Mi nombre es Matías. Desde que era un niño, he conocido el peso del dolor y la pérdida. Crecí sabiendo que algún día sería Alfa, entrenándome para llevar sobre mis hombros la carga de mi manada. Pero nada pudo prepararme para el giro que tomaría mi vida al encontrarme con ella: Alessandra. Soy Alessandra. Llegué desde Nápoles, con mi madre y un pasado que dejábamos atrás, buscando paz en Camden. Era el lugar perfecto para un nuevo comienzo... o al menos eso pensé, hasta que conocí a Matías. Desde ese primer encuentro, sentí algo que no podía explicar, una conexión que parecía tejerse desde antes de que nuestras miradas se cruzaran. Su mundo, tan intrigante como oscuro, pronto se convirtió en el mío. Y con él, llegaron secretos y pruebas que nunca imaginé. Un destino incierto nos aguarda. ¿Podremos vencer juntos la sombra que amenaza con separarnos? La historia apenas comienza... y el tiempo es nuestro único juez.
Leer más~Isabella~Los días pasan y aún no aparece. Temo que cuando lo haga sea demasiado tarde. En vista de la demora, hemos decidido hacer lo posible para que esa chica y sus hijas estén sanas y salvas.He ido a casa de Nana y me ha dado la peor noticia que podían darme en estos momentos: dice que Alessandra se ha negado a comer y que ha decidido morir por su bien y el de las niñas. Dylan fue a verla para anunciarle su nuevo destino, que él injustamente le ha impuesto.La Nana pidió a una de las mucamas cambiar de turno, y esta mañana ha sido ella quien ha servido el desayuno a Alessandra. Justo cuando Dylan entró, la oyó decir lo siguiente, asustando a Alessandra:—Has de prepararte con el vestido blanco que te obsequié anoche. Mis brujos están terminando de preparar el hechizo que les pedí; con él suplantaré tus recuerdos, eliminando a Matías. Yo ocuparé su lugar en ellos —dijo Dylan, indiferente.—No puedes hacer algo así, es mezquino. Además, hagas lo que hagas, ni tras mil vida
~Isabella~Mi nombre es Isabella. Soy una loba huérfana de 25 años; sí, a mis padres los asesinaron cuando yo tenía 5. Lo peor de todo fue que estuve presente, y eso es algo que jamás se olvida.[Recuerdos.]Atravesábamos el bosque nacional de Tongass, en el sureste de Alaska, huyendo de unos cazadores. Mi madre me ocultaba en su pecho, mientras papá iba detrás de nosotros dándonos ventaja. Pero no sirvió de mucho; en la copa de un árbol cercano se había trepado un cazador que apuntaba a la cabeza de mamá con una flecha de su ballesta. Con los ojos desorbitados, papá observó la flecha, que mi madre logró por poco esquivar.–Grrr–gruñó furioso. Se giró hacia nuestros atacantes, dispuesto a sacar a su lobo para matarlos a todos y así poder huir. Pero, en cuestión de segundos, todo cambió: ese mismo cazador atravesó el pecho de mi padre con una flecha. Este cayó de rodillas. Me asusté cuando comenzó a salir sangre de su boca; entonces le dije:–¡Papá, levántate! No puedes dejarme; me pro
~Matías~Llevo semanas encerrado en mi despacho, buscando a mi familia en cada rincón del mundo y en los lugares más remotos a los que se las podrían haber llevado. Cada alfa está revisando sus territorios; si averiguan algo, me llamarán de inmediato.Después de lo que causó Fabricio, nuestro hospital no da abasto. ¿Consiguió su cometido? Pues la verdad es que no, aunque se le veía muy confiado. ¿Cómo es posible si nos superaban en número? Tras la inesperada llegada de Brent, aparecieron Samantha junto a Callum y su hermano Marc. Ezequiel, George y los brujos echaron a los vampiros, y nosotros nos encargamos de Santoro y sus lobos. ¿Creen que dejará pasar que lo hayamos derrotado otra vez? Lo que yo creo es que lo volveremos a ver.He conversado con mi tío, quien me cuenta que Eloy va mejorando. También informó que vendría para buscar juntos, pero le dije que me sería más útil en Rusia, por si acaso el lobo que se llevó a mi mujer fuera visto por sus tierras. Por ahora, no sé quién es
~Matías~Disfrutábamos de un día en familia en el campo. Rayos de sol se colaban entre los árboles que nos rodeaban, donde los pájaros cantaban con alegría. El aire fresco y puro llenaba nuestros pulmones; estábamos todos. Papá y Eloy jugaban con mis hijas, haciéndolas reír al poner caras graciosas. Adriano, feliz, observaba cómo Anna y Alessandra disfrutaban la compañía de mis nuevos cuñados; Connor, como de costumbre, comía con glotonería, mientras tío Niko y Christian se retaban midiendo sus fuerzas como dos niños, y Accalia se reía divertida de las payasadas que hacían estos dos. Yo los observaba a todos venturoso, pero era demasiado bueno para ser verdad, ¿no?De repente, los cielos oscurecieron, el viento agitaba la arboleda y el alegre día enmudeció. Cuando quise darme cuenta, mis manos estaban cubiertas de sangre, que observé con extrañeza durante largos segundos, hasta posar la vista en cada uno de ellos, asustado y sin entender en qué momento las cosas se habían tornado tan
