Dos días después Elizabeth invitó a Benoit Miroslav a cenar a su casa. Aunque Silvia y Carlota no estaban de acuerdo, tuvieron que resignarse ante la insistencia de la joven.
- Mamá... necesitamos tener a Benoit de nuestro lado... además se lo que estoy haciendo...- dijo decidida Elizabeth.
- Solo te pedimos que seas cautelosa ... Benoit es muy astuto... puede darse cuenta de tus intenciones...- le advirtió su madre.
- Tranquila madre... si él se da cuenta de lo que está pasando, no creo que dija nada y me seguirá el juego para no sentirse descubierto...- dijo tranquila la muchacha.
Mientras tanto en la mansión Miroslav, Emilio llegó a dar el informe de cómo estaba funcionando todo en los viñedos.
- Hemos podado las hojas secas y limpiado los canastos que tenían uvas podridas...- dijo con seriedad Emilio.
- Como han estado los empleados?... te han dado problemas?...- dijo Benoit mientras observaba al joven.
- No... todos están trabajando con ahínco y desde ahora están trabajando una media hora más... señor..- decía Emilio mientras también lo observaba.
- No es necesario sobre la media hora... solo quiero que trabajen arduamente... mañana iré a echar un vistazo, también quiero que me acompañes a las bodegas para que veas como trabajan los artesanos con nuestros vinos y veas que uvas se necesitan, ya sea su color, tamaño , etc..- dijo Benoit mientras le mostraba un traje en una silla.
Emilio lo miró confundido.
- Esa tenida es tuya... quiero que me acompañes a la mansión Real...me invitaron a cenar y no quiero ir solo, iras cómo mi asistente...- dijo Benoit mientras llamaba a Alfred.
- Pero... a la mansión Real?...- preguntó incrédulo.
- Alfred... lleva a Emilio para que se de un baño y cambié de ropa...- ordenó Benoit.
Alfred asintió con la cabeza.
- Joven... acompañeme...- dijo Alfred mientras le indicaba el camino.
Emilio lo siguió confundido hasta una habitación. Alfred lo miró fijamente y le advirtió.
- Joven... nunca he visto al señor darle tanta confianza a un extraño... aproveche esta oportunidad y aprenda todo lo que pueda y sobre todo no lo decepcione ...- le advirtió Alfred. .
Emilio abrió los ojos de asombro y asintió con la cabeza.
Cuando se fue Alfred, Emilio quedó pensando porque Benoit Miroslav lo estaba invitando a la mansión Real, de repente una imagen se le vinó la cabeza.
- Oh!!!... si me reconocen las señoras y le dicen que andaba buscando a Caroline?... uf!! En que lío me he metido!!...- se lamento Emilio...
En la cabaña de Paul Philips, Cristina comenzó de a poco a mejorar, ya recibía los alimentos, Paul no se había movido de su lado.
- Señor... no sé preocupe por mí... se que tiene mucho trabajo... yo estaré bien...- dijo suavemente Cristina.
Paul le sonrió con ternura, su dentadura perfecta y mirada trasparente de Paul, puso nerviosa a Cristina.
Paul pudo percibir su nerviosismo, la miró fijamente mientras le acomodaba las sábanas.
- Tranquila... todo está bien... si hay algún problema, mis empleados me lo dirán... además estoy cuidando a mi esposa..no?...- dijo mientras le guiño un ojo.
Esa acción puso más nerviosa a Cristina que sus mejillas se pusieron rojas .
Cristina se puso a pensar que desde que Paul la estuvo cuidando; ya no pensaba en Benoit, ya no le dolía pensar en él.
- Acaso ya me he olvidado del sentimiento que tenia por él?...- pensó Cristina.
- Dime... que quieres para cenar?... preguntó Paul muy animado.
- Yo...lo que usted quiera... no tengo problema con la comida...- dijo con humildad Cristina.
Paul le volvió a sonreír.
- Porque me tratas de " usted".?.. dime Paul... - le sugirió el joven.
Cristina estaba confundida por el cambio tan radical de su esposo, al principio no quería verla y eso la deprimió en extremo que quiso acabar con su vida lentamente, no se perdonaba haber acabado con el amor de Elizabeth y él, y la culpa la carcomia por dentro.
- Señor... Paul... porqué me trata tan bien?... no lo merezco...- dijo con tristeza Cristina.
Paul se acercó a ella y se sentó en la cama, la cercanía de ambos puso un poco cohibida a la joven.
- Es verdad... he tenido mucho resentimiento por haberme obligado a casarme contigo, pero al verte al borde de la muerte, me sentí muy culpable y ese resentimiento que sentía por ti cambió...- dijo Paul suavemente.
- Cambio en lastima?... perdón... soy muy patética..- dijo tristemente Cristina.
Paul le levantó la barbilla con delicadeza y la miró con ternura.
- Claro que no... lastima no es... quiero que nos demos una oportunidad a este matrimonio...
- Pero la señorita Elizabeth? ... lo interrumpió Cristina.
