El agua del spa reflejaba las luces del atardecer, creando un espectáculo de destellos dorados que danzaban en la superficie. Las sombras se alargaban a mi alrededor mientras James se acercaba, su figura esbelta y elegante contrastando con la serenidad del lugar. Mi corazón latía con fuerza, como si estuviera atrapado en un torbellino de emociones. —Luna —dijo, su voz suave como un susurro—, siempre has tenido el poder de elegir. Pero parece que te dejas llevar por el miedo. Su mirada penetrante me atrapó, y por un instante, el mundo a nuestro alrededor se desvaneció. Todo lo que podía ver era él, su presencia oscura y seductora, y la forma en que la luz del sol se reflejaba en su piel pálida. A pesar de la advertencia de Ares y Miu, de la profunda lealtad hacia Demon, había algo en James que me atraía, una curiosidad irresistible que desafiaba mi sentido del deber. —No quiero ser parte de tus juegos, James —respondí, luchando por mantener la voz firme. La confusión en mi pecho
Después de que Demon vió la marca de mordida en mi espalda fuimos a la Biblioteca de la casa en búsqueda de respuestas. —¿Cómo lo hacemos? —pregunté, sintiendo la urgencia apoderarse de mi voz mientras la puerta seguía sacudiéndose bajo la presión de James.Demon se agachó y comenzó a pasar las páginas del libro, buscando alguna instrucción que pudiera ayudarnos. Mis ojos se fijaron en su rostro, en la forma en que la luz del candil iluminaba sus rasgos intensos, y sentí una oleada de gratitud por tenerlo a mi lado en este momento crítico.—Aquí —dijo de repente, su dedo apuntando a una sección marcada con una cinta roja—. Este ritual puede ayudarnos a romper el vínculo que James ha establecido contigo. Necesitaremos un par de ingredientes, pero lo más importante es que ambos estemos juntos durante el proceso.—¿Qué ingredientes? —pregunté, sintiendo que el tiempo se deslizaba entre mis dedos.—Sal negra, una pluma de un ave nocturna y un objeto que simbolice nuestro vínculo. Algo q
La luna brillaba con fuerza aquella noche, y me sentía atrapada en un torbellino de emociones que me erizaban la piel. Demon había hecho todo lo posible por protegerme, pero el collar, el único objeto que podía mantener a raya a James, había caído en manos del vampiro. Las heridas de su manada aún estaban frescas en mi mente, y la rabia de Demon resonaba en cada rincón de la casa. —¿Por qué no lo trajeron? —su voz era un trueno, y su mirada ardía con el fuego de mil tormentas.—No pudimos, Demon... —respondió uno de los miembros de la manada, con la cabeza gacha—. James era más fuerte de lo que pensamos.Mi corazón palpitaba con la intensidad de un tambor. Sabía que James no se detendría hasta conseguir lo que quería, y cada palabra de Demon me hacía sentir más impotente. —No se preocupen, lo haré yo —declaró, sus ojos centelleando con una mezcla de determinación y furia—. Iré a buscarlo cueste lo que cueste.—Demon, no —mi voz tembló al interrumpirlo—. No puedes enfrentarte a él so
Narra Luna Salvatore: Corría por las calles, el frío de la noche calando en mis huesos, pero no me importaba. Tenía que llegar a casa antes de que oscureciera del todo y mis hermanos comenzaran a preocuparse. Con cada paso, el eco de mis pensamientos se mezclaba con el sonido de mis zapatillas golpeando el pavimento. —¡Vamos, Luna, no llegues tarde otra vez! —me repetía a mí misma, cuando de repente, !bam! Me estampé contra algo sólido. Me tambaleé hacia atrás, aturdida, y al mirar hacia arriba, me encontré con la mirada más intensa que jamás había visto. Era él: Demon. Su cabello oscuro caía desordenadamente, y esos ojos… parecían brillar con una luz sobrenatural. —¿Estás bien? —preguntó, su voz profunda y envolvente como un abrazo cálido. —Sí, claro, solo un pequeño accidente de tráfico, —respondí, intentando recomponerme. Pero antes de que pudiera dar un paso atrás, él inhaló con fuerza, como si estuviera bebiendo el aire que respiraba. —Eres… mi mate. —¿Mate? —repliqué, con
