Soren
La observo sentarse. Su timidez la hace aún más hermosa. Sus manos se aferran a sus rodillas. Apenas mira a los demás miembros de la manada, como si temiera cruzar su mirada.
— Relájate, susurra Lyam, posando una mano posesiva en su nuca. Nadie aquí se atreverá a hacerte daño.
Sé que ella lucha. Pero está aprendiendo. Se adapta. Y pronto… reinará.
Lyam
Corto un trozo de carne y lo llevo a sus labios. Ella se sonroja, pero obedece, cierra la boca lentamente. Este simple gesto me vuelve loco.
Me inclino. Mi voz se vuelve más baja, solo para ella.
— Sabes que te están mirando. ¿Sientes sus deseos? Eres la suya… pero sobre todo, la nuestra.
Advierto su respiración entrecortada. Su mirada se nublada. Sonrío.
— Come, Ivy. Luego tenemos toda la noche.
Ivy
Me esfuerzo por tragar. La carne es tierna, jugosa, pero tengo la garganta seca. Sus miradas sobre mí me queman la piel. Me siento vulnerable, expuesta.
Algunas mujeres de la manada me lanzan miradas extrañas. Ni hostiles ni benevolentes. Simplemente… curiosas. Y tal vez envidiosas.
— ¿Por qué me miran así? murmuro.
Kael ríe suavemente.
— Porque saben. Lo que eres. Lo que representas. Y porque ya te imaginan… en nuestra cama.
Me vuelvo escarlata.
Kael
Disfruto de su vergüenza. Me gusta verla sonrojarse, sentir su aroma cambiar cuando la idea la atraviesa.
La cena se alarga, entre risas, las historias de los ancianos, los desafíos de los más jóvenes. Pero nosotros, solo pensamos en ella.
— Deberíamos llevarla a ver el río, susurra Soren. Después. Cuando todos estén saciados.
Asiento con la cabeza. Sí. El río sagrado. Allí donde todo comenzó para nosotros. Allí donde entenderá lo que ha llegado a ser.
Ivy
No hablo más. Me dejo llevar por sus atenciones. Sus manos que rozan mi piel sin dejarme respirar.
Entiendo que esta cena no es más que un pretexto. Que es una advertencia.
Esta noche… realmente soy de ellos.
Y pronto… me lo demostrarán.
Ivy
La noche está cargada de expectativa cuando dejamos la mesa. Los murmullos de la manada resuenan aún detrás de nosotros, pero los trillizos me arrastran sin darme tiempo a pensar.
Kael abre la marcha, la mirada dura, posesiva. Lyam me guía con una mano firme, sus dedos entrelazándose con los míos como si temiera que me escapara. Soren cierra la marcha, silencioso, pero sus ojos brillan con una luz salvaje.
Caminamos por el bosque, las antorchas iluminando el camino hasta el río sagrado. La luna está llena, gigantesca, y la noche parece contener la respiración.
— ¿A dónde… a dónde me llevan? murmuro, con la garganta apretada.
Kael
— Donde te convertirás plenamente en nuestra, Ivy. Donde entenderás lo que significa ser la Reina de los Alphas.
Ella tiembla y confieso, saboreo su miedo. No porque dude. Sino porque pronto… este miedo se convertirá en devoción. En deseo crudo.
El río se extiende ante nosotros, negro y profundo, bordeado de hierbas altas.
— Aquí es donde nació nuestra línea, dice Soren con voz grave. Aquí donde nuestros ancestros sellaron su poder.
Ivy
Los miro, confundida, intimidada.
— ¿Qué… qué debo hacer?
Lyam se acerca y me tiende la mano.
— Bañarte. Bajo la luna. Con nosotros. Es el rito, Ivy. El último paso antes de que nadie más pueda cuestionarte.
Mi corazón comienza a latir más rápido. Desnudos… Quieren que…
Los miro. No sonríen. Son serios, casi solemnes. Y yo… no soy capaz de rechazar.
