Emilio se cambio de ropa y bajo las escaleras, abajo lo esperaba Benoit y Alfred.
Alfred al verlo quedo impactado por el parecido con Benoit, también Benoit lo miró pensativo.
La elegancia del joven lo confundía, apesar de ser un campesino sin educación, tenía una arrogancia innata.
- Vamos!! Se nos hace tarde...- ordenó Benoit.
Emilio asintió con la cabeza y siguió a los dos hombres.
En el carruje Benoit no le quitaba la vista encima, poniendo nervioso al joven.
- Cual es tu apellido? Emilio...- preguntó interesado Benoit.
Emilio se sobo sus manos y aclarando su garganta.
- Jackson... señor... Emilio Jackson...- dijo nervioso Emilio.
Benoit quedó pensativo por un momento.
- Tus padres... quienes son?..- volvió a preguntar Benoit.
- Ah?.. bueno no conocí a mis padres... mi padre murió en la revolución y mi madre murió en mi parto... nos crío mi abuela materna...- dijo Emilio inocente.
- Crío? Tienes más hermanos?...- preguntó con interés Benoit.
- Si... una hermana ... ella esta casada y se fue a vivir a París ... - dijo Emilio con tranquilidad.
- Entiendo...- dijo pensativo Benoit.
Alfred también escuchaba lo que Emilio les contaba, una sospecha apareció en su mente.
En la mansión Real ; Elizabeth estaba dando los últimos detalles para la cena.
Silvia y la tía Carlota no querían estar en la cena.
- Por favor... mamá, tía!! Necesito su ayuda...no puedo estar sola con él?...- dijo preocupada Elizabeth.
Las mujeres se miraron con preocupación.
- Está bien... nos quedaremos... pero no nos pida socializar mucho con él...- le advirtió Silvia.
- No hay problema con eso... yo llevare la conversación... ahora vayan a prepararse... Benoit esta por llegar...
Dan caminaba de un lado a otro , nervioso que algo saliera mal y con el rescate de Amelia y Caroline.
El doctor Poe y Santos lo observaban con detención.
- Tranquilo Teniente... necesitamos que este tranquilo... esperemos al hombre que envió a espiar a Benoit...- le dijo el doctor Poe.
- La verdad tengo un poco de resquemor, ya hemos intentado muchas veces atacar a Miroslav y todo a salido mal...- dijo angustiado Dan.
En esos momentos un oficial entró a la oficina de Dan.
- Señor... el señor Benoit y su mayordomo ya están en la mansión Real...- dijo cansado el oficial.
Los tres hombres se alistaron para ir al rescate de las jóvenes.
- Vamos!! Ya llegó la hora...- dijo Dan inquieto.
Benoit Miroslav llegó a la mansión Real, atrás de él lo seguian Emilio y Alfred.
El primero estaba nervioso que Elizabeth lo delatara ante Benoit.
Elizabeth salió a recibir a Benoit Miroslav.
- Señor Miroslav... sea bienvenido a nuestro hogar...- dijo con amabilidad Elizabeth.
Benoit le sonrió con seducción; se adelantó a ella y le beso su delicada mano.
- Es un honor... estar en vuestro hogar...- le decía mientras le indicaba a Alfred que le entregará una cajita de terciopelo de color azul.
Alfred con reverencia le entrego la cajita, Elizabeth miró con asombro a Benoit.
- Pero... que es esto?... no era necesario...- dijo con humildad mientras abría la cajita.
Era un peine decorado con diamantes incrustado en el borde. Elizabeth quedo sorprendida, era un peine muy hermoso, delicado y fino.
- Muchas gracias... señor Miroslav... es un peine muy hermoso...- dijo Elizabeth tranquilamente.
Benoit tomó el peine y con delicadeza se lo puso en su hermosa cabellera rubia de Elizabeth, el contacto tan cercano le produjo una electricidad a los dos.
Benoit le sonrió con admiración.
- Le queda perfecto... se ve más hermosa, aunque no necesita una joya para verse espectacular... ya que por si sola lo es...- dijo con seducción Benoit.
