No tuvo conciencia de cuánto tiempo durmió, hasta que un tímido, pero fuerte golpe a la puerta la sacó de su dulce sueño. Devolviendola a la realidad
-Alice, ¿puedo pasar?
-Oh si Cris, adelante – con la sábana cubriéndole hasta el pecho y recostada sobre las almohadas recibió a su madrastra.
-¿Has descansado, cariño?- le preguntó con dulzura.
-Si, dormí muy bien, muchas gracias.
-Alice, no sabes cuánto me alegra que estés aquí con nosotros.
-A mí también me alegra, papá ha hecho una buena elección contigo y eso me hace feliz Cris, lo amo inmensamente y te agradezco que lo hagas feliz.
-Gracias, Alice – dijo con ojos cargados de lágrimas- me preocupaba lo que fueras a pensar – le palmeó la pierna- amo a tu padre con todo mi corazón – la cena estará lista en cuarenta minutos.
-Prometo estar lista para entonces – dijo con una dulce sonrisa.
-No hay nada especial ésta noche, no tendremos invitados pero, celebraremos tu regreso.
-Gracias Cris. . .¿ha llegado Missaell?
-Aún no- se levantó para marcharse - ¡eres una hermosa chica, si hubiese tenido una hija, me hubiera agradado que fuese como tú! – Alice, se dejó llevar por el sentimentalismo, sostuvo las sábanas para cubrir sus senos y con la otra mano la rodeó, a lo que Cristhina respondió estrechándola dulcemente.
-Ahora, a alistarse señorita o llegará tarde a la cena.
Cris se marchó dejándola sola. Saltó de la cama en dirección al cuarto del baño.
Treinta minutos más tarde, estaba lista. Se puso una ligera camisa rosa sin mangas, las combinó con unas sandalias del mismo color, y una hermosa falda blanca que llegaba poco más abajo de medio muslo. Recogió su abundante y larga melena en un alto moño, se miró al espejo y se dijo <<Cualquiera adivinaría que solo tengo diecinueve años>>.Se aplicó un poco de labial y agregó sombra rosada sobre su parpado.
Salió apresurada, al cerrar su puerta y girarse tropezó con algo, perdió el equilibrio y justo cuando creyó que caería al suelo, unos fuertes brazos le rodearon por la cintura y la llevaron a golpear contra un amplio y musculoso pecho. Los reflejos de Alice la llevaron a colocar amabas manos sobre aquel pecho duro y fuerte.
Alzó rápidamente la mirada y se encontró con los ojos más bellos que jamás había visto; eran oscuros, sinceros, intensos, la miraban fijo y sintió que aquella era la mirada más hermosa que le habían dedicados. Esas duras manos, estrechaban con fuerza su delicada cintura. Y sus sedosos y oprimidos senos, sentían la dureza de aquel cuerpo.
Se miraron en silencio por largo rato.
Él pensó que esa dulce pequeña era; una mujer realmente hermosa, se le veía tan dulce y frágil, era bella. Sus cejas bien delineadas, una hermosa boca llena que te llevaba a pensar en besos ardientes y delicados, besos profundos e intensos, su nariz era recta, se ajustaba a la perfección en su bella cara, sus ojos eran dulces, inocentes, cargados de la pureza infinita que solo pueden otorgar los primeros años de la vida. Era perfecta, su pequeño cuerpo se oprimía contra el suyo haciéndolo querer fundir sus labios, como estaban fundidos sus cuerpos en ese momento.
Ella pensó que aunque no había vivido mucho, dudaba que hubiese en el munfo un hombre más perfecto que aquel ¡Esa boca!, ¡Ese cabello! ,¡ Esos labios!, ¡ quería besarlo! ,¡sí, quería saber si su labios eran tan suaves como aparentaban serlo!
Aquel hombre carraspeó y la sacó de su ensimismamiento.
-¿Estás bien? - su voz era sensualmente aterciopelada, produjo en Alice intensos escalofríos que la recorrieron por todo su cuerpo.
-Sí. . . si estoy bien, muchísimas gracias por no dejarme caer. Lamento haberte golpeado.
-No hay problema- la soltó lentamente- yo soy Kyle. . . tú debes ser Alice.
-Sí, le sonrió ampliamente, el corazón de él dio un vuelco ante aquella sonrisa- es un placer conocerte.
