El destino está por cruzar las vidas de Zabdiel Alim Mubarack Maramara, un jeque que ha subido recientemente al trono de su pequeño país y la vida de Isabella Stone, una fotógrafa ansiosa de nuevas aventuras. Isabella Stone, no pensó que Norusakistan le tenía preparada más aventuras de las que esperaba. ¿Podrá manejar los retos que le aguardan es este país? , ¿Qué sucederá cuando sienta el calor del oriente EN LOS BRAZOS DEL JEQUE? ACOMPAÑA A ZABDIEL Y A ISABELLA, EN SU AVENTURA DE AMOR, BAJO EL ARDIENTE SOL DEL ORIENTE.
Leer másAnte todo, quiero agradecer a Dios, soy creyente de lo que somos y tenemos lo debemos a él.Agradezco a mi familia que me insta a no detenerme nunca y a seguir dando lo mejor de mí.Agradezco a mi amado Zabdiel, mi querido sobrino, que me inspira cada día con su amor y ternura. Su frase "cuando sea grande quiero ser escritor como tú", me motiva a cada día ser mejor, para así ser un buen ejemplo para él. Eres parte de mi vida mi Zab.Agradezco a mi querida Laila, que me ayudó con detalles importantes de esta historia.Agradezco al grupo de whatsapp; "LECTORAS Y ESCRITORAS", las amo chicas, lo digo en serio, se han convertido en una parte importante de mí, ustedes me motivan con sus palabras hermosas.Agradezco a Isabella, Zabdiel, Hayffa, Zahra, Esquizbel, Haimir, Naiara, Ivette, Suseth, Matt, Aisha y a todos los demás personajes que me h
Los días siguientes a la muerte de Zahra, fueron dolorosos y difíciles, pero era necesario seguir con sus vidas. Es por ello que dos meses después Isabella, había terminado de dar forma y argumentar su proyecto de inclusión a los bárbaros. -¡Querido pueblo de Norusakistan!- exclamó El Jeque- el día de hoy les hemos reunido con la finalidad de anunciarles un nuevo proyecto en el que ha estado trabajando nuestra Reina. Por años hemos mantenido costumbres y reglas que según el contexto histórico que estamos viviendo, necesitan sufrir cambios y transformaciones, no digo que será fácil, ni que lo lograremos de la noche a la mañana, pero es necesario que podamos fortalecernos como nación y eso solo lo lograremos con la unidad. Es por ello que el día de hoy, le permitiré a nuestra Soberana, que sea precisamente ella quién nos explique- le hace una señal, para que ella se acerque hasta donde él está.Isabella se ve radiante, luce un hermoso c
Esquizbel. . . Llego a Palacio lo más rápido posible, no tengo ninguna intención de permitir que Zahra, abra su enorme boca y me delate. Me hacen pasar a uno de los pequeños salones, allí se encuentra la familia real en pleno; Zabdiel, Isabella, Zahir y Hayffa.Todos, menos Isabella, me miran fijamente y con mucha seriedad.-Buenas tardes- saludo sin ninguna reverencia.-No tienen nada de buenas- exclama tajante el idiota de Zabdiel.-Lo mismo creo- sonrío con malicia- sin embargo debo cumplir las normas de educación. Hayffa, que gusto saludarle- ella no dice nada, solo me regala una trémula sonrisa- Excelencia- digo paseando mis ojos por el hermoso Caftán que luce Isabella, es amarillo, imponente, hermoso y le queda muy bien- que hermosa luce. Lamento mucho la locura cometida por mi prima. No es bueno dejarse arrastrar por los impulsos, me alegra saber que nue
Zahra. . .Camino por todo Palacio buscando a la estúpida de Isabella, y no la he encontrado por ningún lado.-Naiara- le pregunto a la que se cree la servidora de la diosa del mundo.-¿Si, señorita Zahra?-¿Dónde está Isabella?- ella hace mal gesto y reprimo las ganas de decirle un par de cositas.-Su Excelencia- hace gran enfasis en sus palabras, cómo queriendo recalcarme que no hablo de cualquier persona -está en sus habitaciones.¡Su Excelencia!, odiaba cada vez que alguien se refería a ella en esos términos; Su Excelencia, Su Majestad, La Reina, La Soberana. . . ¡Maldita mujerzuela, se le ha metido por los ojos a todo el mundo!-¿Y se puede saber qué le ocurre a su Majestad?- pregunta en tono irónico.