Desabrocho lentamente mi vestido, mis manos tiemblan. Se desliza por mis caderas en un suave susurro. Y estoy allí, desnuda, bajo la luna, vulnerable.
Soren
Gruño bajo al verla así. Mi cuerpo reacciona de inmediato. Ella es hermosa, tan hermosa que me duele.
Me quito la ropa sin apartar la vista de ella. Kael y Lyam hacen lo mismo. Y pronto, estamos allí, desnudos, a su alrededor.
— En el agua, susurra Kael. Ahora.
Ivy
El agua está helada y, sin embargo… mi piel arde. Ellos se unen a mí, me rodean, me rozan. Sus cuerpos cálidos y poderosos me envuelven y no sé dónde colocarme.
— Cierra los ojos, murmura Lyam. Déjate llevar, Ivy. Olvida el mundo. Solo estamos nosotros.
Y lo hago. Abandono mis miedos, mis dudas. Me dejo llevar por ellos.
Kael
La tomo de la cintura y la atraigo hacia mí. Mis labios deslizan por su nuca, mientras Soren le acaricia las caderas. Lyam, por su parte, se desliza detrás y murmura:
— Eres nuestra, Ivy. Para siempre.
Ella gime suavemente. Su cuerpo tiembla entre nuestras manos. Y allí, en esa agua sagrada, la tomamos.
Primero un beso. Profundo. Salvaje. Luego nuestras manos se deslizan por todas partes, exploran, marcan.
Soren
No puedo esperar más. Mi mano la levanta, y me hundo en ella. Lentamente. Ella grita, se aferra a Kael que la sostiene contra él.
Lyam acaricia su garganta, sus pechos, la cubre de besos.
— Suéltate, mi Reina… Respira… Toma lo que te ofrecemos.
Ivy
No tengo más pensamientos. No tengo más voluntad. Solo ellos. Su piel contra la mía. Su aliento. Su fuerza.
Me poseen, me devoran, me elevan. Y me pierdo, por completo.
Kael
Ella llega, varias veces, contra nosotros, alrededor de nosotros. Y nosotros, no retenemos nada.
Cuando todo se calma, ella está allí… acostada sobre nuestros torsos, en el agua, marcada por nosotros.
— Mira la luna, Ivy… murmuro. Ella es testigo. A partir de esta noche, nada ni nadie podrá separarte de nosotros.
Ivy
Miro la luna. Y por primera vez… me siento en mi lugar.
— Para nosotros, Ivy… susurra Lyam. Para siempre.
Y en un susurro, murmuro:
— A ustedes…
Capítulo 1 – El llamado de la lunaHiedraEl bosque respira. Cada rama cruje como si escondiera un secreto. El aire está cargado de humedad, resina y algo más… algo antiguo. Camino sin hacer ruido, mi aliento entrecortado, los pasos livianos como sombras. La noche abrasa, densa, sofocante. Como si el mundo entero contuviera la respiración.No debería haber venido.Lo siento en los huesos.Algo me sigue.Aferro la tela de mi vestido. Mi corazón golpea con violencia. No veo nada, pero lo percibo: una presencia que me acecha. Invisible. Salvaje. Implacable.Un crujido entre las hojas.Me detengo en seco.La oscuridad se espesa a mi alrededor. Mi garganta se cierra. Quiero correr, girar sobre mis talones, escapar. Pero mis piernas se niegan.Y entonces los veo.Tres pares de ojos brillan en la penumbra.Sombras vivas, deslizándose entre los troncos como depredadores en cacería. Lentamente emergen de la nada.No son hombres.Son bestias.La luna revela sus siluetas. Altos. Desnudos. Irreal
