Capítulo cuarenta y siete: Invasión
— ¡Jodeeeer! —chillo como si hubiese visto un fantasma. Hay alguien en la casa.
La puerta del departamento se abre dejando ver a una Megan Davis empapada de pies a cabeza. Con una rapidez impresionante, Clinton me extiende una sábana mientras yo busco desesperada su bóxer. Intercambiamos prendas y nos apresuramos en cubrirnos. En otras circunstancias, la escena me hubiese resultado graciosa.
Mi mejor amiga ni siquiera se percata de nuestra presencia; se encuentra empecinada en cerrarle el paso a alguien.
— ¡Megaaan! —identifico la voz de Brad.
— ¡Vete! —mi amiga está llorando sin control, lo cual enciende las alarmas en mí organismo.
— ¡No seas estúpida! —le reclama su novio mientras mi chico y yo seguimos buscando ropa para vestirnos.
— ¡No soy estúpida! —replica ella.
— ¡Pues deja de actuar como
Capítulo cuarenta y ocho: Un príncipe y un secuestroMe remuevo nerviosa en mi asiento por enésima vez. Me encuentro rodeada de mujeres embarazadas con estómagos enormes. No puedo dejar de mirarlas sin discreción alguna. ¿Yo también me pondré como ellas? Con veinte semanas de gestación mi vientre es notorio pero no muy grande. Sin embargo, he leído que a partir de los cinco meses los bebés comienzan a crecer con mayor rapidez. Me pondré como una vaca, me dolerá la espalda, mis pies lucirán como dinosaurios y con mi problema de la tensión, tendré que hacer mucho reposo y mantener la estricta dieta.¿Es el momento para sentir miedo?— ¿Blair? —mi compañero voltea a mirarme.— Creo que estoy enloqueciendo, príncipe —percibo mi agitada respiración al hablar.— Eh, tranquila, princesa —él me abraza ayudándome a calmarme—. Todo estará bien.— ¡Me convertiré en un dinosaurio! —
Capítulo cuarenta y nueve: Extraña sensación*Clinton Bratter*Renuevo mi pie un poco inquieto mientras bebo un poco de agua en un intento de calmar la ansiedad. La demora del cliente no hace más que acrecentar mi impaciencia.— Si no te conociera, diría que estás nervioso —comenta mi colega con una sonrisa ladeada—. ¿Sucede algo, Clinton?— No me preguntes por qué, Richard —aludo—, pero tengo una extraña sensación en el pecho que no se va y el retraso de nuestro cliente no ayuda.— Hombre, tranquilo —se toma la libertad de palmear mi hombro—. Vienen desde New York y ya han avisado que el vuelo se ha retrasado.— Viajan en un avión privado, Richard —aclaro—. ¿De verdad creíste esa excusa barata?— No lo sé, eso debería preguntártelo yo —rebate mi compañero—. Al igual que tú, trabaja con su novia. ¿Cuántas excusas habéis puesto Blair y tú cuando os encontráis... oc
Capítulo cincuenta: Una princesa equivocadaMi cabeza no deja de girar, la punzada en la nuca es constante; mi estómago se siente pesado y la garganta arde destrozada por los gritos. No sé cuánto tiempo llevo aquí, mi acompañante no luce en una situación muy diferente. A ella la han golpeado; a mí, además de un par de cachetadas, solo me han amordazado.— Ash —mi voz apena se escucha. He destrozado mis cuerdas vocales—. Ashley, háblame, por favor —sigo sin obtener respuesta—. Dime que estás viva.— Lo estoy —responde para mi alivio—. Solo ahorro fuerzas.— ¿Te han herido de gravedad? —indago temerosa. Tengo miedo, mucho miedo.— No. Solo tengo un par de golpes en la cara y creo que el hombro dislocado.
