Esta historia quiero dedicarla con todo mi amor y mi corazón, a mi sobrino; ZABDIEL, quién es uno de los amores de mi vida y una parte esencial de la luz de mis ojos, es quien a diario llena mi vida de tantas y nuevas experiencias.
Como retribución a todo lo que me hace sentir y a todo lo que espero que logre y sea cuando crezca, he decidido inspirarme en él para llevar a cabo éste personaje, y obvio confío en que encuentre un amor tan lindo, tierno y pasional como el de Isabella Stone.
Con todo mi cariño para ti, amore mio. Te amo con locura.
J.C.CASTRO
-¡¿Te has vuelto loca Bella?!- le gritó su amiga preocupada, sus nervios crispados al notar que su amiga estaba decidida a llevar a cabo aquel disparatado viaje. No la dejaría ir a ese lugar de locos y bárbaros.-Por supuesto que está loca - agregó Matt- no puedes estar hablando en serio- no era una pregunta, era una clara acusación de lo que para él era, una total locura.-¡Claro que es cierto!- dijo enfadada- ¡iré a Norusakistan!- la firmeza de su voz dejaba entrever claramente que nada, ni nadie la haría cambiar de opinión.-¿Es que no ves noticias Isabella Stone?, ¿estás demente?- Suseth estaba realmente enfadada, cómo muy pocas veces había llegado a estar- Acaba de morir el Jeque, el país está desconcertado ante el nuevo sucesor, no confían en él, son una partida de Bárbaros.-Para
Norusakistan estaba de duelo, en la cara de los Norusakistanes se podía apreciar la pena y el gran sufrimiento que abatía sus almas por la pérdida del Soberano del país. Las puertas del Palacio Real estaban abiertas y el pueblo tenía acceso a los salones dónde estaba el cuerpo del Jeque, todos asistían por turnos a presentar sus respetos y expresar su pena, algunas mujeres dejaban escapar sus lágrimas de manera silenciosa, luego aquellos que ya habían entrado se congregaban a las puertas del Palacio.Zabdiel Alim Mubarack Maramara, estaba muy cerca del ataúd, su madre no paraba de llorar, mientras que Zahir le ofrecía el refugio de sus brazos, él se encontraba regio y firme mientras que las personas pasaban frente al féretro de su padre.-Alteza- uno de los criados le llamaba, se giró hasta posar sus ojos en él.-&iques
Isabella caminaba bajo el ardiente sol del desierto, estaba un poco frustrada, su vuelo se había retrasado, había sido sumamente difícil conseguir llegar hasta dónde se encontraba, ni siquiera había podido llegar al funeral de Maiklhe Mubarack; el antiguo jeque, lo cual le enfadaba en gran manera ya que tenía planes de fotos sobre aquel sepelio, es que su frustración era tanta al saber que no había llegado para fotografiar a Zabdiel Alim Mubarack Maramara haciendo sus votos sagrados y aceptando su responsabilidades como nuevo Jeque, tal como lo exigía las costumbres del pueblo de Norusakistan.Su viaje comenzaba siendo un completo desastre, desde el primer momento en que piso el país, muchas personas comenzaron a asegurarle que todo era un error, que debería tomar un vuelo de regreso a su propio país y olvidarse de sus deseos de estar en Norusakistan, pero no, era demasiado testaruda como para dejarse intimidar por comentarios absurdos. Haría que s
El jeque la miró directamente a los ojos.-Bienvenida a Norusakistan Señorita Stone, que Alá bendiga su estadía en nuestro país. Es un gusto para nosotros recibirle en el Palacio.-El gusto es mío su Majestad. Agradezco mucho las atenciones de su Alteza, el Príncipe. La verdad es que llevo todo el día interna en el desierto, y me he perdido- confesó sin apartar sus verdes ojos de aquella mirada.-Tomemos asiento- indicó y los tres se sentaron sobre las cómodas sillas- es muy fácil perderse en el desierto, Señorita Stone.-Lo he comprobado Majestad. Lo cierto es que había confiado en mis habilidades, pero como ve, nada ha resultado como esperaba- declaró intentando ocultar su frustración.-¿Cuál es su propósito en Norusakistan?- el Jeque la miró entrecerrando los ojos.-Soy fotógrafa- explicó- desde hace algunos meses he estado preparando mi viaje acá. Su país, aunque pequeño, está dotado de una belleza singular, es por ello que me he p
