En el calabozo el ambiente era de una tención total, en un lado se encontraba Lara y Ciro y del otro un muy golpeado Baltazar, a este último algunos de los guardias le habían dado un trato especial por pedido del Alpha, por lo que se encontraba tirado en el frio y duro suelo de la celda, con el rostro ensangrentado.
— Disfrutare cuando mi padre corte cada parte de tu cuerpo. — el cinismo estaba presente en cada palabra de Ciro.
— Solo espera a que me recupere y seré yo quien te despedace por lo que le has hecho a mi hermana inmundo animal. — Baltazar dejo salir cada palabra con verdadero rencor y odio.
— Él no me ha hecho nada, somos culpables de amarnos, nada más. — intervino Lara tomando la mano de su pareja para que se quedara quieto. Mientras una sonrisa curvó los labios del brujo, que poco a poco se sentó apoyando su espalda contra la pared de
— ¿Qué te sucede?, ¿Por qué tus ojos cambiaron? — cuestiono Umar, aun sujetando a Risto.— Ese sucio brujo toco a mi Aby. — la forma posesiva en la que Risto hablaba no fue lo que provocó el enfado de Umar, su furia corrió al ver sus colmillos aparecer.— Escucha bien pedazo de mierda, ni se te ocurra marcar a mi hermana sin su consentimiento, o yo te arrancare la cabeza, ella es un Alpha, podrá seguir viviendo sin ti. — Aquello logro que el lobo de Risto se tranquilizara, era verdad, los Alphas podían vivir sin su pareja, solo que la mayoría terminaba con su vida al perderla, pero eso era decisión de cada uno.— Lo lamento, no es mi intención… estoy demasiado ansioso, llevo tanto tiempo buscándola y ahora no sé cómo abordarla. — claro que no lo sabía, no tenia ni idea de cómo pedir el perdó
La joven Alpha cayó en un profundo sueño, el cansancio de haber sacado a su loba por primera vez le estaba pasando factura, mientras el brujo camino a la sala, donde sentía que la familia Zorte se encontraba. Debía hablar con ellos y el MATE de su hermana.Baltazar bajo las escaleras, y siguió el sonido de las voces que se escuchaban, las cuales lo dirigieron al salón principal, en ella se encontraba toda la familia Zorte y el tal Risto, el cual lo veía con odio, el mago trato de tranquilizarse, ya que sabía porque lo observaba así, apenas ingreso se vio atacado por las preguntas de la luna Zahara.— ¿Cómo está mi hija? — dijo Zahara desbordando preocupación por cada poro.— Se durmió en mis brazos… — antes que Baltazar dijera algo más Risto lo tomo del cuello y lo lanzo contra la pared, sus ojos esta
Una serie de rugidos se dejaron oír, antes que el lobo negro de Maximiliano Alpha de la manada rosa y espina se mostrara, su hocico lleno de espuma dejaba ver lo furioso que estaba.Abigail estaba en un sueño horrible, corriendo en medio de la noche, con solo la diosa alumbrando su camino, pero aun así, era tenebroso, no era miedo a la oscuridad, era miedo a ser atrapada por Víctor y regresar a esa pesadilla que vivió por una semana y que sin embargó le pareció una eternidad, se despertó asustada, no solo por el sueño, también por los fuertes golpes que se oían, esos mismos que le indicaban que algo malo sucedía, por lo que se apresuró a bajar las escaleras, solo para ver a tres lobos pelear entre ellos, su corazón dolió cuando el lobo de su padre lanzo a uno color cobrizo contra la pared, y no pudo evitar caer de rodillas mientras las lágrimas sal&iac
La explicación que dio Baltazar no convenció a nadie, pero lo averiguarían más adelante, por ahora lo único que les preocupaba era Aby, su nutrición estaría a cargo de Zahara, mientras Baltazar la acompañaría para que poco a poco se integrara a la manada, pero en especial a su familia. Por primera vez en 22 años, todos los hijos del Alpha estaban en la mesa, incluyendo a Risto y Baltazar, el provisorio beta hacía de todo por llamar la atención de su mate, pero esta lo ignoraba, algo que no lo tenía de buen humor. — Abigail, quiero que sepas que nunca fue mi intención lastimarte hermana, solo… la familia Lumber lastimo a mi luna, Lara era tan poderoso como Baltazar, y cuando decidió unir su vida a la mía, Ismael le quito su poder, y por más que Lara no diga nada, siento su pena. — trato de justificarse Ciro, cuando la cena comenzó. — Me gustaría decir que te comprendo Ciro, pero no puedo, tampoco puedo decir que te perdono, aunque sé que tus pal