Capítulo 2 - La marca del deseoHiedraQuisiera protestar. Gritar. Huir.Pero mi piel arde. Mi aliento se quiebra.Están demasiado cerca.KaelMe deslizo detrás de ella, el pecho apenas rozando su espalda.Puedo sentir cada emoción que la atraviesa.Pelea. Lo noto en la tensión de sus hombros, en cómo aprieta los dedos contra la tela de su vestido.Pero no se aparta.—¿Quieres luchar, Ivy?Mi voz es un susurro que se enreda en su cuello.Su respiración se acelera.—Entonces lucha.¿Cómo se lucha contra uno mismo?LyamEs sublime, atrapada entre nosotros. Su cuerpo tiembla, sacudido por una ola que apenas comienza.Lo veo. Lo siento.Aún no lo entiende. Pero su alma ya nos llama.—Mírame.Tomo su barbilla con cuidado. Ella tiembla.Sus ojos se alzan hacia los míos. Una tormenta eléctrica ruge allí.Está cediendo.HiedraMis piernas flaquean. El pensamiento se deshace.—¿Qué me han hecho...? —susurro.SorenFinalmente, hablo.Mis palabras son escasas, pero cuando llegan, atraviesan.—No
Capítulo 3 – El equipoHiedraCorro.El aire nocturno me azota la cara, pero no puedo escapar de su presencia.Están ahí.En todas partes.En mi aliento entrecortado, en el calor que no abandona mi piel, en la emoción que aún me atraviesa.Me marcaron.Y me aterra.Me hundo en el bosque, la oscuridad devorando mis pasos desbocados. El corazón me late con tanta fuerza que temo que se me salga del pecho.—Corre todo lo que quieras…La voz de Kael resuena. Está cerca. Demasiado cerca.Me doy la vuelta, pero no hay nadie.Solo la oscuridad vibrando. El silencio, opresivo.Una risa se desliza a mi izquierda.—Entraste, ¿verdad?Es Lyam esta vez.Aprieto los dientes.—¡Salgan de mi cabeza!—No estamos ahí —susurra Soren, su voz apenas un aliento tras mi espalda.Me congelo.Están aquí.Su presencia me envuelve como una sombra viva.Cierro los ojos un instante, tratando de recuperar el control. Pero al abrirlos, Lyam está justo frente a mí.Sin ruido. Sin advertencia.Solo él.—Déjate ir.Re
Capítulo 4 – Bajo su agarreHiedraLyam me arregla. Sus ojos dorados arden con una intensidad que me inmoviliza.Avanza. Lento. Con esa seguridad aplastante que me hace querer huir… o lanzarme sobre él.—Mírame —susurra.No quiero.Quiero desaparecer.Pero mis ojos se elevan, lo encuentran.Y ya está.Caigo.En ese abismo incandescente que me abre sin decir una palabra.En ese vínculo invisible que me envuelve, que me asfixia y me abraza al mismo tiempo.Sonríe. Casi satisfecho.—Entonces…Calor tras mi espalda.Kael.Su presencia es un veneno. Una trampa.Ni siquiera necesita tocarme para que mi piel se estremezca con su aliento.—Eres tan reactiva, Ivy…Su voz me roza el cuello como una caricia.Cierro los ojos. Mi respiración se descontrola.—No…—No mientas —interrumpe Soren, su voz profunda corta el aire.Él también se acerca. Más lento. Más contenido.Pero su mirada es una promesa que me desarma.Me estudia. Cada temblor. Cada latido desbocado de mi corazón.—Sientes el vínculo,
---Capítulo 5 – La intoxicación del enlace---HiedraMi aliento es corto.Mi piel arde bajo sus miradas.Están allí, rodeándome, como un círculo de fuego que espera, paciente, que la presa se rinda.Pero no soy una presa.Me niego a serlo.Y aun así... mi cuerpo me traiciona.Lyam.Kael.Soren.Su sola presencia hace vibrar algo en mí. Algo primitivo. Salvaje. Desconocido.Algo que me aterra.—Para… —susurro, con la voz hecha cenizas.Kael se ríe. Esa risa suya, baja, ronca, peligrosa, hace que mi estómago se contraiga.—¿Parar qué, Ivy?Está detrás de mí. Su pecho contra mi espalda.Su mano recorre mi brazo, lenta, hasta enredar sus dedos con los míos.—¿Parar de tocarte?—¿Parar de darte lo que deseas? —murmura en mi oído.Me enojo.Quiero escapar.Pero también... quiero rendirme.Entonces Soren irrumpe con su voz de acero.—Ella todavía pelea.Su mirada me atrapa. Oscura. Incisiva.—¿Para qué?Mi garganta se cierra.¿Para qué...?Porque esto es una locura.Porque es imposible.Po