Después de que el Jeque se retirara, el Príncipe había hecho llamar a una mujer de nombre Naiara, era joven, hermosa, de ojos y cabello oscuro, con una piel hermosamente bronceada.-¿Desea prepararse para la cena señorita?- le preguntó y ella asintió.-Sí. Muchas gracias.-Sígame, la llevaré a sus aposentos- aquella palabra sonaba tan extraña para Isabella. Hablar de una recámara en plural era bastante extraño. Pero al llegar a la habitación lo comprendió, era realmente enorme, tanto que podían haber sido cuatro habitaciones, o quizás cinco, el hecho de que le dijeran "sus aposentos" era perfecto. Sobre la inmensa cama encontró su mochila, la que contenía las pequeñas cosas que trasladaba en ese viaje, la mayoría de ellas, barras de cereal integral, cantimplora
La noche fue increíblemente buena, durmió como un tronco nada más tocar las almohadas. La cama era muy confortable, suave y delicada, con esas sábanas de seda color azul rey, era increíble la sensación que producían, era como dormir en una nube, obviamente aquello era el cielo comparado con dormir en una carpa en mitad del desierto.Se sorprendió al despertar y descubrir que sus sueños estuvieron llenos de unos hermosos ojos oscuros. Suspirósintiéndose frustrada, El Soberano de Norusakistan, era un hombre bastante extraño, durante la cena, descubrió más de una vez, que esos hermosos y profundos ojos, estaban fijos en ella, como escudriñándola, como queriendo descubrir sus más íntimos secretos.Tenía una mirada bastante seria, unos ojos profundos, un rostro inescrutable y una personalidad indescifrable.
Todos se quedaron sorprendidos ante la reacción de Isabella, verla marcharse tan afectada, con los ojos cristalizados por las lágrimas, lloraba por personas a las que ni conocía.-Bueno. . . - El Príncipe, fue el primero en hablar- eso me ha dejado realmente sorprendido.-Es una mujer con un corazón noble y hermoso- intervino Hayffa- es capaz de sentir empatía por los demás, es una virtud poco hallada en las mujeres hoy en día. La mayoría suele preocuparse solo por ellas mismas.-Evidentemente la señorita Isabella, no es así.-No- concordó su madre- sería una gran soberana- sus oscuros ojos permanecieron fijos en los del Jeque.-Sin duda alguno- dijo Zahir- había pensado en acercarme más a ella- inmediatamente el Jeque frunció el ceño- pero evidentemente su Excelencia parece interesado- Zabdiel no dijo nada, solo frunció los labios- y coincido con madre, será una soberana magnifica.
El Jeque, se encontraba sobre su amplia cama, mirando a un punto fijo, recordando la suavidad de aquellos labios que se habían entregado sin reserva, él había estado ansioso por beber de ella, se había recriminado aquel impulso durante los primeros segundos, pero al sentir como ella cedía bajo sus labios, sus recriminaciones y autocontrol se habían ido a la nada.Isabella, era realmente hermosa. Sus grandes ojos color Jade, lo estaban amenazando con robarle la cordura, aquella mirada se debatía entre el deseo y la inocencia, entre la picardía y la pureza. Ese hermoso cabello dorado con reflejos rojizos, caían hermosamente sobre sus hombros, su exquisito cuerpo se veía perfecto sin importar lo que llevase puesto. Bien pudiera ser un corriente pantalón lleno de la arena del desierto de Norusakistan, una hermosa túnica jade o aquellos sensuales pantalones. Todo, absolutamente