Desperté con la cabeza latiendo y una sensación de pesadez en el cuerpo. La luz del sol se filtraba a través de las ventanas, y, al girarme, vi a Demon abrazándome, con una expresión de paz en su rostro. La noche anterior había sido pura locura, y ahora, la resaca se hacía evidente.—¿Qué hora es? —murmuré, tratando de recordar los detalles de la noche.Demon entreabrió los ojos y miró el reloj en la mesita de noche. —Ya es tarde —dijo, su voz rasposa y suave. —Nos hemos pasado de la hora.Me incorporé rápidamente, sintiendo un mareo que me hizo tambalear un poco. —¡Miu y Ares! —exclamé, recordando que habíamos planeado salir todos juntos. Pero al mirar a mi alrededor, la idea me dio pereza.—Creo que lo mejor es que descansen un poco —respondió Demon, estirándose y sonriendo con complicidad. —Además, tenemos un viaje a Seúl esta noche.En ese momento, la emoción de la aventura reemplazó un poco la incomodidad de la re
Después de un día lleno de risas y locuras en el mercado de Gwangjang, finalmente regresamos a casa, agotados pero felices. La atmósfera en el apartamento era tranquila, y el cálido resplandor de las luces creaba un ambiente acogedor. Miu y Ares se habían ido a sus respectivos hogares, dejándonos a Demon y a mí solos. —Hoy fue increíble —dije, sintiendo que la adrenalina todavía corría por mis venas. —Sí, y lo mejor es que aparecemos en la televisión local —respondió Demon, riéndose suavemente. —Nunca pensé que haríamos algo así. Me acomodé en el sofá mientras él se levantaba para ir a la cocina. Regresó con un tazón lleno de palomitas de caramelo y dos copas de vino. —Esto debería hacer la noche más interesante —dijo, guiñándome un ojo mientras se sentaba a mi lado. Mientras comenzaba la película, sentí la calidez de su cuerpo junto al mío. Demon, con su mirada atenta, empezó a acariciar mis muslos con los dedos, un gesto suave que me hacía sentir segura y especial. La pe
Después de que Demon enfrentó a James, la tensión en la sala de reuniones se disipó, aunque la decisión de James aún pesaba en el aire. Finalmente, después de lo que parecía una eternidad, James se vio obligado a presentar su renuncia. Sin embargo, sus palabras finales fueron amenazantes. —Esto no ha terminado. Me vengaré —dijo, su voz llena de resentimiento. Demon se encogió de hombros, sin mostrar preocupación por la amenaza. —Haz lo que quieras, James. Pero recuerda que esta vez, no estoy solo —respondió, con una seguridad que me hizo sentir orgullosa. Después de la reunión, Demon me llevó a su oficina. Cerró la puerta y, antes de que pudiera decir algo, me besó con intensidad. —Todo salió acorde al plan —dijo, sonriendo mientras se apartaba un poco para mirarme a los ojos. —La familia de Ares y los socios ya están más tranquilos. —Me alegra saberlo —respondí, sintiendo una mezcla de alivi
Días después, Demon me llevó de nuevo a la casa de su manada. Aunque estaba emocionada por estar con su familia, también me invadía un nerviosismo que no podía evitar. Ser parte de su mundo era un gran paso, y la idea de ser aceptada entre ellos me llenaba de ansiedad. Cuando llegamos, la atmósfera estaba llena de risas y calidez. Demon se puso de pie, claramente emocionado, y anunció con orgullo: —¡He completado el vínculo con Luna! Ella es mi mate, como el alma gemela de un humano. Un murmullo de alegría recorrió la sala, y todos comenzaron a congratularnos. Sin embargo, en medio de la celebración, una sensación extraña se apoderó de mí. Me di cuenta de que había comenzado a perder parte de mi humanidad. Las garras asomaban de mis dedos, mis ojos cambiaban a un amarillo intenso, y la fuerza que sentía en mi interior era abrumadora. Además, me di cuenta de que podía curarme rápidamente, y en ocasiones, po
