Tanto Mike como el chico que ella supuso era Dyle, estaban inmersos en el juego, al punto que ellos ingresaron a la biblioteca y ninguno levantó la mirada del tablero
-Pido por favor – dijo su padre- detengan el juego.
-¡Papá! - se quejó Mike, sin levantar la vista- estoy por darle una paliza a Dyle, no me interrumpas.
-¿No te detendrías, ni siquiera por mi, Mike?- al culminar aquella frase, los ojos de Mike se posaron inmediatamente sobre ella
-¡¿Alice?! – gritó Mike poniéndose en pie y corriendo hacia ella, la tomó en sus brazos, levantándola en el aire y haciéndola girar mientras ambos reían felices.
Michaell los observaba mientras luchaba por contener las lágrimas que amenazaba por resbalar de sus ojos. Sintió una punzada de dolor al pensar que mantuvo a Alice tanto tiempo alejada de casa, y de su familia, y por motivos tan egoístas, solo porque. . .
-¡Estas bellísima, pequeña Alice!
-Tú también estás fantástico – Dyle se levantó de su asiento y se dirigió a ellos.
-Puesto que la alegría abruma el ambiente y nos ha hecho olvidar los buenos modales – dijo con una amplia sonrisa- tomaré el atrevimiento de presentarme, mi nombre es Dyle, es un placer tenerte por aquí, después de haber escuchado hablar tanto de ti.
-Muchas gracias Dyle, para mí es un gran placer conocerte- le sonrió
-¡Missaell morirá de alegría cuando te vea!
-Ni Dios lo permita Mike, quiero que esté feliz pero, no al punto de morir de alegría – dijo riendo y todos se unieron a ella.
-Debe ser fantástico volver a casa después de tanto tiempo- aventuró Dyle.
-Lo es, y me da tanta alegría poder compartir también con ustedes.
-Bueno princesa mía, deberías subir a tu habitación y reunirte luego con Nina en la piscina.
-Eso suena fantástico, papito - se inclinó y besó a Mike - me alegra tanto verte de nuevo hermanito, luego pasaremos un rato juntos para conversar y ponernos al día. Nuevamente Dyle, es un gusto conocerte - le sonrió y se marcharon en dirección a la segunda planta.
Mientras subían su padre le explicaba la distribución de las habitaciones, al llegar al final de las escaleras se abría un amplio pasillo que parecía un cruz.
-Hemos distribuido las habitaciones, de la siguiente manera; esta es el ala principal, a la derecha está mi habitación y a la izquierda la de Mike – siguieron caminando, mientras su padre le explicaba- en esta ala a la derecha está la habitación de Dyle y a la izquierda la de Nina – caminaron a lo largo del pasillo – en esta ala, a la derecha está la habitación de Missaell y a la izquierda la de Lyle, y por último - dijo sonriéndole- aquí a la derecha está la habitación de Kyle y esta. . . es tu habitación.
-Muy organizado, papito, muy organizado.
-Fue idea de Cris, mezclarlos a todos con la intención de que que acostumbres los unos a los otros.
-¡Es genial!
-Espero te lleves bien con Kyle, es un tanto difícil, si no te llegaras a sentir a gusto con él, podrías cambiar de habitación con Nina. . . Kyle, puede ser taciturno y gruñón- ella rió.
-Tranquilo padre, todo irá bien – las diez habitaciones restantes estaban en el piso inferior, dos estaban libre, cuatro destinada a los huésped y cuatro para el servicio.
-Ahora te dejaré sola, apresúrate para que sorprendas a tu hermana.
Se puso un bañador rosado brillante de dos piezas, acompañado de un pareo negro y bajó las escaleras. A medio camino se cruzó con Lyle.
-¡Alice! – saludó.
-¿Qué tal, Lyle?
-Estas muy guapa.
-Oh gracias - agradeció violentamente ruborizada. Se acomodó las gafas y se marchó. Cuando llegó a la piscina Nina dormitaba.