Zahra. . . -¡Casados!- explota furiosa, golpeando una copa y arrojándola lejos con un manotazo- ¡llevan dos malditos meses casados!, ¡sesenta y un días, y dieciocho horas!-Definitivamente estás mal Zahra, lo tuyo es una obsesión imposible de sobrellevar.-¿Te parece, Esquizbel?, al menos yo he intentado hacer algo- le mira enfadada.-Claro, una miserable cobra real que no logró nada. Es más Zahra, por tu propio bien te sugiero que no me recuerdes que intentaste matar a Isabella. Te perdoné porque llevas mi sangre, pero ya comienzas a hartarme- ella oprime los labios.-Me importa muy poco lo harto que estés- le dice- soy yo la que soporta a diario sus arrumacos y tonterías frente a todos. Sus besos y que El Príncipe, no tarde en hacer algún comentario sobre lo bien que se ven desde que despiertan juntos. ¡Odio a Zahir!-gime- vive restregándome en la ca
El gran salón estaba decorado exquisitamente, las largas mesas elegantemente ornamentada estaban colocadas en perfecta armonía, alrededor de una larga pasarela.Isabella, sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas al observar a todas aquellas personas reunidas para presenciar su unión matrimonial, además de la prensa que no dejaba de fotografiarla. Todos se ubicaron en sus posiciones. Un atractivo chico con su elegante traje, comenzó a tocar la marcha nupcial.Isabella, recorrió la larga pasarela de brazo de Matt, quien se erguía con orgullo de ser el seleccionado para llevar a la futura Reina a su destino. Un gran trono dorado la esperaba y a su lado otro igual de hermoso, que sería el que usaría Zabdiel.Frente al trono, una sonriente Hayffa, una sensible Ivette, una feliz Suseth y una muy seria Zahra, la esperaban para cumplir con la ceremonia Norusakistaní. La idea de mezclar lo oriental con lo occidental, había s
Los días avanzaron con rapidez, aparentemente todos en Palacio se habían acostumbrado a que Zabdiel e Isabella, durmiesen juntos pues ya nadie los miraba extrañado y hasta la mismísima Hayffa, había cambiado el semblante.Los preparativos de la boda se llevaban a cabo con diligencia, Isabella estaba feliz de poder tener a sus amigos allí, apoyándole como siempre habían estado. El Príncipe no dejaba de halagar a las hermanas Cooper, lo que al principio le causó algo de gracia y luego preocupación a Isabella, ya que su cuñado era un reconocido don juan.Matt, no estaba más feliz que ella, por eso en cuanto tuvo oportunidad le dejó claro al Príncipe, que Suseth era su prometida y no le agradaban para nada sus halagos y la cercanía que tenía con la mujer que sería su esposa, tambi&eac
-Naiara. . . – dice sintiendo como su cuerpo comienza a temblar al ver aquella cobra armada dispuesta a atacar.-No se mueva señorita, manténgase así como está, tendré que ir por Haimir, él sabe cómo deshacerse de ellas, las conoce.-No. . . No me dejes sola- dice completamente aterrada. Con un mordisco estaría muy cerca de la muerte- te lo suplico Naiara, no me dejes sola- contrajo la mandíbula y se mordió el interior de la mejilla para no llorar, siempre había sido una mujer fuerte y la muerte le daba igual, tener que enfrentarse a ella a diario, era parte de la gran aventura que significaba su trabajo. Pero ahora era diferente, tenía a Zabdiel, y no tenía el menor interés en morir.-No sé cómo tratar con esos animales señorita, les tengo muchísimo miedo, pero Haimir, sabrá que hacer
Dos días habían transcurrido desde que el pueblo la aceptara como futura reina, estaba nerviosa porque ya habían comenzado los preparativos de la boda y aquello le ponía los nervios de punta, amaba a Zabdiel, y por estar con él estaba dispuesta a asumir el gran reto que se avecinaba. Ser reina de un país, no debía ser nada fácil, los distintos compromisos que reclamarían su atención, atender las necesidades del pueblo, aportar al crecimiento de la nación, solo esperaba poder llenar las expectativas de todos. Desde que se anunciara el compromiso Zahra, parecía estar siempre de mal humor o taciturna.Isabella, comprendía que seguramente eso se debía a que estaba pasando por una mala etapa, era evidente para todos que ella quería mucho a Zabdiel, y se esforzaba por llenarlo de atenciones, pero el amor del Jeque, era solo para su rosa inglesa.Isabella, estaba nerviosa, mientras caminaba de un lado a otro del gran salón, sus amigos lleg