Mickaela Frost nunca imaginó que su vida tomaría un giro tan inesperado al mudarse con su madre, empleada de una adinerada familia en cuya mansión también reside. Lo que parecía ser solo una transición hacia una nueva etapa laboral en una galería de arte pronto se convierte en un intrincado juego de emociones, secretos y tentaciones. Kael, el enigmático hijo de los dueños de la mansión y su jefe en la galería, tiene una capacidad innata para desarmarla con su descaro y carisma, aunque sus interacciones estén cargadas de tensión, sarcasmo y momentos de inesperada vulnerabilidad. Sin embargo, lo que comienza como un choque de personalidades revela poco a poco un vínculo que ambos intentan ignorar. Pero no es solo Kael quien complica las cosas. El padrastro de Kael, un hombre poderoso y encantador, pronto pone su atención en Mickaela. Bajo la apariencia de un mentor interesado en ayudarla, esconde un objetivo mucho más personal: seducirla y convencerla de que Kael es un ni*ño inmaduro incapaz de merecerla. Su fascinación por Mickaela amenaza con romper los límites, enfrentándola a una elección peligrosa. Entre el magnetismo de Kael, los intentos de manipulación de su padrastro y la creciente presión de los secretos familiares que empiezan a salir a la luz, Mickaela se ve atrapada en una red de sentimientos y decisiones que podrían cambiar su vida para siempre. En un mundo donde el poder y los privilegios dictan las reglas, ¿puede Mickaela mantener su integridad y seguir los dictados de su corazón, o sucumbirá ante las fuerzas que intentan controlarla?
Leer másCapítulo 88 —Epílogo Narrador:1 —La bendiciónXavier sabía que tenía una conversación pendiente. Una que no podía postergar más. Antes de dar el siguiente paso con Mickaela, debía hablar con su madre. Sabía cuánto la valoraba y respetaba, no solo como parte de su personal, sino como una figura clave en la vida de la mujer que amaba. Así que, sin perder más tiempo, la buscó en la mansión. La encontró en la cocina, ordenando algunos utensilios con su característico esmero. Cuando lo vio entrar, dejó lo que estaba haciendo y le dedicó una ligera inclinación de cabeza.—¿Necesita algo, señor Xavier? —preguntó con su tono respetuoso de siempre.Él se acercó y negó con la cabeza, aunque su expresión seria indicaba que tenía algo importante que decir.—Necesito hablar contigo. Es algo personal.Ella lo miró con curiosidad, pero asintió de inmediato.—Por supuesto. ¿Sobre qué quiere hablar?Xavier se apoyó ligeramente en la mesa, cruzándose de brazos mientras trataba de encontrar las palabr
Capítulo 87 —Mi lugar seguro…Narrador:Xavier la miró fijamente, su pecho subiendo y bajando mientras intentaba procesar el torbellino de emociones que lo invadían. Dio un paso más hacia ella, pero Mickaela mantuvo la mirada fija en el suelo, evitando cruzar sus ojos con los de él.—Mick, mi vida —dijo con voz firme, pero cálida —Por favor, mírame. —Ella negó con la cabeza, sus manos temblorosas agarrándose al borde de su vestido. —Mírame —insistió Xavier, su tono más suave pero lleno de convicción —Por favor, te lo ruego. —Lentamente, Mickaela levantó la vista, encontrando los ojos oscuros de Xavier, que brillaban con una intensidad casi abrumadora. —¿Estás segura de que es embarazo y no un simple retraso?, pues tú te cuidabas —preguntó, con una mezcla de asombro y emoción contenida.Mickaela asintió débilmente, pero al ver la incredulidad en su rostro, decidió ser más explícita.—Sí, pero a veces esas cosas fallan, Xavier. Estoy segura. Me hice tres pruebas, de diferentes laborator
Capítulo 86 —El secretoNarrador:La ceremonia estaba programada para comenzar hacía diez minutos, y cada segundo que pasaba sin que Mickaela apareciera aumentaba la tensión en el aire. Los invitados intercambiaban miradas curiosas, algunos murmurando entre ellos, mientras Xavier permanecía de pie en el altar, intentando mantener la calma. Su mirada se dirigía repetidamente hacia la entrada, esperando verla aparecer en cualquier momento. Victor, que estaba cerca, notó cómo El novio apretaba ligeramente las manos, un claro signo de su creciente nerviosismo. Finalmente, Xavier inclinó la cabeza hacia su amigo.—Victor, ve a ver qué sucede, por favor. Esto no es normal.Victor asintió con un leve gesto y salió del salón con paso rápido. Mientras avanzaba por el pasillo hacia la habitación de Mickaela, se cruzó con Sophie, quien venía caminando con una expresión preocupada.—¿Qué está pasando? —preguntó Victor, deteniéndose frente a ella.Sophie suspiró, cruzándose de brazos.—Mickaela es
Capítulo 85 —El día de la bodaNarrador:La luz de la mañana entraba a raudales por las enormes ventanas del cuarto de Xavier, iluminando los detalles meticulosamente preparados para el gran día. En el centro de la habitación, Xavier estaba frente al espejo, intentando ajustar la moña de su esmoquin, pero sus dedos temblaban ligeramente, traicionando su habitual control.—¿Qué demonios te pasa? —dijo Victor, su amigo de toda la vida, mientras se apoyaba en el marco de la puerta con una copa de champagne en la mano. Su sonrisa burlona era inconfundible —¿Estás nervioso?—No estoy nervioso —replicó Xavier, aunque el tono de su voz decía lo contrario. Sus manos luchaban con el nudo de la moña, y cada intento fallido solo parecía aumentar su frustración.Victor dejó escapar una carcajada mientras dejaba la copa sobre una mesa cercana y se acercaba a Xavier.—Déjame ayudarte, "señor no estoy nervioso". Vas a acabar estrangulándote con esa cosa antes de llegar al altar. —Xavier soltó un sus
