Era de noche, y me encontraba en mi habitación, pero el sueño no llegaba. La ansiedad corría por mis venas, y empecé a caminar de un lado a otro, intentando calmarme. Mientras lo hacía, me miré en el espejo y, para mi sorpresa, mis ojos cambiaron a un amarillo brillante, pero solo por unos segundos. El efecto fue lo suficientemente impactante como para hacer que mi corazón se acelerara. —¿Qué está pasando conmigo? —susurré, sintiendo el pánico comenzar a apoderarse de mí. Los cambios en mi cuerpo estaban avanzando más rápido de lo que había imaginado, y no tenía idea de cómo manejarlo. Decidí que necesitaba un poco de agua para calmar mi sed. Salí de la habitación y me dirigí a la cocina, tratando de mantener la calma. Abrí la nevera y serví un vaso de agua fría, sintiendo cómo el líquido refrescante me llenaba de alivio. Mientras estaba concentrada en mi vaso, sentí la presencia de Demon detrás de mí. Su energía era casi palpable, y cuando giré la cabeza, me encontré con su mir
Después de pasar un tiempo con Miu, decidí visitar a mi familia. Al llegar a la casa, sentí una oleada de emoción al ver a Jessica y Nicolás, pero lo que realmente me sorprendió fue encontrar a mis padres allí. —¡Mamá! ¡Papá! —exclamé, corriendo hacia ellos y abrazándolos con fuerza. —¡Luna! —dijo mi madre, sonriendo mientras me abrazaba. —Nos alegra verte. —Te hemos extrañado, —agregó mi padre, dándome una palmadita en la espalda. Mientras me acomodaba en la cocina, noté que la comida ya estaba en la mesa. Mi madre había preparado un plato de pasta boloñesa al estilo italiano, y el aroma era irresistible. —Esto huele increíble, mamá. —dije, sintiéndome ansiosa por probarlo. —Gracias, cariño, —respondió ella, sirviendo un plato generoso. —He estado practicando algunas recetas nuevas. Mientras nos sentábamos a la mesa, comencé a hacer preguntas. —¿Qué están haciendo aquí? —pregunté, sintiéndome curiosa. —Demon nos ayudó a encontrar trabajos mejores aquí en Seúl,
La luz de la tarde se filtraba a través de las ventanas de la lujosa oficina de Demon Presley. El ambiente estaba cargado de una tensión palpable, como si el aire mismo supiera que algo inusual iba a suceder. Me encontraba allí, con un mate humeante en mano, mientras Demon me presentaba a su nuevo socio.—Luna, quiero que conozcas a James —dijo Demon, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.James entró con una confianza desbordante, pero en cuanto lo vi, una sensación extraña se apoderó de mí. Sus ojos oscuros brillaban de una manera que me resultaba inquietante. Sin poder contenerme, me incliné hacia Demon y le susurré al oído.—Es un vampiro, lo sabías.Demon, sorprendido porque adquirir una nueva habilidad, arqueó una ceja. —Así es, pero es amigo de la familia —respondió en un tono bajo, casi nervioso. Su mirada se tornó seria—. Sin embargo, como tú no confío en él, necesito que empieces a hacerte cargo. Urgente, solo confío en ti.La preocupación en su voz me hizo sentir un nu
Con el anillo en mi dedo y una nueva determinación en mi corazón, me puse en marcha como la abogada que ahora era. Sabía que tenía que averiguar qué había sucedido en la empresa desde que James había asumido el cargo de gerente. Primero, me reuní con el contador. Su oficina era pequeña pero organizada, con pilas de documentos y gráficos adornando las paredes. El olor a café recién hecho llenaba el aire. El contador, un hombre de mediana edad con gafas y un aire serio, me miró con interés cuando entré. —Hola, Luna. —dijo, ajustándose las gafas. —He oído mucho sobre ti. —Gracias, —respondí, sintiéndome un poco nerviosa. —Necesito que me cuentes todo lo que sabes sobre la situación financiera desde que James tomó el mando. El contador asintió, tomando un sorbo de su café antes de comenzar a hablar. —Desde que James asumió el cargo, he notado algunas irregularidades en los informes financieros. —dijo, su tono grave. —Algunas decisiones no parecen alinearse con las prácticas que s
