Johana Jackson...

Johana Jackson era la hija menor de la familia Jackson, una joven muy mimada por ser la única mujer de seis hermanos, a pesar que era muy consentida , era una mujer muy centrada, amable y delicada, su familia de la aristocracia francesa , tenía muchas conexiones sobre todo con la familia Real donde sus mejores amigas eran Catherine Real, madre de Amelia, las dos eran muy unidas y confidentes.

Cuando sus padres por negocios la hicieron casar con el menor de los Miroslav, Benjamin, la reputación de él no era muy buena, era un mujeriego y con un  temperamento muy volátil. 

Johana al enterarse que tendría que casarse con él, le vino una angustia, no quería compartir su vida con alguien que no la respetaría. 

- No sé qué hacer amiga!!... mis padres están decididos en este matrimonio por conveniencia, Benjamin Miroslav es un hombre muy arrogante!! ... no lo soportó!!...- se lamento Johana a su amiga Catherine. 

- Pero has tenido la oportunidad de conocerlo?... lo has visto?...- preguntó intrigada su amiga. 

Johana negó con la cabeza. 

- No... ni siquiera sé cómo es... recién mañana nos conoceremos personalmente... pero todos hablan mal de él y las cosas que ha hecho...- dijo preocupada Johana. 

- Bueno amiga...dale el beneficio de la duda... a lo mejor no es tan ogro como lo describen...- le dijo Catherine para tranquilizarla a su amiga. 

Al otro día la familia Miroslav había preparado una recepción para que los novios se conocieran, Benjamin un joven extrovertido y desafiante a sus padres. 

- Esto es absurdo padre!!... porqué quieres casarme con alguien que ni siquiera conozco!!...- preguntó disgustado Benjamin. 

Su padre le lanzó una mirada inquisidora. 

- Ya es hora que endereces tu vida!! ... basta de andar en los burdeles con mujerzuelas !! Sobre todo con esa meretriz de la tal Julia... ya me han contado tu interés por esa mujerzuela !!...- dijo enojado el hombre. 

Benjamin lo miró con burla. 

- Pero padre... Julia es una profesional... es muy buena en lo que hace ...- dijo con burla. 

Su padre lo miró con reproche, se acercó a él amenazante. 

- Escúchame bien...Benjamin Miroslav... si no haces lo que te ordenó... te quitaré todo mi apoyo, tanto monetario como lo demás... y te advierto no permitiré faltas de respeto con tu futura novia... has escuchado...muchacho...- dijo seriamente su padre.

Benjamin se resignó y asintió con la cabeza. 

- Uf!!... está bien... haré lo que me pides... seré un ángel con esa familia y con ella seré un encanto...- dijo con sarcasmo. 

En la noche todo estaba listo para recibir a la familia Jackson, Johana una muchacha de dieciocho años, de ojos azules profundo, cabellera rubia como el oro, su figura delicada la hacía ver como una muñeca de porcelana, era una jovencita muy hermosa. 

Al llegar a la mansión Real, Johana quedó con la boca abierta por la elegancia de la mansión. 

Benjamin vestido de forma elegante, su gallardía relucia todo el ambiente, su sonrisa perfecta, su pelo largo y una altura imponente, hacia que Benjamin Miroslav se convirtiera el joven más codiciado por las féminas del lugar, quizás por saberse deseado por ellas lo habían convertido en un hombre arrogante. 

Benjamin al ver a Johana, tan delicada y frágil, le produjo una decepción, porque él esperaba ver a una mujer más voluptuosa. 

- Uf!! Parece una muñeca a punto de romperse...que muchacha más desabrida...- pensó Benjamin. 

Johana se acercó junto a sus padres a saludar , primero saludo a los padres de la familia y cuando llegó a Benjamin Miroslav, ella lo miró con indiferencia, le pasó su mano para que él la besara.

Benjamin pudo notar el desagrado que él le producía a la muchacha, y eso le llamo la atención, porque no había mujer en San Juan de la Luz que no quisiera estar con él. 

- Un gusto... señorita Jackson...- dijo con tono seductor Benjamin. 

Johana asintió con la cabeza. 

- El gusto es mío... señor...- dijo sin emoción Johana. 

Benjamin quedo sorprendido por el tono de voz de Johana, el pensaba que sería una voz chillona, pero Johana tenía una voz profunda y cálida. 

- Usted tiene una voz muy especial... señorita Jackson...- dijo sonriente Benjamin. 

Johana lo miró con curiosidad, sabía que Benjamin era un seductor impederdido , pero sus palabras la hicieron sonrojar.

Benjamin notó sus mejillas rojas y esa reacción le pareció adorable. 

La familia Miroslav los invito a pasar a la mesa, Johana la sentaron al lado de Benjamin para que entablaran una charla.  Benjamin trato de impresionar a Johana con su conversación vanal , pero la muchacha estaba acostumbrada a escuchar a sus hermanos alardear sobre sus conquistas que lo que decía Benjamin no le producía ningún efecto. 

Benjamin quedo sorprendido por la resistencia de la joven, que se juro conquista su corazón antes que se casarán y su objetivo era llevarla a sus aposentos antes del matrimonio. 

Pero sus intentos fueron en vano, Johana era un hueso duro de roer y sin darse cuenta Benjamin Miroslav estaba profundamente enamorado de ella. Era como si el cazador fuera cazador.

Johana también estaba enamorada , pero fingió indiferencia ante él, aunque por dentro se moría de amor por el seductor de Benjamin Miroslav. 

El día de la boda fue un acontecimiento sin precedente, toda la ciudad estaba expectante ante la boda del año, las familias habían gastado mucho dinero para celebrar el matrimonio de sus hijos. 

Tanto Johana como Benjamin estaban nerviosos por el paso que pronto se llevaría a cabo.

En el altar de la iglesia esperaba Benjamin Miroslav, vestido de forma elegante, todas las miradas de las mujeres estaban puesta en el guapo Benjamin, todas ellas sentían envidia por no ser ellas la que se casarán con él. 

El carruje de Johana llegó a la Iglesia, los curiosos estaban reuniones afuera del templo. Johana bajo del carruaje vestida con un vestido de color blanco como la nieve, su vestido la hacía ver como una princesa de cuentos de hadas. 

Benjamin al verla quedo deslumbrado por la pureza y belleza de la joven, se sentía el hombre más afortunado del mundo, cuando Johana llegó al lado de Benjamin y lo miró con devoción. 

Cuando terminó la ceremonia y el sacerdote dijo las palabras " puede besar a la novia ", Benjamin delicadamente subió su velo y la miró cómo nunca vio a otra mujer, con devoción, se acercó lentamente a ella y poso sus labios en la de ella.

Desde ese momento Benjamin Miroslav se entregó por completo a  ella... aunque esa devoción no duró mucho...

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