Anya está a poco tiempo de casarse con su prometido Chad, mientras intenta ocultar su amor prohibido por su hermanastro el poderoso CEO Emerson Carrigan, a quien ama desde adolescente. Resignada a casarse sin amor, descubre la infidelidad de su prometido, y como último atisbo de esperanza, decide desenmascararlo y terminar el compromiso, lo que no espera es que Chad se encuentre en la cama con la mismísima Bianca Carrigan, esposa de su hermanastro. Emerson está roto y con deseos de venganza, entonces Anya le hace una extraña y tentadora propuesta: —Vamos a vengarnos de los traidores, cásate conmigo y hagamos que sufran. Emerson acepta, ya que no puede confiar en ninguna otra mujer, pero sí en la pequeña a la que considera su “hermanita” convencido de que un amor entre ellos es prohibido, y de que ese compromiso es una apariencia para hacer sufrir a su ex, y proteger su roto corazón; sin saber que Anya está luchando por conquistar su amor. ¿Podrá Anya hacer su amor prohibido realidad, aunque su familia e incluso el mismo hombre que ama estén en contra?
Leer másPor Denver.Hoy es un buen día, han pasado cinco años desde que nació nuestro hijo.Observó a mi esposa a mi lado, sonrió, puedo recordar todo lo vivido hasta llegar aquí. Lo equivocado que estaba, alguna vez dije que estaba prohibido amarla, pero la verdad, incluso si fuera prohibido amarla, amaría a Abby màs y màs, ella es la mujer de mi vida, el amor que siempre he soñado y que mantendré en mi corazón hasta mi último día.Soy un soñador, nadie puede cambiarme. Camino al cuarto de baño, me quito la pijama y me doy un buen baño. Es el cumpleaños de mi hermano Emerson.La vieja cabaña se erige ahora como una preciosa casa de dos pisos que mandé a construir para mi esposa y mi hijo. Planeamos pronto darle un hermanito a Derek, quiere tanto tener un hermanito.Sin duda, soy demasiado feliz. Me doy un baño, cuando siento su presencia, sonriò al verla frente a mì, desnuda y perfecta, me abraza y el agua fría cae en nuestros cuerpos, la amo tanto, besó sus labios.—¿Por qué no me despiertas
Varios meses después.Abby estaba sentada en el jardín, con su prominente vientre.Denver y ella aún no elegían el mejor de los nombres para su bebé, que sería un varón.Ella sonriò al recordarlo, casi con ocho meses y medio podía sentir a su bebé moverse en su vientre, parecía ser muy inquieto.—¿Cómo debemos llamarte, cariño? Papá y yo estamos locos buscando el mejor de los nombres. Pero, quizás el màs sencillo es el mejor.Denver llegó, observó a su esposa con esas rosas.—¿Qué haces, amor? Deberías ir a descansar —dijo Denver.Ella sonrió, acarició su rostro.—¿Has pensado en un nombre? —preguntóÉl sonriò, besó sus labios.—Pensé en un nombre ¿Qué te parece Derek, se parece a Denver?Ella rio un poco, él la ayudó a levantarse.Tocó su vientre.—¿Tienes hambre?Ella asintió.—Les haré un delicioso sándwich.Caminaron adentro, cuando ella sintió ese dolor, se detuvo y su rostro se puso blanco.Denver se asustó.—¿Amor?—Estoy bien, tu hijo se ha puesto difícil.Intentó dar un paso,