Al día siguiente, nos reunimos en la mesa para desayunar con la manada. El aroma del café recién hecho y de los platillos deliciosos llenaba el aire, haciendo que mi estómago rugiera de anticipación. La mesa estaba repleta de opciones: panes recién horneados, frutas frescas y, por supuesto, una gran variedad de platos típicos coreanos. La madre de Demon se sentó a mi lado, su rostro iluminado por una sonrisa cálida. —Luna, querida, estoy tan feliz de que estés con mi hijo. —dijo, sirviéndome un poco de kimchi. —Ser mate tiene tantos beneficios. Es una conexión profunda y especial. La forma en que hablaba sobre el vínculo me llenó de una mezcla de emoción y nerviosismo. Mientras tomaba un sorbo de mi café, traté de concentrarme en lo que decía, pero la idea de completar la conexión me mantenía inquieta. De repente, mientras Demon se sentaba a mi lado, alguien hizo una pregunta que me dejó casi atónita. —¿Cuándo van a completar la conexión? —preguntó uno de los miembros de la mana
Llegamos a un hotel de lujo en las Bahamas, y la brisa marina acariciaba nuestras pieles, prometiendo aventuras y placeres. Ares, siempre generoso, se adelantó y pagó por la estancia. Al enterarnos de que solo había dos habitaciones disponibles, intercambiamos miradas cómplices. Demon y yo nos dirigimos a nuestra habitación, un espacio elegante decorado con tonos suaves y vistas al océano. —No puedo creer que estemos aquí —dije, dejando caer mi bolso sobre la cama y sintiendo la suavidad del edredón. Demon se sentó a mi lado, su mirada intensa y penetrante. La calidez del ambiente no solo provenía del sol que se colaba por la ventana; era una necesidad latente que empezaba a subir por mis venas, una mezcla de emoción y deseo que se hacía cada vez más difícil de ignorar. —Luna —susurró, acercándose un poco más, su aliento cálido en mi piel—. ¿Qué te parece si completamos el vínculo? Mis mejillas se sonrojaron al escuchar esas palabras. Sabía perfectamente a qué se refería. El víncu
El sol brillaba intensamente sobre las Bahamas al día siguiente. La brisa marina era refrescante mientras nos dirigíamos al banco. La emoción y la expectativa flotaban en el aire. Demon, con su mirada decidida, sabía que tenía que actuar rápido. Al llegar, nos recibió un hombre de traje oscuro que parecía ser un alto ejecutivo. Demon se dirigió a él con confianza, mientras Ares y yo nos quedamos a un lado, conteniendo la respiración.—Necesitamos mover el dinero de DW Group —dijo Demon, sin rodeos.El hombre lo miró con escepticismo. Era evidente que estaba acostumbrado a tratar con grandes figuras, pero la presencia de Demon no pasaba desapercibida. Tras unas negociaciones tensas, donde Demon mostró su astucia y su habilidad para convencer, finalmente lograron llegar a un acuerdo.—Voy a bloquear toda la cuenta con un código especial —explicó Demon, mientras pulsaba unos botones en su teléfono. —La huella de un lobo es única, y la mía lo es.Lo vi firmar los documentos con una segur
Desperté con la cabeza latiendo y una sensación de pesadez en el cuerpo. La luz del sol se filtraba a través de las ventanas, y, al girarme, vi a Demon abrazándome, con una expresión de paz en su rostro. La noche anterior había sido pura locura, y ahora, la resaca se hacía evidente.—¿Qué hora es? —murmuré, tratando de recordar los detalles de la noche.Demon entreabrió los ojos y miró el reloj en la mesita de noche. —Ya es tarde —dijo, su voz rasposa y suave. —Nos hemos pasado de la hora.Me incorporé rápidamente, sintiendo un mareo que me hizo tambalear un poco. —¡Miu y Ares! —exclamé, recordando que habíamos planeado salir todos juntos. Pero al mirar a mi alrededor, la idea me dio pereza.—Creo que lo mejor es que descansen un poco —respondió Demon, estirándose y sonriendo con complicidad. —Además, tenemos un viaje a Seúl esta noche.En ese momento, la emoción de la aventura reemplazó un poco la incomodidad de la re