No se como he terminado en esta situación. Han pasado tantas cosas desde que decidí abandonar la escuela de medicina. La ansiedad y la depresión consumieron mi vida hasta que encontré trabajo en el colegio mas prestigioso de la cuidad. Donde me hicieron firmar un contrato para no tener relación alguna con los tutores por ley de mis estudiantes, pero aquí estoy con el padre de mi estudiante preferido en su cuarto… el CEO mas codiciado de la cuidad por sus contratos que benefician a las mujeres económicamente a cambio de sexo. — Mientras... puedas hacer esto, no te importa con quién lo hagas, ¿verdad? — pregunto. — Soy diferente a las mujeres con las que coqueteas, no soy tu tipo. Si quieres encontrar a alguien solo para complacer tus impulsos cuando quieras, entonces por favor, ve a buscar a alguien más luego de esta noche. —Me afecta que pienses así de mí. — responde gruñendo. —¡¿Acaso es mentira?! — exclamo. —¿Estás tan al pendiente de mí? — responde con otra pregunta. —April, eres linda cuando no eres honesta. Pero… — escucho como se quita los pantalones y calzones. —No sobre pienses cosas como esas. — deposita un beso casto sobre mis labios. —Ahora mismo… — sus manos toman mi muslo y los sube. —Solo tienes que fijar tu mirada en mí. — siento como su hombría caliente toca mi entrada. —Porque yo también solo fijare mi mirada en ti, April. Mierda, sé que usa esas mismas palabras para conquistar a mujeres inocentes como yo. Pero…, alzo mi mano para aferrarme a su cuello, por esta noche quiero que me lleve con él. Lo abrazo dando permiso que entre en mi poco a poco.
Leer másApril González: —¡Es injusto! — exclama Adrian cuando mi equipo y yo le ganamos al suyo, sonrió con satisfacción. —No se porque no me toca en tu equipo. — dice entre dientes, la alarma del celular suena indicando que la lasaña está lista. —Sigue jugando, verificaré que esté lista la cena. — indico mientras me levanto del suelo. Ayer Adrian y yo salimos a caminar un poco a un parque que queda cerca y en la noche fuimos al supermercado a hacer la compra para la comida de hoy. Además de eso vimos películas en mi apartamento para que luego se fuera a dormir en el suyo. No pude enfrentarme a él… Estaba tranquilo y la estaba pasando bien. Saco la lasaña del horno para cortarla, quisiera saber mas de Adrian… de su vida pasada antes de tomar una decisión de enfrentarme a él y delatarle que se su plan para hacer caer a Nathan. Una mano toma la mía haciendo que me sobresalte y la aleje rápidamente. Puedo ver sus ojos azules sorprendidos y como dice algo que no escucho. —Tienes que tener cu
April González: Observo los ojos apasionados de Nathan… me pregunto si esa tal Eva lo ha visto de esta manera. Fue tan tierno con ella, hablador… no me gusta cuando hay un lado de él que nunca he visto. Su rostro forma una sonrisa traviesa, su miembro esta posicionado en mi entrada mientras mis piernas tocan sus hombros. —¡Nathan…! — exclamo, pero es muy darme ya se entra a mi si cuidado alguno logrando que llegue al clímax con tan solo eso. Esta tan adentro… se siente fenomenal, esta me besa mientras mis temblores se tranquilizan. —Parece que ya no puedes más. — comenta divertido a lo que frunzo mis cejas, creo que nunca había visto esta faceta de él cuando estamos juntos. —¡Claro que no! — digo molesta a lo que sonríe de oreja a oreja dejándome sin aliento. —¿Oh? — cuestiona para lamer sus labios. —Por como te quejas creo que dices la verdad. — sonríe de oreja a oreja dejándome sin aliento. —¿Entonces ya no tengo que conte
April González: —¿Cómo me veo? — le cuestiono a Adrián donde sus ojos brillan, es un buen actor. —Hermosa, como siempre. Me siento afortunado y eso que no somos nada. — responde con su sonrisa única. —Que pena que no pueda ir. No he hecho nada respecto a lo que descubrí en su apartamento, solo seguirle el juego para saber hasta donde llegara. He trato de sacarle el tema de la familia, pero la evade con elegancia. Escucho como suena mi teléfono, donde es Jocelin. —¿Vienes verdad? — pregunta a lo que giro mis ojos cansada, ya que no ha parado de insistirme. —Ya seria la millonésima vez que confirmo asistencia contigo Jocelin. — respondo. —¡Pues avanza y ven ya estamos aquí! — exclaman mis otros compañeros que también no han parado de insistir a que vaya, cuelgo la llamada. —Bueno tengo que irme, recuerda llevarte la comida solo tienes que calentarla. — me acerco a Adrián que me abraza, me he acos
April González: —¿Antes hacías esto con tu familia? — cuestiona Nathan rompiendo el silencio. —Si, mi madre me rogaba para poner el árbol y yo le decía a mi padre como poner las cosas afuera. — respondo mientras empiezo a darle vuelta al árbol observando que se no se haya queda un boquete inmenso hasta que choco con su cuerpo fuerte donde me pongo tensa. —No me gusta que te sientas incomoda. — expresa a lo que lo miro. —No estoy incomoda, vamos a poner las decoraciones, gracias a Dios este árbol tiene las luces incluidas. — miento dándole la espalda. Busco las inmensas bolsas llenas de decoraciones para el árbol, Nathan me ayuda. Saco los protagonistas de mi decoración, los reyes magos sonrío como una niña pequeña. Juego con todas las decoraciones, camellos, Reye Magos, las pascuas, entre otros, será el árbol de mis sueños. Escucho como Doménech no aguanta la risa logrando que lo mire molesta llenando mis cachetas las cuales
