A punto de caer el segundo!!
Estoy nerviosa. No sé si pueda quedarme tranquila sabiendo que todas las personas que me importan corren peligro.―Prométeme que volverás. Se inclina y me besa en los labios al cubrirme con la sábana.―Nada ni nadie me va a impedir volver a ti, cariño ―me vuelve a besar y se pone de pie―. Descansa, por favor, ha sido demasiado estrés para ti durante las últimas veinticuatro horas. Piensa en nuestro hijo. Él te necesita más que nunca.Asiento en respuesta, pero, por más que me lo pida, no voy a poder quedarme tranquila hasta que regrese a mí. Después de esperar a que se cambie de ropa y salga de la habitación, me pongo de pie. Me acerco a la ventana y los observo, mientras se preparan para salir a cazar a ese asesino. No sé por qué siento una extraña sensación de angustia. Media hora después, veo salir a Lud, junto a Robert y Jacob, sus inseparables compañeros de aventura. Al menos eso me deja un poco tranquila, porque sé que ellos no permitirán que nada le pase al padre de mi hijo. A
La señal recibida desde el rastreador de la pequeña, nos lleva a un barrio de los suburbios situado muy cerca de la zona en la que está ubicada la residencia De Luca.―Muy apropiado para ese maldito hijo de puta.Espeto, plagado de ira.―Todo fue planeado meticulosamente ―comenta Massimo en el mismo tono―. Es así como supo cada uno de nuestros movimientos y el momento preciso para actuar.Estoy deseoso por poner mis manos sobre él y acabar con su miserable vida.―Estamos llegando.Anuncia Jacob al estacionarse a un lado del paraje abandonado.―¿Qué lugar es este?Pregunta, Robert, sorprendido por el estado de abandono en el que se encuentra el lugar. Esta vez es Antonio el que responde.―La guarida perfecta para alguien que no quiere ser encontrado.Eso es justamente lo que pensé. Massimo les da las instrucciones a sus hombres para que rodeen la casa y estén atentos a cualquier movimiento. Los cinco nos preparamos para asaltar la cabaña, con la esperanza de salvar la vida de la pequeñ
Tiemblo de pies a cabeza cuando escucho que el teléfono repica. Inhalo profundo, antes de responder.―Dígame, reverendo.Respondo segura.―Qué bueno es oírte de nuevo, preciosura ―siento repulsión tan solo al escuchar su voz―. Me gusta que seas una chica obediente, Rachel.Cierro los ojos y los aprieto con fuerza. Sé que pronto terminaré con esto, solo debo soportarlo hasta que llegue el momento oportuno. Convencerlo de que me tiene bajo su control.―Escucho sus instrucciones, padre Graham.Hasta ahora le he hecho pensar que soy la misma chica tonta e ingenua que conoció en otrora. Que puede manipularme a su antojo.―Por fin ha llegado el día de estar juntos, cariño ―expresa con orgullo―. De ser felices para siempre.Tiemblo de pies a cabeza. Lo único en lo que pienso es en el momento en que hunda mi daga en el fondo de su estómago. Vengar la muerte de mi madre y matarlo antes de que le haga daño al hombre que amo.―Muero por reunirme con usted, reverendo. Lo he esperado durante todo
Nunca antes sentí tanto miedo como ahora. La vida de mi mujer y la de mi hijo, penden de un hilo.―¿Qué mierda, Ludwig? ―pregunta, Massimo, con el mismo tono de desesperación que usé con Victoria, segundos atrás―. ¿Qué es lo que está pasando con Rachel?Sin necesidad de que se lo diga, Robert comprende la situación.―Iré a llevar a mi esposa, a su habitación. Voy a pedir que preparen un té para ella, está muy alterada. Me reuniré con ustedes en unos minutos.Ambos asentimos en respuesta. Espero a que ellos se alejen para tenderle la nota a Massimo.―Léelo por ti mismo ―le digo con un tono de voz sombrío que augura el infierno que está por venir. Voy a mover cielo y tierra hasta encontrarla―. Pero hazlo rápido, Massimo, porque iré ahora mismo a buscar a mi mujer y nada ni nadie podrá detenerme.Desdobla la hoja y lee su contenido. Apenas termina de leerla, eleva su cara y me mira a los ojos con determinación.―Prepararé al equipo e iremos por ella ―me dice determinado―. Pero antes nece