Me puse ropa cómoda para el entrenamiento: unos pantalones ajustados y una blusa de cuero negra que me hacía sentir lista para pelear, pero también un poco audaz. Demon sonrió al verme y, con una mirada de aprobación, me llevó a un área al aire libre que se asemejaba a un ring de combate. —Aquí es donde comenzaremos a trabajar en tu fuerza y agilidad —dijo, mientras me guiaba hacia el centro. Su presencia era reconfortante y, al mismo tiempo, electrizante. Comenzamos el entrenamiento, practicando técnicas de ataque y defensa. Demon me enseñó cómo aprovechar mi nueva agilidad y fuerza, y en más de una ocasión, terminamos uno encima del otro, riendo y jadeando mientras nos empujábamos y esquivábamos. Cada vez que caíamos, no podía evitarlo: Demon aprovechaba para besarme, su sonrisa traviesa iluminando su rostro. La mezcla de lucha y momentos tiernos hacía que mi corazón latiera con fuerza. Sin embargo, mientras entrenábamos, algo inesperado sucedió. No sé ni cómo ocurrió, pero en u
Narra Luna Salvatore: Corría por las calles, el frío de la noche calando en mis huesos, pero no me importaba. Tenía que llegar a casa antes de que oscureciera del todo y mis hermanos comenzaran a preocuparse. Con cada paso, el eco de mis pensamientos se mezclaba con el sonido de mis zapatillas golpeando el pavimento. —¡Vamos, Luna, no llegues tarde otra vez! —me repetía a mí misma, cuando de repente, !bam! Me estampé contra algo sólido. Me tambaleé hacia atrás, aturdida, y al mirar hacia arriba, me encontré con la mirada más intensa que jamás había visto. Era él: Demon. Su cabello oscuro caía desordenadamente, y esos ojos… parecían brillar con una luz sobrenatural. —¿Estás bien? —preguntó, su voz profunda y envolvente como un abrazo cálido. —Sí, claro, solo un pequeño accidente de tráfico, —respondí, intentando recomponerme. Pero antes de que pudiera dar un paso atrás, él inhaló con fuerza, como si estuviera bebiendo el aire que respiraba. —Eres… mi mate. —¿Mate? —repliqué, con
Narra Luna Salvatore.Ya adentro de casa, mis hermanos habían terminado de comer y los llevé a sus habitaciones. Con cuidado, les cubrí con las mantas y les di un beso en la frente. Ver sus rostros tranquilos me dio un poco de paz, pero mi mente no podía dejar de pensar en la oferta de Demon. Repetí en mi cabeza el momento en que me propuso irme a vivir con él a cambio de cuidar de mí y de mi familia. “No te faltará nada”, había dicho. Pero, ¿realmente podía arriesgarme a dejar todo lo que conocía? La idea me daba vueltas y más vueltas, como un torbellino de emociones.Finalmente, me dejé llevar por el cansancio y caí en un sueño que apenas duró tres horas. Cuando desperté, un ruido insistente me sacó del letargo. Alguien estaba golpeando la puerta.—¡¿Quién es?! —grité, intentando despejarme.El golpe continuó, más insistente. Me levanté de la cama, aún con el pelo desordenado y la casa en silencio. Me acerqué a la puerta, y al abrirla, me quedé boquiabierta.Frente a mí estaba un t
Narra Luna SalvatoreEstaba sentada en mi habitación, aún intentando procesar lo que acababa de suceder. Demon me miraba con esa intensidad que siempre me dejaba un poco aturdida, y aunque había una parte de mí que se sentía atraída por él, la otra parte no podía dejar de cuestionar todo lo que implicaba su propuesta.—Luna, si aceptas, puedo mudarte a ti y a tu familia a Seúl. —Dijo, su voz llena de convicción.Me quedé helada, los ojos bien abiertos.—¿Mudarte a toda mi familia a Seúl? —repetí, intentando asimilar la idea. —¿De verdad crees que eso es viable?—Sí, —asintió, como si hablara de algo tan sencillo como ir a comprar pan. —Pero primero necesitaré marcarte como debe ser.Mis ojos se abrieron aún más y un escalofrío recorrió mi espalda. —¿Marcarme? —pregunté, sintiéndome un poco incómoda al estar sola con él en mi habitación. —Ni se te ocurra tocarme.Sus orejas peludas se alzaron y se movieron de una manera que me hizo querer reír, a pesar de la seriedad de la situación.