Las mejillas de Elizabeth se encendieron por las palabras de Benoit.
Emilio se encontraba escondido atrás de Alfred, observando a Benoit coqueteando con Elizabeth.
- Pero no está casado con Caroline?... o realmente fue una mentira de él?...- se preguntó confundido Emilio.
Benoit se dió vuelta para presentar a Emilio.
- Señorita Real... le presentó a mi nuevo asistente... Emilio Jackson...- dijo mientras lo mostraba.
Elizabeth miró con sorpresa a Emilio, este se adelantó y le beso la mano con nerviosismo, mientras la miraba con nerviosismo y sus ojos los movió tratando que ella entendiera que no lo delatara ante Benoit Miroslav.
Elizabeth entendió el mensaje del joven.
- Un gusto... señor Jackson...- dijo mirándolo con intensidad.
- El gusto es mio... señorita Real...- dijo nervioso Emilio.
Elizabeth le sonrió con complicidad.
- Bueno... por favor entremos... mi madre y tía... nos esperan...- dijo mientras los hacia pasar.
Emilio suspiro profundamente, por lo menos Elizabeth no dijo nada, pero ahora le tocaba enfrentar a las otras dos mujeres.
Silvia y Carlota de encontraban en la sala, tenían que disimular el disgusto que le producía Benoit Miroslav.
Benoit las observó nerviosas e inquietas.
- Mamá... tía Carlota... el señor Miroslav... está aquí...- dijo mientras las mujeres le hacían una reverencia como saludo.
- Sea bienvenido a nuestro hogar... señor Miroslav ... dijo Silvia seriamente.
Benoit besó sus manos de las mujeres.
Ella le sonrieron a la fuerza cuando vieron a Emilio, sus ojos se abrieron de asombro, Elizabeth al ver la reacción de las mujeres, se adelantó antes que delataran al muchacho.
- Mamá!!!... tía Carlota...él es el nuevo asistente del señor Miroslav...- les dijo mientras les guiño un ojo.
Las mujeres la miraron confundidas pero al final entendieron el mensaje.
Emilio traspiraba de nerviosismo por lo que pudiera pasar.
- Un gusto... joven... sea también bienvenido...- dijo Silvia cautelosa.
Emilio se adelantó torpemente y beso las manos de las mujeres.
- El gusto es mío... - dijo nervioso Emilio.
Elizabeth tosió para romper el momento incómodo que se estaba viviendo.
- La cena... ya está servida... por favor pasemos...- dijo Elizabeth también un poco nerviosa.
Benoit asintió con la cabeza y le ofreció su brazo a Elizabeth para ir al comedor de la mansión.
Todos los invitados se sentaron a la mesa, Emilio observó como un niño pequeño la comida servida, nunca había visto tanta comida junta.
Benoit le pareció gracioso la actitud del joven, le dió un golpecito en la espalda.
- Has lo que yo haga... así no te sentiras incómodo...- le susurró Benoit a Emilio.
Emilio asintió con la cabeza y comenzó a imitar a su jefe.
Silvia y Carlota observaban a Emilio y a Benoit, el parecido entre ambos era increíble.
Silvia se acercó a Carlota y le dijo al oído.
- Realmente lo que se hereda... no sé hurta...
Benoit escuchó a la mujer y levantó la mirada y las miró confundido y miró a Emilio con atención...