~Dylan~Sufrí una pérdida incurable hace un lustro. Mi liderazgo fue cuestionado a tal punto que mi manada fue disuelta. Me abandonaron y, aunque parezca extraño, no me importó; mi vida había perdido todo sentido cuando perdí a mi luna e hijos.Desde entonces, me he dedicado a viajar por el mundo. Días atrás estuve en Viena y de ahí acabo de llegar a Camden. A mis oídos había llegado que había una manada aquí que acogía a omegas como yo, un lobo solitario. Quise venir a comprobarlo. En Luz de Luna, todos sus miembros me han recibido con los brazos abiertos, pero no son el motivo por el que decidí quedarme a vivir entre ellos, sino ella, la luna de esta manada.Mi corazón dio un vuelco al ver sus grandes ojos azules, su cabello, su voz. Me quedé prendado de su belleza. Jamás pensé encontrar el amor por segunda vez, aunque lo más sorprendente era su gran parecido con mi mate, aquella mujer que hace cinco años partió a la otra vida.Sé que pronto, en medio de la noche, serán interrumpido
~Matías~Ayer fuimos a comprobar que todo con nuestros bebés estaba bien. Y así ha sido: están sanos y muy fuertes. Cuando supimos el sexo de ambos, nos deshicimos en lágrimas como dos magdalenas: ¡serán dos hermosas princesas!Estoy orgulloso de mi esposa por el gran trabajo que está haciendo; así que quise dedicarle tiempo solamente para ella. Nos hemos aislado un día entero en la cabaña del bosque. He dejado la manada en las mejores manos, las de Christian y Connor.—No te muevas, en un segundo estaré a tu lado para ayudarte a bajar del coche —dije dando la vuelta a la camioneta con rapidez.—Gracias, eres mi héroe. No me puedo ni mover; esta espalda me está matando —respondió en tono cansado.—Recuéstate en el sillón. Entraré nuestras cosas; no tardaré —respondí, entrando junto a ella en la casa.~Eloy~En ocasiones, tengo la ligera impresión de que la vida me la tiene jurada desde antes de nacer. No conocí a mamá, porque literalmente hubo que abrirla para poder sacarme de su vien
~Matías~Alessandra hoy cumple cinco meses de embarazo, y a su madre, Anna, le queda un mes para dar a luz. Según me ha contado Adriano, decidieron no preguntar por el sexo de los bebés; quieren que sea una sorpresa hasta para ellos.En nuestro caso, lo sabremos en las próximas horas. Dado lo poco que falta para recibir a los hermanos de mi esposa, Adriano me ha pedido algo de ayuda para preparar la habitación que queda junto a la de ellos.Al principio, tuvimos un desacuerdo con las chicas a causa de la elección de colores para las paredes. Viendo que no llegábamos a ningún acuerdo, se hizo una votación y, por mayoría, escogimos el verde manzana. Ellas se han quedado en el salón con una película romántica y se han aprovisionado bien de picoteo.Actualizándolos en información, extrañamente no hemos sabido nada en estos meses de esa bruja. Lo que sí hemos sabido es que la antigua manada de Adriano fue disuelta; fueron abandonados a su suerte.Muchos de sus miembros han venido a hablar
~Christian~ Antaño, hubo una manada asentada en Seattle. No eran felices, pues eran atormentados por su alfa, Jacob Weston; un hombre déspota, violento e irascible que nunca estaba contento con nada. Jacob estaba casado con la mujer más hermosa de la aldea; habían tenido dos hijos, el pequeño Kaleb y el mayor, Justin Weston. Justin acababa de cumplir 14 años, y su padre ya le había informado que, a esa edad, partiría a un internado donde acudían, si no todos, la mayoría de los futuros alfas de todas las manadas del mundo. El joven no estaba contento con la decisión que se había tomado; sabía de los arranques de su padre, dominado por sus instintos, cuando los golpeaba, y temía por la vida de su hermanito y su madre. Así que, por primera vez, se enfrentó a su padre, Jacob, negándose a lo que le pedía. Este le dio una advertencia: —Eres un desagradecido. Ahora escúchame bien: o cumples con la orden que te he dado, o mis guardias te llevarán a las celdas, y a la medianoche serás sacr
~Matías~ Como ha estado en calma, quisimos aprovechar la ocasión para desconectar. Algunos de nosotros, como Derrik, Ada, Jess, Stephan, Ezequiel y Paula, decidimos pasar unas semanas en la casa del bosque. Con las primeras luces del día, la sentí removerse sobre mi pecho, emitiendo pequeños aullidos lastimeros, como si algo la hubiese asustado. Así que la desperté con suavidad. –Amor, estoy aquí. Todo está bien –dije acariciando su mejilla. Ella guardó silencio y procuraba evadir mi mirada; la tomé de la quijada y me encontré con sus ojos tristes–. Sé que algo te sucede. ¿Por qué llorabas? Sabes que puedes contármelo. –Lo sé, pero no es nada, no tiene importancia –respondió, escondiéndose en mi pecho como una niña atemorizada. Levanté su quijada y le dije: –Tu sueño te ha hecho llorar, y eso lo hace importante para mí. –Está bien, es... esa mujer. Soñé que me arrebataba a los bebés de mis brazos; luego los mataba a ellos y a ti por intentar detenerla –volvió a ocultarse en mi