Capítulo 84 —Una citaNarrador:Era un día tranquilo en la finca. Mickaela estaba sentada en el porche con una taza de té, observando cómo el sol descendía lentamente, tiñendo el cielo de tonos cálidos. Xavier había estado algo distante desde la tarde, lo cual no era extraño; a menudo se perdía en largas conferencias teléfonicas cuando algo importante rondaba su mente. Poco después, lo vio salir de la casa, vestido de manera más elegante de lo que venía usando en la finca. Su camisa blanca perfectamente planchada y sus pantalones oscuros lo hacían lucir imponente, pero lo que más llamó su atención fue la expresión en su rostro. Parecía resuelto, como si hubiera tomado una decisión.—¿Dónde vas tan arreglado? —preguntó Mickaela con una ligera sonrisa mientras lo miraba desde la hamaca.Él le devolvió una sonrisa tranquila, pero sus ojos brillaban con algo más.—No voy a ningún lado. Pero tú y yo tenemos una cita esta noche.Ella lo miró con sorpresa, levantándose para enfrentarlo.—¿Un
Capítulo 83 —La verdad bajo la tormentaNarrador:La tormenta rugía en el horizonte cuando Xavier estacionó su coche frente al pequeño refugio donde sabía que Kael se escondía. Habían pasado semanas desde el incidente, desde que el disparo lo dejó al borde de la muerte, en donde Mickaela lo salvó con su amor y dedicación. Pero algo en su interior no podía dejar el asunto sin resolver. Kael tenía que saber la verdad. Xavier empujó la desvencijada puerta de la cabaña y lo encontró allí, rodeado de botellas vacías y en penumbra. Kael levantó la vista, sus ojos enrojecidos se clavaron en los de Xavier con un odio que aún ardía.—¿Qué haces aquí? —gruñó Kael, tambaleándose al ponerse de pie —¿No fue suficiente robarme todo?Xavier cerró la puerta detrás de él, con un gesto lento y decidido. Sus pasos resonaron en el suelo de madera mientras se acercaba.—He venido porque no puedo dejar que esta historia termine así. No con tanto odio, Kael.Kael soltó una risa amarga, dando un paso hacia é
Capítulo 82 —No hay un… si no estásNarrador:Mickaela estaba de pie junto a la ventana del hospital, con los brazos cruzados sobre el pecho y la mirada perdida en la ciudad iluminada. Xavier la observaba desde la cama, sus ojos cansados, pero aún cargados de esa intensidad que siempre la hacía sentir vulnerable.—¿Vas a quedarte ahí en silencio toda la noche? —preguntó él con una sonrisa tenue.Ella se giró hacia él, su expresión seria.—¿Por qué no quieres denunciarlo, Xavier? —preguntó con un tono más firme de lo que pretendía —Kael pudo matarte, es más, tuvo la intención de hacerlo.Él dejó escapar un suspiro, inclinando la cabeza hacia atrás en la almohada. Sabía que esa pregunta llegaría, pero no estaba listo para responderla.—No es tan simple, Mickaela. Hay cosas que no entiendes —respondió, evitando su mirada.Ella cruzó la habitación en unos pocos pasos, plantándose junto a la cama.—Entonces haz que lo entienda. Me lo debes —dijo, su voz quebrándose al final —Me merezco una
Capítulo 81 — Recuperación y fortalezaNarrador:El sol de la mañana iluminaba suavemente la habitación del hospital, llenándola de una calidez reconfortante. Xavier, con pasos lentos pero decididos, avanzaba desde la cama hacia el pequeño sillón cercano. Cada movimiento parecía un esfuerzo titánico, pero no estaba dispuesto a rendirse. Mickaela caminaba junto a él, lista para sostenerlo si era necesario.—Vamos, un paso más —lo animó ella con una sonrisa llena de ternura.Xavier logró sentarse en el sillón con un suspiro, limpiándose la frente con el dorso de la mano. Levantó la mirada hacia Mickaela, quien se agachaba para acomodarle una almohada en la espalda. Había algo en su expresión, una mezcla de orgullo y vulnerabilidad que lo desarmaba por completo.—No sé cómo haces para mantener esa sonrisa —murmuró Xavier, su voz cargada de autocrítica —Se supone que yo debía cuidarte, no al revés.Mickaela soltó una risa suave mientras se sentaba en el borde del sillón, tomando la mano d
Capítulo 80 —El despertarNarrador:La luz del sol filtrándose a través de las cortinas del hospital iluminaba suavemente la habitación, bañando todo con un resplandor cálido. Mickaela estaba sentada junto a la cama, su cabeza apoyada en el colchón, mientras su mano permanecía entrelazada con la de Xavier. Las ojeras bajo sus ojos eran el testimonio de las largas horas sin dormir, pero no se había movido de su lado desde que había llegado. Un leve movimiento en la cama hizo que Mickaela levantara la cabeza de inmediato. Sus ojos se encontraron con los de Xavier, que se abrían lentamente, todavía algo nublados pero conscientes. Un suave jadeo escapó de sus labios mientras su corazón daba un vuelco.—Xavier… —su voz era un susurro cargado de emoción. Él intentó hablar, pero su garganta parecía seca. Mickaela tomó rápidamente un vaso de agua de la mesita de noche y lo ayudó a beber con cuidado. Sus manos temblaban ligeramente mientras sostenía el vaso. —Tómalo con calma, no te apresures