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Capitulo 2 Increíble Belleza

—¡Bien, lo haré! Pero ni creas que haré contacto con ella, ¿estamos claros con eso?

—No lo necesitas, si ella se llegase a enterarse de que su tío le asigno un guardaespaldas te despediré Samael.

—¡Oh qué bien! Ahora resulta que trabajare bajo presión. Dijo en tono sarcástico.

—Sam, esto es serio la chica puede estar en peligro, y la independencia que tanto quiere le puede costar la vida. Descubre quien está detrás de todo esto y atrápalo. Pero mantenla a salva, solo tú puedes conservar la vida de esa chica.

—¡Está bien! hablas como si nunca he hecho un trabajo como este. Le dijo a modo de fastidio.

—Sé que has tenido muchos problemas con las mujeres en algunas misiones, pero esta vez es diferente. Steller es muy buen amigo mío al igual que lo fue su hermano, y tú eres el mejor hombre que tengo para hacer esto, no confiaría la vida de esa chica a nadie más.

—De acuerdo… Investigare quien está detrás de esto, supongo que se trata de una venganza hacia el viejo Steller. Lastimar a su sobrina es lo mejor que pueden hacer. Dame el expediente de la chica.

Cuando tomo la carpeta con la información miro la foto de su cliente pensando que estaba en un serio apuro. Esta chica no era cualquier mujer, era una dama muy hermosa, una pelirroja muy peligrosa de ojos verdes y labios muy delgados creados para el amor. Las pecas en su nariz la hacía parecer más vulnerable de lo que ella creía, no la conocía ni había cruzado palabra con ella pero sentía que terminaría con cualquier persona  solo por besar cada peca de su rosto.

Sabía que había sido una mala idea aceptar ese trabajo, presentía que su clienta le causaría muchos problemas a su mente y cuerpo. Estaría metido en una batalla contaste entre la razón y la locura. Por lo general siempre perdía todas las batallas con chicas pelirrojas. Elena Steller, sería un gran desafío para él, y no estaba muy seguro de cómo iba afrontar aquella avalancha de emociones y sensaciones que le producían aquellos maravillosos ojos.

—¡Estarás bien! Piensa en esto… ella odia a los hombres como tú, que se dedican a esta profesión. Le dijo su jefe cuando noto que se había quedado embobado observando la foto.

—Es una mujer realmente hermosa Frank. Tal vez no sea una buena idea que me asignes este trabajo. Le dijo suspirando y tirando el expediente en su escritorio.

—Yo sé lo que hago Sam, estoy seguro que descubrirás quien quiere lastimar a la familia Steller.

—No sé cómo es que siempre termino aceptando todos los trabajos que me asignas.

—¡Soy tu jefe! Ahora vete y has tu trabajo, la chica está en casa de su tío así que comienzas a vigilarla desde hoy mismo.

—Bien como tú mandes, espero que al final la paga si sea buena. Contesta de mala gana.

—¡Eh, Sam! El chico voltea para ver a su jefe con el ceño fruncido —No te enamores de ella. Este rodó los ojos ante su comentario de mal gusto.

Salió de la oficina de Frank con el expediente en la mano, y solo podía pensar en Elena y sus hermosos ojos verdes. Tenía que concentrarse en la misión o echaría todo a perder, no podía permitir que la locura se apoderara de él mal influenciando la poca cordura que le quedaba después de haber visto la foto de su cliente.

No debía seguir cometiendo errores como en el pasado, o se las vería muy mal y no solo eso, haría quedar mal a Frank la reputación de su jefe estaba en sus manos. Ademas, otra ocasión como esa no la iba a recibir por parte de él, ya había tenido muchas oportunidades… unas que había arruinado por completo.

Si no hacia bien su trabajo corría el riesgo de tener que despedirse de su empleo, o peor aún su cliente podía correr con las consecuencias de salir herida o bien sea muerta como ya le había pasado en una ocasión. Aun llevaba esos desdichados recuerdos en su memoria y no eran para nada bueno, su insomnio cada vez era peor a raíz de eso. Incluso después de haber transcurrido tres largos años  siempre recordaba a esa chica, por su propia imprudencia puso en peligro la vida de Laura. Eso era algo que no se lo podía perdonar a sí mismo, tendría que vivir con ello por el resto de su desdichada vida.

Al volver de esa misión una gran suspensión lo esperaba en su escritorio, pero por lo menos Laura estaba a salvo… Por lo último que supo de ella, era que se había casado yéndose  con su esposo a la ciudad de Nueva York. Se alegraba mucho por la chica,  a veces pensaba que hubiera sido de ellos sí… si él le hubiese dado una oportunidad a su romance, era obvio que ella no iba a esperar por él toda la vida. Tenía que tomar la decisión de elegir entre el trabajo o ella… definitivamente la decisión correcta había sido en dejarla marchar, estaba más segura sin él, que con él...

El detective dejo a un lado esos recuerdos pesados, para concentrarse en su nuevo trabajo. Sentado en su coche leyendo el expediente de Elena, su cerebro comenzó a trabajar en función del sospechoso ¿Quién podría tener una riña con el viejo ex-Alcalde?, Y, ¿Por qué no meterse directamente con él? Habían asesinado a su único hermano, y ahora iban por la hija, parecía algo personal pero más bien contra la familia del hermano del viejo Steller pero, ¿porque?

Daniel Steller no era político, y su esposa Elena Steller había fallecido hace años dando a luz a su pequeña hija, tal vez ambos hermanos estaban implicados en algo sucio y cuando intentaron salirse se quisieron cobrar acabando con cada miembro de la familia. Lo extraño era que al viejo ex-Alcalde no le habían tocado ni un pelo.

Algo no encajaba en ese asunto, Frank también le había entregado un expediente del viejo Steller y de Daniel Steller. Pero ambos estaban limpios, nunca se habían metido en nada ilícito, y conociendo a Frank desde la infancia sabía muy bien que como jefe  del DDP (departamento de detectives privados) no encubriría nada ilegal a ninguno de sus amigos o conocidos bueno, excepto el asunto del accidente de Daniel. Pero del resto bien podía dar fe de que su jefe no era corrupto.

En el expediente de Daniel Steller solo mencionaba a un hombre, al parecer cuando Elena Steller estaba recién casada con Daniel un ex novio de la mujer tuvo cierto roce de palabras con Daniel por el amor de Elena.

—Bueno creo que es un buen comienzo. Se dijo Sam.

Llamaría a Wendy, quien era una excelente investigadora en la red. Si alguien podía conseguir cualquier información seria esa mujer.

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