Despierto por el fuerte llanto de mi bebe , veo el relog y son las 7 am asi que me paro y busco a adam pero no lo encontro
- de seguro fue a trabajar - tomo mi bata y camino al cuarto de mi bebe- hola mi principe, tienes hambre ? - lo tomo en brazos tratando de calmarlo para poder darle pecho , cuando ya dejo de llorar me siento en la silla mesedora y lo comienzo a amamantar- eres mi mayor tesoro - acaricio su mejilla y sonrio al ver que es igualito a adam , cuando termina esta se queda dormido asi que con cuidado lo coloco en la cuna para despues ir a darme un baño, lavo mi cabello para poder relajarme de tanta tension vivida y despues salgo y me coloco unos pantalonesHoy quiero salir a dar una vuelta co
Hoy era el gran dia, hoy me caso con el amor de mi vida despues de dos meses de lo ocurrido con sam aqui estoy a un paso de dar el si- amiga llegue !! - ana entra por la puerta principal llena de cosas en la mano asi que rapidamente la ayudo- que es todo esto ana ?- amiga es para poderte hermosa y que adam vote la baba con solo verte- esta bien vamos a ponerme bella - Entramos a la habitacion y esta comienza a arreglarme- amiga y el pequeño eliot ?- esta con su abuela - ah si la nana de adam aparecio en el momento en el que adam le dijo que tenia un hijo y que se iba a casar asi que desde que llego no se ha separado ni un soli instante de eliot y la verdad me alegra mucho que por lo menos tenga una abuela que lo concienta- la nana adora a tu hijo- y el a ella - ana termina de maquillarme y comienza a peirnarme para colocar al final mi vestido de novia , en esas llega nana
Soy Luz, tengo 17 años, y mi vida es un infierno. Hace 7 años mi madre murió, dejándonos a mi padre y a mí solos. Desde ese momento, mi vida cambió por completo. Mi padre empezó a tomar y, con el tiempo, comenzó a maltratarme física y psicológicamente, convirtiéndome en una persona tímida e insegura. No tengo casi amigos en el instituto, solo una amiga: Hanna. Ella ha sido mi gran apoyo, siempre está ahí para mí. Me ha ayudado cuando más lo he necesitado, curando mis heridas después de que mi padre me golpea casi hasta matarme. Más de una vez me ha dicho que lo denuncie, pero no soy capaz, tengo demasiado miedo de lo que él podría hacerme.—¡Niñata, ya llegué! - ¡Mierda! No hice la comida, se me pasó el tiempo. —¿Dónde está la comida? —grita mi padre, y yo comienzo a temblar. —Papá... Se me pasó... Yo... - Siento cómo me golpea en la mejilla, haciéndome caer al suelo. —¡Eres una inútil! —grita enfurecido mientras me da una patada en el estómago, dejándome sin aire. —Basta, por favo
LuzLlevo una semana en este hospital. Todos los días viene una señora del servicio social a hacerme preguntas acerca de mi padre y mi relación con él. El doctor Adam ha sido muy amable y me ha acompañado en todo el proceso; no me ha dejado sola.Hoy, la trabajadora social entra acompañada del doctor Adam, pero él no parece estar de buen humor.—Hola, Luz. —Hola —digo, algo asustada. —Hoy te dan de alta, ¿no estás contenta? —pregunta Marta, la trabajadora social. —Este… sí —respondo, forzando una pequeña sonrisa fingida. —Bien, entonces vámonos. —¿A dónde? ¿A dónde me llevará? —La miro a ella y luego al doctor Adam. —Vamos a un lugar donde vas a conocer a otras personas y estarás mejor.Miro al doctor Adam buscando su ayuda, pero él no es capaz de mirarme.—No, no quiero ir con usted —grito desesperada. —Luz, no te puedes quedar sola —dice la trabajadora social.En medio de mi desesperación, corro hacia el doctor Adam y rodeo su cintura con mis brazos. Él se sorprende ante mi re
LuzDespués de que el doctorcito se fue, regresé a mi habitación hecha una furia. ¿Quién se cree que es para venir aquí después de abandonarme, cuando me prometió que no me iba a dejar? Siento cómo tocan la puerta y veo a la directora.—Luz, empaca tus cosas y ven a la rectoría. —¿Qué? ¿Por qué? —Solo haz caso.Asiento y empaco lo poco que traje. Salgo del cuarto y comienzo a morderme las uñas del susto que tengo.—Pasa, Luz.Cuando entro, veo al doctor Adam sentado mirándome.—¿Pasó algo, directora? —Sí, te presento a tu nuevo tutor, el señor Black. —¿Qué? Esto tiene que ser una broma. —No, ni loca. —Luz, no hagas esto difícil. Ahora estás bajo mi cuidado, te guste o no - Maldito.—Ok.Adam le da las gracias a la directora y nos despedimos.Llegamos al carro, y durante todo el camino ninguno dice nada hasta que llegamos a un edificio gigante, como de 30 pisos.—¿Vives aquí? —digo sorprendida. —Sí. Ven, vamos, te muestro el lugar. - Marcamos el piso número 30 y, cuando se abren