Abigail:Más de un mes a pasado desde que estoy en este lugar, el cual se supone que es mi hogar, ellos son mi familia, mi manada y juro por la diosa luna que trato de grabar este hecho en mi mente y corazón, pero simplemente no puedo, veo el esfuerzo que hacen mis padres para complacerme en todo, también soy consciente que mis hermanos quieren protegerme, eso me da un poco de alivio, más cuando impiden que Risto se acerque, pero algo en mi interior no termina de convencerme, es como si algo continuara importunándome, es como la sensación de que hay algo hirviendo a fuego lento y que no puedo descuidarme un segundo o todo se saldrá de control y eso es agotador, quizás es el hecho de saber que estoy embarazada, porque al fin puedo decir con seguridad que lo estoy, mi periodo no se ha presentado y con su ausencia mis dudas se disipan, y eso me causa dolor de cabeza, sé que amo a este cachorro, es m&iac
Risto estaba recorriendo el bosque, el ultimo mes eso se había convertido en su rutina, pues prefería pasar las horas del día cuidando los alrededores que viendo la forma con la que su luna lo observaba, aun en su mente estaba fresco el día que la tomo, algo que incluso a él lo sorprendió, pues nunca había forzado a una mujer, sin importar la especie que fuera, pero cuando salió del club en busca de la camioneta que los llevaría nuevamente a la manada, el aroma más dulce y delicioso que pudiera existir quemo su nariz, y no, ese no era el aroma de su compañera, era algo más, calentura, lo llamo él cuando al fin vio a la joven que creía bruja, pensó que lo estaba seduciendo para que la ayudara a escapar, no tenía como saber que esa era su luna, mucho menos que ella no era consiente del aroma que desprendía su cuerpo, pero también debía reconocer que le f
Abigail se agitaba en la cama, su desespero poco tenía que ver con el hecho de estar maniatada y amordazada, claro que no, ya había procesado que al menos en esa ocasión ese maldito Alpha no la dañaría, no cuando estaban bajo la protección del hogar de sus padres; su inquietud tenia que ver con lo que estaba saliendo de la boca de Risto, y no solo eso, también estaban presente los sentimientos, la culpa y sufrimiento anidaban en su pecho y estaba cansada de sentirse así, ya no lo deseaba, tenia demasiado con su propio dolor como para cargar con el de Risto gracias a la unión que su cachorro les provocaba, le gustara o no, ella estaría unida a ese Alpha por siempre.Se retorció una vez más, tratando de llamar la atención de Risto, queria que se detuviera, que dejara de hablar, pues no lo perdonaría, no pensaba perdonar a ninguno de sus verdugos, pero nuevamente él la
Zahara estaba aturdida, pues si podía oler al cachorro que su hija cargaba eso queria decir que tenia poco más de un mes de embarazo, pero mientras Zahara estaba segura de que ese bebé era de Risto, Maximiliano era azotado por la furia que le generaban sus suposiciones.— Ese maldito vampiro… — siseo antes que un gruñido dejara su garganta. — ¡Llama al médico Zahara, que quite esa aberración de mi niña cuanto antes! — Risto se puso de pie, desplazando el dolor que su compañera le había contagiado, ya tendría tiempo para indagar a que se debía tal sufrimiento, aunque lo suponía, por ahora lo más importante era cuidar a su luna y cachorro, pero antes de poder decir nada, Abigail fue la que decidió hablar.— Entonces es así. — dijo con pena y reproche. — Piensas quitarme a mi hijo por no ser de tu agr