-¡Nina! – la llamó suavemente- ¡Nina!- repitió y su hermana se movió, levantó sus gafas y parpadeó varias veces.
-¿Alice?. . . ¿Alice, eres tú? – estaba confundida.
-Si- Nina dio un salto y abrazó a su pequeña hermana.
-Oh Alice, que bella y grande estás- la alejó un poco para verla mejor- ven, siéntate conmigo. Papá no me dijo que vendrías.
-No lo sabía. . . ni él, ni nadie, quise sorprenderlos.
-¡Y los has logrado!- dijo riendo.
-¿Cuéntame, cómo estas Nina?, quiero saber de ti.
-Mejor que nunca, trabajo con papá en el imperio de vinos Montiel.
-Eso suena genial.
-Lo és, Mike y Missaell también trabajan con papá.
-Me alegra saber que a pesar de todo lo que hemos vivido, han permanecido juntos.
-No siempre fue así, pequeña Alice.
-No entiendo a qué te refieres- la miró con el ceño fruncido.
-A cuando papá se casó con Cristhina- dijo y suspiró.
-Ahora entiendo menos, Nina.
-Mike y yo nos acostumbramos rápido, pero Missaell no lo aceptaba.
-¿Por qué? – Preguntó asombrada- Cristhina parece una buena mujer.
-Lo es Alice, pero a Missa se le metió en la cabeza la idea de que Cris, quería ocupar el lugar de mamá.
-¡Eso es absurdo, por Dios!
-Díselo a él, decía que papá no tenía derecho a casarse nuevamente, los veía como intrusos y enemigos. . . les hizo la vida imposible. Papá no tuvo la valentía de pedirle que se fuera, el ambiente era realmente molesto, ya no se podía vivir aquí, Missaell sospechó lo que pensaba papá y aclaro la situación durante una cena, diciendo : "Lo lamento padre, pero ni lo pienses, no me iré, ésta es mi casa, la casa de mi madre, no pretendas que me vaya para que los nuevos integrantes de la familia se den el lujo de verme partir".
-¡Santo Cielos!. . . ¡eso es horrible! – gimió llevándose ambas manos al pecho.
-Lo fue. . . Missaell y Kyle discutían a diario, no podían verse, ni siquiera podían coincidir en la mesa para las comidas sin que terminaran en pleito. . . Kyle quiso irse pero se quedó porque Cristhina le rogó llorando que se quedara.
-¡Qué situación tan terrible!
-Lo era, gracias a Dios eso ha menguado mucho, al menos ya podemos llevar las comidas en paz.
-¡Que alivio!- dejó escapar un suspiro.
-Lyle y Dyle son muy dulces. . .Kyle es más reservado, pero es muy buena persona- ahora tomemos el sol. . .¿ y bien Alice, tienes novio?
-¡Oh no! – rió- salí con algunos chicos, pero no hubo ninguno que me interesara, ¿ y tú?
-Salgo con un chico llamado Maximiliano.
-Cuéntame de él- pidió.
-No hay mucho que contar, llevamos un par de años saliendo, realmente es un chico maravilloso, pero no hemos decidido dar el gran paso cariño, ya sabes que es algo bastante serio. Le amo, me ama, lo sé. . . pero hemos decidido esperar. Es un hombre muy inteligente que busca formarse su propia fortuna.
-¡Realmente le amas, Nina!- exclamó feliz por la felicidad de su hermana.
-Si pequeña Alice, quizás pronto suenen las campanas. . .tal vez dentro de un año puedas ser tía- dijo riendo y los ojos de Alice se abrieron de excitación.
-Yo sería muy Feliz.
Luego de tomar el sol, y nadar durante un rato con su hermana. Alice subió a su habitación, tomó una ducha caliente, y desnuda como estaba se metió bajo las sabanas y se dejó arrastrar por el sueño.