Epílogo: La boda de ensueñoDe la mano de mi prometido camino por la alfombra roja. Aunque no me agrade mucho ser el foco de atención, hoy estoy dispuesta a dejarlo pasar. Me parece increíble que con la cantidad de estrellas que se pasean por la alfombra, la prensa aclame mi presencia y la de Clinton. Llegamos hasta nuestro lugar y con un poco de lentitud ayudada por mi chico, me siento en mi lugar. Mi vientre de seis meses es bastante pesado y me limita realizar algunos movimientos.La velada transcurre entre aplausos, cuchicheos calientes por parte de Clint y excelentes presentaciones musicales. Llega el momento de la nominación tan esperada, captando toda nuestra atención.— Y el Oscar a la Mejor Trayectoria Actoral va para… —el silencio se instaura por unos segundos que parecen una eternidad— Joe Bratter.La ronda de aplausos no se hace esperar, esta vez con el público en pie. J
Nota del autor:Tengo mucho por lo cual agradecer:A Kattia y a Ericka, mis lectoras número uno. Siempre animándome con sus comentarios y alentándome para que no deje de escribir.A mis lectoras regulares, que viven pendientes de cada actualización, que me han acompañado desde el principio.Gracias a ti, por darme la oportunidad de contar esta historia, de hacerte llegar al menos, un poquito de mi cariño; por leer, votar, comentar, por llegar hasta el final y sobre todo, por haberle dado tanto cariño a la historia.A mi familia, mis chicas: Pau, Eri, Marle, Sandy; por amar estos personajes tanto como yo y cultivar ese cariño.A Sandra, una escritora maravillosa que me inspiró a comenzar a publicar mis escritos. Solo espero algún día llegar a ser tan buena escritora tú.A mis amigos del café liter
Sobre la Autora:Claudia Llerena nació el 5 de diciembre de 1998, en Sagua la Grande; una pequeña ciudad de la Isla de Cuba. Desde pequeña tuvo inclinación hacia las manifestaciones artísticas. Escribe desde los doce años, pero se decidió a compartir sus escritos con el público en 2018. Comenzó autopublicando sus historias en plataformas sin fines de lucro como Wattpad y Booknet. Sus historias abarcan variedad de géneros; desde fanfictions hasta pequeños relatos. Actualmente, se dedica a escribir para la plataformas de lectura online como Buenovela y Dreame.Una princesa equivocada es la primera entrega de la serie “Nobles sin Corona”. Resultó todo un reto para ella, pues dio inicio a un mundo paralelo lleno de personajes complejos, donde cada uno tiene su momento de brillar y contar su propia historia.Se considera a sí misma amante de la música, adicta a la lectura y una romántica irrmediable. Puedes encontrarla en sus redes sociales como Claudia Llerena.<
Prefacio: AmigosRecorro las calles de Long Beach en mi preciada Ducati. Adoro montar en moto, es una afición que me traspasó uno de mis amigos. Cuando el aire me golpea el rostro y balancea mi cabello, es como si alcanzara un pequeño retazo de libertad. Aparco en mi sitio habitual y me dispongo a entrar; sin embargo, no puedo evitar detenerme frente a las enormes letras: Price’s Legacy. Imponen demasiado. Mi legado es mi tortura. Luego, desvío la vista hacia la imagen; el rostro de mi hermana me devuelve la mirada de forma altiva; como si me reprochara mis decisiones.Emito un largo suspiro.Solo espero que el revuelo no sea demasiado grande.— Oh, has llegado, cariño —mi madre me saluda sin dejar de evaluar a las modelos que desfilan una a una por la pasarela de ensayo—. Comenzaba a preocuparme. ¿Por qué tienes que andar en el aparato ese del demonio?Volteo los ojos ante la descripción de la moto. A estas alturas ya estoy acostumbrada.>> ¿Cómo te fue en l
Capítulo uno: Tememos que hablar*Seis años después*Doy un sorbo a mi copa de vino, me tomo mi tiempo degustando el sabor. Luego, le ofrezco una suspicaz sonrisa y procedo a realizar mi jugada—. Verá, señor Stallon; no negaré que tenerle a usted como cliente supone un gran crecimiento para el bufete. Sin embargo, no he venido a convencerle, mucho menos a rogarle que firme con nosotros —el sujeto enarca una ceja y me escruta con la mirada al mismo tiempo—. Si ha tomado su decisión, adelante. Valley & Asociados es una buena firma; aunque Bratter&Price es mejor. ¿Sabe que en el último año nos hemos hecho con la mitad de sus clientes? Y puedo asegurarle que no ha sido por robo.— Lo sé perfectamente, señorita Price, así como usted sabe que tanto Richard como Clinton son mis amigos. Ambos trabajaban juntos —interviene mi potencial cliente.— Así es —confirmo—. Y cuando decidió independizarse, sus clientes fieles decidieron seguirle. El señor Bra