La luna brillaba con fuerza aquella noche, y me sentía atrapada en un torbellino de emociones que me erizaban la piel. Demon había hecho todo lo posible por protegerme, pero el collar, el único objeto que podía mantener a raya a James, había caído en manos del vampiro. Las heridas de su manada aún estaban frescas en mi mente, y la rabia de Demon resonaba en cada rincón de la casa. —¿Por qué no lo trajeron? —su voz era un trueno, y su mirada ardía con el fuego de mil tormentas.—No pudimos, Demon... —respondió uno de los miembros de la manada, con la cabeza gacha—. James era más fuerte de lo que pensamos.Mi corazón palpitaba con la intensidad de un tambor. Sabía que James no se detendría hasta conseguir lo que quería, y cada palabra de Demon me hacía sentir más impotente. —No se preocupen, lo haré yo —declaró, sus ojos centelleando con una mezcla de determinación y furia—. Iré a buscarlo cueste lo que cueste.—Demon, no —mi voz tembló al interrumpirlo—. No puedes enfrentarte a él so
La habitación estaba sumida en una penumbra inquietante, con solo un rayo de luz filtrándose a través de las cortinas pesadas. El aire estaba impregnado de una tensión palpable, una mezcla de miedo y determinación. Había estado atrapada en este lugar por horas, y la amenaza de James, se cernía sobre mí como una sombra oscura.Escuché el sonido de pasos suaves, y mi corazón se detuvo un momento. James apareció en el umbral, con esa sonrisa seductora y peligrosa que siempre me hacía sentir un escalofrío en la espalda.—Luna —dijo, acercándose con un aire de confianza que me irritó—. He estado pensando en ti.Su intención era clara. Intentó acercarse, a punto de besarme, pero algo en mi interior se rebeló. Recordé la herida de mordedura en mi espalda, un recordatorio constante de su influencia. Con un movimiento rápido, toqué la cicatriz, sintiendo el calor que emanaba de ella. Su poder no era absoluto. Tenía una salida. —No —respondí, apartando mi rostro y negándome a ceder a su hipnos
Después de unas horas corriendo por el bosque, sentí cómo mi cuerpo se rendía. Usé casi todo mi poder para proteger a Demon, y en un instante, el mundo se desvaneció a mi alrededor. Cuando desperté, el dolor se extendía por cada rincón de mi ser, como si hubiera sido golpeada por una tormenta. Pero había algo más: una sensación extraña que me envolvía, como si una parte de mí hubiera cambiado. Estaba en mi cama, con las sábanas frías contra mi piel ardiente. Aún no había notado que me había despertado. La habitación estaba en silencio, salvo por las voces que provenían de la sala. Me esforcé por escuchar, y lo que oí me hizo contener la respiración. —Luna está muy delicada al haber creado conexión contigo y con James, el vampiro —dijo el médico, un hechicero sanador experto. Sus palabras estaban llenas de preocupación. Demon respondió, su voz tensa: —¿Y eso qué significa? El médico continuó, y mi corazón se hundió en mi pecho. —Hay dos opciones: o que Luna recupere su poder comple
El día de la transformación había llegado. Estábamos en el bosque, rodeados de la magia y la energía de la luna llena. Ares, Liv y yo nos habíamos reunido en un claro, donde la luz plateada de la luna iluminaba todo a nuestro alrededor. Llevaba mi collar, que había sido un símbolo de mi conexión con mi loba interior, y sabía que este momento era crucial.Max, un amigo sanador, estaba allí para ayudarme en caso de que algo fallara y para sellar mi transformación. Su presencia me dio un poco de tranquilidad en medio de la tormenta que se avecinaba.La luna se llenó por completo y, de repente, sentí cómo mi cuerpo comenzaba a cambiar. Mis orejas y cola comenzaron a asomarse, y mis ojos cambiaron de color, brillando con una intensidad que no había experimentado antes. Mis uñas se alargaron, y la energía recorría mi cuerpo como un torrente.—Recuerda, Luna, no te salgas del círculo —dijo Ares, su voz resonando con firmeza. Asentí, pero la transformación me llenaba de una energía desbordan