Mantengo la mirada fija sobre el dispositivo que, Massimo, lleva en su mano. En él podemos ver la ubicación en la que ella se encuentra. Estoy impaciente, necesitamos llegar a Rachel, antes de que se encuentre con ese maldito. Gracias a la tecnología que posee en su guarida secreta, el especialista pudo acceder al teléfono de Anika y clonarlo. Pudimos leer todos los mensajes que, mi esposa y ese maldito, se escribieron desde el instante en que hicieron contacto y cada uno de los que han intercambiado hasta este momento. Así descubrimos la hora y la dirección del lugar en el que se iban a encontrar.―Estamos cerca ―nos alerta a mí y a Robert―. No podemos dejarnos ver hasta que Rachel se encuentre fuera de peligro.Ambos asentimos en respuesta. Acaricio la pistola que llevo guardada en la pretina de mi pantalón.―Jacob entrará en posición una vez que nos detengamos cerca del lugar en el que van a verse ―les explico a Robert y a Massimo―. Es un tirador experto. Si tiene el blanco disponi
Tiemblo de pavor al recordar que estuve a punto de perder a mi familia cuando ese asesino quiso llevarse a mi mujer de mi lado. Disfruté con placer cuando ese hijo de puta suplicaba, aterrorizado, para que les quitara a los puercos de encima. No aparté mis ojos de él mientras observaba la manera en que era devorado vivo por ellos.Beso el rostro de mi mujer mientras permanece dormida. La observo durante largos minutos y, le agradezco a Dios, por devolverla a mis brazos. Cierro los ojos y suspiro profundo. Afortunadamente, la vida me dio una nueva oportunidad que no pienso desperdiciar. Ella me ha cambiado, ha renovado mi fe y mis esperanzas y me ha convertido en un hombre nuevo. Uno que está loco y enamorado de la mujer de su vida.―Sabes que puedo oírte, aunque no menciones ni una palabra.Abre sus impresionantes ojos violetas y pone a palpitar mi corazón a la velocidad de la luz. Alzo una ceja y sonrío divertido antes de tirar de su cuerpo y acurrucarla contra mi pecho. Me relamo lo
Sus hermosos ojos violetas por fin se abren de par en par.―Hola, preciosa, bienvenida.Sonrío feliz y la beso en los labios.―Hola.Me dice con la voz cansada.―¿Dónde están nuestros hijos?Después de un parto tan agotador y complicado, cayó rendida por un par de horas. Me sentí profundamente orgulloso de ella cuando la vi pujar con todas sus fuerzas para traer al mundo a nuestros dos preciosos bebés. Mantuve su mano sujeta en todo momento, dándole fuerzas y aliento durante cada segundo que duró la mágica y maravillosa travesía que vivimos juntos. Fue un momento único y especial que atesoraré para toda mi vida. Resultó toda una gran sorpresa para nosotros cuando el médico nos comunicó que tendríamos mellizos. Al principio sentí temor de no ser capaz de ser un buen padre para mis hijos, pero una vez que oí los latidos fuertes y poderosos de sus corazoncitos, supe que daría mi vida para protegerlos. Los amé desde el primer momento. Mi adorada esposa rechazó la cesárea, porque quiso exp
Nunca pedí venir al mundo, llegué siendo un alma ingenua e inocente en medio de un mundo corrupto, lleno de caos y perversión. Un pequeño ser al que la vida todo se lo negó y no tuvo más opciones que luchar con sus uñas para sobrevivir. He escuchado a diversos teóricos decir que, por ley universal, todo ser humano al nacer debe ser amado y protegido por sus padres, tener una familia que se supone, debe estar a nuestro lado, nos debe guiar, brindar su apoyo y darnos su amor incondicional. Sin embargo, todo fue una sarta de asquerosas mentiras ideadas por un grupo de psicópatas fanáticos que se hacen llamar especialistas familiares y que no tienen ni una maldita idea de lo que dicen.Mi madre, una puta adicta a la heroína, cuyo único error fue estar drogada hasta la inconsciencia la noche en que fue abusada por sus compañeros de adicción. Mi padre, uno de los tantos sujetos que depositaron su esperma en la desgastada vagina de la mujer que se hizo llamar mi madre, pero a la que nunca tu