Mi vida fue un calvario, un mal cuento, aun así, me aferre a lo único que me daba esperanzas, mi compañero, no me importaba de que especie fuera, solo queria que me encuentre, y tener al fin un poco de felicidad, pero claro que nunca nada sucede como deseo. Ahora se supone que mi vida cambio, incluso hasta mi nombre, pero, sin embargo, el dolor permanece, se supone que debía cuidarme, amarme y respetarme, era mi Alpha después de todo, pero resulto ser un maldito, y lo peor, es que me embarazo, estoy embarazada del maldito Alpha, y ya no se que hacer con mi vida, ni siquiera se si tengo una.
Leer másLas manos de Risto desvestían con premura a su luna, 15 años con Abigail y la pasión solo incrementaba, aunque en esta ocasión fue su compañera el que lo sorprendió al empujarlo sobre la alfombra del gran dormitorio que compartían.— ¿Mi luna? — indago con curiosidad al ver como Abigail dejaba besos húmedos por su torso y continuaba descendiendo.— Quiero probarte mi Alpha, ya no soporto imaginar tu sabor.Un gruñido involuntario salió de Risto, tantas veces había soñado con algo como esto, pero nunca en todos los años que llevaban juntos, se atrevió a pedirle algo que su luna no estuviera dispuesta a dar, ahora, era ella quien le suplicaba dejarla saborear su miembro y por supuesto que el Alpha no pensaba negarse, aunque debía reconocer que se sintió como un maldito, cuando de manera involuntaria tomo el cabello castaño de su luna y acelero los movimientos de su cabeza, mientras las caderas de Risto se alzaban para penetrar su boca aún más profundo, provocando que a la loba los ojos
A nadie le quedo dudas de que Abigail era la enviada de la diosa luna, ya que la noche en la que se conecto mentalmente con la familia de Risto y la propia, también lo hizo con cada ser mágico que habitaba este planeta. Fueron muchos los que llegaron al pueblo Ministerio de Luna, para rendirle el respeto que ella se merecía, y fueron esos mismos los que dieron fe a los demás de lo que allí sucedía. — El pueblo Ministerio de Luna no será solo dirigido por un Alpha y una Luna, este lugar no es una manada, aquí, reinara la justicia para quienes clamen por ella, será el refugio para las víctimas y la prisión para los culpables, cada pena tendrá una condena justa, será corta en algunos casos y en otros podría llegar a ser eterna, eso depende de cada culpable y su conciencia, y para ello el Alpha Risto y la santa Luna Abigail, tendrán a sus ayudantes, Prieto representara a los brujos y Barak a los vampiros. — anuncio con voz grave Baltazar, apenas y la audie
Risto estaba en su forma lobuna, el animal se había apoderado de su ser, no era fácil manejar su furia, después de todo era un maldito Alpha y la que se estaba poniendo en riesgo era su compañera.El animal gruñía mientras sus garras dejaban surcos en el suelo boscoso, su mente se llenaba de recuerdos del rostro de su luna, como sus ojos opacos fueron brillando cada día más, así como su vientre fue creciendo, el dolor de su luna fue menguando y el amor por él floreciendo, debía cuidarla, protegerla, pero el lado humano poco hacía, el animal aulló a la luna, pidiendo un poco de ayuda, era fácil para el animal el pensar en imponerse y someter a su compañera, encarcelarla de ser necesario para resguardar su ser, pero también estaba esa maldita conciencia que compartía, ese lado humano que le decía que tuviera un poco de fe en su compañera, que la dejara ser, que debía acompañarla y apoyarla, que ya en un principio la habían lastimado y debían pasar toda la eternidad reparando aquel error
Abigail:Es la primera vez desde que pise este bosque, que me separo de Risto, no solo mi loba esta ansiosa, mis cachorras no están de lo más tranquilas que digamos.— ¿En verdad es seguro esto? — Barak tiene los ojos tan rojos, que resalta en la oscuridad.— Por supuesto que lo es, jamás pondría en peligro a la santa luna, mucho menos a sus cachorras. — Prieto se nota ofendido, y es cuando me toca intervenir, llevar un pueblo adelante no es lo mismo que manejar una manada.— Tengo fe en ti Prieto, al igual que todos, solo comprende que Barak ha esperado demasiado por su compañera. — el mayor asiente y una pequeña sonrisa aparece en su rostro.— Vamos niño, debes reconocer que, de mi raza, soy el mejor, te libere a ti ¿no? — Barak asiente resignado, aunque su nerviosismo no disminuye y lo comprendo, Risto pidi&o