Narra Luna Salvatore: Corría por las calles, el frío de la noche calando en mis huesos, pero no me importaba. Tenía que llegar a casa antes de que oscureciera del todo y mis hermanos comenzaran a preocuparse. Con cada paso, el eco de mis pensamientos se mezclaba con el sonido de mis zapatillas golpeando el pavimento. —¡Vamos, Luna, no llegues tarde otra vez! —me repetía a mí misma, cuando de repente, !bam! Me estampé contra algo sólido. Me tambaleé hacia atrás, aturdida, y al mirar hacia arriba, me encontré con la mirada más intensa que jamás había visto. Era él: Demon. Su cabello oscuro caía desordenadamente, y esos ojos… parecían brillar con una luz sobrenatural. —¿Estás bien? —preguntó, su voz profunda y envolvente como un abrazo cálido. —Sí, claro, solo un pequeño accidente de tráfico, —respondí, intentando recomponerme. Pero antes de que pudiera dar un paso atrás, él inhaló con fuerza, como si estuviera bebiendo el aire que respiraba. —Eres… mi mate. —¿Mate? —repliqué, con
Narra Luna Salvatore.Ya adentro de casa, mis hermanos habían terminado de comer y los llevé a sus habitaciones. Con cuidado, les cubrí con las mantas y les di un beso en la frente. Ver sus rostros tranquilos me dio un poco de paz, pero mi mente no podía dejar de pensar en la oferta de Demon. Repetí en mi cabeza el momento en que me propuso irme a vivir con él a cambio de cuidar de mí y de mi familia. “No te faltará nada”, había dicho. Pero, ¿realmente podía arriesgarme a dejar todo lo que conocía? La idea me daba vueltas y más vueltas, como un torbellino de emociones.Finalmente, me dejé llevar por el cansancio y caí en un sueño que apenas duró tres horas. Cuando desperté, un ruido insistente me sacó del letargo. Alguien estaba golpeando la puerta.—¡¿Quién es?! —grité, intentando despejarme.El golpe continuó, más insistente. Me levanté de la cama, aún con el pelo desordenado y la casa en silencio. Me acerqué a la puerta, y al abrirla, me quedé boquiabierta.Frente a mí estaba un t
Narra Luna SalvatoreEstaba sentada en mi habitación, aún intentando procesar lo que acababa de suceder. Demon me miraba con esa intensidad que siempre me dejaba un poco aturdida, y aunque había una parte de mí que se sentía atraída por él, la otra parte no podía dejar de cuestionar todo lo que implicaba su propuesta.—Luna, si aceptas, puedo mudarte a ti y a tu familia a Seúl. —Dijo, su voz llena de convicción.Me quedé helada, los ojos bien abiertos.—¿Mudarte a toda mi familia a Seúl? —repetí, intentando asimilar la idea. —¿De verdad crees que eso es viable?—Sí, —asintió, como si hablara de algo tan sencillo como ir a comprar pan. —Pero primero necesitaré marcarte como debe ser.Mis ojos se abrieron aún más y un escalofrío recorrió mi espalda. —¿Marcarme? —pregunté, sintiéndome un poco incómoda al estar sola con él en mi habitación. —Ni se te ocurra tocarme.Sus orejas peludas se alzaron y se movieron de una manera que me hizo querer reír, a pesar de la seriedad de la situación.
Narra Luna: Dos días después, me encontraba sentada en un avión privado, sintiendo que la realidad se deslizaba lentamente hacia lo desconocido. A mi familia la habían enviado en otro avión, y aunque sabía que estaban a salvo, la inquietud seguía presente en mi pecho. Demon se sentó a mi lado, con esa calma que siempre me tranquilizaba, pero que al mismo tiempo me llenaba de nervios. El interior del avión era lujoso, con asientos de cuero suave y ventanas grandes que permitían ver el cielo despejado. A través de la ventana, las nubes parecían algodones blancos, y el sol brillaba con fuerza. —¿Te gusta? —preguntó Demon, observando cómo miraba por la ventana. —Es increíble, —admití, sintiéndome un poco tonta por lo emocionada que estaba. —Nunca había estado en un avión privado. —Y eso es solo el comienzo. —Sonrió, y su expresión se volvió traviesa. —Te prometo que habrá mucho más por descubrir. —Como qué, ¿vuelo en primera clase a la luna? —bromee, tratando de aligerar la tensión