Início / Fantasía / Deseo salvaje / Capítulo 12 — La Caída
Capítulo 12 — La Caída

---

Ivy

Caigo.

No sé si es hacia ellos o hacia dentro de mí.

Todo lo que sé es que ya no puedo luchar. No más.

El peso de sus miradas, de sus manos, de sus alientos me clava en el lugar, me consume, me reduce al estado de una criatura febril y hambrienta.

Quería resistir. Mostrarles que podía mantener el control.

Pero ya no hay control.

Solo están ellos.

Lyam se acerca, su mirada oscura anclada en la mía.

— Dilo, Ivy. Dilo que nos quieres.

Mi garganta se cierra. La palabra arde contra mis labios. Pero está ahí. Listo para estallar.

Kael desliza sus dedos por mi nuca, subiendo lentamente hasta mi mandíbula.

— Deja de luchar… Confiesa.

Soren no dice nada. Solo se limita a observarme. Implacable. Silencioso. Pero lo siento. Siento su voluntad pesar sobre la mía, aplastante.

Cierro los ojos.

Y caigo.

— Los quiero…

Un suspiro. Un murmullo.

Pero es suficiente.

---

Lyam

La palabra cae, frágil, incierta.

Y, sin embargo, resuena en mí como una victoria total.

Sonrío. Una sonrisa oscura, carnicera.

— Ahí está…

Deslizo mi mano contra su mejilla, capturando este momento, grabándolo en mi memoria.

— Ya no tienes que huir, Ivy. Se acabó.

Ella tiembla. Es hermosa en esta entrega.

Inclino la cabeza, rozando sus labios sin tomarlos. Solo para sentirla estremecer.

Kael gruñe detrás de ella, impaciente.

— Déjame…

Me aparto. No por bondad. Por estrategia. Quiero verla debilitarse aún más.

---

Kael

No pierdo ni un segundo.

La tomo por la cintura, la atraigo hacia mí con tanta fuerza que pierde el equilibrio.

Ella levanta la vista, perdida, entregada.

— ¿Quieres sentir, Ivy? murmuro. ¿Quieres saber qué se siente… ser nuestra?

No responde. Pero ya no espero respuesta.

Sumergí mi rostro contra su nuca, inspiro su olor, la rozo apenas, y siento su corazón acelerarse contra mi pecho.

— Eres nuestra, Ivy. No hay vuelta atrás.

La siento flaquear en mis brazos, y eso me vuelve loco.

---

Soren

Observo la escena sin moverme.

Lyam que la roza. Kael que ya la posee con la mirada.

Y yo… soy la sombra. El último muro contra el que ella terminará por estrellarse.

Finalmente me acerco.

Ella salta cuando mis dedos rozan su nuca.

— Mira hacia arriba, Ivy.

Ella obedece, sus pupilas dilatadas traicionando la tormenta dentro de ella.

— Eres nuestra. Ahora. Para siempre.

Ella traga, incapaz de apartar la mirada.

— Dilo de nuevo.

Su voz es un susurro. Una entrega.

— Soy vuestra…

Cierro los ojos, satisfecho.

Se acabó.

La caída es total.

Pienso en lo que me trajo aquí. 

Hay días en los que me pregunto si realmente estoy vivo.

Si este corazón que late en mi pecho no es solo una mecánica desgastada, programada para aguantar, un poco más, hasta que el cuerpo ceda y nada importe.

Me levanto cada mañana a la misma hora, con los párpados pesados, el cuerpo vacío de toda energía. El espejo me devuelve el reflejo de una extraña. Una chica sin brillo, sin luz. La mirada vacía de espera, de esperanza, de sueños.

Bebo mi café, tibio, amargo, sin siquiera sentir su sabor. Miro la ciudad agitarse detrás de la ventana de la sala.

Gente apresurada, bocinas, la grisura que lo engulle todo.

Nada cambia.

Nada vibra.

Y en el fondo de mí, este vacío.

Inmenso.

Devorador.

No sé de dónde viene. Ni por qué me rasga el vientre desde hace años. Una sensación de inconcluso. Como si algo me esperara en alguna parte. Como si hubiera perdido una parte de mí sin haberlo sabido.

Vivo.

Respiro.

Sobrevivo.

Pero cada día, la misma pregunta regresa: ¿es suficiente? ¿Es esto la existencia? Esta sucesión de gestos repetidos hasta el agotamiento?

Y la noche…

La noche, es peor.

Me duermo con un nudo en el estómago, el corazón demasiado pesado. Y en mis sueños, todo se vuelve diferente.

Ya no soy esta chica apagada, invisible.

Siento.

Ardo.

Imágenes borrosas invaden mis noches. Sombras sin rostros que me abrazan, susurros ásperos deslizándose contra mi piel desnuda.

Garras que acarician, manos que se aventuran en territorios inexplorados, alientos que consumen cada parte de mí.

Y esta necesidad.

Esta hambre.

Esta fiebre insoportable que me hace arquearme en mis sábanas, jadeante, al borde del éxtasis y la vergüenza.

Siempre me despierto al borde de la explosión. El cuerpo temblando, el corazón descontrolado. Las sábanas arrugadas, pegadas a mi piel húmeda.

Y entre mis muslos…

Este vacío aún más grande.

Esta quemadura que no se apaga.

Me odio por eso.

Por esta falta que no controlo, que no comprendo.

Vivo una existencia banal, y sin embargo…

Hay algo roto en mí. Algo salvaje que espera, ahí, bajo la superficie.

Listo para surgir.

Listo para llevarse todo.

Lo siento.

Lo sé.

En algún lugar de esta ciudad o más allá… algo me espera.

Aún lo ignoro, pero mi vida no me pertenece desde hace tiempo.

Y este vacío, este abismo en mí…

Solo espera una cosa:

Que me abandone.

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App