--Capítulo 6 - El Despertar del Enlace---HiedraNo puedo respirar.Su calor me envuelve.Su presencia me abruma.Y, sin embargo, en vez de huir… mi cuerpo lo busca.Es una locura. Un peligro.Pero también una certeza.Lo siento en mi sangre. En mis huesos.—Detén… —susurro, mi voz temblando mientras me alejo.Lyam me observa con una sonrisa ladeada.—¿Detener qué, Ivy?Kael se inclina hacia mi oído, su voz como un susurro ardiente.—Dinos lo que sientes.Cierro los ojos. Niego con la cabeza.No puedo. No debo.Pero entonces, Soren da un paso.Su mirada me atraviesa.—Esto no es una elección —murmura.Alza la mano. Sus dedos rozan mi mejilla.Una descarga atraviesa mi piel, me sacude entera.Retrocedo, jadeando.—Es una certeza.El suelo desaparece bajo mis pies.Y dentro de mi pecho, algo se rompe.---LyamElla sigue luchando.Pero ya lo sabe.Su cuerpo nos reconoce.Su alma nos llama.Extiendo la mano y rozo su cuello con la yema de los dedos.Se estremece violentamente.—¿Lo sien
---IvyEl silencio entre nosotros está cargado de demasiadas cosas.De deseos inconfesables.De verdades que me niego a escuchar.De algo más fuerte que yo.Sus presencias me envuelven. Lyam, dominante e implacable. Kael, juguetón y esquivo. Soren, frío e implacablemente paciente.Me observan como una presa, pero no es el miedo lo que hace temblar mi aliento.Es esa sensación insidiosa que se enrosca a mi alrededor.— Suéltame, susurro, sin creerlo.Ninguno de ellos se mueve.Kael desliza un dedo a lo largo de mi brazo.— ¿De verdad quieres que paremos?Su voz es una caricia contra mi piel.Mi cuerpo me traiciona. Cierro los ojos, un escalofrío incontrolable recorriéndome.Están demasiado cerca. Demasiado ardientes.Y yo... estoy a punto de hundirme.---LyamElla es magnífica en este intermedio, al borde de la rendición.Siento su respiración entrecortada, su piel temblando bajo nuestra proximidad.Ella lucha.Quiere huir.Pero ya está atrapada.Deslizo una mano en su cabello, oblig
IvyEl silencio se alarga, denso, eléctrico.No puedo moverme.Sus miradas me rodean, sus alientos me rozan, sus presencias me aplastan.Cada fibra de mi ser grita que resista.Pero algo, en el fondo de mí, vacila.Un instinto primitivo. Salvaje.Algo antiguo, enterrado.Y ellos… ellos lo saben.Lyam es el primero en romper el silencio.— ¿Todavía luchas?Su voz grave ruge en el aire como un trueno.Apreté los dientes.Sí. Lucho.Pero mi cuerpo lo traiciona.Mi respiración es demasiado rápida. Mi pulso late con un ritmo frenético.Ellos lo sienten.Y eso es lo peor.Kael esboza una sonrisa. Una sonrisa peligrosa, una sonrisa de depredador que sabe que su presa está atrapada.— Ivy…Se acerca lentamente, felino, amenazante.— Mírame.Cierro los ojos.Pero lo siento todo.Lyam detrás de mí, su pecho ardiente contra mi espalda.Soren a mi derecha, silencioso pero implacable.Kael frente a mí, sus dedos rozando mi brazo, creando escalofríos incontrolables.— Nos sientes, susurra.No es un