se mantiene en silencio y actúa solo cuando alguien necesita un café, agua o algún documento que su jefe necesite. Ella observa de soslayo a Diego viendo cómo les explica a los familiares sobre el caso de su cliente.Era un hombre muy inteligente, audaz y no perdía ni un solo caso. Era el mejor abogado de la ciudad, muy buscados por todos. A parte de eso, era extremadamente atractivo, la verdad es que llamaba la atención de cualquiera.Incluyéndola…—Señorita Moore—Diego levanta la mirada para notar que su secretaria lo estaba observando —. Señorita Moore —y es cuando la joven castaña reacción y parpadea al fin.—Señor.—Los documentos de ayer, sobre el caso, ¿Dónde están?—¡Oh, si!Diego frunce un poco el ceño al percibir que ella estaba un poco distraída, se preguntó porque razón lo estaba.Al terminar con sus clientes, el CEO los despidió a t
El castaño no sabe que responder en ese momento, le cayó de sorpresa aquella pregunta tan inocente… mira aquellos ojos marrones tan cargados de dulzura que se niega a decirle una mentira a esa pequeña.—Claro, somo amigos…—la sonrisa de Alba se ilumino.—¿También eres amigo de nube? —él mira al felino y frunce levemente el ceño al notar que la bola de pelos le gruñe.—Creo que necesitaremos un poco más de tiempo.Alba asiente mientras acaricia a su mascota.—¿Ahora me dirás quién es tu madre?—No soy tan tonta, somos amigos, pero no te diré el nombre de mi mamá para que luego la regañes —responde sin siquiera mirarlo, Diego estaba estupefacto por la habilidad de esa niña —. Mejor, demos un paseo, ¿no te parece?—¿Tu madre te deja salir del edificio?—¿Cómo cree? Yo hablo de dar un paseo por el edificio —Alba se pone en pie dejando a nube en el suelo, luego toma la mano del CEO y levanta su mirada con una gran sonrisa —. ¿Vamos?Él no sabía que hacer, era la primera vez que una niña se