La llegada de Prieto no solo había sido oportuna, para salvar la vida de las cachorras y de la misma Abigail, también le había dado la certeza a la joven loba, que su idea no era descabellada, ni mucho menos ridícula, pues, así como ella le concedería paz y esperanza a aquello que habían perdido a sus parejas, Risto, Dima y Barak, se encargarían de que la justicia llegara, o al menos eso queria la loba.— No tenemos nada que discutir, ellos morirán. — sentencio Risto y Abigail rezo a la diosa por paciencia.— No, no mataremos a nadie, y por supuesto que Víctor y Red no serán la excepción, para eso hicieron una prisión, para que cada uno cumpla con su pena. — la loba necesitaba solucionar aquel detalle antes que la manada de sus padres llegara junto con la manada colmillo de plata, pues eso daría reconocimiento a su pueblo, y poco a poc
Abigail.La molestia y el dolor se mezclan en mi ser, molestia por ser la ultima en enterarme que quien yo queria como mi familia estaba unido a mi hija, y dolor porque el silencio de Baltazar solo significaba que rechazaba tal cosa. No espere a que nadie me explicara nada, porque no queria una explicación de otra persona que no sea Baltazar.Después de mucho tiempo deje salir a mi loba, sorprendiéndome de que pudiera manejar tal cosa, pues la única vez que la deje libre fue cuando mi padre queria matara Baltazar.La tierra enterrándose en mis uñas no producía una sensación rara, las almohadillas de mis patas amortiguaban el ruido que debía provocar cada una de ellas, al correr por el bosque, mi olfato se agudizo a medidas que nunca lo había creído posible, ya que aquella vez que tome mi forma de loba, solo pude oler a Risto, pero ahora mi objetivo era otro y fui por &eacu
Cuatro meses puede parecer mucho o poco, todo depende de que lado lo veas, que es lo que buscas o de que escapas.En cuatro meses Risto, consiguió levantar el que seria su hogar, pues la construcción de una nueva casona era algo fácil de hacer, cuando tenías a lobos, brujos y un vampiro con energía suficiente como para cortar troncos con un solo zarpazo, mientras Dima y Baltazar se encargaron de hacer un nuevo claro entre el frondoso bosque, allí donde se levantaría el ministerio, no seria una manda como bien lo había dicho Abigail, pues no serian solo lobos los que habitarán aquel sector del bosque, y aunque la manda rosas y espinas al igual que la manada colmillo de plata vieron sus tierras disminuir, al ceder mitad de sus bosques a la creación del ministerio, al menos le quedaba la paz de saber que no era bosque perdido, pues allí crecerían sus nietos, la mejor representación de dos manadas que se unen.Cuatro meses le fue más que suficiente a Dima para traer a su familia, una hum
Abigail despertó muy temprano, el hecho de servir de criada para los Lumber había dejado en ella mucho más que daño mental y físico, también había hábitos que sabia la acompañarían de por vida y uno de ellos era el despertar cuando el sol apenas y estaba saliendo.En los días pasados, se dedicaba a deambular en su cuarto, hasta que alguien de su familia tocaba su puerta, pero ahora no estaba sola y no lo volvería a estar nunca, pues Risto estaba a su lado, ese hombre era solo suyo y hasta ahora lo estaba comprendiendo, se sentía bien el despertar entre sus brazos, el calor que emanaba de su cuerpo y chocaba con su espalda, la manera en la que una de sus manos cubría de forma protectora su vientre y a sus hijas en ella le agradaba en demasía, aunque hoy algo era distinto y eso era el sentir de algo duro chocar contra su trasero, mordiendo su labio, y disfrutando de la sensa
Baltazar escapo de la casona del Alpha, bajo la excusa de que necesitaba tiempo para tranquilizarse, pero la verdad era que no sabía como tomar lo que acaba de sentir, una maravillosa energía que solo una vez en la vida había sentido, esa misma que él había destruido, para salvar a Abigail, no se sentía digno de tener una nueva oportunidad, menos de que esta fuera la hija de la que él consideraba su hermana, y mientras Abigail era rodeada por su familia y un vampiro caballeroso, pero sumamente tedioso a la hora de hablar de la salud de la joven loba, Risto decidió ir tras el brujo que le había salvado la vida a su compañera en más de una ocasión y de mil formas diferentes. Risto era consiente gracias a su lazo con Abigail, que tan importante fue la presencia del rubio para la loba, si Baltazar no fuera lo que es, Abigail habría muerto de pena hacía mucho tiempo y él solo sería un maldito Alpha vagando por el mundo.— Pensé que irías a matar a Ron. — el rubio giro para ver con fastidio