Capítulo 82 —No hay un… si no estásNarrador:Mickaela estaba de pie junto a la ventana del hospital, con los brazos cruzados sobre el pecho y la mirada perdida en la ciudad iluminada. Xavier la observaba desde la cama, sus ojos cansados, pero aún cargados de esa intensidad que siempre la hacía sentir vulnerable.—¿Vas a quedarte ahí en silencio toda la noche? —preguntó él con una sonrisa tenue.Ella se giró hacia él, su expresión seria.—¿Por qué no quieres denunciarlo, Xavier? —preguntó con un tono más firme de lo que pretendía —Kael pudo matarte, es más, tuvo la intención de hacerlo.Él dejó escapar un suspiro, inclinando la cabeza hacia atrás en la almohada. Sabía que esa pregunta llegaría, pero no estaba listo para responderla.—No es tan simple, Mickaela. Hay cosas que no entiendes —respondió, evitando su mirada.Ella cruzó la habitación en unos pocos pasos, plantándose junto a la cama.—Entonces haz que lo entienda. Me lo debes —dijo, su voz quebrándose al final —Me merezco una
Capítulo 83 —La verdad bajo la tormentaNarrador:La tormenta rugía en el horizonte cuando Xavier estacionó su coche frente al pequeño refugio donde sabía que Kael se escondía. Habían pasado semanas desde el incidente, desde que el disparo lo dejó al borde de la muerte, en donde Mickaela lo salvó con su amor y dedicación. Pero algo en su interior no podía dejar el asunto sin resolver. Kael tenía que saber la verdad. Xavier empujó la desvencijada puerta de la cabaña y lo encontró allí, rodeado de botellas vacías y en penumbra. Kael levantó la vista, sus ojos enrojecidos se clavaron en los de Xavier con un odio que aún ardía.—¿Qué haces aquí? —gruñó Kael, tambaleándose al ponerse de pie —¿No fue suficiente robarme todo?Xavier cerró la puerta detrás de él, con un gesto lento y decidido. Sus pasos resonaron en el suelo de madera mientras se acercaba.—He venido porque no puedo dejar que esta historia termine así. No con tanto odio, Kael.Kael soltó una risa amarga, dando un paso hacia é
Capítulo 1 —Fiesta en la piscinaNarrador: Mickaela se despertó al oír la música a todo volumen que atravesaba las paredes finas de la casa de huéspedes. Miró la hora en su celular: 2:34 AM. Apretó los dientes, frustrada. Sabía que su madre estaba con los patrones en su estancia de campo y que no debía haber nadie más en la mansión. Sin embargo, la fiesta en la piscina seguía viva. Molesta, se levantó de la cama y se puso una bata ligera sobre el camisón.—Solo voy a decirles que bajen el volumen, nada más —se dijo para si misma mientras bajaba las escaleras hacia la puerta principal.Caminó descalza hacia los jardines, sintiendo la humedad de la hierba en sus pies. A medida que se acercaba a la piscina, la música se hacía más fuerte. Escuchó risas, el sonido de vasos tintineando, y el chapoteo del agua. Cuando cruzó la última hilera de arbustos, la imagen frente a ella la dejó paralizada. Allí estaba él. Kael. Recostado sobre una tumbona, con un vaso de whisky en la mano, sus piern
Capítulo 2 —La lunasNarrador:Kael le extendió una mano y aunque a regañadientes, ella la tomó. Mickaela emergió de la piscina con el cabello empapado y las gotas de agua cayendo en cascada por su piel. Su respiración era agitada, no solo por el frío del agua, sino también por la mezcla de humillación y furia que sentía. Se plantó frente a Kael, quien estaba de pie bajo la luz de la luna, completamente inmóvil, observándola. Por un momento, creyó que la estaba mirando a los ojos, pero pronto notó que su mirada se dirigía más abajo. Siguió la línea de sus ojos y su corazón dio un vuelco: su camisola mojada se había pegado completamente a su cuerpo, dejando poco a la imaginación. La tela traslúcida revelaba cada curva, cada detalle, como si no llevara nada puesto. El rubor subió por su rostro como un incendio, y un calor incómodo se extendió por todo su cuerpo. Cruzó los brazos sobre su pecho con brusquedad y le lanzó una mirada fulminante.—Eres un idiota —soltó con la voz temblorosa,
