El Vinculo🫣😉

Narra Luna:

Dos días después, me encontraba sentada en un avión privado, sintiendo que la realidad se deslizaba lentamente hacia lo desconocido. A mi familia la habían enviado en otro avión, y aunque sabía que estaban a salvo, la inquietud seguía presente en mi pecho. Demon se sentó a mi lado, con esa calma que siempre me tranquilizaba, pero que al mismo tiempo me llenaba de nervios.

El interior del avión era lujoso, con asientos de cuero suave y ventanas grandes que permitían ver el cielo despejado. A través de la ventana, las nubes parecían algodones blancos, y el sol brillaba con fuerza.

—¿Te gusta? —preguntó Demon, observando cómo miraba por la ventana.

—Es increíble, —admití, sintiéndome un poco tonta por lo emocionada que estaba. —Nunca había estado en un avión privado.

—Y eso es solo el comienzo. —Sonrió, y su expresión se volvió traviesa. —Te prometo que habrá mucho más por descubrir.

—Como qué, ¿vuelo en primera clase a la luna? —bromee, tratando de aligerar la tensión.

—No, pero podría conseguirte un viaje en un cohete. —Dijo, riendo. —¡Imagínate! Viajando por el espacio, y tú siendo la primera humana en marcar a un lobo espacial.

Me reí a carcajadas, imaginando la escena absurda.

—¡Eso sería un escándalo intergaláctico! —exclamé, sintiéndome un poco más a gusto con la idea de todo lo que estaba por venir.

A medida que el avión surcaba el cielo, el paisaje comenzó a cambiar y, tras un rato, finalmente aterrizamos en Seúl. La emoción y la ansiedad se mezclaban mientras el avión se acercaba a la pista.

Al salir del avión, fui recibida por una brisa fresca que me hizo estremecer de inmediato. El aire olía a algo diferente, una mezcla de flores y una esencia vibrante que no podía identificar. Era una sensación nueva y refrescante.

Demon me llevó a un automóvil japonés de lujo, un híbrido elegante que relucía en la luz del sol. Me abrió la puerta y me ayudó a bajar con un gesto caballeroso, como si fuera la protagonista de una película.

—Bienvenida a Seúl, —dijo, sonriendo mientras me tomaba de la mano.

Cuando salí del coche, mis ojos se abrieron de par en par ante la vista que se extendía ante mí. La mansión era impresionante, una mezcla de arquitectura moderna y tradicional, con techos curvos y ventanas enormes que reflejaban la luz. Las paredes estaban adornadas con hermosos paneles de madera y había un jardín exuberante que rodeaba la entrada, lleno de flores de colores vivos y plantas exóticas.

—¿Es esto tu casa? —pregunté, sintiéndome abrumada por la belleza del lugar.

—Sí, —dijo Demon, con orgullo en su voz. —Es nuestro hogar ahora.

—¿Nuestro hogar? —repetí, con una mezcla de sorpresa y nerviosismo.

—Sí, aquí vivirás con tu familia. —Afirmó, guiándome hacia la puerta principal.

Al entrar, el interior era aún más impresionante. La sala de estar era amplia, con muebles elegantes, un gran sofá y una vista panorámica del jardín a través de enormes ventanales. Había obras de arte en las paredes y una chimenea que le daba un toque acogedor al ambiente.

—Wow, —murmuré, sintiéndome como si hubiera entrado en un cuento de hadas. —Esto es increíble.

—Y aún no has visto nada. —Demon sonrió, claramente disfrutando de mi asombro.

Mientras caminábamos por la mansión, me di cuenta de que cada habitación tenía su propio carácter. La cocina era moderna y espaciosa, con electrodomésticos de última generación y una isla central que invitaba a cocinar en familia.

—Si te gusta cocinar, aquí tendrás mucho espacio para hacerlo, —dijo Demon, notando mi fascinación.

