Alice, ha pasado mucho tiempo lejos casa, ahora ha vuelto con la firme decisión de no volver a alejarse, está vez ha regresado para siempre, aunque tenga que luchar contra su propio padre. No se iría, jamás lo haría, después de tantos años sin ver a la familia, era normal que terminara enamorándose de su hermano.
Leer másHabía llegado el día más esperado por los Miraval y los McCarson.Kyle, estaba plenamente feliz ¡Al fin!, ahora si podía tener a Alice, entre sus brazos sin importar nada, porque ahora estaban de acuerdo con el amor que sentían. Kyle sonrió, a pesar de que había pisado Territorio Peligroso, empezando un juego prohibido al enamorarse de Alice, habían sufrido mucho, quizás más de lo que hubiesen podido resistir sus corazones, pero al final todo había valido la pena, se casaría con la única mujer que había amado plenamente desde el primer día que la vio.Aquella ocasión en la que tropezó con ella en el pasillo, algo se removió en su interior, fue justo en ese momento, cuando se reflejaba en esos hermosos ojos, que supo que jamás encontraría una mujer como ella. Y tiempo después su corazón le ratificó su sospecha al confirmarle que se había enamorado de ella y que jamás amaría a otra mujer que no fuese Alice Miraval.Lo mismo le había sucedido a Alice, ese
Alice, aún lloraba varias horas después, cuando escuchó que la puerta de su habitación se abría sin previo aviso.No tenía ánimo ni siquiera para mirar quién estaba en su espacio.-No voy a comer, he dicho que no tengo hambre- gimió y sollozó- ¿ no entienden que quiero que me dejen sola?- esperó pero la persona no se fue- por favor, vete- pidió con un sollozo.-¿De verdad quieres que me vaya, bonita?Esa voz. . . no podía ser él.¿Tan grande era su dolor que estaba imaginando que Kyle, le hablaba?-¿Alice?- ella tragó el nudo que se formaba en su garganta, no tenía valor para girarse y encararlo.-¿Kyle?- preguntó con voz ahogada, se giró lentamente para encontrarse con el rostro del hombre que amaba con desesperación. La hermosa imagen se hizo borrosa ya que las abundantes lágrimas le impedían verlo.-¡Estoy aquí Alice!- él lloraba también.Alice, casi se pone en pie y se lanza en sus brazos,
Dos días más tarde Nina y Missaell, ayudaban a Alice, a cruzar el umbral de su habitación.Todos se habían portado estupendamente con ella; la atendían, trataban de mantenerla activa, pero a pesar de los esfuerzos, ninguno había logrado devolver la sonrisa a su hermoso, pero triste rostro.Le hablaban, pero siempre estaba retraída y distante, con la mirada perdida en Dios, sabrá dónde. Siempre lloraba y cuando la dejaban un par de minutos sola, la hallaban acariciando su vientre mientras lágrimas rodaban por sus mejillas y fuertes sollozos sacudían su cuerpo.Ese vientre que alguna vez había albergado a una vida, ahora se hallaba vacío, sin duda alguna estaba tocando fondo, no podía ser más infeliz de lo que ya era, a su corta edad tenía la experiencia y el sufrimiento de una mujer de unos setenta años.Después de instalarse cómodamente en su habitación, todos, menos su padre se retiraron, la mirada que dedicó al resto de la familia, indicab
Los días transcurrían con rapidez. Alice, se dedicó a comer y comer como nunca, en su último ecografía le habían dicho que el bebé estaba muy bien y que ella había estado subiendo de peso satisfactoriamente, pero. . . que era un embarazo riesgoso y debía tener cuidado.Todos se dedicaban a consentirla. Todos, menos Lyle, que siempre estaba viendo de lejos todo lo que Alice, hacía. Permanecía oculto entre las sombras como si fuese un espanto.Alice, no podía dejar de preguntarse; ¿dónde estaba Kyle? Y además, ¿Qué diría él si supiera que estaba esperando un hijo suyo?Según las cuentas, solo faltaban algunos días y estaría dentro de las doce semanas, aquello quería decir que Alice, había quedado embarazada el día en el que Kyle y ella estuvieron en la cascada, aquel día en el que se habían amado por última vez.Poco a poco los integrantes de la familia fueron arrepintiéndose de haberla separado de Kyle, pero ese arrepentimiento era inútil, llegaba
