Elena Steller odia tener que estar constantemente vigilada por una pila de guardaespaldas que su tío le impuso, el hecho de ser la sobrina de un importante CEO la abrumaba. No soportaba tener que salir de casa sin tener una bola de sujetos detrás de ella. La joven pelirroja se pregunta todo el tiempo cuando iba a poder tener una cita normal con un hombre, y es que, ¿Qué hombre iba a querer salir con una mujer que llevaba una guarnición de hombres detrás? ¡Era imposible! Lo que ella más deseaba era poder contar con la libertad de una joven de su edad para poder hacer su vida como cualquier otra persona; pero al parecer su suplicas son escuchadas puesto que en una situación poco inusual conoce a Sam, un atractivo extraño por el cual queda cautivada. Ambos quedan atrapados por la nieve en una helada cabaña en la que esta joven atrevida termina por seducir a este encantador extraño… lo que ella desconoce es que atrayente y fornido hombre esconde cierta información que ella terminara odiando.
Leer másUn año después... Abrazaba a su mujer por la cintura de manera seductora, acariciaba el suave vientre plano de su esposa… el cabello pelirrojo y enmarañado de Elena se encontraba espacio por toda la almohada desparramando ese maravilloso aroma a rosas que tanto le encantaba a su esposo. Ella ronroneaba mientras Sam la acariciaba con sensualidad. —¿Estas despierta? —Sabes que sí. Responde con los ojos cerrados aún. —Me gusta cuando me levantas de esta manera, me haces sentir deseosa cariño. —¿Y cómo no hacerlo? El exquisito aroma de tu cuerpo me enloquece, estoy demasiado duro Elena… me enciendes mujer. Me provoca comerte solo con tocar tu piel. —Pero no tenemos mucho tiempo cariño, tendríamos que ser muy rápidos con esto. —Entonces aprovechemos lo poco que nos queda pecosa. Sam se colocó encima de su esposa, besando cuidadosamente la cremosa piel de su cuello.
—¡¿Nathaniels?! Pero, ¿porque? Pregunta Elena sorprendida por ver a su exnovio apuntándolos con un arma. —Por mi padre. —¿Tu padre? ¿Pero yo que le hice? Ni sé quién es. ¿Cómo pudiste? ¿Has estado detrás de todo esto desde un principio? —Pero él sabe quién eres tú y quienes eran tus padres, yo solo cumplo órdenes. —¿Qué orden? Pregunto Sam. —¡Ah sí! el buen detective siempre metiéndose en todo. Gracias a ti tuve que asesinar a esa hermosa mujer, ¿Cómo es que se llamaba? sí, Wendy, era realmente hermosa. Pobre chica, se estaba metiendo donde no la llamaban. —¿Wendy? Elena observo la cara a Sam un poco confundida. —Así es Elena la adorable Wendy está muerta, yo mismo me encargue de ella. Fue tan fácil, el trabajo más sencillo de mi vida. Pero tú… tú sí que me has dado muchos problemas desgraciada. —¡Eres un infeliz! Le dijo Sam acercándose a él.<
Sam llego hasta su casa la que antes brillaba como una estrella, pero esa tarde su hogar estaba volteada ¡con un demonio! Exclamo molesto, esos tipos estaban en todo. Pero su escondite jamás lo encontrarían, en su sofá en una de sus patas le había fabricado una pequeña caja donde podía introducir papeles o un arma, en ese momento tenía un arma pequeña y los papeles de Wendy. Lo saco despacio, los desdoblo sacando el contenido. Lo primero que tomo fue una carta que le había escrito Wendy de su puño y letra. “Hola Sam tengo una extraña sensación de que me están siguiendo, he sido muy precavida con esta investigación pero creo que me supero y más cuando sepas lo que acabo de investigar. Quiero que te cuides Sam todo esto es más peligroso de lo que parece Wendy” Ella le había dejado una nota y parecía más una despedida que una advertencia, no aguanto las ganas de poder leer la información que le dejo. Lo tomo y lo que leyó lo dejo en blanco, ¿Qué mi
A la mañana siguiente Sam estaba en la mansión de Steller muy puntual. Con la costilla rota ya que se la habían lesionado nuevamente pero cumpliría con su deber. Sentado en la sala esperando por Elena, Steller le había comentado que su sobrina estaba al tanto de que él, seria quien la cuidaría ella había puesto objeción pero no tuvo más remedio que aceptar. La vio bajar por las escaleras de la noche anterior, lo había dejado babeando cuando la vio bajar el día de la fiesta. Aún sigue babeando por esa pecosa pelirroja. —Buenos días, Elena. La saluda con cordialidad. —Para ti soy la señorita Steller. Contesta ella de muy mala gana. —¡De acuerdo! No sería fácil su trabajo. —Voy a desayunar no es necesario que me sigas a todos lados. —Es mi trabajo. —Pues no entraras en el baño conmigo, policía. Esto último lo menciono con sarcasmo. — ¿Te recuerdo lo