—Cocinar no es exactamente mi fuerte, —respondí, riendo mientras pensaba en mis intentos fallidos de hacer algo comestible.

—No te preocupes, siempre hay tiempo para aprender, —dijo, guiñándome un ojo. —Además, siempre puedes pedirle ayuda a tu familia.

Al final del recorrido, nos detuvimos en un balcón que daba al jardín. La vista era impresionante: un mar de flores coloridas se extendía ante nosotros, y el sonido de una fuente cercana creaba un ambiente relajante.

—Este es mi lugar favorito, —dijo Demon, apoyándose en la barandilla. —Es donde vengo a pensar.

—Es hermoso, —admití, sintiendo que el peso de la decisión que había tomado comenzaba a desvanecerse un poco.

Demon se volvió hacia mí, su expresión se tornó más seria.

—Luna, sé que todo esto es un cambio enorme, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti.

—Lo sé, —respondí, sintiendo que la conexión entre nosotros se fortalecía. —Es solo que todo esto es… abrumador.

—Es normal, —dijo con comprensión. —Tómate tu tiempo para adaptarte. Aquí, tendrás todo el apoyo que necesites.

Mientras contemplábamos el jardín, una parte de mí se sintió más tranquila. Había un futuro incierto por delante, pero también había oportunidades y la promesa de una nueva vida.

—¿Te gustaría dar un paseo por el jardín? —preguntó Demon, rompiendo el silencio.

—Claro, —respondí, sintiendo que la ansiedad comenzaba a desvanecerse.

Al salir al jardín, fui recibida por el color y la fragancia de las flores. Mientras caminábamos, Demon me mostró algunas plantas exóticas y me explicó su significado en la cultura coreana.

—Esta flor, por ejemplo, simboliza la felicidad, —dijo, señalando una planta de pétalos brillantes. —Espero que te traiga mucha alegría.

—Gracias, —dije, sonriendo. —Definitivamente necesito un poco de felicidad en mi vida.

—Y aquí la encontrarás, —respondió, su mirada llena de promesas.

A medida que explorábamos el jardín, la tensión se desvanecía y comenzaba a sentir que tal vez, solo tal vez, esta nueva vida podría no ser tan mala después de todo.

Luego Demon nos llevó a nuestra casa.

—¿Esta es tu casa? —pregunté, sintiéndome abrumada por la belleza del lugar.

—No, no es solo mi casa. —Dijo, con un brillo en sus ojos. —Es nuestra casa.

Me quedé boquiabierta, tratando de procesar la magnitud de lo que estaba escuchando.

—¿Nuestra casa? —pregunté, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo.

—Sí, —asintió, como si hablara de algo tan sencillo como ir a comprar pan. —Viviendo aquí, seremos solo tú y yo.

—Así que he firmado para mudarme con un lobo. —bromeé, intentando aligerar la tensión.

Demon soltó una risa profunda, y sus orejas peludas se movieron de felicidad, como si tuvieran vida propia.

—Exactamente, y te aseguro que no es tan malo como parece. —dijo, sonriendo de oreja a oreja.

—¿No es tan malo? —repliqué, riendo. —¿Y qué tal la parte de ser marcada?

—Esa parte es solo un pequeño detalle. —Se encogió de hombros, y su expresión se volvió juguetona. —Además, hay muchos beneficios en ser marcada por un lobo.

—Como qué, ¿hacer que el café se sirva solo? —bromeé, disfrutando de la ligereza de la conversación.

—No, pero puedo prometer te que siempre tendrás el mejor café de Seúl. —Dijo, acercándose un poco más. —Y algo más: tendrás un lobo que te defenderá de cualquier peligro.

Ambos reímos, y mientras lo miraba, sentí que la conexión entre nosotros se fortalecía. Todo esto seguía siendo nuevo y aterrador, pero también había algo emocionante en el aire.