No tuvo conciencia de cuánto tiempo durmió, hasta que un tímido, pero fuerte golpe a la puerta la sacó de su dulce sueño. Devolviendola a la realidad-Alice, ¿puedo pasar?-Oh si Cris, adelante – con la sábana cubriéndole hasta el pecho y recostada sobre las almohadas recibió a su madrastra.-¿Has descansado, cariño?- le preguntó con dulzura.-Si, dormí muy bien, muchas gracias.-Alice, no sabes cuánto me alegra que estés aquí con nosotros.-A mí también me alegra, papá ha hecho una buena elección contigo y eso me hace feliz Cris, lo amo inmensamente y te agradezco que lo hagas feliz.-Gracias, Alice – dijo con ojos cargados de lágrimas- me preocupaba lo que fueras a pensar – le palmeó la pierna- amo a tu padre con todo mi corazón – la cena estará lista en cuarenta minutos.-Prometo estar lista para entonces – dijo con una dulce sonrisa.-No hay nada especial ésta noche, no tendremos invitados pero, celebraremos tu regreso.
La familia charlaba y reía, ninguno notó la llegada de Missaell, el cual entraba con un portafolio en la mano derecha, mientras que con la izquierda desajustaba su corbata.Se detuvo y contemplo la escena durante un momento y vio entonces una larga cabellera oscura y un cuerpo juvenil que le daba la espalda.-¿Alice?- preguntó con voz fuerte, todos se giraron hacia él, siendo ella la última en observarlo.-¡Missa! – dejó la copa en manos de Lyle y corrió hacia su hermano- ¡Missa, Missa! – Este la abrazó fuertemente, haciéndola girar en el aire, de la misma manera que lo hizo Mike. Rieron con entusiasmo, luego su hermano la colocó en el suelo y le besó las mejillas, los parpados, la frente y la nariz con desesperación.-¡Oh Alice! Mi pequeña Alice – la estrechó- estás hermosa, mi pequeña.A pesar de que los cuatros hermanos se amaban y se la llevaban muy bien, el cariño entre Alice y Missaell era un poco mayor. Con todos compartía algo fabuloso y especia
Alice se despertó sobresaltada. Había tenido un sueño muy extraño, no lo recordaba con claridad, solo supo que su cuerpo estaba perlado en sudor y su corazón latía desesperado.Extendió la mano en busca de un reloj para ver la hora.¡Eran las dos de la mañana!Su estómago rugió y Alice rió.-¿Cómo es posible que tengas hambre a las dos de la mañana, Alice?- se preguntó a sí misma.Salió de la cama con la intención de ir a la cocina en busca de un pequeño bocadillo nocturno.Bajó las escaleras percatándose de que la casa estaba a oscuras, le costó un poco llegar a la cocina, ya que tropezaba con todo. Sus pies descalzos eran sigilosos sobre la fría madera del suelo.Al llegar a la cocina encendió la luz y abrió el refrigerador, bueno lo más sencillo sería un sándwich. Se le antojó uno con queso amarillo, jamón, lechuga y tomate¡Alice, son las dos de la mañana. Es un bocadillo, no el desayuno!Pero su estómago ru
Tres semanas habían pasado desde su encuentro nocturno con Kyle, y no habían tenido contacto durante ese tiempo, al menos no más del necesario, durante las cenas él guardaba silencio absoluto, y Alice por su parte solo respondía a lo que le preguntaran, su conversación en la mesa era muy poca. Aunque Lyle siempre buscaba la manera de entretenerla, de conversar con ella para incluirla.Cuando Alice lo miraba, en ocasiones él la estaba mirando en silencio, y al cruzar sus miradas Kyle tensaba su mandíbula y apartaba sus ojos en dirección a otro lado, si se cruzaban se saludaban fríamente, en una ocasión coincidieron a la entrada de sus habitaciones, él la miró y por un momento lo sintió flaquear, sus ojos le demostraron deseo y rendición y ella esperaba en silencio, anhelando los besos que veía venir, pero de pronto todo se esfumó, sus ojos cambiaron, su ceño se frunció.-Buenas noches, Alice- fue lo único que dijo antes de girarse y cerrarle la puerta en la cara.&nb
Kyle estaba recostado sobre un bulto de almohadas, con una mano se cubría los ojos y apretaba los dientes intentando contener el dolor.-Este maldito dolor me va a matar- se dijo en voz alta, un llamado a la puerta produjo un gruñido en él.-Adelante – gritó sin descubrir sus ojos- madre, te advierto que no. . .-Soy muy joven para ser tu madre – dijo ella sonriendo, Kyle se giró en dirección al lugar de dónde provenía aquella voz.Y allí estaba ella, con su espesa melena suelta, cayendo sobre sus hombros en hermosas cascadas, de pronto sintió un inmenso deseo de introducir sus dedos en aquella fascinante cabellera. Kyle maldijo en silencio, había intentado toda la tarde borrar de su cabeza la imagen de aquella chica, de su cuerpo, de sus besos, y ahora ella se presentaba en su habitación con. . . ¡Una bandeja de comida!-Hola, Kyle- lo vio allí tan vulnerable y sintió deseos de tocarlo aunque fuese por un instante.-Alice. . .