Escucho un ruido en el baño, como si estuvieran rompiendo todo a su alrededor estaba tan desconcertada que no entendía nada de lo que estaba pasando... No podía abrir los ojos los sentía pesados, pero si podía escuchar todo a su alrededor como un eco. De pronto la voz de Sam resonó en la habitación. —¡Elena! Elena… ¿Sam había ido a rescatarla? ¿Era él? no había dudas. Intento abrir los ojos hasta lograrlo. Cuando lo vio, él estaba forcejeando con el intruso que la ataco, ella no podía hablar estaba sin voz y su cuello le dolía a morir. Sam golpeaba al hombre y este también lo golpeaba a él, pensó en su herida y se preocupó. Quedo arrodillada en el suelo del baño viendo cómo se desarrollaba la pelea de los dos hombres, intento ponerse en pie para pedir ayuda ya que vio que Sam estaba debajo del agresor siendo golpeado repetidas veces. Logro al fin levantarse dirigiéndose hasta la puerta, pero alguien la tomo del tobillo haciéndol
Salió corriendo hasta encontrarse con su tío, mientras este la llevaba adentro ella volteo a verlo mordiéndose los labios. Tenía que volver a estar a solas con ella, esa noche... no logro decirle absolutamente nada y sentía mucho coraje. Pero el tenerla de nuevo había sido lo mejor del mundo, a pesar de que sus costillas protestaron muchísimo, se tocó y sintió un poco de humedad. ¡Maldición! Pensó, se había lastimado de nuevo y estaba sangrando. Le restó importancia porque había valido la pena. Entro de nuevo buscándola con la mirada y no le fue difícil localizarla, su vestido era muy llamativo y ese escote de la espalda lo enloquecía. Observo disimuladamente como su tío le presentaba a un hombre, tenía que tener cuidado y vigilarla ya sabía que no tenía guardaespaldas. El ex-Alcalde los dejo solos y eso no le gusto, el extraño desconocido flirteaba con ella y Elena tampoco es que se le notara que le incomodase. Después de haber hecho el amor con él hace unos mi
Sin darse cuenta ya iba un poco más abajo de media escalera cuando su tío la intercepto sin darle tiempo de volver a subir corriendo hasta arriba para escapar de las inminentes presentaciones incomodas. —¡Estas hermosa mi princesa! Ven baja. —Hola tío, sabes no me encuentro muy bien para acompañarte esta noche, yo… —Tonterías, ven termina de bajar. Termino de bajar los peldaños tomando la mano de su tío, mientras miraba de reojo el lugar donde estaba Sam. Pero ya no estaba, ¿Se lo había imaginado? No, no era imposible ella lo había visto… Su tío la condujo hasta unas amistades presentándola a todos. Al fin cuando se liberó de todas las personas que la abrumaban, decidió escabullirse hasta el jardín, no llevaba ni una hora en la fiesta y ya estaba agotada con ganas de regresar a su cuarto y dormir por horas. Su tío prometió que no haría más de casamentero y era lo que menos hacia sí pudo contar b
Después de entrar en la casa, conversar con su tío se disculpó con él. Lo único que su cuerpo y alma necesitaba era la soledad de su habitación. Finalmente cuando se liberó de Steller se encamino hasta su habitación tumbándose en su antigua cama, esta no tenía el aroma de Sam lo extrañaba muchísimo, quería verlo de nuevo, y solo tenía un par de horas desde que escapó de su apartamento. Su tío le dijo que tenía que hacer unas diligencias así que volvería por la noche, que no se preocupara y que se quedara en casa hasta que consiguiera unos buenos guardaespaldas para ella. ¡Más de esos! Pensó. […] —Te estoy diciendo Frank que mi sobrina llego a casa sola sin compañía alguna ¿me puedes explicar eso? —No sé muy bien lo que paso amigo mío, pero te daré respuestas pronto. —¿No se supone que ella estaba con alguien? ¿Que la estaba protegiendo? ¿Qué coño paso? Ella llegó a casa en un maldito taxi. Vocifero enojado.
El muy maldito había quedado vivo escapando por la ventana, estaban en el tercer piso y había unas malditas escaleras de escape por la ventana del apartamento. Parecía un caso que no tuviese fin, al menos un final no muy bueno. Los sujetos sabían sobre él, y si eso era así entonces ya debían saber dónde se ocultaba Elena. —Pero dejo algo muy impórtate aquí. Uno de los hombres señalo la sangre en el piso. —Al menos es algo. —Llamare para que vengan a revisar la casa y se lleven esa muestra de sangre. Sea lo que sea que quieran esos tipos lo necesitan con mucha urgencia. —¡Eso parece! —Sam, debes ir al hospital te ves fatal. El asintió con la cabeza, sentía como sus costillas crujían por cada movimiento que hacia mientras caminaba. Frank apareció en escena con cara de muy pocos amigos. —Siempre metiéndote en líos muchacho. Le reprocha su jefe. —No