Narra Luna Salvatore.Ya adentro de casa, mis hermanos habían terminado de comer y los llevé a sus habitaciones. Con cuidado, les cubrí con las mantas y les di un beso en la frente. Ver sus rostros tranquilos me dio un poco de paz, pero mi mente no podía dejar de pensar en la oferta de Demon. Repetí en mi cabeza el momento en que me propuso irme a vivir con él a cambio de cuidar de mí y de mi familia. “No te faltará nada”, había dicho. Pero, ¿realmente podía arriesgarme a dejar todo lo que conocía? La idea me daba vueltas y más vueltas, como un torbellino de emociones.Finalmente, me dejé llevar por el cansancio y caí en un sueño que apenas duró tres horas. Cuando desperté, un ruido insistente me sacó del letargo. Alguien estaba golpeando la puerta.—¡¿Quién es?! —grité, intentando despejarme.El golpe continuó, más insistente. Me levanté de la cama, aún con el pelo desordenado y la casa en silencio. Me acerqué a la puerta, y al abrirla, me quedé boquiabierta.Frente a mí estaba un t
Narra Luna SalvatoreEstaba sentada en mi habitación, aún intentando procesar lo que acababa de suceder. Demon me miraba con esa intensidad que siempre me dejaba un poco aturdida, y aunque había una parte de mí que se sentía atraída por él, la otra parte no podía dejar de cuestionar todo lo que implicaba su propuesta.—Luna, si aceptas, puedo mudarte a ti y a tu familia a Seúl. —Dijo, su voz llena de convicción.Me quedé helada, los ojos bien abiertos.—¿Mudarte a toda mi familia a Seúl? —repetí, intentando asimilar la idea. —¿De verdad crees que eso es viable?—Sí, —asintió, como si hablara de algo tan sencillo como ir a comprar pan. —Pero primero necesitaré marcarte como debe ser.Mis ojos se abrieron aún más y un escalofrío recorrió mi espalda. —¿Marcarme? —pregunté, sintiéndome un poco incómoda al estar sola con él en mi habitación. —Ni se te ocurra tocarme.Sus orejas peludas se alzaron y se movieron de una manera que me hizo querer reír, a pesar de la seriedad de la situación.
Narra Luna: Dos días después, me encontraba sentada en un avión privado, sintiendo que la realidad se deslizaba lentamente hacia lo desconocido. A mi familia la habían enviado en otro avión, y aunque sabía que estaban a salvo, la inquietud seguía presente en mi pecho. Demon se sentó a mi lado, con esa calma que siempre me tranquilizaba, pero que al mismo tiempo me llenaba de nervios. El interior del avión era lujoso, con asientos de cuero suave y ventanas grandes que permitían ver el cielo despejado. A través de la ventana, las nubes parecían algodones blancos, y el sol brillaba con fuerza. —¿Te gusta? —preguntó Demon, observando cómo miraba por la ventana. —Es increíble, —admití, sintiéndome un poco tonta por lo emocionada que estaba. —Nunca había estado en un avión privado. —Y eso es solo el comienzo. —Sonrió, y su expresión se volvió traviesa. —Te prometo que habrá mucho más por descubrir. —Como qué, ¿vuelo en primera clase a la luna? —bromee, tratando de aligerar la tensión
Narra Luna: La noche transcurrió en una mezcla de emociones y pensamientos confusos. A pesar de la intimidad que había compartido con Demon, decidí que era mejor mantener distancia. La sensación de la mordida aún ardía en mi piel, y sabía que la conexión que habíamos forjado era intensa y poderosa. Temía perder el control y dejarme llevar por el deseo que brotaba en mí. La idea de lanzarme a sus brazos y besarlo era tentadora, pero también aterradora. **Al amanecer**, me desperté empapada en sudor, el corazón latiendo desbocado. Me senté en la cama, tratando de recobrar la calma, y fui directo al espejo. Cuando me vi, un grito se escapó de mis labios: ¡tenía colmillos! —¿Qué demonios...? —murmuré, tocando mis dientes con incredulidad. Justo en ese momento, Demon entró en la habitación, y al verme, su expresión se tornó preocupada. —Luna, ¿estás bien? —preguntó, acercándose rápidamente. —No estoy bien, ¡mira esto! —grité, señalando mis colmillos en el espejo. —¡Esto no pued