Los ojos de Paul se llenaron de tristeza y resignación.
- No puedo hacerle esto... que ella me esperé ... sería egoísta y ruin de mi parte... para los tres... es mejor liberarla y que ella busque su felicidad que yo no puedo darle...- dijo con sentimientos encontrados Paul.
Las lágrimas empezaron a correr por las mejillas de la muchacha.
- Lo siento tanto!!... nunca me voy a perdonar por todo el daño que he causado...- dijo llorando Cristina.
Paul la abrazó con suavidad.
- Ya no importa lo que pasó antes... lo importante es pensar en el futuro... pero para poder seguir nuestras vidas con tranquilidad; no debe haber mentiras... entiendes lo que te estoy tratando de decir?... preguntó con interés Paul.
Cristina asintió con la cabeza y miró con culpa a Paul.
- Señor... Paul...usted nunca abuso de mí... todo fue un plan de Benoit Miroslav para que la señorita Elizabeth se decepcionará de usted, al principio solo era que ella lo viera en mis brazos y terminará la relación... pero al ver que la señorita no cayó en la trampa... Benoit inventó sobre el abuso... y bueno lo demás usted ... lo sabe...- dijo nerviosa Cristina.
Paul la miró con asombro.
- Cuales son las intenciones de Benoit con Elizabeth?...-. preguntó con preocupación.
- No lo tengo claro todavía... pero su intención es casarse con ella... y esta haciendo todo lo posible por conseguirlo...
Emilio se cambio de ropa y bajo las escaleras, abajo lo esperaba Benoit y Alfred. Alfred al verlo quedo impactado por el parecido con Benoit, también Benoit lo miró pensativo. La elegancia del joven lo confundía, apesar de ser un campesino sin educación, tenía una arrogancia innata. - Vamos!! Se nos hace tarde...- ordenó Benoit. Emilio asintió con la cabeza y siguió a los dos hombres. En el carruje Benoit no le quitaba la vista encima, poniendo nervioso al joven. - Cual es tu apellido? Emilio...- preguntó interesado Benoit. Emilio se sobo sus manos y aclarando su garganta. - Jackson... señor... Emilio Jackson...- dijo nervioso Emilio. Benoit quedó pensativo por un momento. - Tus padres... quienes son?..- volvió a preguntar Benoit. - Ah?.. bueno no conocí a mis padres... mi padre murió en la revolución y mi madre murió en mi parto... nos crío mi abuela materna...- dijo Emilio inocente. - Crío? Tienes más hermanos?...- preguntó con interés Benoit. - Si... una her
Benoit Miroslav estuvo callado toda la cena, observaba a las mujeres que realizaron el comentario. - Que quisieron decir con " Con lo que se hereda no se hurta"?... que están ocultando?...- pensó distraído Benoit. Elizabeth estaba sorprendida por lo callado que se encontraba Benoit, le llamo la atención, ya que siempre era muy extrovertido. - Se siente bien... señor Miroslav?...- preguntó con curiosidad Elizabeth. Benoit la miró fijamente y le sonrió. - Oh!!... si, si,... solo que hoy me siento un poco cansado... gracias por su preocupación... Elizabeth..- dijo con seducción. - Entiendo... pero ha pensado en mi oferta, señor Miroslav?...- preguntó con interés Elizabeth. Benoit realizó una mueca de negación. - He estado arreglando unos asuntos de mis viñedos y la verdad no he podido analizar su propuesta..- dijo tranquilo Benoit. - Oh!!... espero que no sea algo complicado..- dijo con decepción Elizabeth. - Bueno.. por esa razón contrate a Emilio, él ha sido de gran
Alfred había llegado a la mansión, en la penumbra de la noche, su mente tenía muchas preguntas con respecto a Emilio Jackson. - Porque este muchacho me recuerda mucho a Benoit?... será algún pariente lejano?..- se preguntó mientras escuchó ruido en los calabozos. Se acercó con sigilo y escuchó unas voces. - Ladrones?... No!! ... el Teniente Dan!!...- pensó con asombro. En los calabozos los tres hombres estaban frustrados por no encontrar ninguna salida hacia el primer piso de la mansión. - Uf!! Solo esa puerta tiene la salida , que haremos?..- preguntó Dan con frustración. Los hombres se quedaron callados al escuchar un ruido arriba de ellos, la puerta de la escalera comenzó a sonar por el picaporte oxidado que se habría. Dan dió un paso y miró hacia la escalera y vio la puerta abierta, les hizo una seña al doctor Poe y Santos. Los dos hombres se miraron confundidos y preocupados. - Quien abrió la puerta?... será seguro subir?...- preguntó Santos. Alfred al darse cuen
