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Alguien Acechando...

Las personas del lugar quedaron con la boca abierta, muchos de ellos aplaudieron y los demás quedaron atónitos. 

- Esto es realmente increíble!! ... Un Real junto con Miroslav, es algo de fin de mundo!!...- exclamaban los asistentes. 

- No hay que ser tan severos...el amor puede arreglar todo...- decían otros. 

Benoit Miroslav miró con satisfacción a Elizabeth, sus planes de conquistarla había dado resultado, su ego se llenó de orgullo, mientras que Elizabeth también estaba satisfecha por poder engañar al vampiro. 

- Tan listo no eres... Benoit Miroslav...- pensó irónicamente Elizabeth. 

Benoit le beso su mano y coloco el anillo en su dedo, el color del topacio hacia resaltar su delicada mano. 

- Miré!!... el anillo le ha quedado a la perfección... es como si fuera hecho exclusivamente para usted... este anillo es una reliquia de mi familia...- dijo admirado Benoit. 

Elizabeth le sonrió y miró su mano, realmente el anillo era muy hermoso. 

- Es realmente precioso y delicado...- dijo mientras admiraba la joya. 

- Elizabeth... ya que usted me aceptó... ahora tendré que pedir su mano a su madre...- dijo Benoit mientras le servía otra copa de vino.

Elizabeth lo miró con curiosidad. 

- A mi madre?... es lamentable que mi bisabuelo no esté... me hubiera gustado que él nos hubiera dado su bendición...- dijo lamentándose Elizabeth. 

La cara de Benoit se transfiguró por nombrar al viejo Real. 

- Si... es lamentable...- dijo seriamente el hombre. 

- Ni siquiera mi tío Gregory está!!...- dijo para provocar incomodidad en Benoit. 

Benoit apretó su mandíbula al recordar al infeliz de Gregory. 

- Entiendo... pero creo que su madre será una buena representante para pedir su mano...- dijo tratando de mantener la calma. 

- Supongo que tiene razón... tendremos que preparar una cena de compromiso...- dijo tranquila Elizabeth. 

- Si... ojalá sea lo más pronto posible... para comenzar a preparar la boda... debemos buscar una fecha... quiero una boda espectacular, como nunca se ha visto en la ciudad...- dijo orgullo Benoit. 

Elizabeth solo le sonrió y bebió su copa de vino. 

Benoit de un momento a otro comenzó a mirar a los asistentes, algo lo inquietaba, una mirada de alguien lo puso en alerta. 

Cuando vió en un rincón una sombra que desapareció entre los asistentes. 

Elizabeth lo miró con confusión, vio preocupado a Benoit. 

- Sucede algo?... lo noto inquieto?...- preguntó con curiosidad Elizabeth. 

Benoit la volvió a mirar con inquietud. 

- No... creí ver a alguien...- dijo tratando de mantener la calma. 

Después del almuerzo, Benoit llevó a Elizabeth a su hogar, se acercó a ella y le dió un beso en su mejilla. 

- Gracias... querida Elizabeth... por aceptarme... no sé arrepentirá por querer ser mi esposa...- dijo con un tono de seducción. 

Elizabeth se inclinó con la cabeza para despedirse de Benoit. 

- Esperemos que está decisión sea la mejor para nuestras familias.. recuerde que este matrimonio es solo comercial... señor Miroslav...- dijo para aclarar la situación a Benoit. 

Benoit la miró fijamente mientras se acercaba a ella, poniendo nerviosa a Elizabeth. 

- Elizabeth... se que ha sufrido mucho por la traicion de Paul... pero déjeme conquistarla... puede ser que Paul haya sido el primero en su corazón; pero permitame ser el último en el...- dijo seductor Benoit. 

Elizabeth abrió los ojos de asombro.

- Dejemos que el tiempo haga lo suyo... señor Miroslav...- dijo misteriosa Elizabeth. 

- Claro que sí... no la presionare ni la obligaría hacer algo que usted no quiera...- dijo Benoit besando su mano para despedirse. 

Elizabeth lo vió marcharse y un gran suspiro salió de ella, cuando se disponía a entrar a su hogar, sintió en su nuca que alguien la miraba fijamente, quedó quieta por un momento y se dió la vuelta para ver si encontraba de quien era esa mirada penetrante. 

Pero no vió a nadie y un escalofríos la hizo sentir incómoda que entró corriendo a su hogar. 

El mayordomo la estaba esperando y la vió nerviosa. 

- Señorita Elizabeth... está usted bien?...- preguntó preocupado Igor. 

- Por favor Igor... ordena a los empleados que vigilen los alrededores, creo que vi a un hombre merodear nuestra mansión...- ordenó Elizabeth. 

- Lo haré enseguida señorita... señorita Elizabeth... la esperan en su despacho...- dijo con respeto el mayordomo. 

Elizabeth abrió la puerta de su despacho y vio a Dan, al doctor Poe junto a Santos. 

- Que bueno que estés aquí... Cómo te fue con Benoit?...- preguntó Dan.

Elizabeth levantó su mano para mostrarles su mano con el anillo. 

Los tres hombres se miraron sorprendidos .

- Parece que Benoit Miroslav a caído en su propia trampa...- dijo el doctor Poe. 

Dan se acercó a ella preocupado.

- Elizabeth... te pregunto otra vez... estás segura con el paso que vas a dar?... podemos cancelar todo y puedes tomar el barco a Italia junto a las muchachas?...- preguntó preocupado Dan.

Elizabeth negó con la cabeza. 

- Claro que no!!.. ya estamos metidos en esto... no podemos retroceder ahora... Porqué Benoit vendría con todo y ahí si... nos mataría a todos sin piedad... le haré creer que me estoy enamorando de él... eso hará que baje la guardia... por lo tanto mis queridos amigos... sigamos con el plan establecido...- dijo decidida Elizabeth. 

Después de terminar el día y la anochecer comenzó a caer , Benoit llego a su mansión, Alfred lo recibió preocupado. 

- Que ocurre Alfred?... porqué tienes ese rostro de preocupación?...- preguntó con interés Benoit. 

- Señor... hay alguien que lo espera... está en su despacho...- dijo preocupado Alfred. 

Benoit frunció su seño y en un segundo abrió la puerta de su despacho, alguien estaba sentado en su silla, los negros de Benoit se volvieron rojos y sus colmillos aparecieron. 

- Pensé que no te volvería a ver nunca más...- dijo Benoit al extraño. 

La silla se dió vuelta y una sonrisa sarcástica y diabólica apareció en el rostro del extraño. 

- Pero... Benoit Miroslav... es así como recibes a un viejo amigo?... los he estado buscando todos estos años?... Alfred y tú me abandonaron en Napoles...- dijo con ironía el extraño. 

- Porque estás aquí... Vladimir Stax?

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