Nathan Doménech: —¿Cuánto tiempo lleva aquí? — pregunta un hombre que también está esperando a su familia, miro la hora a lo que suspiro. —Casi tres horas. — respondo. Fijo mi mirada en mi hijo y su tutora donde se ofrecen decoraciones para llegar a un acuerdo. A los minutos no puedo evitar sonreír al ver como discuten sobre los colores, nunca había hecho estas cosas con mis padres biológicos y pocas las veces con Jocelin. Los guardias hacen su trabajo, obviamente no pueden evitar todo. Hace un tiempo noto la presencia de paparazzi, cosa que ignoro. —Pero vale la pena esperar todo el tiempo, mire las caras de ellas. — comenta un hombre a lo que otro se ríe. —Luego nos joderan a nosotros para que montemos las cosas. — se queja el que se río. —Es raro ver a un gran empresario participando de estas cosas. — expresa logrando que yo fije mi mirada en el señor. —Tiene a la esposa indicada si es capas de venir a hacer estas cosa
April González: —Gracias. — agradece Nathan mientras subimos las escaleras para mi apartamento. —Por acompañarme y por todo. —Tranquilo, me gustó comprar los regalos y estar contigo otra… — me detengo al ver la estupidez que iba a decir, como siempre mi lengua se suelta demasiado cuando estoy a su lado, escucho come se ríe para halarme donde caigo entre sus brazos. —Tiene que verse lindo todo debajo del árbol de navidad. — trato de cambiar el tema escapándome de sus brazos. —¿Árbol? — me pregunta a lo que ni sé que pensar logrando que detenga mi paso. —Si… y las decoraciones. — digo más lento a lo que ni me mira. —No me digas que no has hecho nada de eso Nathan. —No se decora desde que murió la madre de Noah. — confiesa a lo que aguanto dar un gran suspiro. —Pues… ¿mañana están libre? — pregunto mientras trato de subir las escaleras bien, aún estoy sensible por la acción del restaurante. —Será una buena experiencia para Noah comprar luces, el árbol,
April González: —Bienvenidos desean están en el comedor o en un salón aparte. —Salón aparte. — responde rápido Nathan con un brillo especial. —Pasen por favor. — dice el muchacho donde lo seguimos. —Creí que era lo que yo quisiera Doménech. — la digo entre dientes. —No me pueden ver aquí, pensaran que vine para otras cosas. —Es claro que es un restaurante, pero con temática de underground. Subimos unas escaleras para cuando el mesero abre la puerta encontrar un lugar acogedor estilo japones que da vista a la cuidad y parte del restaurante de abajo donde se encuentra la barra. Le damos las gracias, Nathan es el primero en estudiar todo. Noto como está vestido como cuando le dije que se vistiera casual. Me siento en el piso junto a la mesa para seguir observando al empresario que a lo último asiente satisfecho logrando que yo sonría. Me siento tan cómoda con Nathan, puedo ser yo sin preocuparme d
April González: Camino incomoda por tanta gente y lo peor… Nathan de verdad es famoso. Las personas no paran de sacar fotos, mientras yo trato de meterme más en mi suéter y en una bufanda que compré. Choco con Nathan que al girarse donde al verme gira sus ojos para bajar mi bufanda que me cubre hasta la nariz. —April por favor, van a creer que estoy con una famosa. — comenta mientras sonríe un poco a sus fanáticos que son felices con que solo los salude. —No quiero salir en las noticias. — le digo ocultándome más. —Si quieres ser parte de la vida de Noah tienes que acostumbrarte. ¿No has visto que hasta las niñeras de los hijos de un famoso salen en las noticias? Ahora quítate todo eso. —No quiero… — lloriqueo y forcejeo un poco para que no me quite la bufanda. —¿No tienes calor? — pregunta aguantando perder la paciencia a lo que yo niego rápidamente. —Vamos April… — usa más su fuerza y ahí sale mi cara ante
Nathan Doménech: Otra vez estoy mirando el lado de la cama de April, carajo esto duele. Estiro mis brazos para mirar el techo pensando una forma natural en la que pueda hablar con ella. Se que no puedo llamarla, me vere muy necesitado. Luego de que se fuera con Adrián yo me retiré, han pasados días de eso y todavía sigue la imagen del bombero besando a mí April. Noah parece que está echando hacia atrás en el aspecto académico. Me levanto de la cama, mejor trabajo para no pensar en estas cosas. —Buenos días. — saludo al llegar a la oficina junto a un bostezo. —¡Buenos días jefe! — exclama Deborah con una sonrisa algo… rara. No la he visto mucho ya que solo me he centrado en los proyectos fuera de la empresa. He hecho tantas entrevistas, trabajos, reuniones… eso me ha ayudado en no pensar en April, aunque los de los condominios para estudiantes y el barrio más pobre es por ella... Ninguna mujer ha logrado que termine en la