Capítulo 3 —La Sorpresa en la Galería Narrador: El eco de sus pasos resonaba en el piso de mármol brillante mientras Mickaela cruzaba las puertas de cristal de la galería. Era su primer día de trabajo, y aunque había tratado de mantener la calma, no podía evitar sentir un nudo de ansiedad en el estómago. Su madre había mencionado que sería un buen sitio para empezar, pero nada la había preparado para el lujo y la elegancia del lugar.—Buenos días, tú debes ser Mickaela —dijo una voz femenina, dulce pero con un toque de altivez. Mickaela levantó la vista y se encontró con una mujer alta y espectacularmente arreglada. Llevaba un vestido entallado, maquillaje impecable y unos tacones que resonaban con cada paso que daba. —Soy Naomi, la secretaria del señor Donovan. Encantada de conocerte —dijo con una sonrisa perfecta, aunque ligeramente condescendiente —Sígueme, te llevaré a su oficina. Mickaela asintió y la siguió en silencio, recorriendo los pasillos decorados con obras de arte
Capítulo 4—Advertencia Narrador: Kael cerró la puerta de la oficina tras ellos, y el ambiente se llenó de una ligera tensión, la misma que siempre flotaba entre ambos cuando se trataba de mujeres. Sin perder tiempo, Kael se dejó caer en su silla de cuero con un suspiro, mientras Ryan se tiraba en el sillón más cercano, estirando las piernas por encima del apoyabrazos y reclinándose como si estuviera en su casa. —Uff... —exhaló Ryan con una sonrisa ladina —La verdad que es preciosa. Es una monada de chica. Tiene unos ojos... —Dejó la frase en el aire, como si ya pudiera visualizarlo todo en su mente —Me la imagino de rodillas mirándome con ellos... —y se mordió el labio inferior.Kael se echó a reír, pero había un matiz oscuro en su risa, como si esa imagen fuera demasiado cercana a algo que él mismo había estado pensando. —Sí, yo también... —admitió, con una sonrisa que no alcanzó a sus ojos —No he dejado de imaginármela así en toda la noche —Ryan levantó una ceja, divertido po
Capítulo 5 —La primera provocaciónNarrador:La galería de arte estaba abarrotada esa noche. Mickaela Frost ajustó el borde de su blusa negra y exhaló. Odiaba los eventos sociales como este, pero trabajar aquí significaba cumplir con cada apertura importante. Entre sonrisas educadas y copas de champaña, Mickaela se sentía atrapada, como si llevara una máscara que le quedaba demasiado ajustada. Todo era falso, brillante en la superficie, vacío por dentro. Y, por supuesto, él tenía que estar allí. Alto, con una chaqueta sobre una camisa blanca abierta en el cuello, Kael caminaba con esa facilidad arrogante de alguien que jamás había escuchado la palabra “no” como respuesta. La multitud pareció abrirse para dejarlo pasar, y la forma en que algunas mujeres lo miraban dejaba claro que no sería difícil encontrar compañía para la noche. Mickaela lo vio antes de que él la notara, pero no fue suficiente para escapar. Se giró hacia una de las mesas, buscando esconderse entre los catálogos de la
Capítulo 6 —Juego peligrosoNarrador:Mickaela salió tambaleándose del pasillo, con la respiración entrecortada y el corazón latiendo a toda velocidad. El murmullo de la galería la envolvió como un recordatorio de que estaba de vuelta en la realidad, pero su mente seguía atrapada en ese rincón oscuro. La forma en que Kael la había mirado, como si todo hubiera sido por ella, como si su simple presencia lo hubiera impulsado a llevar las cosas hasta ese extremo… no podía sacárselo de la cabeza. Cruzó la galería con pasos rápidos, intentando que nadie notara su turbación. Necesitaba salir de allí antes de que cometiera la estupidez de buscarlo de nuevo. El aire afuera era fresco y limpio en comparación con el ambiente sofocante de adentro, pero no le ofreció el alivio que esperaba. Su piel seguía ardiendo, y no era por la temperatura. Se apoyó contra una de las columnas del patio trasero, tratando de poner en orden sus pensamientos. No podía creer lo que había hecho. Seguirlos había sido