La vida de Blair se ve envuelta en una batalla interna difícil de librar. Enamorada del esposo de su hermana, debe alejarse para poder olvidarlo. Sin embargo, Clinton no está dispuesto a dejarla ir. Llegará el momento en que ella deberá elegir entre vivir su amor o hacer lo correcto. El problema es que Blair tiende a siempre tomar la decisión equivocada. ¿Es posible vivir viendo al hombre de tu vida junto a tu hermana? ¿Se puede ser feliz a costa de la desdicha de la familia? ¿Qué elección tomarías tú? Relaciones prohibidas, engaños que hieren y amor en su estado más primitivo.
Leer másSobre la Autora:Claudia Llerena nació el 5 de diciembre de 1998, en Sagua la Grande; una pequeña ciudad de la Isla de Cuba. Desde pequeña tuvo inclinación hacia las manifestaciones artísticas. Escribe desde los doce años, pero se decidió a compartir sus escritos con el público en 2018. Comenzó autopublicando sus historias en plataformas sin fines de lucro como Wattpad y Booknet. Sus historias abarcan variedad de géneros; desde fanfictions hasta pequeños relatos. Actualmente, se dedica a escribir para la plataformas de lectura online como Buenovela y Dreame.Una princesa equivocada es la primera entrega de la serie “Nobles sin Corona”. Resultó todo un reto para ella, pues dio inicio a un mundo paralelo lleno de personajes complejos, donde cada uno tiene su momento de brillar y contar su propia historia.Se considera a sí misma amante de la música, adicta a la lectura y una romántica irrmediable. Puedes encontrarla en sus redes sociales como Claudia Llerena.<
Nota del autor:Tengo mucho por lo cual agradecer:A Kattia y a Ericka, mis lectoras número uno. Siempre animándome con sus comentarios y alentándome para que no deje de escribir.A mis lectoras regulares, que viven pendientes de cada actualización, que me han acompañado desde el principio.Gracias a ti, por darme la oportunidad de contar esta historia, de hacerte llegar al menos, un poquito de mi cariño; por leer, votar, comentar, por llegar hasta el final y sobre todo, por haberle dado tanto cariño a la historia.A mi familia, mis chicas: Pau, Eri, Marle, Sandy; por amar estos personajes tanto como yo y cultivar ese cariño.A Sandra, una escritora maravillosa que me inspiró a comenzar a publicar mis escritos. Solo espero algún día llegar a ser tan buena escritora tú.A mis amigos del café liter
Epílogo: La boda de ensueñoDe la mano de mi prometido camino por la alfombra roja. Aunque no me agrade mucho ser el foco de atención, hoy estoy dispuesta a dejarlo pasar. Me parece increíble que con la cantidad de estrellas que se pasean por la alfombra, la prensa aclame mi presencia y la de Clinton. Llegamos hasta nuestro lugar y con un poco de lentitud ayudada por mi chico, me siento en mi lugar. Mi vientre de seis meses es bastante pesado y me limita realizar algunos movimientos.La velada transcurre entre aplausos, cuchicheos calientes por parte de Clint y excelentes presentaciones musicales. Llega el momento de la nominación tan esperada, captando toda nuestra atención.— Y el Oscar a la Mejor Trayectoria Actoral va para… —el silencio se instaura por unos segundos que parecen una eternidad— Joe Bratter.La ronda de aplausos no se hace esperar, esta vez con el público en pie. J
Capítulo cincuenta: Una princesa equivocadaMi cabeza no deja de girar, la punzada en la nuca es constante; mi estómago se siente pesado y la garganta arde destrozada por los gritos. No sé cuánto tiempo llevo aquí, mi acompañante no luce en una situación muy diferente. A ella la han golpeado; a mí, además de un par de cachetadas, solo me han amordazado.— Ash —mi voz apena se escucha. He destrozado mis cuerdas vocales—. Ashley, háblame, por favor —sigo sin obtener respuesta—. Dime que estás viva.— Lo estoy —responde para mi alivio—. Solo ahorro fuerzas.— ¿Te han herido de gravedad? —indago temerosa. Tengo miedo, mucho miedo.— No. Solo tengo un par de golpes en la cara y creo que el hombro dislocado.