-El placer es mío, Alice - la miró intentando que sus palpitaciones se calmaran, ¡No era bueno sentir todo aquello por la hija de Michaell; el esposo de su madre!. . . y menos si tenía un hermano tan protector como Missaell. . . si él llegará a leer sus pensamientos en aquel preciso instante, sin duda alguna lo mataría. Quedó de piedra al sentir que los femeninos labios rozaban sus mejillas.
Alice lo advirtió allí, mirándola tan fijamente que no pudo resistir la tentación de darle un beso. Se puso de puntillas y permitió que sus labios rozaran sus mejillas, con ello no logró acallar sus desbocados latidos, por el contrario; su corazón latió más desesperado que nunca, sintiendo la terrible necesidad de probar aquella boca.
-Gracias de nuevo por no dejarme caer- logró articular – vamos, nos esperan para cenar. Y sin más adelantó el paso esperando que él la siguiera.
La familia charlaba y reía, ninguno notó la llegada de Missaell, el cual entraba con un portafolio en la mano derecha, mientras que con la izquierda desajustaba su corbata.Se detuvo y contemplo la escena durante un momento y vio entonces una larga cabellera oscura y un cuerpo juvenil que le daba la espalda.-¿Alice?- preguntó con voz fuerte, todos se giraron hacia él, siendo ella la última en observarlo.-¡Missa! – dejó la copa en manos de Lyle y corrió hacia su hermano- ¡Missa, Missa! – Este la abrazó fuertemente, haciéndola girar en el aire, de la misma manera que lo hizo Mike. Rieron con entusiasmo, luego su hermano la colocó en el suelo y le besó las mejillas, los parpados, la frente y la nariz con desesperación.-¡Oh Alice! Mi pequeña Alice – la estrechó- estás hermosa, mi pequeña.A pesar de que los cuatros hermanos se amaban y se la llevaban muy bien, el cariño entre Alice y Missaell era un poco mayor. Con todos compartía algo fabuloso y especia
Alice se despertó sobresaltada. Había tenido un sueño muy extraño, no lo recordaba con claridad, solo supo que su cuerpo estaba perlado en sudor y su corazón latía desesperado.Extendió la mano en busca de un reloj para ver la hora.¡Eran las dos de la mañana!Su estómago rugió y Alice rió.-¿Cómo es posible que tengas hambre a las dos de la mañana, Alice?- se preguntó a sí misma.Salió de la cama con la intención de ir a la cocina en busca de un pequeño bocadillo nocturno.Bajó las escaleras percatándose de que la casa estaba a oscuras, le costó un poco llegar a la cocina, ya que tropezaba con todo. Sus pies descalzos eran sigilosos sobre la fría madera del suelo.Al llegar a la cocina encendió la luz y abrió el refrigerador, bueno lo más sencillo sería un sándwich. Se le antojó uno con queso amarillo, jamón, lechuga y tomate¡Alice, son las dos de la mañana. Es un bocadillo, no el desayuno!Pero su estómago ru
Tres semanas habían pasado desde su encuentro nocturno con Kyle, y no habían tenido contacto durante ese tiempo, al menos no más del necesario, durante las cenas él guardaba silencio absoluto, y Alice por su parte solo respondía a lo que le preguntaran, su conversación en la mesa era muy poca. Aunque Lyle siempre buscaba la manera de entretenerla, de conversar con ella para incluirla.Cuando Alice lo miraba, en ocasiones él la estaba mirando en silencio, y al cruzar sus miradas Kyle tensaba su mandíbula y apartaba sus ojos en dirección a otro lado, si se cruzaban se saludaban fríamente, en una ocasión coincidieron a la entrada de sus habitaciones, él la miró y por un momento lo sintió flaquear, sus ojos le demostraron deseo y rendición y ella esperaba en silencio, anhelando los besos que veía venir, pero de pronto todo se esfumó, sus ojos cambiaron, su ceño se frunció.-Buenas noches, Alice- fue lo único que dijo antes de girarse y cerrarle la puerta en la cara.&nb
Kyle estaba recostado sobre un bulto de almohadas, con una mano se cubría los ojos y apretaba los dientes intentando contener el dolor.-Este maldito dolor me va a matar- se dijo en voz alta, un llamado a la puerta produjo un gruñido en él.-Adelante – gritó sin descubrir sus ojos- madre, te advierto que no. . .-Soy muy joven para ser tu madre – dijo ella sonriendo, Kyle se giró en dirección al lugar de dónde provenía aquella voz.Y allí estaba ella, con su espesa melena suelta, cayendo sobre sus hombros en hermosas cascadas, de pronto sintió un inmenso deseo de introducir sus dedos en aquella fascinante cabellera. Kyle maldijo en silencio, había intentado toda la tarde borrar de su cabeza la imagen de aquella chica, de su cuerpo, de sus besos, y ahora ella se presentaba en su habitación con. . . ¡Una bandeja de comida!-Hola, Kyle- lo vio allí tan vulnerable y sintió deseos de tocarlo aunque fuese por un instante.-Alice. . .
