Killian Lennox es un guardaespaldas de elite, entrenado para cumplir con su deber, recibe una propuesta del hijo de una adinerada familia, para que vigile a su problemática esposa e hijo, a quienes en realidad mantiene cautivos, como un par de trofeos. Ariatella Sterling una joven soñadora, que anhela su libertad cada día desde que vive en dentro del infierno de Calvin Wallace su captor y abusador. Lo único que la mantiene en pie es su amado hijo. Ambos viven en realidades distintas, pero las circunstancias los unirán en un momento en el que ambos parecen ajenos a lo que en verdad desean, la libertad de amar sin culpas. Libertad de hacer lo que desean y no ser regidos por los deseos de otra persona. Almas gemelas que se unen y sanan entre sí. ¿Quién dijo que no te podías enamorar de tu guardaespaldas cuando este te procura más allá del deber?
Leer másAristella fue amarrada y amordazada, aquel hombre al que llamaban el jardinero se relamía los labios y fue como ver un clon de Calvin y las lágrimas comenzaron a salir, junto con los gritos ahogados que eran bloqueados por la cinta alrededor de su boca.El jardinero se divertía de verla retorcerse de miedo, que su risa retumbaba en todo el lugar, las personas que la habían secuestrado también se unían a sus retorcidas carcajadas, pero no era todo, sus miradas eran las de depredadores y ella era una indefensa presa, que entró a la cueva del lobo por voluntad propia.––No tiene nada de que preocuparse, nuestros servicios son de primera calidad, claro, mientras su marido de, un anticipo, su seguridad está garantizada, de lo contrario, tendrá que pagar de otra manera.Fue una idiota, se ilusionó creyendo que tendría la oportunidad de ser libre de aquella horrible realidad, que su bebé y ella podrían tener una vida decente, pero ahora sería utilizada como parte de la extorsión hacia Calvin
“Estaremos a su cuidado señor Lennox”Killian se despertó de golpe, no esperaba que palabras tan simples tuvieran tanto impactó, lo suficiente como para atacar en sus sueños, era el rostro de esa mujer que le sonreía y que lo miraba… No, esos pensamientos sin sentido no podían dominarlo.Él tenía un trabajo y como el profesional que es, no dejará que las emociones lo dominen...La mañana llegó muy rápido para Aristella Sterling, casi parecía irreal, lo que ocurrió en el jardín la tarde de ayer.Se levantó más temprano de lo usual, pero la sorpresa en esta ocasión fue la razón detrás de eso.El protagonista de sus sueños, no fue otro que un hombre de discreta belleza, rostro inexpresivo y ojos cálidos, quien indirectamente velo por su descanso, manteniendo a raya las pesadillas que la atormentaban desde que fue encerrada en esta prisión.Estaba feliz de que no recurrió a sus calmantes, lo que la puso de buen humor.Tomó una ducha cálida que relajo sus músculos tensos, necesitaba sere
Los Wallace son una familia de renombre en el mundo empresarial, pero sus éxitos millonarios siempre se veían opacados por las polémicas que envolvía a aquella familia, desde nexos con las mafias, tráfico de personas y lavado de dinero, eran solo la punta del iceberg y que, gracias a sus conexiones y bien construidas fachadas, las autoridades aún no habían encontrado la forma de aprenderlos y todo terminaba en teorías de la conspiración o tabloides amarillistas.Para Killian podría ser algo contradictorio, alguien que creció bajo normas y de que nada estaba por encima de la ley, ahora trabaja para personas de dudosa moral.Su tío lo reprenderá hasta el cansancio y su hermano tampoco estaría del todo de acuerdo, pero no lo juzgaría, cada uno tenía sus motivos y lo único que pedía era que fueran respetados, tal como él hacía como ellos.Además, él no lo hacía por la paga, sino por las personas, tal como este caso, en donde aún no era capaz de explicar esas extrañas sensaciones que apare
—¿Vas a pagarme?—Por favor, se lo suplico, de-de-deme más ti-ti-tiempo.Un hombre con un costoso traje, miraba al otro hombre de rodillas suplicando por aumentar la prórroga, que ya había vencido más veces de las que el hombre elegante podría contar, si por algún milagro tuviera el dinero, no cubrirá ni la décima parte de los intereses que ahora le debe. —¿Por quién me tomas?, ¿una asociación de caridad?—No, no es lo quise decir señor Wallace, créame, estoy reuniendo el dinero.—¿En serio? —. El hombre que responde al nombre de Wallace, le da una calada a su cigarrillo, disfrutando del sabor del tabaco, para después usar la frente del hombre como cenicero.No se inmutó ante sus gritos, era un inicio suave para lo que le esperaba a uno de los tantos deudores que tenía para visitar esa noche.—No soy un hombre paciente, Billy, además, ¿todavía queda algo que puedas ofrecer?Billy envuelto en lágrimas y mocos, se veía patético, había sobrepasado cualquier límite con un hombre como Eno