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Elizabeth en peligro...

Benoit caminaba de un lugar a otro, su mente estaba hecha un lío, sobre todo que un mal presentimiento lo invadió con fuerza.  Alfred lo vio ensimismado que se acercó a él para preguntarle que ocurría. 

- Señor... está usted bien? Lo veo con una expresión de preocupación...- dijo con curiosidad Alfred. 

Benoit se detuvo y vio a su mayordomo. 

- Tengo un mal presentimiento... no sé como explicarlo pero algo realmente malo ocurría...- dijo pensativo Benoit. 

- Y que podemos hacer para saber que ocurrirá?...-.preguntó confundido Alfred 

- Vladimir... ya regreso?...- preguntó de repente el vampiro. 

Alfred negó con la cabeza. 

- No señor....salió a la anochecer y todavía no regresa... usted cree que se meterá en problemas otra vez?...- preguntó con curiosidad Alfred 

Benoit suspiro profundamente y asintió con la cabeza. 

- Eso me temo... y pienso que si no actuamos pronto, Vladimir puede ponernos a los dos en peligro y todo lo que he trabajado se irá a la basura...- dijo preocupado Benoit. 

- Entonces que haremos?...- preguntó inquieto Alfred. 

- Tendremos que ir en su búsqueda... está noche estaría vigilando al supuesto primo de Elizabeth, entonces puede que este en la comisaría o en la mansión, vamos Alfred!!...- ordenó Benoit. 

Mientras tanto en la habitación de Elizabeth, Vladimir comenzó a urgar en sus cosas, oliendo cada prenda de la muchacha. 

- Mmm... que aroma más refrescante... cómo disfrutaré esta noche!!... jaja pobre de Benoit... su prometida le pondrá los cuernos conmigo, eso le pasa por no actuar enseguida... si fuera yo... ella ya hubiera sido mía muchas veces... jaja pero no te preocupes Benoit... te déjare algo para tí...-dijo con lujuria y malicia. 

Durante la cena todo transcurrió de forma agradable, Henry tenía el talento de hacer reír al más serio del mundo, Elizabeth solo lo observaba. 

- Bueno...ya es tarde... mañana debo ir a trabajar temprano por lo que hay que ir a descansar, Igor nuestro mayordomo te indicaran tus aposentos ... Henry...- dijo seriamente Elizabeth. 

Henry miró a Elizabeth y la vio cansada que no dijo nada al respecto, solo asintió con la cabeza. 

- Tienes razón ... ya es muy tarde, mañana podemos seguir con nuestra conversación tan agradable que hemos tenido...- dijo con amabilidad Henry, mientras se levantaba de su asiento y se despedía de las tres mujeres. 

Igor lo acompaño al segundo piso donde se encontraban las habitaciones, el mayordomo le indicó cual sería su habitación. 

- Señor ... este es su habitación, como verá estan todas sus pertenencias ya están aquí, señor... además al frente de su habitación está la de la señorita Elizabeth...- dijo con solemnidad Igor. 

Henry quedo mirando por un momento la habitación de Elizabeth, sintió un escalofríos 

- Señor... está bien?...- preguntó confundido el mayordomo. 

Henry volvió en si y asintió con la cabeza. 

- Parece que vi una araña en la puerta de la señorita... yo que usted revisaría la habitación de la señorita, sería una pena que una araña venenosa pueda morderla ...- dijo con seriedad. Henry. 

El mayordomo lo miró asustado y asintió con la cabeza. 

- Mandare una empleada a revisar la habitación de la señorita...- dijo con preocupación el mayordomo.

- No!! Mejor vamos los dos y revisamos la habitación!! Para que no se escape la araña!!...- dijo con frustración Henry. 

El mayordomo abrió los ojos de espanto. 

- No!! Claro que no!! ... tenemos prohibido entar en las habitaciones de las señoritas, solo las empleadas tienen la autorización de entar ...- dijo alarmado Igor. 

Henry suspiro de fastidio y no dijo nada más y entró a la habitación, de inmediato comenzó a buscar entre sus cosas sus armas.

- Estare preparado ... espero que mi instinto esté  equivocado ...- pensó Henry preocupado. 

El muchacho tanto tiempo tratando con vampiros, su instinto se agudizó a tal extremo que los puede sentir a lo lejos. 

Elizabeth no volvió a su habitación, si no que fue a la biblioteca a revisar algunos libros de su bisabuelo. 

- Hija... no iras a dormir? Ya es tarde...- dijo Silvia cariñosamente. 

- Si madre... ya voy estoy revisando algunas anotaciones del abuelo... uf!! Como lo extraño...- dijo melancólica Elizabeth. 

- Cariño... no te pongas triste... descansa, estas trabajando demasiado... ahora ve a la cama...- le ordenó su madre.

Elizabeth suspiro de cansancio y se levantó, abrazó a su madre y las dos subieron las escaleras. 

- Te prometo que pronto estaremos juntas otra vez...- dijo dándole un beso en la frente a su madre.

Su madre le sonrió con ternura. 

Mientras tanto Benoit y Alfred llegaron a la mansión Real, Benoit comenzó a oler el aire buscando la esencia de Vladimir.  Benoit quedo hipnotizado por un momento y miró a Alfred con furia. 

- Ese maldito esta en la habitación de Elizabeth!!...- dijo furioso Benoit. 

Alfred abrió los ojos de asombro. 

- Que haremos señor?!... Vladimir no se detendrá con ella!!...- dijo preocupado Alfred. 

Elizabeth entró a la habitación, la encontró más helada que nunca, sintió un escalofríos, pero estaba tan cansada que no presto atención a su alrededor, fue al baño y se metió a su bañera, su figura se traslúcia atraves de las cortinas, Vladimir la observó con deseo , sus ojos cambiaron de color y sus colmillos aparecieron. 

- Falta poco ... pronto serás mía... querida Elizabeth...- dijo con tono lascivo. 

Elizabeth se relajo en la bañera que se quedó dormida, Vladimir al ver a la chica dormida, entró al cuarto de baño y con un movimiento de mano la hizo entrar en un sueño profundo, una sonrisa diabólica apareció en su rostro. 

- Llego el momento...querida Elizabeth... por fin serás mía...- Vladimir con cuidado la sacó de la bañera y la depósito en la cama, los ojos del vampiro se llenaron de lujuria ante la belleza y perfección del cuerpo de Elizabeth. 

Vladimir comenzó a desnudarse y  se abalanzó encima de Elizabeth que estaba profundamente dormida, no puso resistencia antes las caricias sucias y frías del vampiro. 

Henry se paseaba nervioso por la habitación, sabía que algo terrible estaba ocurriendo en la habitación de Elizabeth, sin pensarlo más salió de su habitación y fue a la de la muchacha, quedó parado mientras pensaba como actuar, hasta que escucho unas voces. 

- Quita tus manos inmundas de Elizabeth!!...- le gritó Benoit a Vladimir. 

Benoit y Alfred entraron justo a tiempo antes que Vladimir abusara de Elizabeth, Alfred al ver a la chica desnuda corrió a tapar la joven. 

Vladimir lo miró con confusión. 

- Benoit... que haces aquí...- preguntó asustado. 

Vladimir sabía las reglas de los vampiros, que no podían poseer a la mujer de otro vampiro, eso sería la traición. 

- Es hora de darte tu merecido... Vladimir...

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