7

Inspiré hondo antes de agacharme junto a ella. Los latidos de su corazón seguían siendo débiles, pero se habían hecho más rápidos. Su cuerpo hacía cuanto podía por combatir el frío. Tendría que quitarle la ropa mojada o se nos moriría por el camino.

Comencé por las toscas botas de cuero, viejas y rotas. Sus pies estaban morados de frío. Luego aparté las pieles y abrí su tosco vestido de lana. Logré quitárselo antes que se hiciera un ovillo, temblando violentamente, y me impresionó su delgadez.

Decidí dejarle el enagua y la alcé con cuidado para tenderla sobre un manto. No pesaba más que un niño. No me sorprendía que le costara recuperarse de una pulmonía. Tal vez su sangre sucia no tenía relación, y lo que la había complicado era lo mal alimentada que estaba. Sólo por p

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo