Sinopsis: En un mundo donde lo sobrenatural y lo humano chocan, Luna es una joven fuerte y decidida, que lucha por mantener a su familia unida mientras cuida de sus pequeños hermanos. Su vida da un giro inesperado cuando conoce a Demon, un apuesto y enigmático hombre lobo. Desde el primer momento, siente una conexión irresistible, pero Demon sabe algo que ella ignora: es su mate, su alma gemela. Desesperado por tenerla cerca y protegerla de las amenazas que acechan a su manada, Demon le ofrece un contrato mágico que cambiará su vida para siempre. A través de este pacto, no solo la marcará como su compañera, sino que la obligará a vivir con él, asegurando que su vínculo crezca y se fortalezca. A cambio, promete financiar la universidad de sus hermanos, una oferta que Luna no puede rechazar, a pesar de su desconfianza hacia él y su mundo. Mientras Luna se adentra en este nuevo y peligroso universo, descubre que en su interior despiertan poderes que jamás imaginó poseer. A medida que luchan juntos contra fuerzas oscuras que amenazan con separarlos, su relación se convierte en una apasionante historia de amor y sacrificio. ¿Podrán superar sus miedos y el control que Demon intenta ejercer sobre ella, o su amor estará destinado a ser una prisión? Sumérgete en esta cautivadora historia de comedia, amor y destino, Hombre-Lobo Contrato por obligación. Almas gemelas. Mate. Luna. Alfa
Leer másEl día de la transformación había llegado. Estábamos en el bosque, rodeados de la magia y la energía de la luna llena. Ares, Liv y yo nos habíamos reunido en un claro, donde la luz plateada de la luna iluminaba todo a nuestro alrededor. Llevaba mi collar, que había sido un símbolo de mi conexión con mi loba interior, y sabía que este momento era crucial.Max, un amigo sanador, estaba allí para ayudarme en caso de que algo fallara y para sellar mi transformación. Su presencia me dio un poco de tranquilidad en medio de la tormenta que se avecinaba.La luna se llenó por completo y, de repente, sentí cómo mi cuerpo comenzaba a cambiar. Mis orejas y cola comenzaron a asomarse, y mis ojos cambiaron de color, brillando con una intensidad que no había experimentado antes. Mis uñas se alargaron, y la energía recorría mi cuerpo como un torrente.—Recuerda, Luna, no te salgas del círculo —dijo Ares, su voz resonando con firmeza. Asentí, pero la transformación me llenaba de una energía desbordan
Después de unas horas corriendo por el bosque, sentí cómo mi cuerpo se rendía. Usé casi todo mi poder para proteger a Demon, y en un instante, el mundo se desvaneció a mi alrededor. Cuando desperté, el dolor se extendía por cada rincón de mi ser, como si hubiera sido golpeada por una tormenta. Pero había algo más: una sensación extraña que me envolvía, como si una parte de mí hubiera cambiado. Estaba en mi cama, con las sábanas frías contra mi piel ardiente. Aún no había notado que me había despertado. La habitación estaba en silencio, salvo por las voces que provenían de la sala. Me esforcé por escuchar, y lo que oí me hizo contener la respiración. —Luna está muy delicada al haber creado conexión contigo y con James, el vampiro —dijo el médico, un hechicero sanador experto. Sus palabras estaban llenas de preocupación. Demon respondió, su voz tensa: —¿Y eso qué significa? El médico continuó, y mi corazón se hundió en mi pecho. —Hay dos opciones: o que Luna recupere su poder comple
La habitación estaba sumida en una penumbra inquietante, con solo un rayo de luz filtrándose a través de las cortinas pesadas. El aire estaba impregnado de una tensión palpable, una mezcla de miedo y determinación. Había estado atrapada en este lugar por horas, y la amenaza de James, se cernía sobre mí como una sombra oscura.Escuché el sonido de pasos suaves, y mi corazón se detuvo un momento. James apareció en el umbral, con esa sonrisa seductora y peligrosa que siempre me hacía sentir un escalofrío en la espalda.—Luna —dijo, acercándose con un aire de confianza que me irritó—. He estado pensando en ti.Su intención era clara. Intentó acercarse, a punto de besarme, pero algo en mi interior se rebeló. Recordé la herida de mordedura en mi espalda, un recordatorio constante de su influencia. Con un movimiento rápido, toqué la cicatriz, sintiendo el calor que emanaba de ella. Su poder no era absoluto. Tenía una salida. —No —respondí, apartando mi rostro y negándome a ceder a su hipnos
La luna brillaba con fuerza aquella noche, y me sentía atrapada en un torbellino de emociones que me erizaban la piel. Demon había hecho todo lo posible por protegerme, pero el collar, el único objeto que podía mantener a raya a James, había caído en manos del vampiro. Las heridas de su manada aún estaban frescas en mi mente, y la rabia de Demon resonaba en cada rincón de la casa. —¿Por qué no lo trajeron? —su voz era un trueno, y su mirada ardía con el fuego de mil tormentas.—No pudimos, Demon... —respondió uno de los miembros de la manada, con la cabeza gacha—. James era más fuerte de lo que pensamos.Mi corazón palpitaba con la intensidad de un tambor. Sabía que James no se detendría hasta conseguir lo que quería, y cada palabra de Demon me hacía sentir más impotente. —No se preocupen, lo haré yo —declaró, sus ojos centelleando con una mezcla de determinación y furia—. Iré a buscarlo cueste lo que cueste.—Demon, no —mi voz tembló al interrumpirlo—. No puedes enfrentarte a él so
Después de que Demon vió la marca de mordida en mi espalda fuimos a la Biblioteca de la casa en búsqueda de respuestas. —¿Cómo lo hacemos? —pregunté, sintiendo la urgencia apoderarse de mi voz mientras la puerta seguía sacudiéndose bajo la presión de James.Demon se agachó y comenzó a pasar las páginas del libro, buscando alguna instrucción que pudiera ayudarnos. Mis ojos se fijaron en su rostro, en la forma en que la luz del candil iluminaba sus rasgos intensos, y sentí una oleada de gratitud por tenerlo a mi lado en este momento crítico.—Aquí —dijo de repente, su dedo apuntando a una sección marcada con una cinta roja—. Este ritual puede ayudarnos a romper el vínculo que James ha establecido contigo. Necesitaremos un par de ingredientes, pero lo más importante es que ambos estemos juntos durante el proceso.—¿Qué ingredientes? —pregunté, sintiendo que el tiempo se deslizaba entre mis dedos.—Sal negra, una pluma de un ave nocturna y un objeto que simbolice nuestro vínculo. Algo q
El agua del spa reflejaba las luces del atardecer, creando un espectáculo de destellos dorados que danzaban en la superficie. Las sombras se alargaban a mi alrededor mientras James se acercaba, su figura esbelta y elegante contrastando con la serenidad del lugar. Mi corazón latía con fuerza, como si estuviera atrapado en un torbellino de emociones. —Luna —dijo, su voz suave como un susurro—, siempre has tenido el poder de elegir. Pero parece que te dejas llevar por el miedo. Su mirada penetrante me atrapó, y por un instante, el mundo a nuestro alrededor se desvaneció. Todo lo que podía ver era él, su presencia oscura y seductora, y la forma en que la luz del sol se reflejaba en su piel pálida. A pesar de la advertencia de Ares y Miu, de la profunda lealtad hacia Demon, había algo en James que me atraía, una curiosidad irresistible que desafiaba mi sentido del deber. —No quiero ser parte de tus juegos, James —respondí, luchando por mantener la voz firme. La confusión en mi pecho
Ya habían pasado varios días desde que James escapó. La noche se había instalado en mi habitación como un manto oscuro, y yo, después de ponerme mi pijama de gatos —porque, ¿quién puede resistirse a eso?— me hice el skincare con una determinación digna de una heroína de telenovela. "¡Hoy me voy a dormir radiante!", pensé, mientras aplicaba la mascarilla de aguacate que, según la etiqueta, prometía dejar la piel como la de un bebé. Cuando finalmente me metí en la cama, me sentí tranquila, aunque un ligero cosquilleo recorría mi espalda. Me dejé llevar por el sueño, sin saber que esa noche iba a ser diferente. —Luna... —escuché una voz suave que me llamaba en la penumbra, como un susurro de viento que acaricia las hojas. Era James. En el sueño, apareció frente a mí, con esa mirada intensa que solía dejarme sin aliento. Estaba tan cerca que podía sentir su aliento, un cálido roce que me envolvía en un halo de atracción. —James... —susurré, sintiendo que mi corazón latía como un tamb
La brisa nocturna acariciaba mi rostro, trayendo consigo el aroma a tierra húmeda y a hojas recién caídas. Miré hacia el cielo estrellado, buscando en las constelaciones algún indicio de lo que estaba por venir. Desde que descubrí mi habilidad de protección, me sentía como un ave enjaulada, intentando volar con alas cortas. —Luna, ¿te encuentras bien? —preguntó Demon, su voz grave resonando en la penumbra como un eco de antiguas promesas. —Como si el viento mismo me empujara hacia el abismo —respondí, sintiendo el nudo en mi estómago. Era una lucha constante: el deseo de estar junto a él y el miedo a perderme en la oscuridad que James representaba. Demon se acercó, su mirada profunda y serena, como un mar en calma. —Recuerda lo que hemos entrenado. Nuestro vínculo es más fuerte de lo que imaginas. Si James intenta manipularte, debes luchar contra su influencia. —Lo sé —susurré, mis palabras apenas un murmullo. Aquel nombre resonaba en mi mente como un eco perturbador. James había
La oscuridad aún me envolvía cuando sentí el suave tacto de las sábanas contra mi piel. James me había llevado a casa con su velocidad sobrenatural, y ahora estaba aquí, en mi cama, rodeada de un silencio incómodo. A mi alrededor, la habitación parecía normal, pero algo profundo dentro de mí se sentía... extraño. Cuando desperté, una sensación de confusión me invadió. No recordaba casi nada; era como si una niebla hubiera cubierto mis recuerdos más cercanos. Mis orejitas, que solían ser un símbolo de mi conexión con la manada, se sentían diferentes, como si ya no pertenecieran a mí. La llegada de la manada fue casi un alivio, pero su preocupación se transformó rápidamente en temor. —Luna, ¿estás bien? —preguntó Ares, su voz llena de ansiedad. —No lo sé —respondí, mis palabras flotando en el aire como hojas secas. La manada se miró entre sí, y su preocupación creció. Fue entonces cuando la señora que me entrenaba llegó. Su mirada serena se posó en mí, como si pudiera ver más