Rachel Ward se había convertido en la obsesión de Ludwig Reeves. Desde el momento en que la vio, juró que aquella mujer iba a ser suya. La chica mojigata de mirada profunda y perturbadora, labios sensuales y rostro angelical; se convirtió en un reto que no estaba dispuesto a rechazar, aún y cuando, su inocencia y timidez fueran un gran obstáculo para un hombre tan perverso. Después de aquella noche, en la que tuvo una probada del fruto de la tentación, del olor a inocencia, del ángel caído del cielo; decidió ir tras ella y satisfacer sus deseos más oscuros y prohibidos, sin saber que, aquel reto, se convertiría en su perdición; en la manzana prohibida de su propio paraíso. Una chica inocente y angelical entrará en un mundo oscuro y lleno de depravación que cambiará toda su vida de la noche a la mañana. Su ingenuidad será el motivo de sus desgracias y la causa por la que dos hombres se obsesionarán con ella y estarán dispuestos a hacerlo todo para tenerla. Un enfrentamiento que provocará terribles consecuencias y en la que solo uno será el gran vencedor. Reeves, hará lo que sea para quitar de su camino a todo lo que se interponga en sus planes de hacerla suya. El destino de Rachel estará en las manos del hombre más oscuro y peligroso, uno capaz de llegar hasta las últimas instancias para obtener lo que quiere, un hombre al que todos llaman… Amo de la perversión. Reeves, está aquí y ahora la quiere a ella. Identificador 2108259036837 Fecha de registro agosto-2021 © Todos los Derechos Reservados
Leer másVolver a esta habitación, pone mis emociones a flor de piel. Observo los alrededores y noto que todo sigue igual. Incluso, hay un cepillo sobre el tocador con restos de mi cabello. Recuerdo haberlo dejado allí la última noche que estuve en esta casa. Mis ojos se nublan con las lágrimas. ¿Por qué me sigue afectando tanto?―No quiero que hagas ningún esfuerzo ―el sonido de su voz me trae de vuelta al presente―. Recuerda que acabas de salir de la clínica y estás convaleciente ―asiento en respuesta. Me deja en el centro de la cama y me da un beso en la frente―. Las dejaré solas para que hablen de sus cosas. Tengo algunos asuntos que tratar con Robert ―me guiña un ojo, dejándome aturdida―. Aprovechen su tiempo de chicas.Mi corazón da un vuelco cuando me mira a los ojos y sonríe de esa manera que me hace sentir apreciada. Físicamente, sigue siendo el mismo hombre, a pesar de lo demacrado que se ve, pero hay un cambio evidente en él. Ahora es más expresivo y comunicativo. Incluso, romántico.
Tengo la mente agotada. Mi capacidad para pensar está diezmada. No tengo fuerzas para seguir discutiendo con este hombre tan empecinado y terco que está decidido a salirse con las suyas a como dé lugar. A pesar de mi enfado, apreciarme tan cuidada y querida me hace sentir reconfortada. Acepto la tregua que pidió y, sucumbo, a mis irrefrenables ganas de refugiarme entre sus brazos y hundirme sobre su pecho cálido, mientras huelo de la deliciosa fragancia masculina que emana de su cuello.―Sigues usando el mismo perfume de siempre.Pregunto antes de que pueda darme cuenta de lo que estoy diciendo.―Sí, cariño ―me mira de una manera que hace palpitar mis entrañas―. Es el mismo que tenía puesto la noche en que te hice el amor por primera vez ―responde con un tono de voz ronco y profundo―. No quise cambiar nada que me recordara a ti, incluso, nuestra habitación sigue intacta ―su confesión me deja atónita―. He dormido en una de las recámaras contiguas para que el olor que dejaste prendado en
Fue una decisión intempestiva la que acabo de tomar, pero viéndolo desde un punto de vista objetivo y tomando en cuenta el hecho de que Rachel está esquiva y desconfiada, no puedo permitir que la brecha entre nosotros se abra y termine perdiéndola. Será una tarea ardua y complicada lograr que vuelva a confiar en mí, pero estoy dispuesto a hacer cualquier sacrificio para conseguirlo. Ella es mi vida y su lugar está a mi lado.―Vamos a vestirte, cariño, Jacob vendrá a buscarnos dentro de poco ―le digo al sentarla a la orilla de la cama―. Sé que querías tomar un baño antes de salir de aquí y que las enfermeras podrían haberse encargado de ello, pero lo haremos al llegar a casa ―sus ojos se abren como platos. Sonrío con disimulo, porque ni siquiera se imagina lo que le espera cuando gocemos de toda la intimidad que necesitamos para comenzar a aclarar nuestras diferencias―. Será mucho más fácil hacerlo, mientras disfrutas de un baño de espuma en la bañera.Hace un mohín de enfado que me par
―¿Eres tú, Rachel?Sonrío y asiento en respuesta.―Sí, Lud, soy yo, he vuelto a ti, estoy viva.Corresponde con una sonrisa radiante. En un par de zancadas se acerca y me estrecha entre sus brazos. Aspiro el delicioso aroma de su perfume que se cuela por mis fosas nasales y revoluciona mis hormonas enloquecidas. No me había dado cuentas hasta ahora lo mucho que extrañé su delicioso olor a hombre y virilidad.―No sabes lo feliz que me hace saber que estás viva, Rachel ―ahueca mi rostro entre sus manos y me mira a los ojos con una intensidad que me abruma y me roba los sentidos―. Te estuve buscando durante todo este tiempo, siempre supe que iba a encontrarte.Inclino la cabeza hacia atrás y fusiono mi mirada con la suya.―¿Me estuviste buscando?Pregunto, esperanzada. Responde con un leve asentimiento de cabeza. Desliza su pulgar con suavidad por mi mejilla y alterna su mirada entre mis ojos y mi boca.―Por supuesto, cariño ―susurra sobre mis labios―. Algo en lo profundo de mi ser me dec