Mandy y Abby estaban en la cabaña, bebían café, mientras comían galletas.—Estoy nerviosa —dijo Abby, y tocó el vientre—, sentía pequeños cólicos.—¿Estás bien?Abby dijo que sì.—Estoy nerviosa, primero por todo lo que pasó y después porque bueno, no sé si el embarazo, es algo nuevo para mì.Mandy sonriò.—Si quieres la verdad, hay una parte del embarazo hermosa, y otra que asusta mucho, lo único que te dirè es que nunca es igual, con mi nuevo embarazo, no tengo síntomas, y con mi bebé, tenìa tantos que los primeros meses tuve mucho miedo.Abby sonriò, tomó su mano.—Lo bueno es que ya no estoy sola, te tengo a ti y a Anya para guiarme, y eso es mi gran ayuda.Mandy sonriò.—Claro que sí, estaremos para ayudarte, y aconsejarte, pronto, cuando nazca tu bebé, estarás màs feliz, olvídate de Johana y de todos, ella cometió sus errores, es hora de que pague por eso, ahora ya no será tu amiga, ¡nunca màs! —aseveró Mandy.Ambas decidieron ir a caminar por los jardines, escucharon unos grito
Johana estaba asustada, retrocedió un paso y sollozó, pensó que tenía todo, bajó control, quería pensar que así, era, sin saber que jugaba con fuego. —¡Abby, no me acuses de algo que no es cierto! —gritó Johana como si fuera una perfecta víctima, pero no sabía que ya nadie le creería.Los ojos de Abigail estaban cubiertos de lágrimas, no podía creerlo, ella era su amiga, ella la ayudó, y le hizo creer que era alguien buena. ¿Por qué ahora hacía eso? ¿Por qué sus enemigos primero fueron sus amigos o alguien a quien amo? ¿Acaso había algo malo en ella?—¡Traidora! —dijo y su voz se rompió en llanto.Denver no pudo màs, tomó el brazo de la mujer, y la mirò con rabia.—¡Deja de intentar lastimar a mi esposa! Sabemos toda la verdad —dijo Denver sus ojos eran tan furiosos, que Johana tembló—¿Qué…? —balbuceó asustada, dio un paso atrás.Matt la enfrentó.—¿Creíste en mi falta de memoria, ingenua? Sabemos lo que pretendes, ¿Arruinar nuestra felicidad? ¡Serpiente arrastrada! Vete de aquí, y n
Más tarde,Denver y Matt paseaban por el jardín, hablaban de lo ocurrido.—Johana siempre ha sido buena amiga de Abby, ¿en qué momento pudo cambiar tanto?—No lo sé, en realidad, no lo sé, quizá estés en un mal momento, pero, tú y yo sabemos lo que la envidia puede crear en algunas personas.Denver mirò a los ojos a Matt, entendió sus palabras, a èl la envidia lo hizo perder todo y a Matt lo convirtió en alguna vez en el peor villano, ahora eran dos hombres distintos a ese pasado.—¿Qué haremos?—Tengo una idea, si ella es buena o mala, debemos saberlo, no soy de los que cataloga a la gente con etiquetas, pero, vamos a ver, la cito aquí, le hago creer que necesito màs información, que no he recobrado la memoria, y si ella cambia su versión, o no, eso nos dará una idea clara de lo que está pasando por su mente.Denver asintió, tenìa lógica, y èl que últimamente era menos desconfiado, ahora sentía la necesidad de saber quién era Johana realmente, sobre todo ahora que esperaban un hijo, n
El corazón de Abby latió con un miedo voraz; no entendía que era lo que pasaba.—¿Qué dices, Matt? Mi hijo es del hombre que amo, y ese es Denver, creo que, estás muy confundido.Matt dio un paso atrás, en el pasado creyó que Abby solo lo amaba a èl, por sobre todas las cosas, pero ahora, parecìa que estaba en un mundo diferente.—Yo…—Matt, ven conmigo, no estás bien —dijo Denver al notar cómo el hombre estaba descolocado, y tocaba su cabeza.Ambos salieron de ahí. Denver asintió mirando a su esposa, como si le dijera que se calmara.Pero, ella simplemente no podía estarlo, llamó a Mandy.***Denver y Matt caminaron por los amplios jardines del lugar.—¿Qué es lo que pasa contigo, Matt? Sé que estás demasiado ofuscado, pero, esto, es demasiado. Aunque no recuerdes bien, Abby y yo nos amamos, vamos a tener un hijo y tú amas a Mandy.—¿Y por qué Johana, siendo la gran amiga de Abby, dijo que ella y yo planeamos escapar, y que el hijo que lleva en el vientre es mío?Denver se quedó perp