Me levanto por los rayos del sol que entran por la ventana. Abro mis ojos lentamente y me quedo en seco cuando veo que este no es mi cuarto.—Mierda... es la habitación de Adam. —Siento cómo alguien entra por la puerta.—Luz, qué bueno que ya despertaste. Me asustaste ayer. - ¿Ayer? ¿Qué pasó ayer?—¿Cómo que te asusté?—¿No te acuerdas de nada? —Creo que me perdí, no sé de lo que habla.—No.—Tuviste un ataque de pánico y te desmayaste. - ¡Mierda, qué vergüenza! Adam me vio en ese estado.—Adam, yo... Ay, por Dios, qué vergüenza. —Digo, tapándome con las sábanas, pero él las retira.—No digas eso, es normal que tengas esas cosas por lo que pasó con tu padre. Pero tenemos que solucionar eso.—¿Ah, sí? ¿Y cómo?—Tengo un colega que es muy buen psicólogo. Quiero que vayas para que él te pueda ayudar y me oriente a mí también.—¡No! Yo no quiero un psicólogo.—Adam, no es necesa...—Sí es necesario. Eso no es tema de negociación. Vas a ir sí o sí, ¿entendido, Luz? —Yo suspiro, derrotada,
Cuando escucho la voz de Adam gritándome, siento cómo todo mi cuerpo se tensa, y mis manos comienzan a sudar. Él se acerca rápidamente, toma el cigarrillo y lo tira al suelo.—¿Qué mierdas crees que haces fumando? —me dice, tomando mi brazo con fuerza. Suelto un gemido de dolor.—¡Oye, imbécil! ¿No ves que la lastimas? —interviene Eliot, intentando evitar que me toque.—Tú no te metas. Soy su tutor y veré cómo la trato —responde Adam con un tono autoritario. Eliot abre los ojos, sorprendido.—¿Eres menor de edad? —me pregunta Eliot, y yo bajo la cabeza. —Lo siento, no debí darte el cigarro —añade él, con arrepentimiento.Adam me ordena que recoja mis cosas y, sin despedirme de Eliot, me saca del evento.Cuando llegamos a casa, toma mi brazo con fuerza y me voltea, obligándome a mirarlo.—Escúchame, niñata. Estoy harto de ti. No quiero que te acerques a Eliot, y la próxima vez que te vea haciendo algo como lo de hoy, te las verás conmigo.En ese momento, recuerdo todo lo que le dijo a e
Tengo cuatro ojos observándome y siento cómo mis mejillas se empiezan a poner rojas de la vergüenza que siento.-¿Luz, qué estabas haciendo? - dice Adam acercándose a mí.-Este... nada. - Él da un suspiro.-Padre, te presento a Luz. - Su padre me mira de arriba a abajo.-Hola, Luz, soy Rafael. - El hombre saluda formalmente, aunque sé que está haciendo un esfuerzo por mantener la m*****a sonrisa. -¿Cuántos años tienes, Luz?-17, señor.-Vaya, ya casi cumples los 18. - Adam lo mira en modo de advertencia.-Papá, no empieces.-Lo siento, ¿qué les parece si vamos a comer algo? ¿Te gustaría salir, Luz?-Claro, ¿por qué no? - Subo a mi habitación y me cambio de ropa.Llegamos a un restaurante grande y muy lujoso. Nos sentamos en una mesa apartada y pedimos nuestras comidas.-Y dime, Luz, ¿dónde conociste a mi hijo?-En el hospital, señor Rafael. - Él mira a su hijo.-¿Y qué hacías en el hospital? - ¡Wow! Esto se está tornando incómodo.-Mi padre me golpeó hasta casi matarme. - Lo digo trata
Adam-Adam, sí, dame más - grita la chica que tengo empotrada contra la pared. Ella grita mi nombre pidiendo que le dé más, y eso me excita mucho. Pero en ese momento imagino a Luz con su perfecto cuerpo pegado al mío, sintiendo cada centímetro de su cuerpo. Por Dios, Adam, ¿por qué estás pensando en eso mientras tienes sexo con una desconocida?-¡Ahhh sí! - La penetro más fuerte y siento cómo mi liberación llega.-¡Wow, me encantó!- dice la chica.-Toma tus cosas y vete - le digo serio mientras me pongo mi ropa.-¿Disculpa? ¿O sea, me follas y después me echas de tu casa? -dice algo indignada.-¿Qué esperabas, que te pidiera matrimonio? ¡Largo de mi casa!-Salgo de la habitación y me dirijo a mi cuarto para darme una ducha. Espero que cuando salga esa molestia ya no esté aquí. Me doy una ducha relajante y, cuando salgo, mi teléfono empieza a sonar.-¿Hola?-Buenas, habla con la familia de la señorita Luz.-Soy su tutor, ¿qué pasa con ella?-Tiene que venir al hospital central, la señ