Sus respiraciones se hicieron muy aceleradas, tanto Alice, como Kyle sentían cómo la sangre golpeaba con fuerza en sus venas.Kyle miró detenidamente los labios. Eran; llenos, sensuales, atrevidos, incitantes. Ella inconscientemente los humedeció y ese gesto tan inocente cómo erótico, no hizo más que incrementar el deseo de Kyle-Alice. . . – susurró sin dejar de mirarla.-Mmmm. . . – quiso sonar despreocupada, pero su respuesta había sido. . . ¡Un gemido!, ¡por Dios! Se sentía realmente avergonzada de su conducta. Su cuerpo reaccionaba tan solo de tenerlo cerca, su respiración, su olor, su tacto, no hacían más que encender y avivar una llamarada dentro de su ser. -Voy a morir si no te beso- su voz era sensualmente ronca.-No quiero que mueras- su respuesta no pudo haber sido más clara. -¿Te arrepentirás?-No lo haré, juro que no lo haré.
Alice supo que la noche sería difícil, lo que no imaginó es cuánto.Cada vez que lograba conciliar el sueño , se encontraba soñando y fantaseando de forma erótica, aquello nunca le había ocurrido, en esos sueños Kyle la besaba, la acariciaba llegando a lugares que nadie había explorado con anterioridad, lugares de su cuerpo que a excepción de ella, nadie más conocía. Aquellos sueños producían que su noche fuese inquietante y que cada vez que despertaba lo hiciese con su cuerpo perlado en sudor, y temblando de deseo. Aquello realmente le avergonzaba.Si pensó que su noche sería difícil debió ver la de Kyle.El masculino cuerpo temblaba al recordar cómo Alice se había abierto a él; dulce, tierna y espontánea. Era una dulce tortura imaginarla a tan solo unos pasos y no poder acudir a ella. Sentía que la piel le quemaba y su excitación no disminuía. En sus sueños imaginaba cómo la hacía suya, cómo ella gritaría su nombre en medio del éxtasis, cómo sería fundirse
Alice se metió en la tina , con el agua caliente cubriéndole hasta los hombros, suspiró satisfecha y se introdujo más para poder relajarse totalmente.Luego de la ducha se vistió con unos jeans y una blusa blanca, dejó su cabello suelto en hermosas cascadas. Se observaba en el espejo cuando un llamado a la puerta la sobresaltó.-Adelante- fue su padre quién entró a la habitación.-Papito- le besó ambas mejillas.-Princesa mía, un día en la piscina te ha sentado de maravilla.-Gracias- lo condujo hacia la cama- siéntate conmigo, papito. Quiero que conversemos.-Muy bien- le sonrió- ¿de qué quieres hablar?-Papá- empezó ella- el día en que llegué, estábamos teniendo una conversación importante, justo cuando me ibas a hablar del verdadero motivo por el cual me enviaste al extranjero, Lyle nos interrumpió.-Si- dijo asintiendo, su expresión cambió. Pa
Kyle corrió tras ella, Alice se giró y vio que él la perseguía, intentó correr más rápido, se sentía deshecha y no quería que él la viera así.Se perdió entre la maleza y los arbustos, no se detuvo sino que siguió corriendo hasta detenerse e n un pequeño puente, sobre un hermoso riachuelo, allí sintió que sus rodillas ya no podían sostenerla, así que se dejó hacer, hundió el rostro entre las manos y dio rienda suelta a su dolor.Fuertes sollozos convulsionaban su cuerpo, después de algunos segundos sintió que unos fuertes brazos la tomaban por los hombros en un cálido abrazo. Se giró para encontrarse con la mirada triste de Kyle.-¡Oh, Kyle!- gimió y se lanzó a sus brazos acurrucándose contra el fuerte pecho masculino.Kyle, la acunó sentándose en el suelo y estrechándola fuertemente contra él. Acarició su cabello y le susurró tiernas palabras de consuelo, con la intensión de tranquilizarla. Pronto los sollozos fueron disminuyendo. Cuando las conv