Capítulo cuarenta y nueve: Extraña sensación*Clinton Bratter*Renuevo mi pie un poco inquieto mientras bebo un poco de agua en un intento de calmar la ansiedad. La demora del cliente no hace más que acrecentar mi impaciencia.— Si no te conociera, diría que estás nervioso —comenta mi colega con una sonrisa ladeada—. ¿Sucede algo, Clinton?— No me preguntes por qué, Richard —aludo—, pero tengo una extraña sensación en el pecho que no se va y el retraso de nuestro cliente no ayuda.— Hombre, tranquilo —se toma la libertad de palmear mi hombro—. Vienen desde New York y ya han avisado que el vuelo se ha retrasado.— Viajan en un avión privado, Richard —aclaro—. ¿De verdad creíste esa excusa barata?— No lo sé, eso debería preguntártelo yo —rebate mi compañero—. Al igual que tú, trabaja con su novia. ¿Cuántas excusas habéis puesto Blair y tú cuando os encontráis... oc
Capítulo cuarenta y ocho: Un príncipe y un secuestroMe remuevo nerviosa en mi asiento por enésima vez. Me encuentro rodeada de mujeres embarazadas con estómagos enormes. No puedo dejar de mirarlas sin discreción alguna. ¿Yo también me pondré como ellas? Con veinte semanas de gestación mi vientre es notorio pero no muy grande. Sin embargo, he leído que a partir de los cinco meses los bebés comienzan a crecer con mayor rapidez. Me pondré como una vaca, me dolerá la espalda, mis pies lucirán como dinosaurios y con mi problema de la tensión, tendré que hacer mucho reposo y mantener la estricta dieta.¿Es el momento para sentir miedo?— ¿Blair? —mi compañero voltea a mirarme.— Creo que estoy enloqueciendo, príncipe —percibo mi agitada respiración al hablar.— Eh, tranquila, princesa —él me abraza ayudándome a calmarme—. Todo estará bien.— ¡Me convertiré en un dinosaurio! —
Capítulo cuarenta y siete: Invasión— ¡Jodeeeer! —chillo como si hubiese visto un fantasma. Hay alguien en la casa.La puerta del departamento se abre dejando ver a una Megan Davis empapada de pies a cabeza. Con una rapidez impresionante, Clinton me extiende una sábana mientras yo busco desesperada su bóxer. Intercambiamos prendas y nos apresuramos en cubrirnos. En otras circunstancias, la escena me hubiese resultado graciosa.Mi mejor amiga ni siquiera se percata de nuestra presencia; se encuentra empecinada en cerrarle el paso a alguien.— ¡Megaaan! —identifico la voz de Brad.— ¡Vete! —mi amiga está llorando sin control, lo cual enciende las alarmas en mí organismo.— ¡No seas estúpida! —le reclama su novio mientras mi chico y yo seguimos buscando ropa para vestirnos.— ¡No soy estúpida! —replica ella.— ¡Pues deja de actuar como
Capítulo cuarenta y seis: Noticias<< En el día doy, hablaremos sobre dos de los apellidos más conocidos en el Estado de California y en el paísvej general: nos estamos refiriendo a nada menos que los Bratter Price. En las últimas semanas —concretamente desde el pasado día de San Valentín— la familia élite de Long Beach se ha convertido en el centro de atención pública. Varios sucesos importantes respecto a lis mismos han sido revelados, convirtiéndose de manera auntomática en Trending Topics en los medios de comunicación y redes sociales.La noticia que ahora oscila sobre las redes sociales, revistas y diarios; ha causado un gran revuelo. Todos lo comentan, muchos se escandalizan… y la verdad, esta periodista no entiende la razón.Si bien nos hizo suspirar el anuncio de la boda entre el famoso príncipe de las Leyes, Clinton Bratter y la top model más solicitada en los últimos tiempos, Crystal Price y además, la convertimos en
Capítulo cuarenta y cinco: Nuevo vecinoLlego a mi departamento directo a la cocina. Rebusco un frasco de mantequilla de cacahuete, una botella de agua y me acuesto en el sofá. Cuatro días durmiendo pocas horas en un hotel o en la clínica me tienen con el cuerpo agarrotado.Sacudo mis pies dejando volar a mis tacones. No hay nada como el hogar. Johana continuará ingresada en la clínica hasta mañana. Su esposo se quedará con ella. El resto dormiremos la primera noche entera en días. Luego de la operación de la señora Bratter, se emitió un comunicado especial y la euforia de la prensa se ha calmado un poco; razón por la cual todos hemos regresado a nuestros respectivos hogares.— Hola a ti —diviso la figura de mi mejor amiga.— ¿Qué pasó con la regla de tocar antes de abrir? —me mofo. Ella sigue su camino, ignorándome completamente. Se sienta a mi lado y prácticamente me arrebata la mantequilla de las manos—. ¡Oye! —protesto.— Uhmm, delicioso.