Cuando finalmente llegamos a la casa, el ambiente se volvió más íntimo. La casa era moderna, con un diseño elegante y una decoración minimalista que mostraba un buen gusto. Había ventanales que dejaban entrar la luz del sol, y un aroma fresco a madera recién tratada llenaba el espacio.

—Bienvenida a nuestro hogar, —dijo Demon, con una sonrisa que iluminaba su rostro.

—Nuestro hogar, —repetí, sintiendo que la idea comenzaba a calar hondo en mí.

Mientras explorábamos la casa, me di cuenta de que cada habitación tenía su propio carácter. La sala de estar era amplia, con muebles elegantes, un gran sofá y una vista panorámica del jardín a través de enormes ventanales. Había obras de arte en las paredes y una chimenea que le daba un toque acogedor al ambiente.

—Así que, ¿dónde está mi habitación? —pregunté, sintiéndome un poco nerviosa al pensar en la idea de tener un espacio solo para mí.

—Está justo aquí, —dijo, abriendo una puerta que daba a una habitación luminosa, decorada con tonos suaves y una vista impresionante del jardín.

—Es hermosa, —admití, sintiendo que la ansiedad comenzaba a disiparse.

—Como tú, —dijo Demon, su mirada se volvió intensa.

Me sonrojé ante su cumplido, y un silencio cómodo se instaló entre nosotros. La tensión en el aire era palpable, y de repente, entendí que estaba a punto de dar un paso importante en nuestra relación.

—Luna, —dijo Demon, acercándose lentamente—, ahora que estamos aquí, quiero completar el vínculo.

Mi corazón comenzó a latir con más fuerza.

—¿Ahora? —pregunté, sintiendo que la adrenalina comenzaba a fluir en mis venas.

—Sí, —respondió, su voz suave pero firme. —Solo quiero que sepas que esto es un compromiso muy serio.

—Lo sé, —dije, sintiendo que el miedo y la emoción chocaban en mi interior.

Demon se acercó más, y antes de que pudiera procesarlo, me tomó suavemente por la cintura.

—Confía en mí, —susurró, y su cercanía me hizo sentir un torbellino de emociones.

A medida que se inclinaba hacia mí, su aliento cálido acarició mi piel. La energía entre nosotros era palpable, y mi corazón latía con fuerza.

—Listo, —dijo, y antes de que pudiera decir algo, sus labios tocaron suavemente el lado de mi cuello, enviando un escalofrío por todo mi cuerpo.

Sentí cómo su boca se deslizaba hacia mi hombro, y en un movimiento rápido pero delicado, sus dientes se clavaron en mi piel. Fue un pequeño pinchazo, una mezcla de dolor y una calor que se extendió por mi cuerpo.

—Respira, —me susurró, su voz era un suave eco en mi mente.

El dolor fue momentáneo, y pronto sentí algo más: una conexión intensa, como si el mundo a mi alrededor se desvaneciera. Era como si una corriente eléctrica recorriera mi ser, revelando una parte de mí que no sabía que existía.

Cuando finalmente se separó, miré hacia él, sintiendo que la realidad había cambiado. Sus ojos brillaban con una luz intensa, y su sonrisa era cálida.

—Ahora estamos vinculados, —dijo, su voz llena de emoción.

—Eso fue… —empecé a decir, pero me quedé sin palabras.

—Intenso, ¿verdad? —preguntó, sonriendo de manera traviesa.

—Definitivamente, —respondí, sintiendo que el calor se apoderaba de mi rostro.

En ese momento, entendí que había dado un paso hacia lo desconocido, pero también hacia algo maravilloso. La conexión que sentía era real y poderosa, y aunque el camino por delante aún era incierto, sabía que no estaba sola.

—Bienvenida a tu nueva vida, Luna. —Dijo, y su tono era una mezcla de ternura y determinación.

Y así, con el corazón rebosante de emoción y un nuevo vínculo que nos unía, supe que estaba lista para enfrentar lo que viniera, con Demon a mi lado.

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