Mattias abrió los ojos, no reconoció nada de ese lugar, no entendía qué pasaba.El doctor estaba revisándolo.—¿Podría darme la fecha?Mattìas habló y el doctor se quedó perplejo. La fecha que èl señalaba era de hace casi tres años.Cuando le hicieron ver su error, èl estaba asustado.—¡Llamen a mis padres o a mi esposa Vania! —exclamó.El doctor le pidió que se calmara.—Llamaré a su esposa —dijo el médico, haciendo que el hombre por fin se calmara.Matt recargó su cabeza en la almohada.«Todo lo que recuerdo fue esa pelea con mis padres y Vania, quería divorciarme, pero, han pasado años de eso, ¿qué me está pasando?», pensó desesperado.De pronto, esa mujer entró por la puerta. Mandy corrió a su lado.—¡Matt! ¿Cómo estás, mi amor?Los ojos de Mattias se abrieron enormes, casi rio.—¿Es una m*****a broma? ¿Quién eres tú? ¡Ella no es mi esposa! —exclamó desesperado y asustado.—¿Qué dices, Matt? Soy tu esposa, ¿te has olvidado de mì?Mattias se quedó perplejo, tragó saliva.—¿Tú er
Abigail iba en esa camilla, todo daba vueltas en su mente confusa, abrió los ojos, y sintió esa mascarilla en su rostro.—Por favor… —no pudo decir nada, todo se volvió penumbras a su alrededor.Emerson estaba al lado de su hermano, estaban desesperados.—¡Él habló de secuestro! Lo juro.Los oficiales no decían nada, estaban muy inquietos.Mandy estaba abrazada a Anya y a Betty, lloraba sin control. Recién le habían dicho que estaba de nuevo embarazada, ella planeaba decírselo a Mattias, ahora no podía imaginar una vida donde no estuviera su esposo. Estaba tan feliz, últimamente, que nunca pensó que algo desgarrador pudiera suceder.Un oficial se acercò a ellos.—Llamaron del hospital, dicen que hay dos personas que recién ingresaron con el nombre de Mattias Carrigan Hill y Abigail Hank.Denver sintió que el corazón enloquecía, por lo menos ahora sabìa algo sobre ellos.—Al parecer tuvieron un accidente de tránsito, viajaban juntos en un auto.Las alarmas de Denver se dispararon, pero
—¡Abigail no me traicionó! Aquí algo está mal, debemos llamar a la policía.—¡Denver, no! —exclamó Johana—. No creo que sea necesario hacer eso.Denver negó. Tomó su teléfono, llamó a la policía.Mandy estaba muy nerviosa, leía las cartas una y otra vez.—¡Es imposible! Matt no abandonaría a su bebé, además, ahora esperamos otro.—¡Te abandonó, Mandy! Mejor resígnate —dijo Johana.Mandy sollozó, Denver entró y la abrazó.—Calma, ya viene la policía.Johana estaba muy nerviosa.«Debo calmarme o me van a descubrir», pensó.Al cabo de un rato llegó la policía, Emerson y Bradley también llegaron.—Hermano, ¿qué pasó?Denver estaba pálido. Emerson tuvo miedo, se acercò a èl. Escuchó todo lo que decían.—Mi esposa no me abandonó, está embarazada. Además, lo que dice esta carta no es cierto; algo malo está pasando.La policía revisó las cartas, les preguntó sobre las letras. Nadie pudo mentir, era evidente que estaban escritas por ellos.—Señor, lo sentimos, las cartas parecen estar escritas