Benoit Miroslav estuvo callado toda la cena, observaba a las mujeres que realizaron el comentario. - Que quisieron decir con " Con lo que se hereda no se hurta"?... que están ocultando?...- pensó distraído Benoit. Elizabeth estaba sorprendida por lo callado que se encontraba Benoit, le llamo la atención, ya que siempre era muy extrovertido. - Se siente bien... señor Miroslav?...- preguntó con curiosidad Elizabeth. Benoit la miró fijamente y le sonrió. - Oh!!... si, si,... solo que hoy me siento un poco cansado... gracias por su preocupación... Elizabeth..- dijo con seducción. - Entiendo... pero ha pensado en mi oferta, señor Miroslav?...- preguntó con interés Elizabeth. Benoit realizó una mueca de negación. - He estado arreglando unos asuntos de mis viñedos y la verdad no he podido analizar su propuesta..- dijo tranquilo Benoit. - Oh!!... espero que no sea algo complicado..- dijo con decepción Elizabeth. - Bueno.. por esa razón contrate a Emilio, él ha sido de gran
Alfred había llegado a la mansión, en la penumbra de la noche, su mente tenía muchas preguntas con respecto a Emilio Jackson. - Porque este muchacho me recuerda mucho a Benoit?... será algún pariente lejano?..- se preguntó mientras escuchó ruido en los calabozos. Se acercó con sigilo y escuchó unas voces. - Ladrones?... No!! ... el Teniente Dan!!...- pensó con asombro. En los calabozos los tres hombres estaban frustrados por no encontrar ninguna salida hacia el primer piso de la mansión. - Uf!! Solo esa puerta tiene la salida , que haremos?..- preguntó Dan con frustración. Los hombres se quedaron callados al escuchar un ruido arriba de ellos, la puerta de la escalera comenzó a sonar por el picaporte oxidado que se habría. Dan dió un paso y miró hacia la escalera y vio la puerta abierta, les hizo una seña al doctor Poe y Santos. Los dos hombres se miraron confundidos y preocupados. - Quien abrió la puerta?... será seguro subir?...- preguntó Santos. Alfred al darse cuen
Paul miró con pánico a Dan. - Queee?... Elizabeth todavía es una niña!! La vas a utilizar como carnada?...- dijo molesto Paul. Dan suspiro profundamente. - Fue idea de ella... de hecho todo ha sido planeado por ella, nosotros solo la estamos ayudando, créeme yo también estoy preocupado, Benoit Miroslav es muy peligroso y cualquier cosa puede pasar...- se lamento Dan. - Entonces!! ... hay que convencerla que desista de esta locura!!...cómo no habrá otra forma de acabar con él?...- preguntó con molestia. - Ella está decidida... y de ahí nadie la mueve..- dijo con resignación Dan. El doctor Poe se acercó a Elizabeth. - Señorita Elizabeth... es hora de regresar a casa...- dijo interrumpiendo el abrazo de las tres chicas. Caroline le tomó la mano. - Porque no te quedas con nosotras esta noche?... el doctor Poe puede dar aviso a mi madre y a la tía Carlota. - Si!! Prima... por favor quédate con nosotras!!..- suplicó Amelia. Elizabeth las miró sorprendida pero al final asin
Paul llevó a Cristina a la cama, la depósito con delicadeza, la joven temblaba como una hoja al viento, a su mente vinó el recuerdo de aquella noche junto a Benoit, para ella fue una noche dramática, trató de relajarse. Paul la besó con ternura y su mano tomó la de ella, para que se sintiera tranquila. Cristina correspondió el beso y por un instante olvido esa noche traumatica, pero cuando Paul comenzó acariciar su cuerpo ; ella se puso tensa, Paul pudo percibir su nerviosismo y miedo, por lo que volvió a tomar su mano. - Tranquila... no haré nada que te haga daño... - le dijo mientras le acariciaba su rostro. - Yo... perdón...- dijo con vergüenza Cristina. - No tienes que pedir perdón... ahora descansa, estaré a tu lado y dormiremos juntos hasta que puedas acostumbrarte a mi cuerpo... no forzare nada...- dijo suavemente y con ternura mientras se acomodaba a su lado. Cristina se sorprendió por la actitud de Paul, pensaba que él la obligaría, pero fue todo lo contrario, la trat