Cuatro semanas más tarde, todo seguía exactamente igual. Desde que Kyle, se fue Alice, se había encerrado en su habitación en un estado de terrible depresión que preocupaba a todos, afortunadamente Cameron y Revel, se habían marchado.Alice, comía muy poco, solo cuándo Nina o Mike le llevaban de comer a la habitación, de resto se negaba a tratar con alguien más, sobre todo con Cristhina, sentía que ella tenía la mayor participación en su desgracia, porque ella había invitado a Cameron a la casa.Alice, no hacía mucho más que llorar, había perdido algo de peso, además por las mañanas se sentía muy mal, amanecía con el estómago todo revuelto.Estaba acostada recordando la manera tan tierna en que Kyle, le había hecho el amor, abundantes lágrimas de dolor corrieron por sus mejillas. La puerta de su habitación se abrió sin previo aviso para darle paso a su hermano mayor. Ella lo observó y se dejó caer cansada sobre las almohadas.-Ya basta, Alice- dij
Pasaban las diez de la mañana cuándo Alice, despertó. Luego de ducharse se vistió y decidió dejar su cabello suelto, a pesar de estar lista no salió de su habitación, aun no se sentía preparada para enfrentarse nuevamente a la familia, así que tomó un libro y comenzó a leer.Llevaba diez hojas cuándo alguien llamó a su puerta.¡Maldición, seguro es Cristhina para decirme que baje a desayunar!-Adelante- pero quién cruzó el umbral de la puerta no fue Cristhina, sino. . . - ¡Kyle, mi amor!Se lanzó a sus brazos y lo besó. Aunque él respondió a su beso, pudo sentir que estaba muy tenso.-¿Qué ocurre, mi amor?- Kyle hizo un gesto de dolor, mesclado con profunda tristeza antes de responder.-Alice, necesito que hablemos- la guió hasta una silla y le indicó que se sentara, ella estaba nervios a y tensa, obedeció.Kyle, le acarició una mejilla con mirada triste, ella cubrió la gran mano con la suya, ladeó la cabeza y le miró preocupada.
Kyle, despertó muy temprano, pero se negó a salir de su habitación, había mucha tensión en la familia, nada estaba saliendo cómo él hubiese esperado. Sabía que no aceptarían felices que Alice y él se amaran, pero no esperaba ese rechazo radical ante la situación.Eran dos personas que se amaban. No era difícil de comprender, no era difícil de aceptar, ellos no eran hermanos, entonces, ¡por qué oponerse a que fuesen felices?.Lo único que anhelaba era poder dormir junto a ella todos los días, despertar a su lado, mirando sus bonitos ojos marrones. No pedía nada imposible, ni nada codicioso.¿Era tan difícil ser feliz?Se sobresaltó cuándo golpearon a su puerta.-Siga- dijo acomodándose en la cama. Su madre entró acompañada de un serio Michaell.¡Oh no!-Buenos días, hijo.-Buen día- dijo con un suspiro.-Queremos hablar contigo- dijo Michaell. Juntos se sentaron en la cama y Kyle, se preparó para una larga conversación
Cruzaron el umbral de la puerta principal tomados de la mano y al llegar a el recibidor se quedaron de piedra. Toda la familia estaba allí reunida con diferentes expresiones; odio, dolor, angustia, cinismo, decepción, compasión, ira. Alice, percibió como cada musculo del cuerpo de Kyle, se tensó.-¡Al fin llegan!- exclamó Cameron ante la nueva oportunidad de esparcir un poco de su veneno.-¿Dónde han estado?- preguntó Missaell, mirando a Kyle con profundo odio.-Eso no tiene importancia- aseguró Kyle.-Para todos la tiene- intervino Lyle con cara de pocos amigos.-Lo lamentamos por todos- en esta ocasión fue Alice, la que habló- pero lo que Kyle y yo hagamos con nuestras vidas, es asunto solo nuestro. Ya estamos grandecitos como para andar dando explicaciones.-¡Pues no!- gritó Cameron, poniéndose en pie- esto nos afecta a todos.-Basta Cameron- Nina también se puso en pie y al miró con desprecio- tú no tienes nada qu
Nadaron hasta la cascada. Kyle, lo hacía muy bien, pero Alice le llevaba ventaja, era una excelente nadadora.Alice cruzó la cortina de aire, minutos después lo hacía Kyle, cuándo llegó ella lo esperaba sonriente, había una pequeña cavidad, una especie de pequeña cueva y ella sentada sobre una gran roca.-Es muy hermoso aquí adentro-Te estaba esperando, mi amor- él se subió junto a ella.-¡Creo que te atrapé!-Sólo porque yo dejé que lo hicieras- respondió ronroneante mientras le acariciaba el amplio pecho.-De igual manera, tengo derecho a mi recompensa.-No lo creo- sonrió traviesa.-Vamos Miraval, me dijiste que mantendrías tu palabra.-Es cierto, creo que tendré que compensarte- le besó apasionadamente estrechándose contra él, lo escuchó suspirar cuándo sus senos rozaron el pecho, ella sin dudarlo se subió a horcajadas sobre