Paul miró con pánico a Dan. - Queee?... Elizabeth todavía es una niña!! La vas a utilizar como carnada?...- dijo molesto Paul. Dan suspiro profundamente. - Fue idea de ella... de hecho todo ha sido planeado por ella, nosotros solo la estamos ayudando, créeme yo también estoy preocupado, Benoit Miroslav es muy peligroso y cualquier cosa puede pasar...- se lamento Dan. - Entonces!! ... hay que convencerla que desista de esta locura!!...cómo no habrá otra forma de acabar con él?...- preguntó con molestia. - Ella está decidida... y de ahí nadie la mueve..- dijo con resignación Dan. El doctor Poe se acercó a Elizabeth. - Señorita Elizabeth... es hora de regresar a casa...- dijo interrumpiendo el abrazo de las tres chicas. Caroline le tomó la mano. - Porque no te quedas con nosotras esta noche?... el doctor Poe puede dar aviso a mi madre y a la tía Carlota. - Si!! Prima... por favor quédate con nosotras!!..- suplicó Amelia. Elizabeth las miró sorprendida pero al final asin
Paul llevó a Cristina a la cama, la depósito con delicadeza, la joven temblaba como una hoja al viento, a su mente vinó el recuerdo de aquella noche junto a Benoit, para ella fue una noche dramática, trató de relajarse. Paul la besó con ternura y su mano tomó la de ella, para que se sintiera tranquila. Cristina correspondió el beso y por un instante olvido esa noche traumatica, pero cuando Paul comenzó acariciar su cuerpo ; ella se puso tensa, Paul pudo percibir su nerviosismo y miedo, por lo que volvió a tomar su mano. - Tranquila... no haré nada que te haga daño... - le dijo mientras le acariciaba su rostro. - Yo... perdón...- dijo con vergüenza Cristina. - No tienes que pedir perdón... ahora descansa, estaré a tu lado y dormiremos juntos hasta que puedas acostumbrarte a mi cuerpo... no forzare nada...- dijo suavemente y con ternura mientras se acomodaba a su lado. Cristina se sorprendió por la actitud de Paul, pensaba que él la obligaría, pero fue todo lo contrario, la trat
Elizabeth salió del baño con una actitud arrogante y fría, decidió cambiar su forma de vestir, quería demostrar al mundo que ya no era esa niña ingenua y tierna, ahora sería una mujer fuerte que no le teme a nada y a nadie; fue a su closet y busco un vestido diferente a lo que estaba acostumbrada a usar. Encontró un vestido azul , se lo había regalado su hermana para una navidad, le había dicho que era cuando se sintiera una mujer diferente, se lo colocó, el vestido realzaba su figura, se sentó en su tocador, se miró al espejo, siempre llevaba su pelo suelto con algunos adornos, esta vez decidió cogerse el cabello, dejando a la vista su delicado cuello. Sacó también una pintura de labios que también Caroline se lo había regalado, comenzó a pintarse sus hermosos labios con un color carmín, el color del labial , su peinado y su vestido, la hacía ver una mujer totalmente diferente, ya no era la delicada Elizabeth , ahora era Elizabeth la fuerte. Bajo las escaleras, los empleados
Elizabeth abrió los ojos de asombro, las palabras no salían de su boca, Benoit la miraba con intensidad. - Quizás mi propuesta sea muy atrevida para usted.. y pueda ser que me tenga miedo, pero créame yo no le haré ningún daño...- dijo Benoit con tono seductor. Elizabeth le sonrió, su sonrisa reflejaba astucia. - Nunca subestime a una persona que no tiene nada que perder, porque cuando perdió todo, también perdió el miedo...- dijo fríamente. Benoit le sonrió con admiración. - Tengo algo que decirle... Siempre la he admirado, por su delicadeza e ingenuidad, pero ahora... Esa admiración sea transformado en devoción...- dijo con sinceridad. Elizabeth se levantó de su silla, comenzó a caminar por la habitación, se dió vuelta y clavo su mirada en Benoit. - Su propuesta realmente es atrevida... señor Miroslav... Pero lo pensaré con cuidado...- dijo coqueteando a Benoit. Los ojos de Benoit se abrieron de alegría por la esperanza que le estaba dando. - La esperaré el tiempo que sea n
Alfred miró la habitación donde estaban cautivas Amelia y Caroline, comenzó a desordenar el lugar, sacó las sábanas de la cama y realizo una cuerda que colgó por la ventana, quebró el vidrio para disimular una escapada de las muchachas. - Bien... ahora a esperar y que comience el espectáculo...- dijo pensativo Alfred. A lo lejos pudo escuchar el carruje de Benoit acercarse, bajó las escaleras con la mirada confundida. Benoit lo vió correr a su lado con nerviosismo. - Que habrá pasado ahora?!!..- dijo molesto el vampiro. - Señor!!!... a ocurrido un problema grave!!...- mintió Alfred. - Que ocurre Alfred?!!... porqué la agitación?..- preguntó con curiosidad Benoit. - Las señoritas Real...- dijo sin aliento. - Que pasa con ellas?... preguntó molesto Benoit. - Han escapado ...- dijo avergonzado Alfred. Benoit abrió los ojos de furia que de un golpe derribó al mayordomo. - Idiota!!... cómo que se escaparon dos mujeres tontas!!?... no pudieron escapar solas !! Alguien