Elizabeth salió del baño con una actitud arrogante y fría, decidió cambiar su forma de vestir, quería demostrar al mundo que ya no era esa niña ingenua y tierna, ahora sería una mujer fuerte que no le teme a nada y a nadie; fue a su closet y busco un vestido diferente a lo que estaba acostumbrada a usar. Encontró un vestido azul , se lo había regalado su hermana para una navidad, le había dicho que era cuando se sintiera una mujer diferente, se lo colocó, el vestido realzaba su figura, se sentó en su tocador, se miró al espejo, siempre llevaba su pelo suelto con algunos adornos, esta vez decidió cogerse el cabello, dejando a la vista su delicado cuello. Sacó también una pintura de labios que también Caroline se lo había regalado, comenzó a pintarse sus hermosos labios con un color carmín, el color del labial , su peinado y su vestido, la hacía ver una mujer totalmente diferente, ya no era la delicada Elizabeth , ahora era Elizabeth la fuerte. Bajo las escaleras, los empleados
Elizabeth abrió los ojos de asombro, las palabras no salían de su boca, Benoit la miraba con intensidad. - Quizás mi propuesta sea muy atrevida para usted.. y pueda ser que me tenga miedo, pero créame yo no le haré ningún daño...- dijo Benoit con tono seductor. Elizabeth le sonrió, su sonrisa reflejaba astucia. - Nunca subestime a una persona que no tiene nada que perder, porque cuando perdió todo, también perdió el miedo...- dijo fríamente. Benoit le sonrió con admiración. - Tengo algo que decirle... Siempre la he admirado, por su delicadeza e ingenuidad, pero ahora... Esa admiración sea transformado en devoción...- dijo con sinceridad. Elizabeth se levantó de su silla, comenzó a caminar por la habitación, se dió vuelta y clavo su mirada en Benoit. - Su propuesta realmente es atrevida... señor Miroslav... Pero lo pensaré con cuidado...- dijo coqueteando a Benoit. Los ojos de Benoit se abrieron de alegría por la esperanza que le estaba dando. - La esperaré el tiempo que sea n
Alfred miró la habitación donde estaban cautivas Amelia y Caroline, comenzó a desordenar el lugar, sacó las sábanas de la cama y realizo una cuerda que colgó por la ventana, quebró el vidrio para disimular una escapada de las muchachas. - Bien... ahora a esperar y que comience el espectáculo...- dijo pensativo Alfred. A lo lejos pudo escuchar el carruje de Benoit acercarse, bajó las escaleras con la mirada confundida. Benoit lo vió correr a su lado con nerviosismo. - Que habrá pasado ahora?!!..- dijo molesto el vampiro. - Señor!!!... a ocurrido un problema grave!!...- mintió Alfred. - Que ocurre Alfred?!!... porqué la agitación?..- preguntó con curiosidad Benoit. - Las señoritas Real...- dijo sin aliento. - Que pasa con ellas?... preguntó molesto Benoit. - Han escapado ...- dijo avergonzado Alfred. Benoit abrió los ojos de furia que de un golpe derribó al mayordomo. - Idiota!!... cómo que se escaparon dos mujeres tontas!!?... no pudieron escapar solas !! Alguien
Emilio llegó a la mansión Miroslav pensativo, tenía que procesar todo lo que Caroline le había contado, aunque sentía que ella le estaba escondiendo algo importante. Vio a los empleados desconcertados y murmurando por los rincones, se acercó a uno de ellos para saber que estaba pasando. - Que ocurre? Porque todos están asustados?...- preguntó el muchacho con curiosidad. - Alfred... - dijo con miedo el hombre. - Alfred?... le pasó algo malo?...- preguntó con interés Emilio. - Ha tenido una fuerte pelea con el señor... fueron al bosque y todavía no han vuelto...- dijo angustiado el hombre...Emilio quedó sorprendido por la noticia, siempre supo que Alfred era el cómplice de Benoit y su mano derecha. -.Acaso es por la desaparición de Caroline?... lo habrá culpado?...- pensó Emilio cuando vio aparecer a Benoit con el rostro furioso. Su aspecto era terrorífico que hizo temblar al joven. Benoit miró con indiferencia a Emilio. - Señor... se encuentra bien?...- preguntó con