Sus respiraciones se hicieron muy aceleradas, tanto Alice, como Kyle sentían cómo la sangre golpeaba con fuerza en sus venas.Kyle miró detenidamente los labios. Eran; llenos, sensuales, atrevidos, incitantes. Ella inconscientemente los humedeció y ese gesto tan inocente cómo erótico, no hizo más que incrementar el deseo de Kyle-Alice. . . – susurró sin dejar de mirarla.-Mmmm. . . – quiso sonar despreocupada, pero su respuesta había sido. . . ¡Un gemido!, ¡por Dios! Se sentía realmente avergonzada de su conducta. Su cuerpo reaccionaba tan solo de tenerlo cerca, su respiración, su olor, su tacto, no hacían más que encender y avivar una llamarada dentro de su ser. -Voy a morir si no te beso- su voz era sensualmente ronca.-No quiero que mueras- su respuesta no pudo haber sido más clara. -¿Te arrepentirás?-No lo haré, juro que no lo haré.
Alice supo que la noche sería difícil, lo que no imaginó es cuánto.Cada vez que lograba conciliar el sueño , se encontraba soñando y fantaseando de forma erótica, aquello nunca le había ocurrido, en esos sueños Kyle la besaba, la acariciaba llegando a lugares que nadie había explorado con anterioridad, lugares de su cuerpo que a excepción de ella, nadie más conocía. Aquellos sueños producían que su noche fuese inquietante y que cada vez que despertaba lo hiciese con su cuerpo perlado en sudor, y temblando de deseo. Aquello realmente le avergonzaba.Si pensó que su noche sería difícil debió ver la de Kyle.El masculino cuerpo temblaba al recordar cómo Alice se había abierto a él; dulce, tierna y espontánea. Era una dulce tortura imaginarla a tan solo unos pasos y no poder acudir a ella. Sentía que la piel le quemaba y su excitación no disminuía. En sus sueños imaginaba cómo la hacía suya, cómo ella gritaría su nombre en medio del éxtasis, cómo sería fundirse
Alice se metió en la tina , con el agua caliente cubriéndole hasta los hombros, suspiró satisfecha y se introdujo más para poder relajarse totalmente.Luego de la ducha se vistió con unos jeans y una blusa blanca, dejó su cabello suelto en hermosas cascadas. Se observaba en el espejo cuando un llamado a la puerta la sobresaltó.-Adelante- fue su padre quién entró a la habitación.-Papito- le besó ambas mejillas.-Princesa mía, un día en la piscina te ha sentado de maravilla.-Gracias- lo condujo hacia la cama- siéntate conmigo, papito. Quiero que conversemos.-Muy bien- le sonrió- ¿de qué quieres hablar?-Papá- empezó ella- el día en que llegué, estábamos teniendo una conversación importante, justo cuando me ibas a hablar del verdadero motivo por el cual me enviaste al extranjero, Lyle nos interrumpió.-Si- dijo asintiendo, su expresión cambió. Pa