Para Esmeralda solo existía esperanza esa Navidad. Se había preguntado por dos días que premio podría haber ganado y estaba ansiosa por descubrirlo. La cita en el hotel más lujoso de la ciudad, creyó que podría cambiar su vida y no se equivocaba. Para Kenton Gilmore solo sería una cena con una hermosa mujer soltera. ¿Quien no mataría por tener esa oportunidad? Además la noche podría cerrarse con broche de oro. Cuando vió a Esmeralda llegar se sintió afortunado y sintió una oleada de deseo recorriendo su cuerpo. Se sentía realmente afortunado. Para ellos nada saldría como se esperaba... La cena fue incómoda y Esmeralda no encontraba tema de conversación. Kenton era su jefe. Él esperaba que ella estuviera embelesada y a sus pies, algo que no ocurríría. -Señor, no pretendo ser maleducada, pero ya hemos cenado y realmente no logro visualizar lo que gané- Rompió el silencio ganando una mirada cargada de incredulidad del CEO -Una cena conmigo, cualquier mujer se sentiría afortunada- Con pasos felinos y una sonrisa que bajaría las bragas de cualquier mujer se acercó- Además podríamos pasar la noche juntos -No es gracioso, señor Gilmore. Exijo saber cuál es el dichoso premio- Ella se sentía furiosa y humillada, colérica -¿No lo crees suficiente? Muy bien, podemos negociarlo. Quédate conmigo y tendrás además de una maravillosa experiencia una suma de dinero para nada despreciable- Se acercó más creyendo que eso cerraría el trato -Es usted despreciable- Lo apartó dándole un fuerte empujón- Tenga usted una feliz Navidad Para Kenton no existía una mujer que lo rechazara y para Esmeralda no habría hombre capaz de comprarla. Ella no era consciente de las artimañas que su jefe usaría por lograr su cometido, pero su vida cambiaría para siempre.
Leer másLourdes había llegado al cuarto mes de embarazo y con ilusión fue a la consulta médica acompañada de su pareja. Su vientre se veía de un tamaño similar al que tenía en el sexto mes de embarazo de Alvarito y se sentía enorme. No quería imaginar como se vería cuando llegara al momento de dar a luz. -¿Cómo te has sentido?- Le preguntó su doctor y ella suspiró agotada -Aún tengo náuseas y comienzo a perder la esperanza de que se me quiten- Contestó desesperanzada -Suele ocurrir en embarazos múltiples y más que la medicación para que no tengas vómitos no puedo darte- Respondió -¿Hoy podremos saber el sexo?- Intervino el futuro padre ansioso -Vamos a descubrirlo ahora. No siempre se puede ver, pero lo intentaremos -¿Que estamos esperando?- Preguntó emocionado haciendo reir a Lourdes Algunos minutos después, Lourdes estaba sintiendo como el doctor le aplicaba el gel frio en el vientre. -Estos son los latidos- Los escucharon- Aquí podemos ver claramente que es una niña
Esmeralda había recibido la visita de Lourdes y le había pedido que hablaran en privado. Por supuesto que ella sabía todo lo que estaba ocurriendo y esperaría a que su hermana se lo dijera para que pudiese así desahogarse. -¿No sabías nada de esto?- Esmeralda confrontó a su hermana con una pregunta que por el tono empleado pareció acusatoria -Jamás hubiese callado una verdad semejante de haberlo sabido. Acabo de enterarme- Se defendió sin molestarse porque comprendía que su novio era el mejor amigo de Kenton y que de allí nacían las sospechas de su hermana -Era obvio que Kenton había planeado todo, ¿Por qué no me di cuenta? Fui ingenua y creí que era un excelente hombre por ser tan comprensivo cuando le dije que estaba embarazada. ¿Cómo no me di cuenta de que todo era un plan suyo?- Lamentó culpándose a si misma -No voy a defender a mí cuñado, pero escúchame. Aunque actuó mal, tuvo muy buenas acciones. Hizo todo al revés, es cierto, pero por sus acciones lo estás haciendo
Esmeralda llevó sus cosas al cuarto de huéspedes. Volver a su apartamento no sería sencillo porque debería llevar todas sus pertenencias y las de su hijo allí. Además eso alertaría a la prensa y era lo que menos le interesaba en ese momento. Lo que prefería era resolver la situación de la manera más tranquila y discreta que le fuera posible. Cuando Kenton llegó a casa fue a su cuarto y no encontró nada de Esmeralda. Al ir al cuarto de su hijo encontró a Tamara con él y se sintió tranquilo. -¿Sabes dónde está Esmeralda?- Preguntó en voz baja para no despertar al pequeño -La señora llegó muy alterada. Le dió pecho al niño y me pidió que cuide de él. No la vi desde entonces señor- Contestó ella sin dar más detalles porque no tenía más información Kenton buscó en los otros cuartos y al no poder abrir una de las puertas imaginó que ella estaba allí. -Esmeralda, amor, ábreme necesitamos hablar- Pidió hablando a través de la puerta -Kenton ya está todo más que dicho, ¿Puede
TRES MESES DESPUÉS Lourdes vivía en el penthouse de su novio junto a sus hijos. Su embarazo era noticia en redes sociales, así como también en los canales de televisión dedicados a conocer más sobre la vida de las personas más famosas e influyentes de la ciudad. Dylan había hablado con el papá de uno de sus compañeros de escuela en un cumpleaños al que había asistido, sin saber que él era un reportero. Su declaración se convirtió en noticia en el transcurso de algunas horas causando la simpatía y ternura del público. Aquel hombre le había preguntado si estaba feliz de que su mamá tendría un nuevo bebé y él le había dicho que si. Además de eso, le había preguntado como se sentía respecto al novio de su mamá y él había dicho que lo quería como si fuera su papá. -¿Usted quiere saber si estoy celoso porque él será el papá de mi nuevo hermano y no es el nuestro?- El niño sorprendió al hombre que luego de algunos segundos hizo un gesto afirmativo- Él nos trata como sus hijos y se qu
