Elizabeth salió del baño con una actitud arrogante y fría, decidió cambiar su forma de vestir, quería demostrar al mundo que ya no era esa niña ingenua y tierna, ahora sería una mujer fuerte que no le teme a nada y a nadie; fue a su closet y busco un vestido diferente a lo que estaba acostumbrada a usar. 

  Encontró un vestido azul , se lo había regalado su hermana para una navidad, le había dicho que era cuando se sintiera una mujer diferente, se lo colocó, el vestido realzaba su figura, se sentó en su tocador, se miró al espejo, siempre llevaba su pelo suelto con algunos adornos, esta vez decidió cogerse el cabello, dejando a la vista su delicado cuello. 

Sacó también una pintura de labios que también Caroline se lo había regalado, comenzó a pintarse sus hermosos labios con un  color carmín, el color del labial , su peinado y su vestido, la hacía ver una mujer totalmente diferente, ya no era la delicada Elizabeth , ahora era Elizabeth la fuerte. 

Bajo las escaleras, los empleados la vieron bajar con firmeza, su madre y Carlota la vieron totalmente trasformada.

- Hijaaa... que te ha pasado?...- preguntó sorprendida Silvia. 

Elizabeth sola la miró con frialdad, se acercó a ellas con decisión. 

- Me canse de ser una mujer delicada, además para derrotar a nuestro enemigo debo ser más fuerte y astuta que él...- dijo con frialdad Elizabeth. 

Silvia miró a su prima con pánico, no dijieron nada y la vieron marcharse. 

- Que le ha pasado a mi niña ?...-. Preguntó con asombro Silvia. 

- Ha madurado... tenemos que estar alerta, Benoit puede descubrir su plan de destruirlo, y no se que pueda hacer ...- dijo pensativa Carlota. 

Benoit y Emilio después de terminar de su revisión en los viñedos y las bodegas de vino, se dirigieron a los viñedos de la familia Real. 

Al entra notaron a los empleados desconcertados y murmurando entre ellos. 

- Porque esas personas están tan sorprendidas? ... preguntó curioso Emilio. 

Benoit solo miró a la gente, se acercó a uno de ellos. 

- Buenos días... andamos buscando a la señorita Elizabeth Real...- dijo con frialdad Benoit. 

El hombre asintió con la cabeza y los llevó a al despacho de Elizabeth. 

El empleado golpeó la puerta y entró para informar a la muchacha que se encontraba Benoit Miroslav. 

- Que pasen..- dijo con indiferencia Elizabeth. 

Benoit entró y al ver a Elizabeth sentada con la cabeza gacha.

- Buenos días señorita Real...- dijo suavemente Benoit. 

Elizabeth lentamente levantó su mirada y se encontró con la de Benoit. 

El hombre quedó paralizado al ver el cambio tan radical de Elizabeth, sus labios carnosos y rojos por el pinta labios, su cabellera recogida, exponiendo su delicado cuello, los instinto salvajes de Benoit afloraron, tuvo que autocontrolarse para no saltar encima de Elizabeth. 

- Señor Miroslav... tome asiento... por favor...- dijo indiferente Elizabeth. 

Emilio que se encontraba atrás de Benoit, también quedó sorprendido por el cambio de Elizabeth. 

- Mmm... con razón tanto alboroto afuera...- pensó Emilio. 

Benoit se sentó sin quitarle la mirada a Elizabeth. 

- Si me permite decirle... está usted muy hermosa... el cambio de su persona la hace ver más interesante...- dijo seductor Benoit. 

Elizabeth le sonrió con ironía. 

- La verdad quise darle un rumbo diferente a mi vida, y una de las cosas que estaba impedimento mi avance , era mi apariencia de niña... en este mundo la ingenuidad no sirve... no cree?...- preguntó con curiosidad Elizabeth. 

Benoit le sonrió con admiración. 

- Tiene usted toda la razón.. pero si me permite preguntar... por qué ese cambio... ahora?...- preguntó con curiosidad Benoit. 

Elizabeth se levantó de su asiento, haciendo que su vestido azul deslumbrara más aún a Benoit. 

Benoit no le ponía quitar los ojos de encima. 

- Señor Miroslav... he perdido todo... a mi bisabuelo, mi hermana y prima no se dónde están , no sé si estan vivas o muertas, el hombre que pensé que sería mi esposo ahora está casado con otra mujer... entonces no me queda nada... - dijo con frustración Elizabeth. 

Benoit Miroslav bajo la mirada porque sabía que todos los males de Elizabeth; él los había provocado 

- Siento mucho lo que está pasando y comprendo perfectamente como se siente, al ser despojada por lo que más ama... pero a veces hay que dejar que el tiempo haga su trabajo...- dijo tranquilo Benoit. 

Elizabeth hizo una mueca. 

- No hay que subestimar a las personas que han perdido todo... porqué se hacen más fuertes y no les importa arrasar con todo... pero al final se quedan solo...- dijo pensativa Elizabeth. 

- Lo que no te mata te fortalece ... dice el dicho ...- dijo suavemente Benoit. 

Elizabeth lo miró con curiosidad y volvió a sentarse. 

- Bueno... señor Miroslav... estamos aquí para conversar sobre negocios... tuvo tiempo de analizar la propuesta que le he puesto en la mesa?...- preguntó con interés Elizabeth. 

- Sí!!... he estado estudiando su propuesta, la considero interesante... aunque todavía me falta tratar algunos temas...- dijo Benoit mientras miraba a Emilio para que saliera del cuarto. 

Emilio inclinó su cabeza y abandonó la habitación. 

Benoit volvió a mirar a Elizabeth con intensidad. 

- Pienso que hay un detalle en su propuesta que me tiene preocupado... - dijo ansioso Benoit. 

- Por favor... señor Miroslav... cual es el detalle?...- preguntó con curiosidad Elizabeth. 

Benoit colocó los documentos en la mesa y indicó un cláusula en el contrato. 

- Es está....aquí dice que después de pagar lo adeudado por mi padre... Las ganancias serian sesenta y cuarenta... a su favor...- dijo mirando fijamente a Elizabeth. 

Elizabeth le sonrió y se acomodó en su silla.

- Usted tiene que entender señor Miroslav... que serán nuestras instalaciones que usaremos para la fabricación de los vinos , tenemos lo más moderno para la hechura de los productos de nuestros viñedos ... entonces esa es la razón... pero igual podemos llegar a un acuerdo...- dijo tranquila Elizabeth. 

Benoit le sonrió con seducción se acercó a ella, colocó sus manos en los brazos de la silla de Elizabeth, mientras la miraba con intensidad. 

Elizabeth lo miró con frialdad, Benoit se dió cuenta que no estaba la mirada cálida de la muchacha, realmente ella había cambiado tanto por dentro como por fuera. 

- Le tengo otra propuesta... donde los dos saldríamos beneficiados...- dijo misterioso Benoit. 

Elizabeth le sostuvo la mirada. 

- Lo escuchó... cual sería esa propuesta?...- dijo con curiosidad Elizabeth. 

- Matrimonio... que usted y yo... nos casemos...