Por fortuna, el sangrado fue controlado a tiempo. No hubo consecuencias que lamentar. Respiro profundo. Me duele la m*****a cabeza de tanto pensar. Le he dado vueltas y vueltas a todo la situación y cada pensamiento me lleva a una misma conclusión: Massimo De Luca. Creo que tendré que hacerle una pronta visita a ese miserable. Ese puto agente tiene muchas cosas que explicarme. Su repentina aparición la noche del supuesto asesinato, sus preguntas y el interés que puso en todo lo que se relacionaba con Rachel, no me deja ninguna duda de que él es la mente maestra de todo este asunto. Abandono mis pensamientos en lo que escucho un par de golpes suaves a la puerta. Esta se abre unos segundos después.―Buenas noches, señor, traje ropa limpia ―me apunta Alfred al apuntar con su dedo índice hacia mi camisa―, no querrá que ella despierte y lo consiga todo manchado de sangre ―miro hacia mi camisa y me doy cuenta de que está cubierta con su sangre. Niego con la cabeza―. Tome un baño y cámbiese d
En contra de todas las posibilidades y de cualquier lógica razonable, Rachel ha vuelto a mí. Cuando logro recuperarme de la impresión que me causan sus duras y demoledoras palabras, su cara pierde color y de un momento a otro, se desvanece.―Nena, necesito que te mantengas despierta ―inspecciono la herida de su mano―. No voy a permitir que nada malo te pase. Voy a buscar una toalla para detener el sangrado hasta que llegue el doctor. Ya regreso. Corro hacia el baño y cojo un par de toallas de mano del gabinete del lavabo. Mis manos tiemblan de manera incontenible y la respiración se ha tornado mucho más agitada de lo que estaba. Regreso a la habitación casi de inmediato, pero la encuentro tratando de escapar de la habitación.―Rachel…Lanzo las toallas sobre la cama y me acerco a ella para detenerla.―No te atrevas a poner ni uno solo de tus dedos sobre mí ―¡Joder! Se viene un maldito infierno sobre mí. Convencerla no va a ser tarea fácil, pero, por ella, estoy decidido a resistir lo
SinopsisAhora que Ludwig encontró a Rachel, está decidido a mantenerla a su lado a como dé lugar. Tiene una nueva oportunidad para enmendar todo el daño que le hizo y volver a conquistarla, pero las cosas no resultarán tan sencillas como él esperaba.Rachel evitará cualquier acercamiento de su parte a pesar de que sigue amándolo con toda su alma y corazón. No confía en las palabras de la persona que la traicionó y la apartó de su lado. Pondrá al límite la cordura y la paciencia del único hombre al que ha amado y del que sigue perdidamente enamorada.El pasado y nuevos enemigos vuelven a amenazar su felicidad, pero ahora ambos estarán preparados para enfrentarlo juntos. Los secretos comienzan a develarse y la venganza será más cruenta y despiadada contra todos aquellos que destruyeron sus vidas y lograron separarlos. Rachel y Ludwig, vienen por ellos.Identificador 2205041067564© Todos los Derechos Reservados***Tiemblo de pies a cabeza. La rabia, la ira, el dolor y el amor se comb
―Yo no soy…Menciona Rachel, bastante contrariada. Así que me veo obligado a intervenir para remediar la incómoda situación.―Lo siento, Alfred, déjame presentarte a la señorita Venus ―le aclaro y le guiño el ojo con disimulo para que me siga el juego―, es una de las bailarinas del club y esta noche es mi invitada.Me observa, intrigado, pero capta la indirecta. De inmediato, vuelve a su acostumbrada actitud formal y distante.―Lamento el imperdonable error, señor ―luego de disculparse vuelve a fijar la mirada en mi compañera―. Señorita, pido disculpas, permítame enmendar mi equivocación dándole la bienvenida y poniéndome a sus órdenes.Ella corresponde con una sonrisa tan adorable y dulce, que me dan ganas de comerle la boca a besos. Y es precisamente lo que pienso hacer durante toda esta noche.―No hay nada que perdonar, Alfred ―indica con ese acento delicioso que enciende mi polla―, estoy segura de que no fue tu intención.Mi mayordomo se hace a un lado para que ingresemos.―Por fav
Comienza a llorar sin darse cuenta de que sus emociones acaban de dejarla al descubierto.―Debiste decírselo, habrías evitado tanto dolor.Aquellas palabras se hunden en mi corazón como dagas filosas. Sí, si hubiera tenido el valor de aceptar que la amaba, nada de esto habría ocurrido. El presente sería totalmente diferente.―Sí, tienes razón ―acerco mi boca a la suya―. De haberlo hecho, ella estaría compartiendo la vida conmigo, amándonos ―inhalo profundo―. Quizás a estas alturas estaríamos casados y tendríamos una hermosa familia.Se ve tan contrariada por mis palabras, que, por un instante, creo haberme pasado de la raya. Así que trato de hacer control de daños.―¿Qué hay de ti, Venus? ―espero que pueda distraerla hasta que lleguemos a casa―. ¿Hay o hubo alguien en tu vida?Su cuerpo se tensa. Sé que acabo de pisar terreno delicado y peligroso. Me mantengo en silencio, esperando por una respuesta, en el caso de que decida dármela.―Hubo alguien… ―se toma una pausa, antes de continua