—¿Vas a pagarme?—Por favor, se lo suplico, de-de-deme más ti-ti-tiempo.Un hombre con un costoso traje, miraba al otro hombre de rodillas suplicando por aumentar la prórroga, que ya había vencido más veces de las que el hombre elegante podría contar, si por algún milagro tuviera el dinero, no cubrirá ni la décima parte de los intereses que ahora le debe. —¿Por quién me tomas?, ¿una asociación de caridad?—No, no es lo quise decir señor Wallace, créame, estoy reuniendo el dinero.—¿En serio? —. El hombre que responde al nombre de Wallace, le da una calada a su cigarrillo, disfrutando del sabor del tabaco, para después usar la frente del hombre como cenicero.No se inmutó ante sus gritos, era un inicio suave para lo que le esperaba a uno de los tantos deudores que tenía para visitar esa noche.—No soy un hombre paciente, Billy, además, ¿todavía queda algo que puedas ofrecer?Billy envuelto en lágrimas y mocos, se veía patético, había sobrepasado cualquier límite con un hombre como Eno
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