Kenton llevaba dos días sin dormir gracias a altas dosis de cafeína. Él se negaba a dejar a Esmeralda sola, aunque ella le había pedido que se fuera a descansar al menos unas horas. Incluso Lourdes había hablado con Marie para que cuide de sus hijos unas horas y así poder ir a la clínica. Cuando a Esmeralda le dieron el alta médica, Kenton fue quien sintió profundo alivio. Él quería ir a casa, dormir en su cama y darse una ducha. Cuidar a su esposa e hijo en la privacidad de su vivienda resultaba una idea maravillosa. Además allí no habría personas diferentes entrando a su habitación cada cuatro horas. -Cuando lleguemos quiero que duermas. Jamás te vi así- Esmeralda le pidió y tocó la zona de sus ojos Kenton apoyó bien la mano de su esposa en su rostro y cerró sus ojos imaginando que finalmente ella le expresaría cariño. ¿Cuánto tiempo había esperado por eso? Esmeralda lo miró sorprendida y sintió un nudo en la garganta. ¿Tanto afecto le hacía falta a su esposo? La culpa
Las semanas pasaron y faltando solamente dos para la fecha de parto que él doctor estipulaba, Esmeralda debió ir a la clínica nuevamente con contracciones regulares muy dolorosas. Kenton estaba histérico al ver sufrir a su esposa y por temor a que algo estuviera saliendo terriblemente mal. Cuando Esmeralda iba caminando a la consulta, tomando descansos entre cada contracción, fue que rompió fuente y allí todo se agilizó para la pareja. El médico comprobó la dilatación y anunció que el nacimiento sería ese día. Lourdes y su novio, el mejor amigo de Kenton, dejaron a los niños con Marie y se dirigieron sin demora a la clínica. Allí vieron a Kenton aún más alterado porque su esposa sufría y no sabía que hacer para disminuir su dolor. Él se sentía inmensamente impotente por no poder ayudarla y además temeroso por el miedo de que Esmeralda se descompensara y no resistiera. -Kenton ven por favor- Lourdes llamó a su cuñado para que saliera de la habitación y poder hablar con él
Tan solo habían transcurrido dos semanas desde que Esmeralda era una mujer casada. Lamentaba sentirse tan cansada debido a su embarazo y depender de Kenton para muchas cosas, como por ejemplo levantarse si se sentaba en el sofá o para atarse los cordones de los zapatos. Él jamás se quejaba y se veía de verdad predispuesto para apoyarla en lo que necesitara, pero se sentía inútil y eso la fastidiaba demasiado. Kenton fue a la oficina y una empleada se quedó en casa al pendiente de ella para ayudar a Esmeralda. Él a la hora del almuerzo iba a casa para comer con ella y en varias ocasiones si el tiempo se lo permitía, le llevaba un pequeño obsequio para ella o compraba algo para el bebé. Esos detalles eran los que ella aún más agradecía y la hacían sentir de verdad querida. Al llegar a casa, Kenton notó que Esmeralda se veía inquieta a causa de algunas contracciones. La empleada que solo se ocupaba de ella lo llamó para hablarle en privado. -La señora ha tenido contracciones. No
Kenton cubrió con las sábanas el cuerpo desnudo de su esposa luego de hacerle el amor. Hacia mucho tiempo que no tenía la dicha de sentirla íntimamente y siendo su esposa aquella noche fue aún mejor que todas las anteriores en el pasado. Esmeralda no sabía de que manera mirar a Kenton a los ojos. Había experimentado mucho placer, tanto como nunca antes, pero cada vez que él le decía cuánto la amaba se le estrujaba el corazón por no poder sentir ni decir lo mismo. La recién casada pensaba en su hermana y en lo lindo que le sentaba estar enamorada, ¿Sería alguna vez ella capaz de sentirse así? Kenton se durmió luego de su esposa. Él estaba atento a sus necesidades y quería ayudarla si necesitaba algo luego de hacer el amor. Tal vez ella quisiera levantarse e ir al baño y se le dificultaría hacerlo. (.....) Esmeralda despertó cuando Kenton le llevó el desayuno a la cama junto a una rosa roja. Quería disfrutar con ella algunos días a solas antes de tener que volver a la ofi
La boda, para Esmeralda había estado llena de situaciones y sentimientos encontrados. Por una parte estaba tranquila porque sabía que Kenton jamás le haría daño y que realmente la quería. La mayor contradicción para ella era no poder sentir lo mismo porque él siempre había planeado cada acontecimiento a su conveniencia y eso la hacía sentir como una marioneta en sus manos. Algo que alegró profundamente a la recién casada fue ver a Lourdes feliz y nuevamente enamorada. ¿Cuánto tiempo había esperado por verla sonreír? Los recuerdos que tenía de su hermana eran de ella llorando a escondidas, sufriendo por la pérdida del padre de Alvarito y Dylan. Ella merecía ser feliz y estaba segura de que el amigo de Kenton era el hombre indicado para ella. La celebración había transcurrido tal como se esperaba. Los pocos invitados que había no habían preguntado nada incómodo y solo se habían limitado a felicitar a los recién casados, además de preguntar cuando llegaría el primer hijo de la pa